miércoles, 30 de abril de 2014

Ayer radio, sin Juan Royo, que torea ahora en Hollywood, esa plaza de toros bravos, todos con tirálineas, escuadras y cartabones, midiendo el gusto ("megusta"), que el gusto son ganancias. Ramón hoy viaja a Madrid, con tres gracias, tres mujeres. Sibi escribe sobre lo que es ser mujer. Ay, si uno lo supiera. 
¿Está tal mujer enamorada como dice o es todo necesidad de la naturaleza?, ¿que lo que ella cree amor no es más que engaño de la naturaleza? No lo sé. Leo una novela de Benjamín Constant, autor que desconocía hasta que encontré su novela, Adolfo, en La Granja. Novela de amor. Un joven estudiante se enamora de la mujer de un hombre que le da hospitalidad. En el cuento de Pitas Payas, del Arcipreste de Hita, famoso cuando lo cantaba Paco Ibáñez, la moraleja es que quien por negocios abandona a la mujer, que se atenga a las consecuencia. Pero este estudiante no necesita que el anfitrión que lo hospeda salga de viajes. Ataca como un desesperado hasta que la mujer, no vamos a entrar en detalles ahora, se le entrega. La frase "se le entrega", marca un antes y un después. El después es que la mujer ya no puede vivir sin el chico y no lo deja ni a sol ni a sombra. Control total. Al final, ella muere y el pobre chico (hijo de padre con bienes de fortuna y sabio consejero, al que el hijo hace poco caso) por fin puede terminar una carrera y ser hombre de provecho. El autor se queja de que muchos lectores prefirieron el enredo a la naturaleza y sustituyeron la observación del corazón humano por el simple comadreo.
No sé yo que novela puede llegar al corazón si no la envuelve un simple comadreo. El merito de una novela, por muy profunda y filosófica que sea, es que pueda ser contada con la maledicencia del comadreo. No en vano el Diablo es el patrón del arte de la escritura, eso dicen. 
Ramón me preguntó por cómo me había ido en la feria de La Orotava. Salvo que fue un día sin sol, bien. Graciliana Montelongo es una mujer que me atrae. Me cae bien. La envuelven una sabia ingenuidad y una práctica inocencia que conmueven. No fui con ella a los altos del Lyceo Taoro (encantador edificio) porque no quise engañarla. Raro en mí. Profesión engañador. Graciliana me abría la posibilidad de exponer en los altos del magnífico edificio. La etapa actual, la que ahora me interesa, al cuidado de Nguyen, todavía está naciendo, o en proceso de gestación. Y los cuadros antiguos con cierto valor están casi todos en manos de amigos. Ya es difícil juntar a los amigos para navegar a Antequera en el Sagitarius Star, ¿cómo será reunir todos esos cuadros? Una tortura seguramente, si no un imposible. Además, es la nueva obra, la actual, la que me preocupa, más diáfana, más cuidada, más seria. En fin, cosas del espíritu, no del habla. El habla, señor Constant, necesita hechos mundanos, se alimenta de los hechos mundanos. 
Hoy en El Día, dos noticias llamaron mi curiosidad. Una, la contestación de Soraya Sáenz de Santamaría a la acusación de abrir la mano al dinero negro:
--En mi puta vida he cobrado un sobre. 
La voz "puta", con un significado menos retórico, aparece también en la página de sucesos locales.
--Sí, le he dado, y además le he dado con gusto --fueron las palabras de J.M., paciente en Urgencias, después de agredir a una enfermera la noche del domingo.
--Mira que tener dinero para beber y no para coger un taxi --le había dicho la muchacha.
--Tengo dinero para taxis, para beber y para putas --rugió el enfermo y agredió, etc.
No sé dónde tienen el corazón estas historia. Lo tendrá, pero yo no sé dónde. El dinero tampoco. Confío en doña Soraya. Aunque torpemente, la tengo pintada en un cuadro (colección Clara), la conozco. 
Dios la guarde.

sábado, 26 de abril de 2014

ahora que estamos sentados...

