viernes, 30 de septiembre de 2011

día aprovechado

--¿Tu hermana no te invita a comer? --pregunta Maite.
Mi hermana no, ahora sólo tengo cocineros masculinos en mi equipo de cocineros. Chani ayer y hoy Ramón. La pregunta me la hace Maite en la mesa, graciosa anfitriona, cree que no ha habido nunca una sociedad matriarcal, viste un brioso vestido negro desde los hombros a las rodillas. Nido del Cuervo. Del bosque venimos, buscando un lugar para una foto, futura portada de la nueva novela del airado Charlín. Gallego cabreado, échate a correr. "Yo leo más que Jesús, y Jesús ya cómo corrector está acabado", dice el Cuervo que dijo mi gallego. Al Cuervo Ramón allí debajo lo tengo ahora en el patio del charco, separando corazones de tripas y poniéndolos en tarros de cristal. Míster Herar está en su salsa. Esta vez su receta es cocinar una foto para esa portada. Es muy buen cocinero, y esconde reservas de ron exquisito, Aldea de 25 años, con jugo de parcharita.
El capitán M me pide prestado el clío. Encantado de la vida. Escribo un más o menos kaiku:

abro el auto,
yerba en la guantera.
Beso tus labios.

Día movido, aprovechado. El libro del cuervo ya empredió el vuelo, y el gigoló sigue su curso hacia el lector, que es el morir, pues nuestras vidas son palabras que van a dar al lector, ese infame que no se entera de nada, salvo excepciones.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Taxi!

--¿Tú por el centro?... El barrio de La Maldad no te ofrece lo que te ofrece el centro, o San Andrés... ¿adónde vas? ¿de dónde vienes? --Es Victor, en la plaza Weyler, a las doce menos cuarto de la noche, plaza que mañana se llamará Secundino Delgado. Don Pepito empieza a caerme bien. Los canariones son unos listos, leña al grancanario. Ya me lo decía el capitán M por la tarde. "Esos canariones están escondidos organizando sus tretas": La isla de enfrente escondida tras una espesa y alargada nube. Y en El Día la foto del director de El Día dedicándole el saludo especial al helicóptero de Paulino Rivero. A mí mi abuelo Juan me enseñó a hacer cortes de mangas. Viva don Jósé... Y ¿qué me ofrece el barrio, esta casa? Me ofrece la valentía de Lizundia, el coraje de Marcelino, la densa luz de JRamallo, la seriedad de Isaac de Vega, la sobriedad del Nal (Nuestro Amado Líder), la sencillez de Antonio Bermejo, etc., y el fuego volcánico del bimbache Anghel, preparando la maleta para conquistar Madrid. El Madrid de Esperanza Aguirre, una dama prometedora. En fin, esta casa, en el barrio de La Maldad, que es la de mis amigos, me ofrece lo que ellos son. Mujeres aparte.
--Vengo.. --¿de dónde vengo?... Vamos por parte, hermano. Primero, de descansar de los trámites. Segundo, de estudiar el charco y su fondo en el patio de esta casa. Tercero, de la presentación del poemario de Domingo Acosta en la Muac. Anghel protagonista, quedándose con el mejor micrófono. Críticas que no estoy autorizado, para no alargar esto, con el capitán M. en su casa, dos buches de un ron mágico que birló a Pedro. Vengo de dejar al capitán M con el encargado del Faro Childis en el Platillo Volante, después de oír, en una mesa contigua, a la sujeta que dibujé el otro día en una servilleta.
--Está enamorada del otro, te lo digo yo, pero quiere el dinero del marido... pal querido... No sabía ni hacer la manicura... y se acostaba con los cinco, hasta que conoció a Paco, que tenía dos carreras, un tío muy importante, esa asquerosa... ¿Pa qué querrá otra cuca teniendo la del marido?... Hedionda... Si yo me la tropiezo... Es una manicura hedionda... al lado de las carreras que tiene Paco... El pobre, toda la noche en el balcón, porque no le deja ni comida, y ella...

Me llama la atención, el centro urbe S/C, odio al mar, Platillo Volante y esta señora, porque hay un episodio similar en el gigoló. En el gigoló es en la venta de Francisca, menos agrio, pero igual de contundente, el odio de las mocosas a las que tienen éxito.
Media hora antes, el capitán me enseña en su casa, fotos antiguas de pájaros. No hay ningún cuervo. Hablamos del cuervo. El Gallo y el Cuervo son dos pájaros destinados a entenderse. Ramón el Cuervo Herar en La Palma. No eres PalmaLa isla rota.
--¿Adónde vas? --pregunta Víctor.
--A Coger un taxi.
Cojo el taxi.
--A La Maldad, junto a la plaza del machango.

EL MARTES. TOX. TÓXICA EMANACIÓN LUNAR.

martes, 27 de septiembre de 2011

apuntes

Vences un escollo y aparece otro. C´est la vie. Vivir como víctima o como guerrero, es el dilema de don Juan yaqui. Un guerrero no se amilana, sino que se alegra, porque las dificultades lo ponen a bailar. Pos nada, a seguir bailando. Y seguimos con el agua. Los escollos de los trámites, por lo menos con Emmasa, parecen de fácil solución. El caso ahora, entonen saetas los que mal me miran, sigue siendo el agua. Rezuma por una baldosa del patio. Toco madera, por lo pronto es agua limpia. No sé si la solución será cercar la baldosa con delgados muros y hacer una pecera. Peces de colores en el centro del patio. Domesticar el charco que viene del fondo.
*
Esta vez, gracias a la abogada de mi equipo de abogados, me he movido por los trámites mundanos como pez en el agua. Tendré que reconsiderar pensamientos, y reconocer las ventajas del amor.
*
Nuestro Amado Líder escribió, del cuadro La plazoleta: "... trazos impresionistas, y sobre fondo amarillo resaltan los tonos verdes de las hojas de los árboles y turquesas del firmamento canario. Un par de viandantes no rompe la unidad del lienzo".
*
Ayer debate encendido entre el cuervo y el nahualt. Me escoré hacia nuestro presidente de la ACAI. (Debo aprender más de Ignacio de Loyola y saber ponerme dentro de la piel de todos los personajes del drama.) Y un Sergio Barreto que gana altura en sus logros con la poesía. Pena que no acuda el próximo martes a abrir y cerrar La Puerta con poemas de Cernuda. "El más auténtico y valioso de todos los de la generación del 27", algo así dijo. Sergio sabe darle al verso la voz que necesita.
Como ya está anunciado, si hay suerte y salud, el próximo martes: TOX.

