sábado, 31 de julio de 2021

se va julio

 Miro algo sobre los injertos. Cómo se hacen. Se puede decir que una planta hace de hembra y la otra de macho. La herramienta principal es un cuchillo. Para preparar el injerto se hace una incisión en la planta hembra y se le introduce una pequeño trozo de la otra en esa incisión. La técnica del injerto está documentada en China desde el primer milenio antes de Cristo y desde la Grecia clásica en occidente. Injerto narrativo célebre es el Quijote. La literatura fantástica con la realista. La literatura fantástica la recoge enteramente de los libros de caballería. Está concentrada en ellos. El estilo y los argumentos.  La literatura realista está más difusa, las fuentes son variadas, y pueden ir desde El Lazarillo hasta la propia obra anterior del mismo Cervantes. La más influyente la del licenciado Vidrieras, donde la figura positiva del loco ya está fijada. 

Si nos ponemos furiosos,  todos los libros importantes son injertos. Pero eso voy a dejarlo.

Don René hace una variación importante en los documentos enviados. Esta vez es sobre Amaro Pargo. Cabeza de Perro y Amaro Pargo son dos figuras opuestas. El corsario respetable y el pirata no respetable. Un hombre de dios y un hombre del demonio. Caminan paralelos, en sentido contrario uno del otro, pero no se fusionan. No se injertan. Las mujeres que intervienen en las dos historia sí tienen un mismo talante y papel protector. La monja incorrupta en el caso del corsario, y la madre de la niña en el del pirata. La monja es protectora en todo el tiempo y la madre de la niña en el episodio final (en la novela de Zamora). De esto surge una pregunta, ¿qué tipo de elementos se fusionan, se injertan (don Quijote y Sancho, las divinidades católicas con las de los esclavos negros, etc.), y cuáles no, como en el caso de Amaro Pargo y Cabeza de Perro o el de Dios y el Diablo (salvo en el tarot, donde el Papa y el Diablo son dos caras de una misma entidad),  etc. 

Mi madre, tanto oír a Gustavo Bueno se me está pegando el pensamiento ametralladora. A quien no pienso oír es a su hijo. Se le ve la trampa al vuelo. Fue en un reportaje dialéctico sobre qué pasa en Canarias. Menos mal que había otro allí, más grato de oír y no un trilero de tres al cuarto. A Amaro Pargo también lo dejo pendiente por ahora.

*

De vez en cuando sigo mirando el fb, aunque sin dejar ninguna señal. Me agradan los escritos que me ha dedicado Pamela. Sobre todo el ofrecimiento de alimentar el limonero cuando ya haya entrado en el sueño eterno. Un poco de ceniza le viene bien a la tierra. Lo ideal sería el cuerpo tal cual. La tierra no desdeña la carne ni los líquidos de un cuerpo. En fin, en buena ley sin embargo tendría que cantarle a mi amiga de Charco del Pino Yo no soy ese / que tú te imaginas... No dejar que siga creyendo fantasía. 

A la señora poeta de las décimas, en cambio, le canto otra cosa. De estar con la matraquilla de poco menos hay que encerrar en guetos a los no vacunado, ahora dispara contra el TSJC. Y empieza una de las décimas con no salgo de mi estupor. Ganas de ponerle comentario en el muro me entraron. No lo hice.

Del estupor tú no sales

porque no quieres salir,

tanto te agrada parir

la música de los timbales.

Mas todo tiene el Ya Vale

de tanta matraca albacea.

Si bailas con la más fea

no digas tanto que es guapa,

ya deja de dar la lata

y juega con lo que meas.


  

jueves, 29 de julio de 2021

interrupcion de la historia...

 Llamo en vano dos veces a don Reno, para consultar algunas cosas de la historia del pirata, y situarlo en una categoría antropológica. Preferible, en cuanto a la historia de Ángel Morales, la funcionalista de Malinowski que la estructuralista de Levy-Strauss. Las viejas lecturas de los libros de antropología que editaba Júcar, en una colección dirigida por Cardín, me las recordó una de las diatribas filosóficas de Gustavo Bueno, recogidas en youtube. Gustavo Bueno y Agustín García Calvo son dos polos opuestos, cierre categorial contra abertura antiestatal. También en carácter. Sanguinario en don Gustavo y cordial  en Agustín. El antinacionalista zamorano nunca le hubiese dicho cretino ni imbécil a un oponente. Agustín, en una comparación lírica, sería Messi en sus mejores tiempos, y Gustavo Bueno sería Maradona en sus mejores tiempos, metiendo el gol con la mano si hace falta porque lo que importa es ganar, el partido o la discusión, lo que se tercie. 