 No oí el discurso del alcalde. No traté con los políticos. Si quieres manices, trata con los políticos. Ellos tienen la llave del almacén. Eso era a la doce. Yo estaba en Ibrahim. La chica mala de la barra me dijo ponte guapo y disfruta. Me puse feo y bajé a la plaza Weyler por la tarde. Un café con Marcelino. 
--No me digas que el mundo es esto. Tampoco que soy impaciente. Estoy cansado de abrir puertas con la cabeza...
Me recuerda un poema de Proserpina... cansado de la tarde y el cosmos... 
Dejé a Marcelino Marichal a las cinco menos cuarto, en la calle El Castillo, y fui al garaje de Juan Royo. Lo vi. Estaba tirando la basura. Basura general. Bajamos al garaje. Subió el coche (el automóvil, según los puristas de la lengua), no chocó los faros con ninguna papelera. A salvo las luces de los focos. Dejamos atrás la refinería. Atrás la ciudad del concejal Martín, el que le negó calle a Cubillo. Subimos. Arriba Arriba. Pasamos por debajo de Santo Anchieta. Problemas en la gasolina. Yo controlo. Sé dónde hay una. Tres litros en el depósito. Llegaremos. Juan pone música de Wagner, El anillo de los nibelungos. Recuerdo las visitas del Capitán Trueno a la reina Sigrid en la isla de Thule. Un herrero forja una espada. Juan llena el depósito.
Subimos a La Orotava hasta que se orienta. Vemos la carpa de la feria en la plaza de La Constitución. Seguimos. Parking de Mercadona. Salimos a pie del supermercado, olor a mangas. Caminamos por calle adoquinada y accedemos a la feria y encuentro de escritores canarios. Mujeres guapas nos besan. Una editora nos aparta del tumulto. Quiere hacer contrato con nosotros, hacer negocio, somos el futuro. No sé si pedirle un adelanto. Le enseñó un ejemplar que llevo en la mochila, colección animal, Zo.O. De la máquina de fabricar poemas. Ejemplar Único, lo que JRamallo llevó a Las Palmas. Le cuento, le explico. Ejemplar Único es una guerra engendrada en el Zo.O. 
En la mesa de presentaciones y conferencias, uno que habla y luego otro que habla. Buscamos nuestros libros. Libro del cuervo ausente. Favor que le debo al editor. Agosta escribe, idem. Llorad las damas sí estaba. Curiosamente cuando lo vi (no lo abrí), Aquiles García, poeta y editor, de Las Palmas, recitaba Llorad las damas / que Dios os vala / Guillén Peraza / murió en La Palma / la flor marchita / de la su cara...
Yo creí que estaba en el programa pero no. Quien figura en el programa, aunque Graciliana Montelongo me señaló a mí, era un tal Jesús Castellanos con un libro titulado Llorad mujeres. Sin coma ni nada. Coma comida. Gracia que también le debo al pequeño editor. No es el primer libro que esconde. Se ve que su negocio es esconder los libros que publica. Estupenda gracia. Pero da igual. La feria se anima. Graciliana nos invita a cenar en el Lyceo Taoro. Juan le explica a una poeta con sombrero la historia masónica de la tumba sin muerto, a la izquierda del lyceo. Vino del país en el comedor. Buena cosecha. Plato fuerte, cordero al horno. Junto a Juan, una diseñadora le explica el secreto de sus bostas, hasta las rodillas. La poeta me dice que quiere hacerse una foto conmigo, es tan romántico el sitio. Sí, después de los postres, licores y puros. Una delicia todo. 
Y ahora de nuevo en Santa Pus. Día de sol. Encuentro a Pedro en la Rambla. Me pregunta por Marcelino. Me cuenta cosas del san García Márquez y del infame Vargas Llosa. Yo no digo nada. Entre infame y santo, no sé dónde estoy. 
--¿Donde hay un cíber abierto?
Me dice. 

Un paisaje me espera. Cómo lograr profundidad, cómo repartir la luz, todo son enigmas. 








  







jueves, 24 de abril de 2014

Hoy precioso día en el parque. Horas de color y punto cubano.
Tú quieres que no te quiera
y yo quiero no quererte
pero no quiere mi suerte
amenguar esta querencia,
tú eres en mi conciencia
como la savia en un roble
que lleva a sus ramas nobles
los calores de la tierra,
y trenza amores que encierran
las peleas de las flores.


*


García Márquez. Lo vi una tarde en Venecia. No me pareció ningún santo. Más bien una figura de escaparate. Un figurín con guayabera, o no sé qué prenda impoluta llevaba, color café y leche. No me saludó. No lo saludé. De sus lecturas, recuerdo con afecto Mis putas tristes e Historia de un náufrago. Como hombre, como ciudadano del mundo, que lo es, me despertó la curiosidad el juicio con el náufrago, que reclamaba coautoría de su historia. El premio Nobel se la negó, la Justicia sentenció a su favor. Fuerte comunista, fue mi primer pensamiento. Hoy ya no tengo ninguno. Un autor no tiene por qué ser una buena persona. Autores de peso que son unos cabrones los hay bastantes. Lo malo no es que sea marrullero el autor que ofrece obra valiosa. La comedia es que lo sea el mediocre. Bueno, he saltado de venecia a Santa Pus, ciudad cucarachera. Cosas que ocurren y callo porque ya este blog no es lo que fue. El blog era mi psiquiatra. Ahora no. 
 
