viernes, 21 de abril de 2023

enredado

 Yo no tengo polla

para tu conejo;

grande es mi pena,

mi pene es pequeño.

Dijo Juan Cabrón

a la rica del pueblo

mientras le arreglaba

unos cuantos huesos

con la falsa disculpa

de ser curandero.

A punto de caramelo

puso don Juan a la doña

que quiso dar consuelo

a tan pequeña polla.

Después de abrir un vino,

cosa que conviene hacer,

dijo Venga conmigo

a ver lo que tiene usted.

De piadosa caridad

pasó a asombro muy grande,

extasiada quedó muda

viendo el soberbio glande

y sin más cosa importuna,

como ya estaba desnuda,

pues curar huesos procura

que se desnude el paciente,

de muda pasó a habladora

rogando fervientemente,,,



Puede quedar aquí o puede seguir. Eso depende de las musas. O de sor Juana Inés de la Cruz, a quien ya conocía, de pasada, y ahora estoy conociendo mejor gracias a Maestro discípulo de Bueno. Me agradan las charlas de este hombre, hable de Pedro Páramo, de La Regenta o de la obra de la monja mexicana del siglo XVII. Poeta que es un caso único en la historia mundial, que sólo pudo darse en el barroco español y nunca en el protestantismo, dice Maestro. Bueno, lo que interesa es la monja, la poeta, con todas las letras. No sé, si se hìciera un estudio comparativo que relacionara a Juana Inés con santa Teresa: el racionalismo en una y el misticismo en la otra. Un misticismo sexual, se piensa si se tiene malas ideas, como esas ideas que han convertido a Blancanieves en una disfrutadora de enanos con pollas grandes. O de Caperucita, a la que rescata del gozo del lobo un bondadoso y eunuco cazador, a quien ella odia, como la viuda de un cuento de Yourcenar odia al pueblo que mató a su amante, el hombre salvaje que había asesinado a su marido; un pueblo haciendo justicia.

En fin, que quizá deje el trabajo en Agosta escribe y me dedique a leer a sor Juana Inés. A fondo, Sin desperdicio. Por los poemas que le he oído a Maestro, su poesía es llamada por Coplas de Juan Cabrón, como un sello a un sobre. Sobre fue en épocas de juventud una palabra muy usada, referido al lecho, a la cama, en el sentido de lecho o cama para ir a dormir. En fin, no sé qué importancia tenga esto. Ninguna. Una rima de sobre es cobre. En fin, ya estoy como en la escuela, que abría el diccionario para buscar una palabra y me entretenía en cien palabras antes de llegar a la que buscaba, si llegaba. Mi sino ha sido no llegar, pero esto es otra historia. Lo dejo aquí. Hoy, entre Miguel, Nicolás y yo cortamos la piña de plátano. Tenemos hojas para hacer badana.   

jueves, 6 de abril de 2023

en desorden

 Días de cuerpo cansado, alma desanimada, corazón temeroso y huevos en la nevera. Un pequeño respiro en este desierto fue el viaje al que me llevó Juan el otro día. Tierra santa. Tierra de tensiones por todas partes. Me llevó a Belén, a donde nació Jesús. Me llevó a la tumba donde enterraron a Cristo. ¿Suposición o acierto de la madre de Constantino, que dijo que esa era la tumba? No pudo bajar hasta el último reducto. Las colas de turistas eran insoportables y los trámites en las aduanas duraban horas. Se vive en un estado de continua vigilancia. Una plaza de ocio en Jerusalén está resguardada, rodeada, por el ejército israelí. Estuvo también en el Jordán, donde Juan Bautista bautizó a Jesús. También estuvo en el Mar Muerto, donde no te puedes mojar los ojos porque esa agua, con olor a aceite quemado (?), te los destroza. Un mar donde los cuerpos humanos flotan como balones. Me contó el contraste entre el paso de las zonas árabes a las de Israel. Desierto en un lado. Vergel en otro. Tocó el muro de las lamentaciones. Un obispo, anfitrión del viaje, le hizo rezar el padrenuestro más de cien veces y reanudarlo a la religión de la infancia. Si la infancia es la patria, la religión que se vivió en la infancia es parte de esa patria. Más contó. Como Ramón. Este por wasap, sobre un poeta y un escultor. Aún no lo he leído. Me dijo que se iba a encontrar con Charlín. Yo no fui a encontrarme con Belén en el 46 de la calle San Martín, en el Toscal. Me venció el estado del alma, el cuerpo, el corazón y los huevos. Tengo que recoger la casa y lo que hago es acumular desorden. Así y todo pinto un cuadro que a Pamela le agrada. Me dice que lo guarde porque por ese y otro, La Silla Roja, pagarán mañana un buen dinero. No estaría mal. ¿Qué voy a decir yo? 

