domingo, 31 de julio de 2011

nostalgias

Reaparecen damas que había huido, vía telefónica. Roxana Popelka desde Madrid. Estuvo en Gijón en la Semana Negra.
--Una miércoles --dijo.
A los Taibos y lameculos se les acaba el chollo. Quien conoció esa Organización por dentro no lamentará que desaparezca. Que les den.
Roxana quiere venir a Tenerife. Que venga. A lo mejor coincide en la fiesta que nos prometió JRamallo en su terraza. Llevaremos carne de cochino negro.
Otra que reaparece es Trini. Con inquisiciones por los cuatro costados. Con la pequeña fulgurante quedé en ir un día a la playa. No sé si nudista o decente. Ya veremos.
Y esta noche, después de dejar funcionando los dos termos de esta casa, fui con Marcelino a San Andrés. Santa Cruz es un muerto. San Andrés es la vida en estado puro. El último reducto de occidente.
Vimos a Beba. Estuvimos en el Monterrey, en La Pandorga. En la Tasca. En el Castillo, con el barman filósofo, irrebatible. Me entró una tristeza. Llorar como mujer lo que no supe defender como hombre. Quedan días. Hay más días que longanizas. Regresamos a la ciudad que nos dejó Zerolo. El viejo marino enamorado de la hermana de Lizundia. No sé, chico. Ya veremos si se celebra esa fiesta judía. El nahualt está obsesionado con el Sahara.
El viento mueve la noche. Seguimos trabajando.

sábado, 30 de julio de 2011

buscando un poema

Se escrive "ciervo", me refería al animal, no a un elemento de la servidumbre, "siervo". Poco a poco mi órgano de corrector, ahora sin ejercer función alguna, se está debilitando y regreso a las fartas ortográficas de otros tiempos. En fin, Antonio Machado decía que había erratas de imprenta que mejoraban el poema. Lo mismo ocurre con la ortografía. Lapsus linguae, en este caso, que revela lo que realmente sentimos y no cómo nos queremos pintar a los ojos del otro. Nada de Cantar de los Cantares.
El poemilla anterior tenía que haberlo dedicado a Lyle, amiga de mi hermana, que en la puerta de la iglesia de San Andrés me pidió que le dedicara un poema. Lugar sagrado. Anteriormente, al final de la misa, no le hice caso a mi prima Zoila, la hermana de David, de que pasara a la sacristía y le diera al cura el emolumento para los pobres. No me dio la gana. Sólo tenía 20 euros en la cartera. La ussura, de la que me acusa el autor de Y fumar puede matar, es mi estado de ánimo en estos últimos tiempos. Dios me castigó. Ese día dejé el clío maltratado en San Andrés, junto a una señal de prohibido aparcar al día siguiente por la fiesta de la Virgen del Carmen. Y al día siguiente me llama Chani al móvil, que vaya rápido que la grúa está a punto de llevarse el coche. Ni me lavé la cara. Salí corriendo. Por fortuna, un taxista fumaba con el taxi parado frente al machango. Los veinte euros desaparecieron. Pero el auto seguía allí, en la zona del castillo, ahora junto a un kiosco grande que no habían podido colocar donde querían porque el clío ocupaba ese espacio. Tuvieron la cortesía de ponerlo más cerca del escenario para los bailes. Supongo que me ahorré 100 euros, entre multa, grúa y depósito municipal. Dios castiga pero no ahoga. El caso es que la promesa es la promesa. Un poema a Lyle, un poema que por lo menos valga veinte euros. No es fácil. Estoy perdiendo capacidades poéticas. Se ha impuesto la prosa, ahora pienso en prosa. Se canta lo que se pierde / con un papagayo verde / que lo diga en tu balcón. Y ya se me están quitando las ganas de cantar lo perdido. Es hora de crecer, Chito, deja atrás la infancia y hazte un hombre. Un hombre sin memoria. Ayer me vi con Javier por la tarde en La Laguna, y no me acordé de su crítica sobre El cobrador, de Rubem Fonseca. No me acordé y no lo reté a un duelo, él con la pistola con que va a salir en El fondo de los charcos (en septiembre lo veremos, con una portada que merece la pena, en contraste con la foto del autor) y yo con una estiladera. Bueno, mejor dejar los duelos para el invierno, que amenaza movido. Un invierno potable en las escrituras canarias. Con Javier Hernández con su charco en Baile del Sol y un Anghel con pepitas de oro, plata y cobre en la cartuchera: Marcelino Marichal, JRamallo, Ignacio Gaspar, G-21... y creo que también, entre esa bandada, el Libro del cuervo. En el mejor de los casos, espero que el cúmulo de personajes y episodios, que hacen demasiado densos los primeros capítulos, no impidan remontar el vuelo, desde el prólogo de José María Lizundia hasta el epílogo de JRamallo. Anghel dijo que es la novela que me va a consagrar. Y tiene razón, claro que tiene razón. Una novela que habla más de estos tiempos que de aquellos de vacas gordas en que fue escrito el primer borrador. A tener en cuenta, supongo. Si no ya hubiese dejado este ingrato oficio. Oficio de tarambana, como dijo mi herma in illo tempore. ("JH no es un tarambana que escribe novelas, sino un abogado"). Me consuela saber que Miguel de Cervantes, cuando iba al corral a escribir, él decía que iba a trabajar, y la hermana se reía que se meaba. Pero tenía razón la hermana, el genio murió más pobre que un cero a la izquierda. Moraleja: menos genialidad y más abogacía.