Así imagino la controversia entre Calvino y Servet. Un encorajinado Calvino y un calmado Servet. Discutieron si Dios era 3 o era 1, como aseguraba tozudamente Servet, hasta que lo quemaron.

Si me pongo a pensar en las islas contrastes semejantes, lo primero que Veo es a Sombrita y a Barrera Corpas, dos formas de boxear, dos formas de llevar la vida. En un territorio más reducido, más tribal, más cercano, se me ocurren Juan Royo y... no me acuerdo del nombre. En fin, disquisiciones humanas. Ahora me interesan también las fonológicas. Los 22 fonemas (tengo que comprobar si son 22) de la lengua española. 

*

La bronca primera, de la doctora de traumatología (recurrió a la ética para suspenderme hasta nueva consulta la inyección) siguió con otra después que me echó una celadora en el hall por no tener bien puesta la mascarilla.

--Si usted no hace lo que yo le digo, le quito la inyección porque sin los análisis no puedo saber...

--Bueno, así descanso de la inyección un rato --dije, cuando la calmé (recurrir al confinamiento como disculpa la encorajinó aún más) con que gracias a ella yo había salido del pozo y me dijo que si no quería volver al pozo tenía que hacerle caso y no hacer lo que a mí me diera la gana.

--Tampoco es eso. Ojalá pudiera hacer lo que me da la gana.

A la celadora también la calmé con la diplomacia. Cuando no puedes emprender una guerra, la diplomacia es una solución. Un diplomático debe ser un buen actor. Alguien no centrado en sí mismo sino en el personaje que requiere la obra. Más amable, infinitamente más, fue la mujer que me atendió en la ventanilla. Me lo explicó todo muy detalladamente y con calma. Bueno, historias.

Con la del pirata pensaba seguirla rescatando de la novela de Zamora los capítulos en que Cabeza de Perro es el protagonista. La novela es un pequeño cúmulo de historias que se cruzan. El pirata interviene en tres principalmente. La de la niña, tangencialmente en la de la Casa de la Muerte, y en la de su apresamiento y ejecución en Paso Alto. Desisto porque don Reno parece que se enfadó. Sin la intervención de don Reno, el trabajo no tiene porvenir. Por lo pronto lo dejo pendiente. Tiempo al tiempo, que da muchas vueltas.

Sigo con los Injertos. Lo que comenzó siendo un pasatiempo ha cobrado mayor interés. La literatura culta y la literatura porno chabacana se fusionaron bien. El cuento culto limó del cuento pornográfico, de revista barata, las menciones obscenas. Lo burdo del relato. Y cultivó lo burdo del argumento. Los dos argumentos, el elegante y el chabacano se hicieron uno, bailan bien. Hoy sin embargo pensé en Saló. Sade aborda el cuadro sexual con palabras crudas que él transforma en palabras técnicas. Los Injertos, por lo pronto uno, me pide ese tecnicismo verbal. Tecnicismo estructuralista. Ahí sí que cuadra el estructuralismo lingüístico de Jakobson. Especialmente la oposición fonológica compacto/difuso.

En Injertos el cuento más flojo hasta ahora es uno en que una mujer espera a su inútil marido, que tiene la bobería de entrar por la ventana disfrazado de ladrón, y ella para ilusionarse de la desilusión de la realidad, piensa en un albañil que trabaja en una obra cercana. La noche del cuento quien entra por la ventana realmente es el albañil. La relación entre el albañil y el marido de esa mujer es primero una  discusión que tienen a cuenta de una vigas, y después un crimen: el albañil mata a ese hombre, muy pagado de si mismo, y hace desaparecer el cadáver en un hoyo de la obra, donde irá el cimiento de una columna. Esto me recuerda el crimen en la Casa de la Muerte, en la novela de Zamora. Aquí es más horrible. El hijo del pirata encierra en un hueco de una pared al socio de ese negocio. Lo mete vivo. Dormido. Cuando despierta, se ve metido en ese hueco, ya cerrado. Situación horrible. Situación que me recuerda el cuento de terror donde un preso para escapar se compincha con el enterrador y se mete en una caja que luego entierran, y el trato es que el enterrador quite de nuevo la tierra de la tumba y lo libere. No fue así.