lunes, 26 de septiembre de 2011

dudando y con la boca abierta

Días que no pinto, no escribo, no flirteo. La fobia a los trámites asfixia mi capacidad de trabajo. Y no tengo secretario, como Agustín Goytisolo. A mi equipo de abogados, no le puedo pedir que me solucione los pagos de luz y agua, aparte el teléfono. Me darían cogotazos. Hoy visita de mi hermana Mirella y de mi sobrina Eva. Busquen en Lizundia cómo los europeos miran a los palestinos, y verán cómo la otra parte contratante me mira a mí, otra vez comparándome con José Miguel, que Thor lo guíe por la senda del otro mundo hacia Dios. Goytisolo hablaba de los dioses en el Tea, en la sala blanca. Su agrado era la santería cubana, muchos dioses. Mala cosa es la que yo percibo en la santería cubana, por lo menos la que he visto por aquí, en Isla del Infierno. Prefiero al dios de Jesucristo, el dios de Israel. En fin, tocaron a la puerta- Pom pom pom, los taponazos de Eva. Los invité a pasar --de corazón, no de corazón realista sino corazón de los chinos, de amor--. No en vano anoche soñé con mi hermana Mirella. Otra cosa que la maltratadita, que soñé antier noche. Estaba rota a jirones. Mirella no, sin roturas y aterciopelada. Eva nada más entrar miró lo primero, la vista fija, un elefante de cristal. Sí, Eva, es el que estaba en la sala del cuadro que perdió Marcelino una tarde en Santa Bárbara. Lo perdió como perdió una noche de navidad la copa de África en el futbolín de los negros. A lo tonto. Tonto me quedé yo con la visita, con la boca abierta, como mi padre. "¿Pueden cerrarle la boca?", le dije al funerario. "No se preocupe, ya lo prepararemos". Me habían llevado a los sótanos a reconocer el cadáver. Nada de lo acordado con Mirella and Eva. La libreta del agua, que ellos no la tenían. No me lo creo. Mi padre era Virgo, puntilloso. Conozco a mi padre. No tenía mis defectos. Y menos mal que he aprendido a ser responsable de la cartera, el móvil y las llaves. Según Mirella no, no soy responsable, soy como su cuñado José Miguel.
Bueno, pues eso, me quedé con la boca abierta.

A ver si mañana salimos a la superficie en La Puerta, con Sergio Barreto de nuevo, poeta, y según Lizundia, sucesor de Pérez Minik. Lo cual quiere decir que tal sucesor va a ser otro, seguramente el que criticaba el capitán Marcelino en el Platillo Volante una noche.

Sin embargo, comulgué con Goytisolo en su devoción al libro de Las mil y una noche, el libro de los libros, el libro de las dudas frente al libro de las certezas.
Y con Manzano (Nuestro Amado Líder)comulgué con la descripción del cuadrito "La plazoleta". "Retrato de un escritor escondido" espero que esté mejor. Me voy a dedicar al retrato. Los rostros son el corazón del mundo. (Ahí los tienes, Cuervo. No hace falta que vayas al matadero.)

domingo, 25 de septiembre de 2011

a la muerte de Thor

Te moriste, viejo amigo.
Ya de este mundo te fuiste
con todo lo que aquí viste,
a ladrar otros caminos
y correr, fue ese tu sino,
tras los pasos del buen viejo
que fue nuestro compañero
y nos dio cuentos y harina.
Alzo al cielo mi plegaria
en casa de Candelaria
que es ahora tu vecina.

rivales todos

Antonio Machado, que tenía --supongo-- una mente medieval, ajena a la dictadura del "yo" del autor, reconocía que las erratas de la imprenta mejoraban sus versos. Las erratas de la sordera mejoran a veces los mánidos eslóganes que nos venden en este mundo de fanfarrias wagnerianas, de las que no soy inocente. El otro día alguien dijo, una vez más: "Todos somos iguales". Mis oidos entendieron otra cosa: "Todos somos rivales". Pues eso. Todos somos rivales. No se nos olvide.
Aprovecho esta entrada para felicitar al Escobillón blog por su cuatro cumpleaños. Se esté o no de acuerdo, unas veces sí y otras no, esas páginas son como agua de lluvia, aunque no siempre llueve a gusto de todos. Hasta feo estaría,

viernes, 23 de septiembre de 2011

Hoy varios frentes mentales. Si vuelvo a nacer, quiero ser analfabeto. En fin, interés intelectivo. Pero cuando pienso que la tecla a de este portátil se derruía cuando lo tenía en el otro cuarto --sobre el libro Ortografía y ortotipografía del español actual, de Martínez de Sousa--, y ahora ya funciona sin mácula, desde que lo devolví a la mesa escolar donde estaba antes, junto a una ventana que da a los jardines de la calle.
Fui otra vez al Tea. Un negro autor, francés de origen africano, famoso por su novela Puta vida, responde preguntas tópicas de Jérez. El aparato traductor lo pongo en una voz encantadora de mujer que pronuncia palabras en portugués brasileño y en español. Muevo un cursor y me sale un traductor español normal, voz masculina que me hiere los oídos. Lo devuelvo a la brasileña. Por allí cerca veo a Juan Royo.
--Te invito al japonés --propone Juan.
Pensaba quedarme a ver el documental, pero la cocina japonesa me hace cambiar de idea. Estamos un poquito más animados que ayer. Juan, con disciplina germánica, se somete a la quimio sin fallar ni una dosis. En este tiempo ha escrito dos novelas y dos libros de cuentos...
--Es como si de pronto hubiese envejecido veinte años, y ahora me siento veinte años más viejo... ganas de terminar con esto y poder volver a beber...
--Báñate con agua fría.
No es la primera vez que se lo digo. Ni caso.
Me cuenta que vio a Anghel esta mañana en el hospital. "Me van a quitar un pedazo de intestino", le dijo.
El restaurante está lleno. Juan pide, excelente comida, y una tónica para él y un vino para mí, exquisito. Nos colocan frente al cocinero. Hace la comida con un soplete, maravilloso.
Sólo faltaron los azucarillos con frases, como el otro día en el Franco, del Coromoto. El Cuervo intentó conquistar a la camarera, leyendo las ocurrencias de los genios que en el mundo han sido. Míster Herar obsesionado con conseguir corazones.
--En los chinos venden...
--Bah, esos son corazones de amor. Yo los quiero realistas...
Y Juan --volviendo a hoy-- me dice que me va a pasar una novela de Goytisolo. Me bajo del tranvía en el puente Zurita. Cuando voy llegando a mi calle, sudando como la gloria, oigo.
--¡Castellano!
Es Iván Morales, que vino a buscar a la novia, en la calle paralela a ésta, noche que invita a dar un paseo con una mujer. Preocupado por su padre. Anghel es el que menos parece preocupado por sí mismo. Otro rasgo de su valentía.
Miro el móvil. Una llamada perdida de Campanilla. Demasiado tarde para llamar. Una pena. Su voz alada me hubiese venido bien esta noche, de calor, de aromas de otoño.
Hablo con Marcelino. El Gomero, perro de una inteligencia y una astucia impagable. Sufre epilepsia. Mejor no leer la declaración de Soriano, en el blog Nación Canaria.

