viernes, 28 de enero de 2022

lo breve y lo malo

 Me voy de la vida

feliz y contento,

me pego un tiro

entre los cuernos.

como hace frío,

nieva en invierno,

me voy de la vida,

se acabó el cuento.

Poco fue la boda

de Essenin con Isadora,

el poeta del campo

escribió su despedida,

vivir no es nada nuevo

y morir tampoco, 

y murió la bailarina

cantando a la vida,

le duró muy poco

el canto del mar.

*

Nicolás me ayuda a colgar cuadros en las paredes. Lástima que no sepa aquí poner fotos. Parece que Hilario le hubiese legado su pericia para coger papallas con un palo. Una destreza tuvo hoy que nunca la había tenido. Y al Topín, parece que le legó su gracia para hacer un cuento. La página que tiene en fb deja de poner tontería y empieza a contar cosas. Una narrativa que no tiene desperdicios. 

Ayer o anteayer, no sé, me acordé del ex etarra bilbaíno, cuando presentó Agosta escribe en librería Agapea. Dijo que esa novelita era poca cosa, y mala, pero que este blog era meritorio. Hay lenguas bobas para todo. Me acuerdo ahora, también, del bilbaíno de San Andrés. Vendedor de pescado, con su furgoneta de acá para allá. Un echao palante. Yo me llevaba bien con él, pero tanto presumir de su poder me tocaba los huevos. Una noche, se metió con un petaco canario. Mejor no le hubiera hecho. El canario pequeño nokeó a trompadas al gigante godo. Lo dejó tirado en el suelo. Tuvieron que reanimarlo con amoniaco. 

No ha sido en vano el trabajo de Marcelino con su libro de poemas. Balada sin poesía. Tampoco tiene desperdicio. Copio aquí uno:

por las calles

veo que la gente se desespera,

no hay dinero

y estamos en mitad de una ciudad

llena de cajeros automáticos.

La gente hace cualquier cosa.

El otro día oí

que un tipo le clavó una navaja

en el ojo a otro para robarle el dinero

que este había quitado a una viejecita

después de degollarla.

Lo que me sorprendió

es que la pobre anciana

huía con ese dinero que era de sus hijos

a quienes había asesinado a tiros

porque la querían meter en un asilo.

La gente se desespera.

*

Hoy noche en Ibrahím, movimiento espirituoso. El coche de X moviéndose hacia el mirador de Barrio Nuevo. La ciudad allá abajo una alfombra luminosa. Ibra dice que este sábado sale la esquela de Hilario en el periódico. Lo entierran o lo incineran el lunes. 

Iba a escribir mas cosas pero lo dejo aquí. Lo malo, si breve, la mitad de malo.



jueves, 27 de enero de 2022

El Talento

 Me puse a pensar y pensé. Pensé y luego pensé otro poco. Por fin llegué a una conclusión: en cuanto a saber qué hacer, no sé más que cualquier otro piojoso ser humano. ( 1280 almas. Jim Thompson )


Sueño cambiado otra vez. Deben ser cerca de las cuatro de la tarde. Estoy en el sillón. Sueño con África. Estamos en un hotel decididos a follar con hambre atrasada. Su cuerpo es de un tacto que da gusto. Rostro lozano. Mujer madura en su apogeo. Se queja de que eche este polvo y luego adiós muy buena. Voy a decirle que no será el único polvo, y que estaremos juntos en los días venideros. Me callo. Lo de que no será el único polvo sé qué es verdad. Lo otro es mentira. Con ella me apetece follar hoy y mañana y pasado. Lo de estar juntos todos los días, eso es pura mentira. Mentira para echar el polvo y que se calle. Ella se encoge de hombros. Su ganas de trajín se imponen. Me dice que vaya a buscar una viagra para que el ayuntamiento sea más potente y duradero. No estoy muy conforme en demorar la cosa, pero dudo de mí mismo y salgo a buscar eso. Salgo del hotel y comienzo a caminar por una ciudad de edificios del siglo XIX. Son mastodónticos, feos y sucios. Camino por una calle alta y los veo casi desde por arriba de los techos. En una azotea a media altura, desde donde estoy, hay un niño que juega con una pelota. Está solo. Me dan ganas de bajar a esa azotea e ir a jugar al fútbol con él, pero no hay por dónde. Ni siquiera encuentro el camino al hotel. Tengo que preguntar a la gente. Al fin llego al hotel. Pero también allí dentro es una complicación de estancias y pasillos. Busco, casi desesperado, la habitación donde África me espera. En un recodo con escaleras de pocos peldaños, una limpiadora, de pelo rizado y claro, de cara risueña, se levanta la camiseta y me enseña una teta. Preciosa incitación pero anhelo más a África. Sigo buscando. Ya me doy por perdido cuando vuelvo a ver a la limpiadora y le pregunto. Me indica y sé por dónde ir. Le doy las gracias y comienzo a bajar otra escalera de pocos peldaños. Me llama. "¿Qué?", le pregunto. "Tienes que venir conmigo a firmar que te di la información correcta". Le doy un palmada en el culo y le dijo que no sea boba, que otro día firmo. El anhelo por Africa es más fuerte. Llego a la habitación. Salta de alegría cuando me ve. Pero un conocido suyo, casi familiar, interrumpe. Eso pasa por no cerrar la puerta con llave, pienso. El individuo advierte a Africa que tenga cuidado conmigo y que me ha estado acechando y va a contarle lo que vio. Temo que sea lo de la mujer de las escaleras. No. Lo que le dice es que me vio pervirtiendo a un niño. Me dan ganas de romperle la boca y arrancarle la lengua. "Miserable", le digo. Le importa un carajo cómo yo lo llame. Le dice a Africa que allá ella con las consecuencias y se va. Africa me mira como si yo fuera un leproso. La mentira del individuo me cabreó, pero que ella la crea me ofende más. Le digo adiós y estoy abriendo la puerta para irme. Me retiene. Me dice que no me vaya. Me pregunta si conseguí las pastillas. Por lo que sea, tengo tres en el bolsillo. Son tres llaves verdes. Eso me extraña. En fin, hay que aceptar lo incomprensible. Por lo que sea, despierto. Sin polvo.