Dejo en el tintero la noche del taco con bolas, pero tengo que ir a trabajar.

miércoles, 27 de julio de 2011

a mi hermana

Si esta carta te llegase,
te la lleve una calandria
y la lea un gorrión,
y recuerdes al jefe de las brujas
de Güímar
y recuerdes un jardín
y entres en su palacio.
Allí, devota de la danza,
suena la música
de una canción. La letra,
cualquier letra, la música
cualquier música
y el baile, un baile
de adónde te fuiste
y dejaste
un siervo herido.

martes, 26 de julio de 2011

El cuadro de Marcelino.

27 x 21 cm. Marco incluido. Me está haciendo gastar todos los tubos de óleos. Rembrant, uso la marca Rembrant. Una de las más caras del mercado. Traje los tubos de Icod, de la casa que ahora reclama Roberto, el marido de mi prima Mary, la hija de mi tío Manuel, que murió en Lanzarote, donde sospecho que yo iré a morir, la tierra de mi abuelo, hijo de ese De Armas que fue un cobarde. Quizá de mi bisabuelo heredé la cobardía. En fin, que me está costando dejar potable el cuadro de Marcelino. Abstracto. Todavía no está en su punto. Y acrílico sobre óleo es imposible. Más barato el acrílico. Pero sólo sirve como imprigmación si luego usas óleos. Cuanto más mejor, decía Francis Bacon. A ver cómo hago yo para reponer los tubos. Me interesa más la pintura que la escritura. Pero por si tengo que viajar a Lanzarote, me conviene terminar lo inédito. Quitármelo de encima. El gigoló, el informe, el bufón bocacosida, etc., borradores con una solución que no supe descubrir en su momento. Ahora si la sé. Pero lleva tiempo ponerla en el papel, en la pantalla.
Hoy hablé con mi sobrina Famara. Me hizo bien. Si no fuese por ella, me hubiese eschavetado. Y por Anghel, y por Gladis, y por Lili, amiga de mi hermana y sin embargo mi amiga. Por lo demás he descubierto que estoy mejor sin lavadora, sin televisión y sin termo. Lo del termo me imagino que lo tendré que arreglar cuando vuele a la isla Campanilla. Ramón es el hombre del fuego. Lo ambiguo que tú quieras, pero me arregló la cocinilla. El hombre del fuego, y si no, Marcelino, por los tubos de Rembrant, jodido negociante gomero.
Hoy programa útil, aunque se nota la falta de contrincante. Legrá contra Barrera Corpas. Combate, pelea. El próximo martes, con JRamallo (si no le surge contratiempo), y el otro con Nuestro Amado Líder (le diremos "¡ven!"), y el otro... el otro sorpresa...
Y el jueves, no se olviden, poesía en Librería el Cabildo. Día mágico. Con Anghel Morales y sus buscadores de musas, y musos (también hay mujeres poetas, de soberbias y encantadoras voces).

lunes, 25 de julio de 2011

programa y otras poesías

Este martes otra vez programa, con ausencia de JRamallo, que no puede ir y lo atrasa para el martes de la semana que viene. El Cuervo, ahora en Bilbao, tampoco acude esta vez al barco sin gobierno, eso que llaman La Puerta y que está en Radio Unión Tenerife... Acontecimiento: regresa Víctor Roncero. Interés por oir consejos de Nuestro Amado Líder, si pudiese acercarse.

Allí estarán, lo más seguro, la voz percusión de José María Lizundia, la voz viento de Víctor, la voz cuerda de Jesús Manuel Pérez Triana y la voz desafinada de yo. Entre otras palabras, comentaremos lo que hay a nuestro alrededor, y si no se nos ocurre tema, hablaremos de nosotros. Siempre tendremos la inspiración de una mujer, orden y concierto entre tanta música variada.
*
El día 28, poesía en en librería del Cabildo, en S/C. Más o menos poetas de Aguere-Idea, con Anghel Morales portando la bandera de los Versos. De ocho a diez de la noche.