En fin. No es una imagen que deje tranquilo. 

¿Qué le habrá pasado a don Reno? Misterio sin resolver.


martes, 27 de julio de 2021

Parte de una historia, 3

Esta vez el documento enviado es sonoro. Voz de mujer. No dice el nombre de la informante.


 ... mi abuelo nació en 1800 y algo y él a nosotros nos contaba de Cabeza de Perro y lo que nos decía es que no decía "upa, mamá" sino "upa, papá", y él (Cabeza de Perro) iba en una barca, en una chalana, y cuando la niña estaba saliendo a flote, le dio con el remo en la cabeza y terminó con ella, la hundió. Decía que bajó en el puerto de Santa Cruz con una jaula y los chiquillos se mofaban de él. Y eso lo contaba mi abuelo y no lo creían. Pensaban que eran cosas de él y se le reían muchas fantasías, pero yo creo que contaba la verdad. Y no porque lo dijera esa señora que salió ahí ni la otra de más allá, ni la que eso escribe. Contaba también que (su abuelo) subía a los barcos, con un tal Pichí , que también era medio piratilla, como algunos de la familia. Como se suele decir, cambulloneros, que se les daba tan mala fama... Y eso lo contaba él, y el tema de la madre y de la niña también, y seguro que le ponía algo de fantasía. Pues nada, siempre se nos queda la duda.

domingo, 25 de julio de 2021

Parte de una historia, 2

 Ramón me envía otro texto sobre Cabeza de Perro. Su autora: Carmen Hernández. Publicado en 2009. 9 de Agosto.

...

En el año de 1800, en el pueblo de Igueste de San Andrés, nació Ángel García en una pequeña casa junto al mar y muy cerca de donde está la Cueva del Agua. El apodo de Cabeza de Perro le venía por sus rasgos físicos. Su cuerpo grueso y rechoncho, con nariz chata y ojos pequeños, su boca grande y dientes separados, y una cabeza deforme y abultada, por lo que siempre la llevaba cubierta para disimular su deformidad.

Ángel García había sido un niño maltratado y solitario, el fruto y la suma de muchas iras y rencores, y así creció, arisco y huraño, hasta que tuvo su barco y con él se sintió libre y poderoso, dando rienda suelta a sus más bajos instintos. Eso sí, jamás asaltó barco alguno que navegara cerca de su isla, a la que volvía de vez en cuando a refugiarse en su casa y donde procuraba pasar inadvertido.

Únicamente a solas con el mar se sentía a sus anchas, y con su barco, El Invencible, surcó los mares y se hizo famoso. Con su cabeza enorme, incapaz de discernir pero capaz de asaltar y asesinar sin piedad hombres, mujeres y niños. Cuando acababa con el saqueo, hundía los barcos y se alejaba en su bergantín sin dejar rastro de sus fechorías.

Cuentan que en una de estas horribles tragedias, cuando se alejaba mirando las olas que se habían tragado su crimen, oyó los llantos de una niña de dos años que se contenía gracias a los faldones de su vestido, y que decía entre sollozos: Mamá, upa, mamá... Mientras se alejaba a toda prisa, Cabeza de Perro se mantenía inmóvil, contemplando como la mar se tragaba el frágil cuerpecillo, y al día siguiente este sanguinario pirata repartió todo su botín entre sus compañeros de pillaje, sin quedarse ninguna parte para él, conservando sólo su argolla de oro y su cuchillo. Vendió deprisa su siniestro barco y decidió que ya era hora de volver a casa.

Además ya el reuma atormentaba su rodilla y los buenos tiempos de la piratería habían pasado, así que volvería a su tierra, a ver pasar los barcos desde la ventana, y quizá podría casarse y tener hijos... y tal vez ya no oiría nunca más a aquella niña gritar sobre las olas: Upa, mamá.

Cabeza de Perro compró entonces un pasaje para Santa Cruz de Tenerife en un barco que salía de La Habana. Compró también tabaco, café en abundancia y una cotorra, y durante la travesía no salió apenas del camarote.