jueves, 22 de septiembre de 2011

... se hicieron colores, dice el dicho. Charlín, en su novela inédita, que pretende imprimirla en breve, incluye una colección "mítica" en la que está la novela (sic) Diario de un abogado mundano. El Cuervo ha estado corrigiendo estos días las páginas de Charlín. Eso está bien. La intervención ajena puede mejorar o empeorar un texto. El Arcipreste de Hita mejoró bastantes ajenitudes en su Libro del buen amor. Ramón, a mi entender, hizo un buen trabajo, mejoró, sin agredirlo, el original. Ayer noche lo trajo a esta casa para que viese un servidor el último capítulo, que transcurre en San Andrés. En este capítulo aparecen, condenando la colección "mítica", los críticos Jerez y Roja. Este corrector, más irrespetuoso que el Cuervo, puso con esos críticos feroces a Lizundia Zamalloa, criticando ferozmente la colección donde también estaba su novela (sic).
Tres líneas que el autor, último responsable, podía aceptar o eliminar. Hoy, mientras bájabamos por Cuesta Piedra el Cuervo y éste, llamada de Charlín, convertido en un basilisco.
--¡Eso es un disparate!, ¡eso es una estupidez! ¿Cómo va Lizundia a criticar su propia novela? Eso no se le ocurre a nadie.
--Pos vale, chico, es una estupidez. Quítalo y ya está.
Vaya por Dios. La cólera se le acrecentó. En fin, que no pase lo mismo con la portada, encargada a Ramón, y el Cuervo salga más desplumado que la noche de marras en el Platillo Volante. Por el momento no le di importancia, pero de pronto me entró la rabia y golpeé con azules y rojos la portada de La vida soñada de las sirenas, última obra editada del gallego, derechazos y ganchos con la zurda. La dejé bonita y me apacigüé. No es la primera vez que repinto una portada, propia o ajena. Recuerdo ahora la mejoría que hice, después de meter la pata con el color, de Marlou Diésel, que éste editó en su día. Como buen consentido, diré a los cuatro vientos que a Jímenez, entonces director de Idea, le gustó tanto que no hizo una segunda edición de la obra de Marcelino pero se quedó con el ejemplar.
Mientras Ramón se fue al retrete, me entró el sueño. Estaba completamente en otro mundo cuando el granizdo del Cuervo me despertó. ¿Qué hace este hombre aquí?", fue mi primera pregunta. "Ah, es Ramón", lo reconocí. "¿Cómo entraste?", le pregunté. Me costó tomar conciencia de que había entrado conmigo. Ni el café logró espabilarme. Zombi estuve en el Tea, en la charla de Goytisolo acompañado de Jérez y Robayna. Bueno, tuvo su interés. Allí vimos a Sergio Barreto, flamante premio Emeterio Gutiérrez Albelo. Seguramente el domingo iré pa Icod y si me acuerdo llevo a la casa del poeta un ejemplar de la Lunula dedicada enteramente a Canarias donde se publican algunos poemas del Enigma del invitado. Vimos también a Juan Royo. Él, esponjado con la quimioterapia, y yo con el despertar inmundo. Pasamos un rato solariego en una terraza. Esperemos que la próxima vez estemos más despiertos ambos los tres. Y esto es todo por hoy. Mañana tengo trámites.

La nada

"Verano con sus noches solitarias, obligado visitar bares de niñas, glamour y ritmo funky-fashion, caramelos podridos, píldoras groove and cool, mujeres de trenzas largas, todas juntas, alma y tripas. Una zorra llega a casa sola, la cara rota, la mente desfigurada y los ojos arrasados.
El Cuervo vuela sobre Playa Paraíso, mirada amarilla, oasis del hotel. Contempla con indiferencia a un hombre sentado en una cama. Escribe en una libreta, cascos acoplados, The Doors, Vangelis, Enya, escritura errática. Escribe La vida soñada de las sirenas, de Zo Gó Carlín.
--No dijas gilipolleces, Gómez. Límpiate el orgullo con el soplo del tigre o muere.
Gómez combina el deporte con el Corte Inglés. Sueña que Sonia Muñoz le publicará un artículo en su gaceta de gatos".