Salud, suerte y un poco de lo demás.

domingo, 24 de julio de 2011

a los amigos

Gracias amigo Riforfo
de talante Canarión.
Gracias amigo Ramallo
de sentimiento y razón.
Gracias amigo Vïctor
por tu abrazo bienhechor.
Gracias amigo Royo,
río sobrio y con frescor.
Gracias amigo Cuervo
por la noche del chuletón.
Gracias Oyente amigo
de La Gomera un color.
Gracias amigo Chani
por las garbanzas con ron.
Gracias amigo Manzano
por ayer, mañana y hoy.
Gracias amigo Fernin,
en El Batán bailador.
Gracias amigo Lizundia
de estilo liberador.
Gracias amigos vecinos
del pueblo del Torreón.
Gracias Anghel amigo
¿a ti qué te digo yo?
Gracias amigo Javier
y ponle al 6 un +2.

(Famara con su dolor
y mis hijas y otras amigas,
con la grata Campanilla
al frente del batallón,
merecen cantar mayor).

sábado, 23 de julio de 2011

Coplas de agradecimiento y filosofía

Ya se murió el viejo,
lo llevaron a enterrar
tres mulas y cuatro bueyes
y no sé qué gente más.

Liviano fue el velatorio
entre tanta mujer linda
paisano no se me rinda
si lo invitan al casorio.

Una noche no está mal
si luego llega el divorcio,
que soporte a la consorte
quien no encuentre otro consorcio.

Pa mí no fue el muy bien,
otros salieron mejor,
me jodió su poca fe
en mi poquito valor

y el alma se me quedó
con el alma que heredé,
a otros la cuenta corriente
y casa de San Andrés.

No sé si gané o perdí,
ni se si perdiendo fui
a ver qué gracia hay en ti
mujer de sombra y olvido,
que hallé lo que ya ha sido

en el mundo p0ner tierra.
Un tonto como cadáver
y en el cogote una sierra
cree saber que él sabe
que es oro toda la mierda

Gloria a ti, Gladis amiga,
pues sin tí estaba perdido,
me diste claro sentido
y valor para que siga.

(y a todos los amigos, que si n0 tengo aliados estoy perdido. Un abrazo.)





Y a quien ron no llevó
a la fiesta del 22
que lo queme una cerilla
y se lo lleve don Dios.

viernes, 22 de julio de 2011

Jesús Rodríguez Díaz, mi padre, falleció hoy a las nueve de la mañana. Su cuerpo será velado en el tanatorio de San Andrés. Descanse en paz.

martes, 19 de julio de 2011

El vendabal hace bailar a la llovizna la danza del vientre. Las ramas de los matos en la calleja del Tanque, barrio de La Maldad, se suman a la coreografía. Isadora Duncan ¿adónde te fuiste después de oír versos rusos en Moscú?... No quiero pensar lo que ocurre en el Gran Canal. El monstruo del barranco me llama pero no acudo. Despierto, como ayer, a la una de la madrugada. Había soñado que, en un lugar extranjero, una tortuga escribía poemas que firmaba como "Baudelaire". Eran poemas preciosos. Lástima que no me acuerde de ninguno. El Godo, el amigo amante de Berto, quería apropiárselos. Se alió con mi hermana para sacarle ganancias a esos poemas, como si fueran suyos. La poesía, como dijo Baudelaire en su tiempo, sí que obtiene beneficios económicos. No la poesía de paquete mojado, sino la poesía que no pudo hacer el licenciado Vidrieras, del pobre Cervantes el manco de Lepanto. La tortuga había tomado sus medidas. El Godo y la linda hermana quedaron atrapados en una línea magnética. Un sueño de ciencia ficción. Realidad soñada después que desperté. Me está contagiando la lectura de Unamuno. Tomás de Quincey se alía con Unamuno, en contra del encefálico Ortega y Gasset. Los mejores filósofos son los obreros. Y los barman sobre todos ellos. Me visto, me calzo los zapatos y me alegra esta noche tener coche, aunque sea el que me hizo comprar la que hoy vive en Bajamar. En Bajamar también vive el Brujo. Hoy fui a visitarlo. Después de dejar a los hermanos judíos y al cuervo testigo de nuestro judaísmo. Sus barcos son preciosos, los del Brujo. Me recibió su perro pequeño, malencarado, uno que atacaba a Thor cuando el Brujo vivía en San Andrés. Atacaba a las partes blandas del hoy desaparecido Thor, el encorajinado perrito del Brujo, con las orejas en punta y sus colmillos de drácula. El Brujo me franqueó la puerta. Los barcos que ha construido son una maravilla. "¿En cuánto venderías ese galeón?", le pregunto. Es la consecuencia de volverse uno judío, a la menor oportunidad ya está uno hablando de compraventas. "No lo vendo", dice el Brujo. "Estuve trabajándolo cuatro meses". Cuando me estoy despidiendo, el perro menudo me clava los dientes en una pierna. Puto hijo de perra. Menos mal que el pantalón es de tela vaquera, americana, obamística. La llovizna me acompaña en el viaje de regreso. Blanca luna negra noche. Me acuesto y me despierto a la una de la madrugada. Cojo el coche y voy a San Andrés. A refrescar la memoria. Mi padre se muere como un perro. Lo acosaron, lo echaron de su casa, y él, amador de su hija, lo tuvo todo por bien. Morirá lejos de su casa, donde quiso morir. No sé si morirá solo o alguno de nosotros le cerrará los ojos después del último minuto. Nada que reprochar. Nada de tirar piedras. ¿Acaso está uno libre de pecados? No. Una falúa de pecados. Mi hermana lo convenció de que estoy loco. No le dijo mentiras. Estoy más cuerdo que ella, pero estoy loco.
En el viaje a San Andrés rememoro el programa de hoy. La imagen es la música de Jimi Hendrix una noche en la rambla en S/c, cuando en S/c existían el gallito, las garbanzas de madrugada y las humanos pensamientos eran como flores esperando su abeja.
En el bar Castillo: Urko, Jose, Diego, David mi primo... y Pepe, el barman filósofo.
Jose me reclama que salga con él a la muralla, por fuera del Castillo.
--¿No sabes lo que pasó en el pueblo? ¿No te has enterado?
--No.
--A Ana Rosa, la abuela de Chani, le dio un infarto.
--Sí, ya lo sé. Ya está otra vez en su casa.
--¿Y por qué me dices que no si ya lo sabías?... ¿No tienes una puntita?
--No, Jose, no tengo nada.
Otra vez dentro, junto a la barra, Urko añora su Bilbao natal.
--Allí somos fuertes porque estamos unidos... en cambio, aquí, Jose, ¿aquí?... Yo llevo once años aquí, y ¿sabes por qué me vine?... porque estaba cansado de tener en Bilbao un montón de amigos...
--Aquí somos una puta mierda.
--Pobrecita Canarias --dice Diego.
--Vengamos de donde vengamos, somos lo que somos --dice Ramón, el cocinero de...
--En Cataluña y en Vasconia... --sentencia el barman filósofo.
El viento hace que la llovizna baile la danza del vientre, desde el mamotreto, pasando por el castillo y llegando a la muralla, frente al bar Castillo...