Del puñetazo de Vargas Llosa (cómo me interesa el comadreo, no tengo corazón) tampoco sé nada. Un día lo vi tranquilo mirando cuadros en el Reina Sofía. Yo llevaba en el sóbaco un ejemplar de la novela El negro. La verdad, me dieron ganas de regalarle la novela e iniciar una parbularia amistad. No lo hice. Me libré. No soy devoto de Vargas Llosa, ni de García Márquez. 
Sí lo soy de Andrés Chaves. 
Entro en su mundo (todos los días en El Día) porque me hace apreciarlo. Sabe contarlo. Tiene estilo. Y sabe pensar. 

*
Mañana comienza el encuentro de escritores en La Orotava. Lo organiza Graciliana Montelongo. Conmigo se portó como un hada madrina. Me invitó. A comer en la casa Lercaro y leer décimas en La Universidad. Contento que estoy. Y con el chiste negro del sobre negro, más todavía. Me muero de contento.

martes, 22 de abril de 2014

Sí hago al juicio una llamada
me responde el corazón
que si hay juicio no hay pasión
y sin pasión no hay nada.

*

Me pesa tanto pesar
que he llegado a presumir
que mucho me debe amar
quien tanto me hace sufrir.



Ayer por la mañana: sobre con chiste negro. Si no te ríes, es peor. Por la noche, vuelo de España entre las flores por la vera del barranco Santos, pulmón de esta ciudad. Pavos negros. Sin pavos negros la ciudad de hunde, se va al garete. El cuadro viajó junto a dos libros con poder, en manos de don Tigre. Autor brasileño (Rubem Fonseca) y autor inglés (¿o es irlandés, el de Viajes de Gulliver?).

Ayer Roger, escritor de El Día, denostaba a Maduro, le incapacitaba el valor para ser presidente de Venezuela, porque había sido chófer de guagua. Vaya por Dios. Pienso que quien sabe manejar una guagua... Me acordé de Cantinflas. La película donde un nadiesito llega a presidente de un país y habla y actúa que es un ejemplo moral nunca visto. Pero las películas son las películas, aunque no sé si las realidades también son películas. 
Hoy la película principal es que se reanuda el programa LA PUERTA, puede usted pasar don Neruda. Aquí cabemos todos. Chóferes y pasajeros. Malos y buenos. Yo y tú. Así que nos bañamos y nos vemos en la hora cuando el día besa a la noche.

Ramón trae del sur reflexiones sobre la realidad. Nada menos. Juan Royo no sé que traerá. Y yo llevaré la sonrisa de la choferesa de la guagua 904. Cabellos ondulados. Mirada en la que cabe un mundo. La brisa que señala un cambio de tiempos. 
Linda mujer.    

viernes, 18 de abril de 2014

letra de caminar

Mezclo el perfume
con el veneno,
lo malo y bueno
frasco pequeño.
Mezclo mil noches
con una noche,
dicen que amor
dura ese tiempo.
Mezclo el recuerdo
con el olvido,
no hay memoria
que no se cure
de darle vueltas
a los dibujos
de tu vestido.
Mezclo cordura
con la locura
que llevas dentro,
seis y cuatro
sale la cara
de tu retrato.
Mezclo la voz
con el silencio,
se habla tanto
que nada siente
palabra llena
de ruidos vanos.
Mezclo al rey
con el mendigo,
en misma danza
los dos se encuentran
en mismas cuentas.
Sale una carta,
te la diré,
Loco y su perro
van al camino,
todo lo mezcla
nuestro destino.
Mezclo a Allan Poe
con Oscar Wilde,
presagios negros,
guapa belleza
es fealdad.
A vagabundo
mezclo con dama,
mezclo a la dama
con ajedrez.
Mezclo la danza
con el traspiés,
si no follamos
desfallecemos.
Mezclo los sueños
con realidades,
mezclo mentiras
con las verdades.
Todo lo acaba
la mezcolanza.