Firmado: la Serpiente y el chico del pompón y las zapatillas de ballet.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Veo a Cristo en San Andrés esta noche. Él salvó el último capítulo de la novela de Charlín. El cuervo Ramón, por lo que leo, terminó preguntándose: "¿Quién soy yo?" La proxima vez acompañaremos el Aldea con los presocráticos, o con el oráculo de Delfos o el que consultaba Napoleón. Lo acompaño en la pregunta. Yo tampoco sé quién soy yo, ni me importa.
Lo que import es el dinero que llega a la cartera. Lo demás es metafísica.
--¿Nostalgia del pueblo? --dice Cristo.
--No sabes cuántas historias te has perdido --dice Jose, el barman de noche del Cstillo.
Seguro. Pero ahora estoy impregndo del barrio de la Maldad, y la csa con el aroma de Sibisse y Manuel, pérfume de poder. Hoy los despedí en el Sur.
--Cuida a esta muchachita.
--Pierde cuidado, Jesús.
Manuel, un paisano. Feliz de hberlo conocido. Con el telón de fondo de Benijo, Msca, etc.
En el Santa Sofía, aeropuerto del Sur, en el móvil una llamada perdida y un sms de Nal (Nuestro Amado Líder). Tengo que llamar a la notaría y dejar unos datos. Unas señas. "Pintor que pintas con amor... suelta los pinceles y coge el móvil". Lo que cogeré el sábado, o el martes si el sábado estoy apretado, es el cuadro "La plazoleta", el sitio al que ya no quiero volver, de donde echaron a Thor, a mí y a mi padre.
"La legítima se la deja un padre a un hijo cuando lo desprecia", dijo la guapa Viki, de la notaría.
"Y cuando es menos que la legítima, entonces ¿qué?".
Que respondan los presocráticos o el oráculo de Delfos o el de Napoleón.
Hoy me vi con Víctor a la altura del antiguo Frigo, donde mi madre partía el pescado con un machete que hoy está en mi poder. Ni mi padre ni mi madre me despreciaron. Mi madre me dejó algo que aún no sé lo que es. Mi padre su mejor reloj, la medida del tiempo. Me resta recuperar un libro de la picaresca española que tuvieron a bien birlarme, para no perder la costumbre.
Viejo Cuervo, nos vemos mañana. Nal, el sábado.
Vivo en el barrio de la Maldad.
Tengo dos hijas. Atteneri y Sibisse.

martes, 20 de septiembre de 2011

Un guerrero no se lamenta si pierde ni se envanece si gana, porque ha perdido la importancia personal, y la ha perdido porque ha borrado la historia personal (según don Juan yaqui). No es mi caso. Me creció el ego (como diría Nal --Nuestro amado líder--) cuando me vi ayer, junto con el Cuervo, en la próxima novela de mi amado Charlín, en un capítulo que lo eleva a las alturas celestiales un diálogo que el amigo gallego bebió de este blog. No es el primer autor próximo que se alimenta de esta alfalfa, ni será el último. Mi ego está abrillantado, amigo Nal. En cuanto a perder o (cambio la a por el 5) g5n5r b5t5ll5s, en los casos presentes, me dolería perderla y no me alegrarí5 ganarla.
Ayer en casa del capitán ex oyente, un libro de teología bíblica dio al azar una respuesta a nuestras cuitas y dudas.

"La hora está próxima y, en cierto sentido, ha llegado ya y está en marcha: es la "última hora", la de la "vigilancia activa", pero también del culto perfecto, en la intimidad del Padre, por el Espíritu".

Marcelino me enseñaba fotos de varios barcos, para pillar y capitanear uno. Ya tiene pensada el resto de la tripulación:

El Tambo: jefe de máquinas.
El doctor Ramallo: oficial de radio y comunicación.
El Brujo: maitre.
Ramón: vendiendo cigarros y condones a los pasajeros, con un pompón puesto y unas zapatillas de b5llet.
Chani: cocinero.
Lizundia: amarrador de muelle.
Víctor: hombre anuncio del barco que nos lleva al gozo supremo y al placer.
Yo: de vigía, en el palo mayor.
Mi fratella: madam de la sauna de a bordo.
Pedro el independetista H: de camarero que se mosquea con el maitre y lo llama XXX, y el brujo dice olvídame que yo estoy aquí para complcer a los clientes, y Pedro que no, que los psjeros lo único que quieren es robar el ron que él tiene escondido en su camarote.
La madam --- bueno, esto no lo pongo.

Sí pongo que hoy progrmazao (como dix nuestro nhual). Pensaba como tema los problemas con la a, pero el poeta Sergio Barreto anunció su visita. Tarde nuit con el poeta.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Ingrato diario-blog, no cuento las páginas en blanco que aún te quedan. Espero cumplir con mi obligación y llegar hasta la última. Hoy en el Teide, después de dejar a los pies del elevador a Sibi y a Manuel, pensé llevarte otro día a ti y abandonarte como a un perro cazador cuando ya ha perdido la maestría de su oficio y el de la escopeta deja de necesitarlo. Sibi resucitó el portátil pero ahora la a se reciste a ser escrita. La sustituyo por el -.
El viernes en l- librerí- Mistério. Present-ción de l-s novelas prim-s de G21. De los -utores Cristo y Corre-. Cristo con su inf-nci- en el b-rrio de la Verdellada, donde fue niño malo y después -scendido - bueno en el instituto C-brer- Pinto, que -l p-recer lo libró de est-r hoy en Tenerife II consolándose con la mistela de su abuela, que "se hace con lo que lleva". Y Correa con su actual pobre del parque de Santa Catalina. Allí estaba también Javier HV, con la esperanza de que su pobre poeta Domingo Torres, en la novela "El fondo de los chrcos", también tenga notables protectores.
Después por ahí, con otros compinches del club de los negocios raros...
En fin, falla un- tecla, y empieza la crisis... Así que lo dejo aquí. -hor- le toc- -l Cuervo.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Ciber en La Laguna, cerca de La Tropical, donde el crújer cuesta 1.40 euros. Aquí me vendieron una cajetilla por un euro. No sé si gané o perdí. En el bar de Efraín, en la plaza del machango, del barrio de La Maldad, cuesta 95 céntimos. Ültimamente prefiero morir con negro Crujer que con rubio Malboro.
--Qué, arreglando papeles? --me pregunta Efraín, como si oliera las copias de los testamentos dentro de un sobre--. ¿Algún problema?
--Mientras trate con mi hermana, creo no, pero como se vuelva a meter mi cuñado.
--Como se metan los cuñados, o las cuñadas que es peor, agüita.