lunes, 18 de julio de 2011

ya martes

Algo me dio un golpe en el pecho y me desperté. Como si no sé qué hubiese ocurrido esta noche en ese momento. Un episodio que cierra un drama y abre una tragedia. Me levanté y busqué el libro de Borges sobre la alquimia de la infamia. Recordé un capítulo sobre el arte del insulto. No el insulto directo, que delata más la condición del insultante que ofende al insultado. Sino el insulto sutil, el que se viste de conmiseración, de comprensión, casi de paternal disculpa a los defectos del destinatario. Tal autor cometió un soneto. Retóricas de este estilo. No se preocupe amigo, si hay obra ya tendrá sus quince minutos. Otra figura que no sé si la cuenta el argentino Borges. En fin, no encontré el libro. Y la obra que hay, o la que pudiera haber, más merece el fuego. Usted ha cometido el error, hijo pródigo, de salir al mundo. Con lo bien que estaba en la cordura del hogar, en la casa de su padre. Y despierto y como un tonto, en vano busco el librito de la infamia. No lo encuentro. Se escondió. La infamia también, pero dejó su sombra. Como hoy la tarde en San Andrés, donde caí como cae un trompo cuando se afloja la energía de girar. El poeta de San Andrés, con los ojos amarillos, todo el mundo temiendo el contagio de una enfermedad grave. Como si ya todo no estuviera gravemente enfermo. "Quizá se detenga el tiempo", dice un verso de un librito propio que no sé si es obra, o mejor dicho, de un cuadernillo. No pasa de veinte páginas. Creo que no me ha sentado muy bien, entre los libros de Deivi, abrir La rebelión de las masas. Filosofía con elefantiasis. Poesía de música estrambótica. Ya tuvo su momento. Llévenle flores a su tumba. Y que no se detenga el tiempo.

domingo, 17 de julio de 2011

género oscuro

Este dominmgo se suma a la petit antologíe "bar de la ignominia", como apoyo moral, el "mencey" de La Gomera. Cuando un gomero se pone a narrar, hay que echarle de comer aparte (y esto me recuerda que aún quedan otro gomero y un herreño para completar el álbum).
Copio del informe de la policía (de un periódico de hoy) el presunto discurso del hombre de la isla de gomorra (así figura en una novela de nuestra editora alemana):
--Esto es un abuso. Os voy a denunciar por detención ilegal. Sois unos terroristas, unos borrachos, unos hijos de puta y unos sinvergüenzas. Soy senador y voy a ir uno por uno a por vosotros. Voy a acabar con vuestras carreras... Yo me meo en las putas... Tú eres un pringao y estás hablando con un senador... Sois unos putos fachas pagados por los putos fachas del PP... Tú cara no la voy a olvidar en la vida, ni tú la mía, ni tu familia de Ceuta, que tú eres moro... Todos estos hijos de puta se van a enterar. Vuestro sueldo lo paga el puticlub... Os deseo a todos los policías que estáis os muráis todos de un cáncer y veré con mis ojos cómo se mueren vuestros putos hijos, fachas de mierda, hijos de la gran puta, borrachos, terroristas de mierda, maricones, cobardes, abusadores...
(Me extraña las formas poco canarias de la segunda persona del plural... etc. A no ser que en Madrid, el senador cambie los giros del habla. En fin.)
Otros que hubieran podido estar en colección, son Rebekah Brooks and Rupert Murdoch y Strauss-Kahn, además de la visión de los navarros en el "Codex Calixtinus", en manos de Campanilla (la copia, no el codex original, no miren pa ella, es inocente), pero el espacio es limitado. Una pena.
Ferdinand Celine, venga a nosotros tu reino.