Y una mañana, Ángel García desembarcó en su tierra por primera vez como pasajero, no como pirata. El mismo cargó su equipaje, y con su grotesco aspecto, su cotorra y su paraguas, llamó inmediatamente la atención de los transeúntes del puerto santacrucero, que le dedicaron burlas y cuchufletas. Y entonces sucedió lo imprevisto. De todos los rincones de las callejuelas surgieron una multitud de niños callejeros que no tardaron en rodear al curioso forastero.

Cabeza de Perro arremetió contra todos ellos con su afilado paraguas y entonces los pequeños palanquines la emprendieron a pedradas con él y le arrebataron la jaula de la cotorra, el sombrero y el paraguas, dando en tierra con los huesos del pirata y pateando su cabeza contra los adoquines. Curiosamente, eran los niños, aquellos a los que sin piedad había pasado a cuchillo junto a sus madres, los que lo entregaban a la justicia de los hombres.

Cuando acudieron los guardias, estaba inmóvil pero mantenía en su mano el cuchillo. El singular cuchillo, con el mango de una cabeza de perro, lo delató, y por primera vez en su vida sintió sobre él la mano de la justicia, a la que se sometió humildemente.

Cuentan que en la cárcel se entretenía en fabricar la réplica de un barco en miniatura. Cuando le preguntaban, viendo el primor con que ajustaba las velas y jarcias, para quién era el juguete, contestaba "para una niña que me llora dentro". Fueron los llantos de aquella niña los que volvieron manso al desalmado pirata, y cuando alguien le sugirió la idea de pedir clemencia a la Reina de España, se limitó a contestar cabizbajo y con voz temblorosa: "No es ella la que debe perdonarme".

Pasó largo tiempo en el Castillo de Paso Alto, y cuando se supo la sentencia de su muerte, nadie quiso perderse el espectáculo de su traslado, a pie y entre bayonetas, desde aquella fortaleza hasta el barrio del Cabo, donde tuvo lugar la ejecución. Cuando por fin llegó el día, el sargento encargado le preguntó si deseaba alguna gracia. Y el reo Ángel García, con la cabeza erguida y una ligera sonrisa en su rostro, sólo pidió un buen habano para ir fumándolo y que llevaran su barquito a la Virgen del Carmen de su pueblo, Igueste de San Andrés.

*

En la novela de Zamora un remo es importante en el crimen que sufrió la niña. No sabemos su nombre. Tampoco el nombre del barco asaltado ni el día que fue. Tampoco sabemos el día y mes que nació Ángel García ni la fecha del ajusticiamiento. Tres objetos tienen relieve cuando desembarcó en Santa Cruz: la jaula con la cotorra (pájaro delator), el paraguas rojo y el cuchillo. Su prisión está marcada por la construcción del barco. Y su último día, por el discurso por fuera de la Concepción, las bayonetas y el habano. 

Zamora quiso en su novela que los personajes destacados fuesen tres. La niña, la madre de la niña y el pirata. Las cosas destacadas también son tres. El mar, el barco y el remo. Borges obedecía al número 3 cuando quería dar una relación sucesiva de algo. Ignacio de Loyola hubiese propuesto sentir el episodio tal como lo vivió el pirata, tal como lo vivió la madre y tal como lo vivió la niña. Inocente criatura que no comprendió sino la incomodidad del agua que la envolvía, tal vez también asustada. La crueldad, la impotencia y la inocencia envuelven el cuadro del crimen. El arrepentimiento, la curiosidad y la obligación, el cuadro del fusilamiento.  

viernes, 23 de julio de 2021

Parte de una historia

Me envía Ramón Herar un recorte de un periódico (de La Prensa), de 1922. Un reportaje, firmado por L. R., a una señora que vivía de las limosnas, de 107 años.  Copio la parte en que doña Isabel Albertos habla de Cabeza de Perro. Aunque merece copiarlo todo, con párrafos como este:

En la plaza Real no había más venta que la de don Vicente Galván, y todavía me parece estar viendo a los presos, casi desnudos, levantando los ladrillos pa gobernar la plaza.

Pero de las cosas que tengo vistas en Santa Cruz, nada se me quedó tan grabado en la memoria como la muerte de Cabeza de Perro.