Anoche rito esóterico literario en la Muac, y hoy aquí en La Laguna. Otra vez Cristo y Correa, en la librería Mistério. Volveré a Ver a Javier. Dolido porque a él no le he dedicado un poema elegiaco, galanteador y bailarín. Javier --decía in illo tempore mi hermana Mirella-- no es un tarambana que escribe novelas sino un señor abogado. Sin embargo, también es aficionado a esa tontería de escribir novelas. Acaba de publicar "El fondo de los charcos", de la que hablaré un día destos no sé si en verso o en prosa.
--No se peleen por cincuenta euros --dijo Anghel.
--Lo dejaremos en cuarenta --dijo Javier.
En fin, 40 es un número más oportuno ahora que cincuenta.

Noche de consolidación de hermandad con el capitán M, aún sin barco. En el Platillo Volante está otra vez Hilda, una alienígena de Puerto Marte, exuberante hembra que el otro día se sentó en nuestra mesa creyendo que éramos una pareja homosexual y que no corría peligro. No fuimos inteligentes y desmentimos su pensamiento, no sé si mintiéndonos a nosotros mismos.
Me subió a Casa, allí bebimos un espiritoso, que en la opinión del experto Lorenzo, al que le bastó olerlo, en la Muac, para catalogarlo como de baja estofa.
--Esto si no lo bebes con cocacola... --dijo Lorenzo.
Ya en la casa de la calle El Tanque, Marcelino apreció otra vez mi pinturero arte con los colores. Quiere organizar una exposición. Si JRamallo organiza la exposición virtual y Marcelino la no virtual, me temo que voy a tener que pensar en Hacienda otra vez.
Le conté parte de una historia, cuyo guión pienso trabajar (sólo imágenes, palabras las menos posibles) para que Ramallo haga una película cuando tenga los medios técnicos. La parte de esa historia tiene que ver con Mirella. Cuando el doctor R acabé con la peli prometida o Marcelino publique el cuento, ya la conocerán.
En ese momento sms de Mirella: "encontramos muerto a josé miguel mañana no sé si podré quedar contigo en la notaría".
José Miguel era hermano de mi cuñado. Un día tuve que cortarles en seco la teoría de que él y yo estábamos cortados por la misma tijera. (Roben a Lizundia todos los adjetivos despectivos y se quedan cortos.) Murió solo, en su casa de La Maldad. Lo encontraron cuando ya llevaba varios días fallecido. Mi hermana me informó de que no habrá ninguna clase de funeral. Lo pasarán directamente del frío al fuego. Descanse en paz.

Alegría por ver al Cuervo resurgir en su blog, con enlace a "y así sin más", donde publican recién un fragmento de "El negro". Dos ejemplares llevo conmigo para descargarlos después en la charla de Cristo y Correa. Primeras novelas de la colección g-21. 10 euros cada uno, cada "El negro". Precio de coste. Y a Ramón, si no me fallan los cálculos, ya sólo le debo 45 euros. Marcelino, por su parte, me condonó (¿se dice así) la deuda. Y creo que Ramón, para no ser menos, seguirá su ejemplo. Conmigo que no cuenten, no perdono ni una coma.

Mi portátil falleció anoche. No sé si resucitará.

jueves, 15 de septiembre de 2011

intento de contraportada y bibliobiografía

Anghel: aquí los textos que faltan. La novela tiene un capítulo con exageraciones impropìas, pero sin ese capítulo, los restante no podrían ser comprendidos. En cuanto al uso de nombres reales, como recurso literario, es algo con lo que me vengo debatiendo sin ver aún una luz totalmente aclaratoria. Es un modo de acercar la ficción a la realidad, de hacer parecer real lo que no lo es. Ojalá no me equivoque. Proximamente te llevaré un motivo de portada, por si te parece bien, y si no, buscamos otro. En fin, creo que nos veremos esta tarde en la antigua Casa Elder, y mañana si Dios quiere, por la noche en MisTÉrio.

contraportada:
La ciudad del norte de España que funciona aquí como escenario irreal, propio de esa mentira que es la ficción narrativa, no tiene nada que ver con la ciudad real, ni en las historias aquí contadas ni en los personajes. Quien lea estas páginas pensará que el autor vivió la ciudad como cárcel excluyente. Nada más lejos de la verdad. Gijón es una ciudad esplendida, con habitante dignos de admiración. Pero otro ente es el narrador ficticio, un hombre autodesterrado, con horror vacui y atrapado en la rutina. La densa atmósfera de los primeros capítulos, se hace más soportable y respirable a medida que se avanza en la trama. No es esta una novela de muchos lectores. Las buenas novelas son de cuatro lectores --escribió Unamuno-- y las mediocres las lee todo el mundo. José María Lizundia, en el prólogo, denomina al autor como escritor de raza. Es posible que sea cierto. Lo único cierto en estas páginas.

solapa:
J.R.C. (Tenerife, 1943) ha intentado preferentemente el logro de la poesía, como expresión y conocimiento de las periferias del mundo. Ganó un premio Matías Real de Poesía (del ex vespertino La Tarde) con Andrógino invisible. Posteriormente la imprenta ha conocido: Proserpina, La dama es una trampa, Palabras espadas y serpientes, Llorad las damas (publicado en Idea en 2010) y colaboraciones en las antologías El silencio de los chinos, Gijón estrés y otras.
Su obra narrativa editada: el intento (fracasado) de novela Telarañas, y más logradas: El negro, El pintor asesino, Agosta escribe y varios cuentos repartidos en diversas revistas y antologías.
También ha trabajado la escritura como artesano: La novelas juveniles El unicornio (traducida al griego y al inglés) y Samurai. En su haber literario cuenta también el texto de una guía de la costa asturiana y otros.
Forma parte de la tertulia del programa La Puerta (Radio Unión Tenerife), tiene la dirección honorífica de la revista Lunula.
Su afición a la pintura le ocupa hoy más tiempo que su afán de seguir escribiendo.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