viernes, 15 de julio de 2011

ayer librería del Cabildo

José Rivero Vivas me pide que le cuente cómo fue ayer la cosa en la librería del Cabildo. Cómo fueron las cosas no lo sé. Cómo uno las ve y uno las vive, tampoco. Pero lo intentaré. Allí vi a Eduardo García Rojas. Si no hubiese sido por la crítica, poniéndola como basura, que hizo de la película "Blackthorn (sin destino)" me hubiese dado a conocer: "Hola, amigo. Yo soy Bartolo". Aquí o se estila la adulación besaculos, no es mala estrategia para prosperar, o la crítica negativa del ignorante insensible. Salvo excepciones. García Rojas me convenció en su Escobillón de no ir a ver esa película. Gracias a Marcelino, que tampoco es un certero crítico, fui a verla. Estupenda película, con actores principales que cumplían bien su papel, y actores secundarios maravilloso, sobre todo uno: el cónsul honorario borracho. Una historia impecable, bien contada, y que reivindica el animismo. Nada de saludar a García Rojas, no se lo merece, amistad aparte. A quien sí saludé fue a Javier, a Cristo, a Víctor Alamo, etc. Ya dentro del recinto, Anghel con su lema de que g-21 era la mejor generación de toda la historia novelistica... Bueno, vale, el libro merece la pena, ya lo he dicho, y no vamos a pararnos en minucias. Ramón, a continuación, se empeñó en dar una conferencia. Se le puede perdonar, no llegó al límite en que uno piensa en sacar tomates y huevos duros. Lizundia fue más escueto, en su línea de crítico literario, valioso a mi entender, que se niega a ser crítico. También negaba el posmodernismo y, desde que se enteró de que esa cosa nació en la América de Obama, hoy es lo superior y lo contundente, lo que marca la hoja de ruta. Con el nahualt tengo una devoción de monagillo, como diría Anghel, así que puede decir blanco o negro, me da igual, estoy con él, no sé si ahora nuevo jefe de La Puerta. En el tiempo de diálogo con el público, otra vez Anghel con que la mejor y la mejor y la mejor. Ya me encorajiné. Hablé de Isaac de Vega y de Antonio Bermejo y del propio José Rivero Vivas. Olvidé "República banarera" y no quise nombrar a los míos, a los de mi tiempo, ni a mí mismo (tenía que haberlo hecho, ya está bien de tanta timidez) ni a JRamallo, con unos cuentos ("Ensalada de canónigos") más valiosos cada uno que las trecientas novelas y cuatrocientos premios de los 21. Esto es osadía por mi parte, pues sólo conozco la obra de Javier y la de Alexis Ravelo, y sí (voy a poner nota, ahora que ejerzo de profesor tragacanto, voy a poner nota, amigo Víctor), aprobado 6 la de Javier y 8´9 la de Alexis Ravelo, casi sobresaliente. Pero sin comparación con los grandes maestros que hemos tenido, y de las realidades más jóvenes que tenemos, caso JRamallo. Y espero que sea el último elogio. No son buenos los elogios.
A la salida, Javier hizo mutis sin despedirse, y Cristo también, no me dijo aquello de mañana estarás conmigo en el paraíso. En fin. Vivamos en el infierno, que es lo nuestro. Otra cosa fue Víctor Alamo, pero eso es otra historia. Me prometió su novela "El año de la seca". La leeremos.

miércoles, 13 de julio de 2011

jueves 13 con Anghel, Lizundia, Herar, G 21...