Cabeza de Perro, como ustedes habrán oído decir, fue un pirata de los más terribles que han conocido los mares. Dicen también que había matado mucha gente en La Habana, y que tenía un hijo de tan malos instintos que hacía pasteles con la carne de los infelices que el padre asesinaba.

Un día apareció un bergantín por estas playas y, apenas empezaron a desembarcar los pasajeros, llamóle  la atención a alguien la mala catadura de un individuo que traía un paraguas encarnado y una jaula con una cotorra, y como tenía la cabeza muy grande, a alguien se le ocurrió decir que aquel era Cabeza de Perro. Empezó a arremolinarse la gente, a gritar y a bailotearle delante los chicos, y como si la mano de Dios lo viniera señalando, el indiano del loro resultó ser el pirata que buscaba la justicia. Y aquel mismo día Cabeza de Perro quedaba preso.

Pues, ¡quién me lo había de decir! Venía yo un día de Barranco Hondo cuando me anunciaron que iban a matar a Cabeza Perro. Llevaronme a misa a Paso Alto, donde lo tenían en capilla, y a poco de terminar la ceremonia, sentí unos tambores y vi que la gente corría por la carretera diciendo: "Ya van a ajusticiar a Cabeza Perro". Acerquéme para conocer al cuitado, y vime a un hombre viejo, de nariz chata y ojos hundidos, que lo llevaban entre bayonetas, y a su lado dos curas, uno con un Santo Cristo en las manos y otro hablándole en voz baja, como si le pidiera cuenta de sus malas acciones.

Seguí con el tropel de gente y así llegamos a la Concepción. Abrieron la puerta grande a ver si el reo quería coger Iglesia, y no quiso. Entonces en medio del silencio de todos, oyóse la voz del reo que decía a grandes gritos, pa que todos lo oyeran:

--Madres que tenéis hijos: escarmentad en mí: que yo he matado la tripulación de un barco. Con un machete que tenía me puse una noche en la escotilla, y según iban subiendo les iba cortando la cabeza y arrojándolos al mar. Salió después una madre con una hija, y las tiré también a la mar. Entonces, oí la voz de la niña que decía: "¡Upa, mamá; no me bañes en tanta agua!"

--Basta, basta --dijeron los confesores. Y siguió adelante la comitiva, y al llegar a la ermita de San Telmo, volvió Cabeza Perro a repetir la misma plática de la Iglesia. 

Por último, llegamos a la Molineta, por detrás del cuartel de San Carlos, donde le tenían preparado el cadalso. Las gentes, unas en camellos y otras a pie, apenas se atrevían a levantar la vista. Un nudo se nos puso a todos en la garganta.

De pronto vi que al reo lo acercaban a un palo y le presentaban una bandeja, de la que tomó un cigarro. Después, con la mayor tranquilidad del mundo, sentóse virado pa la gente; hiciéronle señas de que se volviera pa la tabla, y así que se fue retorciendo oyéronse cuatro tiros y viósele doblar la cabeza, mientras decían los soldados: "¡Ande usted, ande usted!". Y como había tanta muchedumbre de hombres y camellos, las gentes caíanse a montones. No quiero acordarme de los sustos que pasé aquel día. Aún me parece estar viendo al ajusticiado, y todavía pienso en las lágrimas que derramé aquel día cuando oí la confesión del criminal: "¡Upa, mamá; no me bañes en tanta agua!"



jueves, 22 de julio de 2021

pronto la luna

 Me imagino entrando en una academia de baile.

--Quiero aprender el tango.

--¿Para qué? ¿Para bailar con el bastón?

Y con la escoba la noche de Walpurgis, montado detrás de una bruja en el aquelarre, con el diablo cabrón marcando el compás.

Los Injertos echan ramas con flores, blancas y venenosas adelfas. Dice AGC que el dinero es abstracción. Eso dice él. Será el gran dinero. El que llega a mí es concreto, poco concreto. 

En la escalinata de Ibrahim se aposenta todas las noches Manitú. Ibra no lo deja entrar. Si quiere una cerveza le dice a Marcos que se la traiga. Siempre me cuenta que su mujer se quedó con su casa y su hijo. Judío errante, lo llamo. 

--¿Qué es eso, cabrón?

--Pregúntaselo al móvil --tiene un móvil que le haces una pregunta y te contesta.  

Se lo dice.