el significante

Mi sobrina Eva me ve en la calle El Castillo --yo buscando mi musaraña urbanística-- y no saluda. Ni mira pa uno. "... tiene mucha soberbia, en eso se parece a R", dijo mi padre cuando estaba en San Juan de Dios. El significante (vocablo cuyo significado robo del blog de mi primo Lizundia) de la cortesía lo desconoce. En eso salió al padre. Pero sí conoce el significado. Salvo la mañana de la ambulancia en La Plazoleta, siempre ha sido no cortés pero sí educada. Y cumplidora con su palabra, al contrario que su padre mi cuñado. Nada que reprocharle a Eva. Quien no te saluda te evita esa lacra que son los sentimientos cuando el camino no tiene corazón y el sentir es un mero significante, sin contenido.
--Busca un camino con corazón y recórrelo --decía don Juan yaqui.
Mi maestro don Juan (además de Jesucristo y de mi primo Lizundia) también decía (esto a Campanilla y a Marcelino, excesivamente y bobamente asustados) que la Sin Nombre camina siempre a tres pasos del Ser de Parménides, hasta que decide tocarlo y convertirlo en Ente. y que es la mejor consejera que tenemos. Sólo los imbéciles se creen eternos.
--¿Te partió la cara? --indagó Lizundia ayer en 3 de Mayo.
Sí, mi cuñado me partió la cara una vez. No es el único. Cuando no fui cobarde, peleé y algunas peleas perdí. El daño no es un diente pal aire, el daño es que quiera seguir machacando. Eso sí que tiene gracia.
Mi primo Lizundia no preguntó por qué. Yo creo que fue por celos. Mirella hubo un tiempo en que me amó, pero yo amaba a la rubia del catecismo de la iglesia de Fátima. No soportaba que ella no me amase. Y para llamar su atención, le quité un día de detrás la silla cuando iba a sentarse y cayó al suelo. Me expulsaron del catecismo. Pasaron varias semanas y volvieron a llamarme, para que volviese. No volví. Quizá fue cuando percibí el amor de Mirella. Me quedé sin Mirella y sin la rubia. ¿Que habrá sido de su vida? Una belleza, y ni siquiera recuerdo su nombre. Imperdonable.

Orlando en la habitación 730 del HUC. Está tan flaco que parece una figura del Greco. Un cuadro espiritual. El otro día lo vi. Cuando acepte la soledad --curiosamente la plaga de la especie humana sufre en sus individuos soledad-- se habrá curado.
Padezco de fobia a los hospitales, pero con palos se acostumbra el burro. Las circunstancias me obligan a lidiar con esos aposentos. Hasta hoy, no como paciente sino como visitador. El Huc, la Candelaria, el Tórax, el San Juan de Dios y La Colina. El del Tórax tiene el grado sumo de confort y atención humana. Morir en un hospital no sé si será muy digno, pero mejor morir en uno donde la atención y la estancia se agradece. Habitaciones amplias, con vistas no agresivas, silenciosas, y un personal sanitario amable y atento, no sólo con el enfermo sino también con sus acompañantes. Es lo que puedo testificar del Tórax, en lo poco que sé. San Juan de Dios posee amplias escaleras, fáciles de bajar y subir, y terrazas amplias y aireadas, pero las habitaciones son pequeñas, no exentas algunas de vista panorámicas. El trato del personal sanitario, tal como yo lo viví, correcto los médicos, a veces ínfame los enfermeros. Tuve que llamar la atención para que se bajaran algunos humos y por lo menos no insultasen o se dirigiesen de malas maneras al paciente. Si escribiese una novela, sólo les falta amordazar al enfermo para que no dé la tabarra. En fin, me centro en La Colina. El último por ahora. Enfermeras atentas, amables, bonitas, piadosas y casi maternales con los pobres moribundos. Incluso, a pesar del reglamento, te permiten quedarte en la habitación, aunque no te dan la cena, como en el Tórax. En mi caso, compartía la del enfermo. De las habitaciones, sólo puedo hablar de una, la que transitaba a diario. En cuanto a dimensiones, nada que objetar. La queja, si la hubiese, empieza por las ventanas. Con cristales "opacos" que te aíslan del mundo exterior. Lo peor es el ruido subterráneo, sordo, constante, enloquecedor, en el que predominan las erres, las tes y las emes. De vez en cuando, si permaneces horas allí dentro, te alivias del acoso "musical" saliendo a la sala de espera. Del piso donde está esa habitación. Sala de espera amplia, silenciosa y con un ventanal que abarca toda una amplia pared. Con una vista privilegiada hacia una gran parte de Santa Cruz. Iglesia de Fátima --qué recuerdos, qué belleza la de una rubia de la que me enamoré. No, amigo nahualt. Esa vez no fui correspondido-- en primer plano, y los dos rascacielos de 3 de Mayo dominando el cuadro, en la zona aúrea, al fondo. Lástima que no sean más altos, porque entoces la línea del horizonte marino hubiese quedado impecable. Por lo demás, hubo entonces armisticio con los extranjeros con los que compartí al enfermo no imaginario. Aprendí lo que había aprendido de pasadas batallas, y creo que no caí en errores. Y de vez en cuando, una enfermera pequeña, de carita pequeña y risueña, le cantaba al moribundo "Jesusito de mi vida". Cada vez que entraba en la habitación, su presencia me alegraba la vida entera. Comprendo que no estuviese en su mano evitar el ruido ensordinado, sobre todo por la noche, repitiendo, con escarnio, con burla, "mueeereeeteee, mueereetee, muérete...". Y se murió. Su última voluntad era morirse en su casa. No pudo ser. Y ahora sigo oyendo esa canción. Esta vez dirigida a mí. Ojalá muera en la tierra cuyas llaves él me dejó, cumpliendo la voluntad de mi madre, y que la ley --me temo que no va a poder ser-- no impida que allí esté mi tumba, para que escupan mis enemigos y recen mis amigos. Sé que me estoy muriendo. Mis días acaban. Mi intención es no dejarle antuertos a mis hijas, que lo poco o mucho que encuentren de mis restos tenga todo un valor, y si puede ser, un buen precio. También me queda saldar cuentas con mis enemigos y deudas con mis amigos. A Marcelino le debo 50 euros, a Ramón también... A Ignacio Gaspar, si no se estropea el ordenador, tengo en él una obra quele corregí, y si no me equivoco, no hay otra superior hoy en día, e incluyo a José Rivero Vivas. Si puedo arreglar lo inédito propio, que lo custodie mi amigo y editor Anghel Morales, si sigue en pie de guerra. Creo que llegaré al día 24 de este mes. Pero si no, el cuadro que está enmarcando una tienda de la calle el Castillo --"La plazoleta"-- es de mi amigo Manzano. En fin, supongo que iré recordando más cosas antes de que la sin nombre me diga "ven ya conmigo, significante sin cortesía". (Ah, nahualt, el vaso barril creo que me lo regaló, sotto vocce, nuestra barman, aunque lo que me han robado o he robado lo doy por prescrito).

martes, 13 de septiembre de 2011

Javier me debe 50 euros. ¿Me los pagará? El fondo de los charcos, en manos del cuervo. Jramallo me comunica que hAY DOS COMpradores del "El negro". Que no se entere Hacienda. Perdú lo escrito y repetí escritur: SI OLVidamos a José Lizundia y a Ignacio Gaspar, JRamallo y Marcelino Marichal son los autores a tener en cuenta. "El guanche en Venecia", no sé.Y los g21 ya veremos. 50 euros. Que n0 lo sepa erl charco de Hacienda, ¡vale, Javier?