Anghel Morales, nuestro amigo
de piedra de jade y obsidiana,
oro puro en la mirada
y agua de fuente sus coplas,
editor para más señas, editor
en Canarias, mañana en esa grata
librería, a mitad de camino
entre puente Zurita y Paz la plaza,
con el nahualt Lizundia
y el cuervo Herar
y G 21 generación en la hierba,
nos encontraremos, mañana
jueves 13 de julio. Salud
palabra linda y, ojalá, buena
hembra acompañe a nuestras letras.

lunes, 11 de julio de 2011

reescritura de un fragmento de Poeta en N. York, después de haber leído a Unamuno

Cuesta Piedra, Cuesta Piedra, Cuesta Piedra.
No hay angustia comparable a los ojos de Roque,
a su sangre estremecida dentro de la curva oscura
donde la Nacional manda detener el auto
en cuyos asientos ruedan los boliches
y Roque disimula su violencia y besa
la imagen de la Virgen regalo de un cliente
esta mañana. Temo que mi autopelado
de ayer delate el delito que llevamos
junto al volante como jazz sordomudo
y prisionero, en el asiento de atrás
el mirlo greñudo y el gorrión desmemoriado.
Dios mío, o nos protege la Virgen de Roque,
tres años de talego y un destino de ternura
incomprendida, o la carta del Emperador
me hace en la noche parecer hombre
de respeto, y el hombre de la ley
dice que las rosas aman el azafrán
y que sigamos nuestro rumbo de judíos
que tiemblan, y subimos a una calle
larga y solitaria donde cenizas
acogen como cunas la blanca promesa
que hace olvidar al Oyente su mar
y sus amores. Infinita belleza
en la noche de la Cuesta, allá enfrente
las luces de Las Palmas, esa ciudad
donde duermen las cacerolas
en sus cocinas.

domingo, 10 de julio de 2011

asuntos colindantes

Ya tengo el primer amigote en el barrio de La Maldad. Angel Tomás. Lo conocí hace tiempo. Me vendió un bastidor por dos euros. Lo único que he hecho con ese bastidor es tenerlo de perchero, por lo pronto. Puede, cuando me libere de la sensación de estar viviendo el fin del mundo, que lo use como debe ser, no con modelos estilo Balthus, por supuesto. Módelos hechas y derechas. Ya veremos.
--¿Sigues pintando? --pregunta Anghel Tomás mientras subimos por el lateral del Campo de Futbol, en la banda que da al Gran Canal y sus montañas feroces. Dice que mañana se opera de un bulto que le abomba el cuello. A veces me pide un euro y otra veces me da una china de chocolate espeso. Equilibrada relación económica.
--Cuando quieras algo rico del barrio me avisas --dice, y nos despedimos. Él a la plaza del machango y yo al callejón del Tanque.
Algo rico lo de anoche. En la Cuesta Piedra. Un cuento que no sucede todos los días, por lo menos a mí. Aquí no lo puedo contar, traspasa los límites que me he impuesto en este blog. Si me sale el cuento, lo publicaré, Ramallo mediante, en el Zoo punto cero. Ya veremos.
Bueno, que me he olvidado de las clases de literatos del futuro. Hojeo los libros que me dio Deivi. El poeta en N.York, de Lorca. Bah, poesía envejecida. Obra completa de Antonio Machado. Este hermano de Manuel Machado sigue diciéndome algo, y no elucubraciones de Machango. También entre esos libros, la tía Julia de Vargas Llosa, una biografía de Zapata, Tiempo de silencio célebre in illo tempore, Requién por un campesino español de J. Sender, obra que leeré con más atención, etc. Tengo lectura para rato. A ver si me ilustro.
En cuanto al bar de la ignominia, petit antología para Lunula, buen material entre manos, salvo uno que a ver cómo convenzo al autor para que dé un giro a su cartón piedra, y aún falta lo de Marcelino y Anghel.
Con Anghel y sus pimpollos de G 21, el jueves próximo, y Ramón y José María, nos veremos en la librería del Cabildo, junto al antiguo cine Baudet en S/C.

a Riforfo

Qué cosas raras pasan aquí. Esto no me deja mandarme comentarios. Uno que respondía a Riforfo, un misterio amigo, a quien algún día conoceremos. Ojala te animes a venir una tarde por nuestro programa en radio unión tenerife.