--A partir del lunes tengo que cerrar a las seis y no dejar entrar si no tienen un certificado de vacunado --informa Ibrahim.

--¿Sabes de alguien que los falsifique?

No, no sabe de nadie.

Veo la luna doble. Dice Belén que la luna en la madrugada del 24 estará llena en Acuario. ¿Qué planeta tengo yo en Acuario? No sé, ya no me acuerdo.

Una no sé quién me manda un correo. Dice que esa noche una mujer tocará a mi puerta si la llamo a su 806 y me hace un hechizo. Qué graciosa.

Me llaman de una eléctrica, me ofrecen un quince por ciento de descuento.

--No quiero saber nada.

--¿Lo puedo llamar en otro momento?

--Sí, pero no me dé la lata.

--Entendido.

Alguien que entiende. Menos mal. 

martes, 20 de julio de 2021

elegir

 El buen Garzón, después de apoyarse en la ciencia para avalar su discurso sobre el consumo de carne, se apoya en los mitos para avalar la matria de Yolanda. Da una cita de un libro de Eliade que leí hace tiempo, Herreros y alquimistas:

En la antigua Babilonia se consideraba que los ríos fluían del órgano generador de la Gran Diosa y de ahí su carácter sagrado y fertilizador. En Babilonia el término pu significa indistintamente fuente de un río y vagina; en sumerio burú significa igualmente ambas cosas; en egipcio bi significa indistintamente galería de mina y útero. En hebreo la palabra pozo significa también mujer y esposa; el abismo más célebre de la antigua Grecia se designó, asimismo, con el nombre de Delphos (delph = útero) que sería el del santuario más acreditado del helenismo; igualmente el triángulo, que entre los griegos simbolizaba la mujer, fue tomado como arquetipo de la fertilidad universal y símbolo de Deméter, encontrándose un simbolismo similar en la India. El papel desempeñado por las cavernas desde el paleolítico como centros de enterramientos y ritos iniciáticos puede interpretarse también en este sentido. Estos ejemplos y otros pueden encontrarse... en el libro citado.

Salida de pie de banco puede interpretarse esto en la cuestión política de España ahora, pero las sincronicidad me facilita este texto como recordatorio del libro, y mientras lo estaba copiando una pequeña araña, una cría, revoloteaba por las letras del portátil. No se paró en ninguna. Correteó y se fue.

Al margen de la política, donde es humo, la palabra me ha dejado intrigado. Ya hablé de la matriosca, esa muñeca rusa, en fb. Añado un posible significado: lo que esta fuera, está dentro. Repetido hasta la mínima expresión. 

Con las letras de MATRIA pueden formarse otras palabras: matar, timar, rata... entre las más inquietantes. También: amar (vuelve a aparecer la arañita) y el nombre Maria, entre otras. La rata tima y mata lo que ama Maria. ¿Quién puede ser Maria en esta historieta de gestores lingüistas? Mata lo que ama el mar. Me quedo en Babia, no sé a donde puedo ir con esta cábala. Y la aparición de la cría de araña tampoco sé qué me está diciendo. Un primer impulso me hace relacionarla con el tejido de Injertos, que es en lo que trabajo ahora. 

El segundo cuento porno (la pornografía ha desaparecido del lenguaje, no aportaba nada, pero queda el argumento original) injertado con El Sur, de Borges, va de una joven que toma el sol desnuda en la azotea mientras lee una novela de Alejo Carpentier (El siglo de las luces) y recuerda a un hombre que en otro tiempo se instaló en una habitación de su edificio. Ese hombre es el del cuento de Borges. Al final a ese hombre, mientras está bebiendo en una cantina, un marinero borracho le tira una miga de pan. Decide no darle importancia. Pero el dueño de la cantina lo incita a dársela. El marino lo reta a una pelea a cuchillo. Sabe que esa pelea le va a ocasionar la muerte. Él no sabe pelear, y menos manejar un cuchillo. Pero acepta el reto. Lo interpreta como un signo del Sur que está decidiendo su destino. En todo el relato lo acompaña un tomo deslavazado de Las Mil y Una Noche. En el cuento no hay razón que explique qué hace ese libro en el relato. Un libro vitalista que incita a amar la vida, a gozarla, no a matar o constreñirse a la Ley, como la Biblia.  

 Amar o Matar. Hay que elegir. 