La Puerta, a las 18.00 en Radio Unión Tenerife

Una vez más la cita más esperada de los radioyentes. Un programa inspirado en la política de Alfonso X el Sabio. Aunque no todos allí somos sabios, pero sí sabijondos. Esta vez con la deserción anunciada del oyente Chani, que ha perjurado que nunca más va a escuchar este programa. No me lo creo. Lo que sí me creo es que hoy regresará nuestro tripulante Ramón Herar, y la nave estará al completo, junto con José María Lizundia, Jesús Pérez Triana, Víctor Hernández Roncero y este inseguro servidor.

lunes, 12 de septiembre de 2011

noches de conflictos, días de pérdidas

Anoche peli en el TEA. Bosnia. El principio del acabamiento del mundo. La única esperanza, una niña abandonada. El único santo, la santidad de una pistola, por si regresan no los malos tiempos, sino los buenos tiempos de la guerra (si Nietzche estaba en la verdad cuando defendió el estado de guerra sobre la abulia y degeneración de los humanos instalados en el antinatural pacifismo). Había quedado con el Cuervo, recién regresado de La Palma. En la sala de proyecciones, con butacones blancos de muerte y no de vida, vimos al capitán M. Nos ajuntamos. La emanación de la película era que tienes una pistola o no eres nadie. Cuando salimos del TEA, tomamos una cerveza en la zona de los Bulevares, junto al edificio de Cajacanarias, donde las aristas no hieren, no agreden, como ocurre con el Calatrava en serie, provocador de más locuras en la cuna mundial de la locura.
--¿Quién se cree el Escobillón? --dijo el capitán--. Él no tiene el caché de Pérez Minik.
La denominación "caché" la puse en la lista negra desde que se la oí a un engreído literato en Gijón. "Tal cual no tiene mi caché".
Escupí sobre la tumba de todos los cachés y cachetudos. Pero no hubo discusión a la hora de pagar. Cada uno lo suyo. Estilo fenicio.
Nos mudamos al Platillo Volante. La zona del capitán. Zona de alienígenas majaretas. Discusión sobre la verdad y la mentira. "Verdad, mentira, todo mierda", escribe el prota del Libro del cuervo (en prensa y custodiado por Anghel). La verdad era vigilar mi vaso de ron. Ya estoy harto de que los amigos tengan a bien la gracia de meterme somniferos en la bebida. Ya sé, como en el cuento de Gila: "Si no te gustan nuestras bromas, mándate a mudar", pero si puedes evitarlo, te retiras cuando tú quieres y no cuando te manda el somnífero.
El capitán imprecando que no pagué lo mío. Menos mal que el Cuervo --extrañamente, armonía esta vez entre Ramón y Marcelino-- me sirvió de testigo. Desde el primero al último céntimo.
Nos despedimos. Dejé el clío escacharrado donde lo aparqué --mañana lo recojo después de firmar con mi hermana Mirella, pensé-- y subí a casa con el Cuervo. Portó al hábitat una botella de ron que trajo de La Palma. No sé si fue el ron --excelente, reanimador-- que le convenció la dama del cuadro, la dama que mi hija Sibisse se hubiese llevado si no lo hubiese tenido comprometido. Consentido aprendiz de pintor, un caso este Chito. Unos buches y Ramón dejó la botella en este sitio de La Maldad. Ramón es un caballero. Si hubiese sido yo...
Y hoy había quedado con mi hermana M en la Agencia Tributaria. Una hora esperando, pero en fin, con buena voluntad la paciencia no es un sacrificio.
Traía los valores de las casas. Me dio el de la de este barrio. No quiso mostrarme el valor de la de San Andrés. Obediencia al pez tamboril. En fin, todo en su momento. Quiso echarse atrás en compromisos adquiridos...
--Mis tratos son contigo --le dije, y más cosas le dije--... pero si empiezo a notar cosas raras impugno la herencia.
--La légitima ya la tienes --dijo, contando con la casa de Icod, de la que tengo la posesión pero no la propiedad.
Las malas artes de los otros aclaran las propias ideas. No pudimos fimar porque faltaban las últimas voluntades de mi padre y de mi madre. Pero al rellenar el papel, ella dijo al de la mesa "exento de cuentas bancarias". Si no hubiese sido por la influencia del tamboril, el negarse a darme información sobre el valor de la otra casa, ni lo hubiese pensado. Pero después recordé que cuando vine a esta isla para quedarme, una de la preocupaciones de la otra parte contratante era que reclamase lo que me dejó mi madre. Y nunca supe lo que me dejó mi madre, ni su cuenta bancaria, que no figura en los testamentos... En fin, lectora Mirella, con pocas palabras... etc.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Conoces a una persona en que cada encuentro acrecienta la empatía, en este caso un escritor que lees con asiduidad, que destapa la caja de los truenos pero al que quizá le falta aún tiempo y desapego para romper el cristal. Hablo de Nuestro Amado Líder. Gracias a él, hoy Chito respiró con todas las branquias como un pez en sus aguas naturales. Me doy cuenta, leyendo a José Antonio Manzano que quien conoce a los peces conoce a los hombres. Hoy fue mi abogado y conocí como un buen defensor es capaz de espantar la anomia de su defendido y hacer que se comporte como es menester. Si no hubiera sido así, Chito, que no perdona pero olvida, hubiese recordado y se hubiese fajado con el pez tamboril marido de Mirella en una nueva discusión de mentecatos. Pero José Antonio, sin imponerlo, sólo con la emanación de su personalidad, hace que el defendido se comporte y además sabe tratar con la parte contraria. No es sólo el conocimiento de las leyes y las costumbres de la Justicia lo que hace a un buen abogado, sino saber dialogar con todos los implicados en el proceso. Más vale un buen acuerdo que un fatigoso juicio. Si hubiese sido por el pez tamboril, con su sombrero de paja y sueños de lombrices, una guerra desgastante se hubiese iniciado hoy. Esta vez, cuando el codicioso quiso actuar según su voluntad, el acuerdo ya estaba firmado. La discusión posterior ya era baladi. En otras circunstancias, Chito hubiese caído en ella. Pero la presencia de Manzano, sutil como una brisa marina, impuso cordura, saber estar. Y por esta vez Chito y su hermana Mirella no tuvieron motivos para más marejadas. Otras batallas reclama la vida, y otros consejos susurra la carta sin nombre. Gracias, amigo. No digo que me salvaste la vida, pero sí el pellejo.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Yo el Sinsentido