domingo, 2 de abril de 2023

notas de abril

 Preferible no estar esperando noticias del amigo editor. Que cante el gallo cuando pueda o le dé la gana. Socialmente fracasado en estos momentos. En fin, encuentro una versión vieja de Agosta escribe. Palarea padescanse me dijo cuando se publicó que esa novela iba a ser importante. Será en el siglo XXII, cuando las ranas críen pelos. Por mi parte no es una obra que pueda recomendar a cualquiera. Como no recomendaría tampoco la otra obra que es fuente de Agosta: Saló, de Sade. Los ciclos consecutivos del sexo, la mierda y el crimen. "Amores negros --termina el texto de la contraportada--, amores negros como la poderosa fuerza de la realidad". Eso dice. La versión antigua me atrae más que la publicada. Me pongo a trabajarla como descanso, por amor al arte. Lo que más me agrada es que no tiene nada que ver conmigo, por lo menos en lo que se refiere a la historia personal. La trabajo como si yo fuese un negro y otro el autor. La autora. Agosta.

*

Dije a Nguyen de quedar con ella, pero cada día más estoy como el príncipe Genghis, el personaje masculino de un cuento de Yourcenar. Cuando sintió que perdía fuerzas, se retiró del mundo. Prefirió el olvido a la compasión. Yo no llego a tanto, Todavía necesito un poco de compasión. Con quien sí quedé más o menos en firme fue con Belén, el próximo miércoles. para ir a un recital con vino en una de las viejas casas del barrio El Toscal. Calle San Martín. Y un día antes, el martes, Juan me invita a comer. Dos amigos con los que puedo quedar sin que me perturbe el amor, El romántico o el mecánico. Prefiero el segundo. Llegado el caso. 

*

Y un poco de agua de mar. 



sábado, 1 de abril de 2023

historias

 Hoy he recordando todo el día un cuento que nos contó en clase Ramón Trujillo, profesor de semántica, Era de un judío que por casualidad oyó que lo iban a matar al amanecer. A la medianoche, pintarían una cruz en la puerta de su casa para que los asesinos supieran dónde vivía.  Lo que hizo el judío, después de media noche, fue pintar una cruz en todas las puertas del barrio. --Así fue como el símbolo quedó vacío de significado --dijo el profesor.

También me acordé de una película japonesa, asociada al recuerdo de cuando mi abuela Petronila se iba a morir y para evitar su muerte, pidió a mi madre que le hiciese una sopa de carne de niño recién nacido. Mi madre no encontró ningún niño recién nacido a quien matar para hacer una sopa. Se la hizo con carne de pollo, diciéndole una mentira a mi abuela, No dio resultado. Murió. En la película la protagonista compraba cremas de recién nacidos que usaba en su cuerpo para conservar la belleza. Hubo un momento en que ya no tuvo dinero para comprar esas cremas. Fue entonces cuando decidió quedar embarazada. El niño parido se convirtió en crema. Siguió conservando su belleza.

En fin, la historias cotidianas son menos gore. Menos mal.