 

lunes, 19 de julio de 2021

historias

 La historia del Fénix: su patética corriente, su repetición constante, su falta de soluciones.

Incluyo a Agustín Pacheco en el injerto. Una diatriba en su muro de fb sobre el pueblo o sociedad canaria /mejor" sociedad", más cercana a "secta") la licué y la pasé  a la voz de la mujer del cuento, un prototipo de mujer inteligente, realista y decidida. Una calcomanía de Mefistófeles, que a veces se siente como un gato flaco que escapa por la escalerilla de incendios y luego ronda las paredes con ganas de robar y de follar. A Margarita, por quien Fausto aceptó que el emisario del diablo lo volviese otra vez joven y fuerte, no le gusta nada el amigo de su amado.

--Siempre tiene el mismo ademán, medio burlón, medio encolerizado; se le nota que no le importa nada, que no puede querer a nadie.

Una de sus canciones, de Mefistófeles, dice más o menos:

Ahora que hay estrellas en el cielo

haré una genuina pieza de arte,

una canción moral le cantaré

para aturdirla con más seguridad. 

"No oigáis a ningún pillo

si no os pone un anillo."

Se me partió la mandolina,

no podré cantarla.

El Topín toca a la puerta. Entra y cantamos blanca y radiante.

--Ñoc, te pegaste una el otro día en fb. Voy a Ibrahim. ¿Quieres algo?


Hoy bajé a la rambla. El Hiperdino de allí tiene cosas que no tienen ni el Komo-Komo ni Esteban, los dos supermercado del barrio más cercanos. Pero no se me ocurrió comprar una botella de ron.

--Tráeme dos medidas.

Mi cuñado me manda un wasap. Qué cosas, me tiene vetado porque no me he vacunado, y me manda un wasap. Una información de que Macron estipula que ningún no vacunado podrá ir a ningún sitio. Y un mensaje de su puño y letra: No podrás salir del barrio.  Como el gueto de Varsovia. No lo mando a cagar porque ya con la bronca con el editor tengo suficiente para este mes. Mes de visita a la reumatóloga. Miedo tengo meterme ahora en un hospital. Y que me mande cuatro análisis de sangre antes de la próxima visita. ¿Para qué querrá tanta sangre? 

A ver si viene el Topín con las dos medidas. Le preguntaré si estaba la chica de ayer en la escalinata, la que hablaba con Manitú, uno que fue empresario y ahora se queda en la cueva del barranco, por detrás del edificio de la plaza. --Tú eras el chocho del barrio --le decía. A mí una noche me contó la historia de esa mujer. Una historia bastante triste.  


domingo, 18 de julio de 2021

monos y rechazos

 El primer cuento de Injertos tiene un desenlace chabacano. El cuento pornográfico injertado en el relato de Borges La secta del Fenix es de un argumento simplón y retorcido. El Fenix es una secta sin escritura y sin rituales, y quizá un relato idiota (no traiciono a Borges) puede dar con la palabra que justifique y explique el sentido de la secta. También llamada la Secta del Secreto. El argumento del cuento porno es de dos hermanos en que uno pide ayuda al otro porque su mujer le ha perdido interés. Entonces se le ocurre dormirla, con un somnífero en el café, para que el otro la folle y él aprender cómo debe follarla y recuperar que su mujer vuelva a tenerle interés. Los personajes de  los dos hermanos están logrados (como diría Juan Royo), pero el de la mujer no. Me acuerdo ahora de otro cuento de Borges, cuyo final se lo dio su madre. Es de dos hermanos enamorados de la misma mujer. Eso crea un conflicto entre ellos. Lo resuelven matando a la mujer. Muerto el perro, se acabó la rabia. Tengo que pillar ese cuento. 

*

Hoy me acordé de Juammy. Fue un dirigente destacado en las Juventudes Comunistas en los años 70. Una vez me enfadé por algo que me dijeron. Él me dijo que me enfadaba porque lo que me dijeron era verdad y yo no quería reconocerlo. Cierto. Rechazamos lo que no queremos ver en nosotros mismos. No siempre, pero en muchos casos es así. También es verdad que aceptamos lo que nos refleja. Bueno, rollos.