Nahualt peculiar José María Lizundia. Sospecho que está aquejado de daltonismo verbal. Ve verdes las palabras que son rojas, y azules las que son verdes. Ahora llama "autoconstrucción" (palabra negra en su diccionario) a lo que es desafortunada intervención de arquitectos ayuntamientales. Y a mí me da el título de Consentido. Me anima el cargo pero no sé si debo aceptarlo. Soy una de las personas con menos sentido que conozco. El sentido común me brilla por la ausencia. El de la realidad no me llega por ninguna parte. El del gusto, en las antípodas de los cánones. Y mejor es no seguir. Sin embargo, viniendo del nahualt, alguna razón secreta habrá, pues no en vano un ser con dos huevos luminosos es difícil que esté desacertado, aunque sufra daltonismo semántico.
Hoy viene mi hija Sibi. Creo que esta vez debo comenzar la limpieza de la casa de arriba abajo, y no a la inversa, como tengo por costumbre (cuando me da por limpiar).

miércoles, 7 de septiembre de 2011

reencuentro don Nuestro Amado Líder

Muchas faces quedaron en el tintero en el programa de ayer. Entre los asuntos que aún me apasionan (algo), esta el de las ciudades, con sus centros neurálgicos, sus bifurcaciones, sus lugares de paso o estancia, sitios abiertos o cerrados, prohibidos o permitidos, con sus límites marcados o artificiales, y como dijo Víctor, aunque no estuve de acuerdo con él, cuyos habitantes la configuran principalmente. También fue grato reencontrar a Nuestro Amado Líder, aunque mediase cierto interés adjunto, como cuando solicito la ayuda del Cuervo en las dificultades informáticas. (El Cuervo, desplumado la noche anterior en el Platillo Volante, huyó a La Palma a refortalecer sus alas. Lo echamos de menos en una discusión que a él también lo apasiona).
Mi destreza de serpiente elige a los amigos entre la gente por la que siento admiración y, en cierto modo, tienen lo que yo no tengo. En el caso de Nuestro Amado Líder, su pulcritud y orden formal, su claridad y sobriedad espiritual y moral, su elegancia en todos los sentidos, y por supuesto sus conocimientos para desenvolverse entre las ciertas marañas inevitables de la impuesta cultura de nuestro mundo.
Mi gratitud le debe dos cuadros (ahora que los amigos me animan como advenedizo del arte de la pintura). El primero lo tengo abajo en la sala. El motivo de inspiración es la plazoleta de San Andrés, versión captada desde la azotea de la casa que fue de mi padre. Si le agrada ese cuadro, le pongo un marco más decente que el que tiene ahora y es suyo. El otro está por hacer. Forma parte de un plan que creo que podré llevar a buen puerto.
Como era el de Santa Cruz en los buenos tiempos del cambullón. Lágrimas suficientes, más saladas que el mar, no existen para llorar su pérdida.

posdata:
--Díle a los hermanos que no saben nada del olor del mar. --Llamada de Chani en el posprograma.

martes, 6 de septiembre de 2011

RADIO OTRA VEZ

HOY SEIS DE LA TARDE, O SEIS Y PICO, COMENZAREMOS A ENGRASAR LOS GOZNES DE LA PUERTA, EN NUEVAS SINGLADURAS POR LAS PROCELOSAS MAREAS DE LA DESTRUCCIÓN MASIVA. lA TRIPULACIÓN AL COMPLETO (SI VUELA EL CUERVO HASTA LA SEDE DE RADIO UNIÓN TENERIFE) EN COMPAÑÍA DE NUESTRO AMADO LÍDER Y NUESTRA EX AMADA SANTA CRUZ...

sábado, 3 de septiembre de 2011

Campanilla voló a su reino y dejó en esta casa polvos maravillosos. Toda ella está impregnada de Campanilla, incluso su silueta en la pared, con velo para evitar la mirada de los sátiros, que deberán pagar una moneda mágica por quitar el velo y descubrir el esplendor. La alta costura tiene un precio.

Veo a Yolanda seguidora en este blog. Qué bellos recuerdos, que pudieron haber sido...

Los polvos que no gozamos acuden a veces y después de acordados dan dolor y a nuestro parecer...

El nahualt Lizundia ataca con los mamotretos de Perrault, que me recuerda al cuento de Caperucita. El lobo atroz (el Mamotreto) y la playa de arena negra que ya no es, devorada por el engendro arquitectónico costero, ogro infame enemigo de la principesca autoconstrucción (viejo cementerio marino que ya es una pena verlo, campo de futbol que ya es una pena no verlo, autoconstrucción más valiosa que Perrault, Niemeyer y Calatrava juntos, asesinos de los pueblos). Ellos son inocentes, Le Corbusier tiene la culpa. La arquitectura al servicio del ciudadano robot y no del pueblo animal. Si Palladio levantara la cabeza.

El Cuervo se quedó enjaulado en la maresía. Esperemos verlo el martes en el programa, y si va Nuestro Amado Líder, mejor inicio, imposible.

En fin, otro cuervo me llama. El libro del cuervo. A ver si hay suerte y Anghel vende los cuatro ejemplares de rigor. Lo demás es literatura.