sábado, 9 de julio de 2011

Anoche en La Laguna

Anoche quedé con el Cuervo en La Laguna. Había movida por la librería MisTério. Un librero inteligente, y una librera más que inteligente, símpatica y bella. Varias mujeres bellas. Una, la mujer de un amigo autor, un amigo celoso además. Nada de sugerirle a su mujer, si él está oyendo, tu curiosidad por leerla más a fondo, abrirla como se abre un libro y descubrir cada una de sus páginas. También estaba la editora alemana. Muy simpática. No está por la labor de traducir El pintor asesino. Hace bien. Esa cosa ya me ha ocasionado algunos disgustos en español, no quiero ni pensar los que me hubieran podido caer en alemán. No necesito más sinsabores. Y también vi a Maribel, de la vieja guardia, de los tiempos de cuando S/C era una ciudad alegre, y La Laguna ensoñadora y sugerente por su camino largo bajo la luna, donde Juan Royo se convirtió una noche en lagarto. Maribel me recordó a la protagonista de una peli japonesa, cuyo nombre lamento no recordar. Era una mujer madura que conservaba la lozanía de la juventud gracias a una crema hecha con fetos humanos. Ella misma se provocó varios abortos para conseguir materia prima. Posteriormente anima a su amante a convertirse en sicario buscador de vientres preñados si quiere conservar su amor. El mejor amante, un sirviente, evidentemente. Nos alegramos de vernos, Maribel y yo, y recordar viejos tiempos en ese pasadizo del siglo XVII donde se posa MisTério. Un rato agradable con Antonio Lozano, que presentaba la republicación de una novela antigua, en la editorial de la bella y prudente alemana.
Más grato aún, luego en la Casa Azul, con Rafa y un amigó dél que si me pongo a sospechar, era Riforfo. Cinco horas estuvimos allí dentro. La mitad con la puerta abierta, y la otra mitad a puerta cerrada. No hace falta decir qué tramo de tiempo fue más sugerente y sicodélico. Rafa es un narrador nato. Si la memoria no fuese escasa, cualquiera que se dedique a este oficio se pone las botas con él, botas de siete leguas. Empezamos aludiendo a un fraile, investigando quién diablos podría ser ese fraile. Al final lo descubrimos, yo sí soy un buen detective, pero mi honor de guanche ya olvidó quién es ese fraile. Luego contó sus viajes por Irak, cuando lo confundieron con un iraní. Y luego, luego ascendió por veredas que ya se me pierden en las nebulosas del recuerdo. Mala memoria. Olvidé darle al Cuervo cinco euros, porque invitaron ellos. Hoy jugué a la máquina esos cinco euros, y los perdí.
En la librería había comprado un libro de humildes propuestas de Jonathan Swift. La primera propuesta me recordó la nueva ley que está tramado la nancy Leire Pajín, ministra de sanidad, y aquella película japonesa. Si recuerdo que el tema de la horfandad me persigue, me interesa conocer esa ley. La propuesta de Swift, ya la he leído. Inviable. Aunque sea una labor humanitaria y rentable económicamente, hoy a nadie todavía se le ocurre cebar niños y matarlos para cocinarlos al cumplir el primer año de vida. No se me ocurrió hablar de eso con Rafa. Aún no había visto lo de la prospuesta de Pajín ni leído la de Jonathan Swift. Todo lo supe hoy en San Andrés. Ya recogí los papeles de haber cumplido la condena. Dentro de poco me veré libre de hacer ese ingrato papel de profesor transido de conocimientos que no sirven para nada. Bueno, para algo sí sirven.

jueves, 7 de julio de 2011

primer baño en la mar

Esta vez bajo en el coche, lo aparco en la calle Febles Campos (cuántas historias me despierta la memoria, podría escribir una novela sin salir de esta calle, llena in illo tempore de maricones asquerosos y otros que no lo eran, sino benditos de Dios), y subo a La Colina. El otro día se estropeó el ascensor, con un servidor dentro, y maldije a todos los demonios. Subí al séptimo. Saludé a la enfermera de la Cuenca Minera, asturiana; llevé al progenitor al wáter y luego lo vestí, lo coloqué en la silla de ruedas y lo saqué a la calle. Lo llevé hasta cerca de La Rambla, y sudé a chorros para subirlo otra vez hacia arriba. Una rueda de la silla estaba medio desinflada.


--Chito, este paseo no me lo des más porque me dejaste molido.


Ya arriba, nos comemos unas papas y uns tollos que le trajo ayer Salvador (el novio de mi sobrina Famara) con unas birras que compré en el bar...


--Mañana ven temprano pa que me saques, porque Mundi tiene que ir al médico... Pa eso te dejé la herencia, pa que me cuides.


--No me hables de la herencia, porque le quito los frenos a la silla y la lanzo por la calle pabajo, pa que aprendas latín...


--Coño, cómo eres, no piensas más que en el dinero...


--Es que me estoy volviendo judío. No como tú hija, que es gentil y espiritual...


En esto llega la hija. Ni un segundo con la sujeta. Me voy. Estoy en estado catatónico. Necesito un baño de mar. Las Teresitas, qué remedio. El primer baño del verano. Me deja la mar de bien, mejor que caminar sobre la hierba.


En el bar Castillo veo a Orlando y a Deivi. Orlando me dice que tiene una botella de Santa Cruz en la casa. No me gusta ese ron. Deivi, que si llamo a Chani pa recoger un paquete de libros. Llega Chani. Una rubia, novia de F., grita contra otra rubia, novia de G., hermano de F., que la insultó en la plaza. Llega la rubia de G a la zona del Castillo y se fajan las dos, en una pelea masculina, nada de tirarse por los pelos ni mordidas, sino puñetazos y tortazos.


--Mierda, ¿es qué no hay nadie que separe a estas mujeres? --digo, y pretendo salir del Castillo, no a separar mujeres, sino a ver mejor la pelea, pero Chani y mi primo David cree que voy de no sé qué y me impiden el paso. La novia de G cae al suelo, la ropa rota, casi desnuda, y la novia de F sangra por la boca.