Me levanto a mear. Me vuelvo a acostar. Si seguí soñando no me acuerdo. Me despierto. Nicolás se acerca a la ventana. Me dice que ayer murió Hilario, de un infarto.

--Vamos a ver qué va a hacer ahora el hijo --dice. 

--Qué nos importa lo que haga el hijo.

... 

--A la señora no la he visto más.

La señora es una rata que vimos el otro día por la noche caminando por el muro de los jardines. 

martes, 18 de enero de 2022

 Tengo que tener un poco más de orden porque si no, me voy de vareta. Trancar con trabas la bolsa abierta con queso rayado. Hoy vertí una sobre espaguetis fritos y saltó una cucaracha, una cría. Se fue. Ya no mato ni a una mosca. Incluso con los mosquitos intento establecer un acuerdo de no agresión mutua. Con el perenquén pocas conversaciones, él va a lo suyo y yo a lo mío. El alejamiento de Siao Ling, por orden de Wang, me perturba, me obsesiona. Ya se irá yendo la obsesión. Así y todo tengo que ir a San Andrés, a llevarle un cuadro a Chani. Dice que me lo paga en especias. Subo al Komo Komo. Veo al petaco, Mañana a las ocho me deja un botín en el buzón. El ángel que me lleva a seguir trabajando Injertos. Los cuatro cuentos se pueden convertir en novela si sigo así. En uno el bar de Ibrahim sale de una manera tangencial. Narro un suceso inventado. El cuento es una corriente de agua que desemboca en el sumidero de Sade, donde encuentra la noche de Walburgas, la novela de Meyring, el mismo que escribió ese mito moderno, la historia del Gólem. Esa figura de piedra, animada, siempre me ha perseguido. Es el momento de quitarle de la frente el nombre de Dios y dejarla quieta. 

miércoles, 12 de enero de 2022


En la mesa sin platos,

en el mantel sin cena

canto 

un cantar cualquiera:

no se acaban las guerras,

las de puertas para adentro

y las de puertas para afuera,

unos cargan las ganancias

y otros llevan las penas,

Ya lo dice la copla.

una copla vieja:

en lo alto de un árbol

cantaba una loca...


*

mi lengua será discreta

porque no puedo nombrar

como quisiera el cantar

por qué escribo estas letras.


 *

Días después, cesa la copla y comienza la prosa. Amigos en casa:

--... tienes un perro muerto en el estómago.

--Cuando las abejas emigran dejan la miel en  el Teide.

--Cuando niños cogíamos a la abeja del culo blanco y le amarrábamos un hilo a la pata.

--Debajo de La Palma esta cosiéndose algo. 

--Él lo que quiere es que le rompas la boca para denunciarte y cobrar.

-- Decíamos Alive may: mandate a mudar y vive tu vida. 

Fragmentos de una larga conversación donde repasamos la vasca que frecuenta el bar Ibrahim. Separamos el trigo de la paja. Los que son paja y los que son trigo. 

F y S tienen que levantarse a las siete de la mañana para ir a trabajar. La vida no es una broma. es un disparate. 

Con lo que guarda S en el móvil se podría hacer una película de arte y ensayo. Radiografía del mundo. Pero habrá que dejarlo. Ninguno de nosotros tiene padrinos. Nos conformamos con soñar. Repasar la vida que tenemos, es una manera de soñarla.

Se van. No tengo sueño. Por la mañana vendrá Jordi a Ibrahim. Sigo trabajando Injertos. En esos cuentos hay un mundo oscuro. El estilo es luminoso. No está mal.

 Dani ha vuelto a poner fotos suyas en fb. Quedé en pasarle una copia para que sus fotos ilustren los relatos de Injertos. Aunque no haya esperanza de llegar a la meta, hay que seguir caminando. Sorteando arenas movedizas, sabiendo dónde pones los pies. El destino no importa. Importa el camino.