martes, 15 de abril de 2014

maestría

Estoy en la barra del Girasol. Una cerveza a medio consumir. La noche tiene algo de una escena que escapa de este mundo. Pero eso es pura ilusión. Lo que hay es este mundo, y mal conocido. Creemos conocer y no empezamos por conocer nuestra propia ignorancia. JRamallo viajó a Las Palmas ignorando que colección animal, Ejemplar Único, iba a tener un éxito no previsto. No somos imagineros de alcurnia, no tenemos estudios de categoría. Nuestro afán es una preocupación que nos ha mantenido en pie en tramos de nuestra existencia. En mi caso, ni imaginarme que me daría por la imagen. Siempre me aprobaron los exámenes de dibujo por piedad, no por merecimientos. Mi capacidad para el dibujo era nula. No sé por qué me entró esa devoción. Con ayuda de algunos manuales y métodos intuitivos, ha cogido uno cierta soltura, que no maestría. La maestría intento aprehenderla ahora. Con Nguyen. Si no se cansa y me abandona. Y si me dejan los examinadores de lo ajeno, si no hay inconvenientes. Si los que saben no me machacan. No soy de piedra.
Eso meditaba cuando un muchacho, de unos treinta años, me abraza el hombro --no me molesta-- y me pregunta:
--¿Qué escribes tú, ¿romances?
--Romances, décimas, novelas, sátiras... --digo, y me parece que he abarcado demasiado. Pero ya no tengo edad para arrepentirme. 
--Escucha esto --me dice, y recita:

Si cometes un delito
y no quieres confesar,
de una fuerte paliza
te mandan al hospital,
del hospital al juzgado,
del juzgado al penal.
Pero no esperes
que ningún amigo
te vaya a visitar,
pues sólo te quieren
cuando tienes dinero
y estás en libertad.

--Esto es mío --dice--. En esto están resumidos siete años de cárcel.

Pienso que se podía arreglar un poco, contar las sílabas; estas manías de tocarlo todo, malo y bueno. Me odio. Tendría que empezar por arreglarme yo mismo, y no acierto ni con el primer paso.
--¿Cómo te llamas?
--Bladi, de Bladimir.
--Vale, si lo publico pondré tu nombre.
--Más te vale.
Más me vale.

*

Gracias, Sita, por la noche de cumpleaños. 

sábado, 12 de abril de 2014

Décimas y coplas



En esta isla resisto
aunque soy hombre maduro
ya con achaques oscuros.
Por los pies siempre me visto
y porque pienso no existo
entre tanto torbellino.
A nadie llamo pollino
porque los burros son sabios
y, perdonen los marranos,
los humanos son cochinos.

En San Andrés fui chiquillo
y ahora ando en Santa Cruz
--renombrada Santa Pus--
y le doy todos los millos
a quien limpie con rastrillo
los que gobiernan aquí,
esos amos de un redil
de rebaño de cartón.
Sueños los sueños son,
quién me lo iba a decir.

En estas islas canallas
es mucho mas de lo mismo,
aquí gobiernan cochinos
y viudas de las arañas,
los que construyen murallas
con indigno proceder,
todo lo aguanta el papel.
Confesiones de aduleros,
esbirros y garbanceros
se reparten el pastel.

Quédense a comer, señores,
vuestros manjares tan ricos,
muevan con gusto los picos
y disfruten de los sabores
haciéndole los honores
al arte del cocinero,
ríanse mucho primero
que después ya llorarán
cuando les venga a tocar
el pago de lo que hicieron.

***

Estoy perdido tal vez
porque me duele un dolor,
tango de bandoneón
y no pararme a saber
lo que se debe perder
cuando ya todo se acaba.
Se acaba todo en la nada,
los amores y la vida.
Deje tiempo a la partida
la santa, blanca y callada.

***

Avecilla que no vuela
es que no tiene amor.
Ama la luna a la mar
cuando llega la ocasión
y cuando amanece el día
ama el sol a la flor.
Ama el río a la colina
donde nace su caudal.
Una avecilla al albor
murió de tanto amar.

***

Dura cama de piedra
es esta tierra
canaria.
Mujer que a mí me quiera
tengo a la vera
de España.

Carmina del corazón,
Maricarmen del alma,
protectora de mi don
y mi palabra,
mi cuerpo calma
en tu memoria.

lunes, 7 de abril de 2014

Es más bella Thuy Huong

La luna se eleva sobre la montaña
y un claro se posa en el alma de mi enemigo.
Pronto dormirá en el mar del norte.
El color de la noche teje
una alfombra de otros mundos.
Es más bella Thuy Huong.
En la juventud amé a una muchacha.
¿Quién mal le hizo?, murmura 
el viento entre los juncos.
Me acerco a la costa, la canción de la sal.
Es más bella Thuy Huong. 
El poeta Venanceo me adiestró
en la sencillas artes del verso.
Para que quiero versos ni poemas
si no puedo llegar a Thuy Huong.