Vamos Chani y yo con Deivi a buscar los libros. Orlando detrás. Mi madre, pienso en Orlando y pienso en el ascensor el otro día en La Colina.


Una caja de libros nos deja Deivi. Los llevaré a la próxima clase. Haré una subasta.

miércoles, 6 de julio de 2011

"Para que una novela despierte en el lector esa curiosidad que, en mi opinión, toda obra de arte debe llevar consigo, no basta con que la acción sea variada y tenga en su desarrollo un efecto ascendente; es necesario, además, que la descripción en sí sea original, llena de ambiente y fuerza vital, hasta el punto que tenga un efecto plástico y que el lector, desde la primera a la última frase, esté prendido en el desarrollo de la obra.
Otro elemento que debe estar presente en una obra de arte --al menos yo lo creo así-- es el hecho de que, tanto la acción como los personajes, tengan como fundamento un profundo sentido cósmico más o menos oculto. Naturalmente este sentido sólo debe ser accesible al lector sensible; esta profunda significación nunca debe dar la impresión de algo que se expresa reiteradamente."

No será la primera cita con carácter de poética que les traiga aquí. Cada maestrito con su librito. Aunque en este caso se trata de un Maestro, sin más ni menos, Gustav Meyrink, a quien avalan, entre otras, obras como El Golem o La noche de Walburga. De todos modos, incluso con el millo de los grandes maestros debemos hacer gofio. A ver que tal nos sale. En este caso no es suficiente aprender la lección de memoria, sino incorporarla a nuestro organismo. ¿Cómo? En este oficio hay que caminar como si detrás de cada esquina acechase el machete de un iracundo o la navaja de un cobarde. Ya sé que son tantos los machetes y las navajas, que la cosa ha perdido novedad y factor sorpresa. Lo importante es que la última frase oída antes de llegar a esa esquina, aunque sea dicha por una bibiana aido, puede ser el final de la novela de cada uno de nosotros.

Y ahora disculpen, pero debo visitar a Evelyn. El impacto que le causó la noche del mirador de Los Campitos, la ha dejado fuera de combate, convaleciente. Es comprensible. Ver cómo se rompe en pedazos la admiración y devoción que hemos tenido, produce un impacto del que duele reponerse. Por mi parte, haré lo que pueda. Hasta mañana.

lunes, 4 de julio de 2011

"Mi relato será fiel a la realidad o, en todo caso, a mi recuerdo personal de la realidad, lo cual es lo mismo". Asi reza el comienzo de un cuento de Borges, con esta pancarta que será para nosotros el primer mandamiento del oficio. Cada cual puede hacer lo que quiera cuando ya no esté aquí, pero mientras están aquí, la realidad no sólo será acto de fe sino ley irrenunciable. Es decir, empezamos por lo más complicado, lo más tortuoso, y a la vez, lo más claro y sencillo. Claridad y realidad en el vino, el agua y la letra. Lo demás son ganas de filigranas que si hubiera peligro de muerte, cada vez que se escribe para lucir el estilo, no sufriríamos la inflación de banalidades que nos acorralan. La fantasía es un estadio superior, vale. Pero quien se lanza a la fantasía sin hacer el cuartel con la realidad, digo yo que hace un mal recado.
La realidad es que el otro día fui al rastro de S/C. No es como el de Madrid, por supuesto, pero incluso en el rastro de S/C podemos encontrar textos que no son para botar a la basura, a menos que tengas aprehensión a un libro que ha sido manoseado por otras manos y otros ojos, vete a saber cuáles. Compré dos. Lo mejor el precio: un euro.
"El elogio de la madrastra", páginas de Vargas Llosa con extensión de novela, pero que gana en altura si le quitas episodios que quieren ser colaterales, dirigidos a una elite intelectual, pero que sobran e incluso molestan al cuento principal. Personajes: una madrastra, un marido, el hijo del marido y una criada mulata. El asunto es la pederastía femenina. Es el segundo cuento que leo en poco tiempo sobre la misma cosa. El primero va al norte y el segundo va al sur. Parecen dos piezas, macho y hembra, de un mismo enchufe. En el de Fonseca, es la mujer (una profesora) la que "pervierte" al niño, que se vuelve más inteligente, más estudioso, más animado e incluso se le cura la tartamudez. El padre no sólo le enseñá al hijo cómo ha de mentir al policía que quiere enchironar a la profesora, sino que lo anima a que siga yendo a sus clases particulares. En el de Vargas Llosa es un niño --delicioso como un demonio-- quien "pervierte" a la madrastra, hasta hundirla en la miseria, a ella y a su padre. El cuento concluye con la criada mulata cayendo a su pesar en las presas del pequeño demonio. Hubiéramos querido verla preparando un veneno, pero no, no prepara ningún veneno. La realidad se impone.
El otro libro comprado es "Los papeles de Aspern", de Henry James. Una lucha, sin alardes, entre la hipocresía y la honestidad. El final es triste. Gana la honestidad. Piensen en estas paradojas.