Estoy leyendo el Fausto de Goethe a ver qué trastada le hizo Fausto a Margarita. Se alió con Mefístófeles para conquistarla, y una vez conquistada la dejó colgada. No sé cómo. A ver si me entero. Mefistofeles es una figura opuesta a Sancho Panza pero ese diablo se parece al escudero porque los dos son un enjambre de refranes oportunos. La lectura del Fausto es un poco pesada. Dan ganas de quitarle la demasiada paja que envuelve lo que importa. Mucha retórica estorbando. Aunque puede ser que si conviertes ese libro en la única lectura de tu vida, esa retórica acabes viéndola como necesaria en su totalidad. 

*

Como nadie me llama, no lo dejo todo. Aquí sigo. La casa se ha calentado. La prefiero así. De día, horas de sueño, a veces me despiertan las discusiones entre Nicolás y Miguelito. ¿Qué discutirán ahora?, me pregunto. Y en vez de levantarme y salir a la puerta, cierro los ojos y sigo durmiendo. Hoy soñé que iba con... bueno, no voy a desnudarme. Los sueños desnudan a uno, y mi carta no es ahora La Estrella. Es la del Ermitaño. El que se detiene a resolver los nudos de lo andado antes de seguir el viaje. a su espalda La Rueda de la Fortuna. La rueda del rey mono y los otros dos, haciéndola girar, a su puto capricho. Un soplo de buen juicio los ilumine.


sábado, 17 de julio de 2021

agujero negro

 Vaya por dios, sale el libro de Belén y a mí no se me ocurre otra cosa que embroncarme con el editor.  No a cuenta del libro sino de la política. Me bloqueó. Lo bloqueé. Quedamos empatados.

*

Todo lo que oigo, veo o leo me remite a Vertical. Esa obra se ha convertido en un agujero negro que lo absorbe todo.

Como un chiste que contó hoy en la escalinata de Ibrahim uno de los rastas que ahora paran por allí. 

--Oye, ya nos casamos mañana y llevamos dos años y todavía no hemos hecho nada. Vamos a hacerlo ahora.

--No, no, hasta mañana nada.

--Por lo menos déjame comértelo.

--No.

--Por lo menos olértelo.

--Bueno, pesado. Vale.

Lo huele. 

--Ñoc mi madre, esto para mañana ya está echado a perder.

*

No sé cómo puede entrar ese chiste en el agujero negro. En fin, lo  que no mata  engorda.

Lo que sí va a entrar, me temo, es lo que le dice el Cónsul a Ivonne, tomando un refrigerio en una cantina mexicana. 

--¿Madre? --preguntó el Cónsul--. ¿Qué es esta madre? ¿Te gustaría comerte a tu madre, Yvonne?

*

A la anciana Eloísa, encorvada y renqueando, uno de los rastas la ayuda a subir los peldaños de cemento.

--Ay, un negro es lo que me está haciendo falta a mí para curarme de todos estos males.

Puede ser.


jueves, 15 de julio de 2021

bailar pegado

 Escribe la amiga de Charco del Pino que quiere bailar pegado conmigo en la otra vida. Puede ser, a lo mejor en la otra vida podré bailar pegado. Ahora lee a Karmelo Caballero Iribarren. Cómo no acordarme del viaje con Roger y él por el país vasco y por parte de Francia, y la visita a la casa de Pío Baroja. Buenos tiempos, era uno más joven y más bailarín. Los dos eran enemigos (literarios) de Martín. Yo no lo fui nunca. Eso no me lo han perdonado. Por incitación mía, Martín (enemigo literario de Karmelo pero ya no tanto de Roger) hizo una crítica al donostiarra. Lo vinculó a la poesía sucia de Roger. Se equivocó. No hay en Karmelo nada que tenga que ver con el realismo sucio, que yo sepa.

Se queja, la mujer del gallo Valentín... me hace recordar la canción cubana que dice con palo no vale, Valentín... que tengo esto parado en el jueves. Pues de jueves a jueves y tiro porque no llueve. Aunque ya parece que es viernes. Día de Venus. Me comunica Belén que ya está en sus manos Las flores no se arrancan. Si algo inapropiado sobre el amigo editor Anghel Morales he escrito, lo retiro. Ya habrá más oportunidades. El prólogo que le hice no está mal, pero tiene repeticiones innecesarias. No le hacía falta ningún prólogo a ese libro. Más contento estoy con la portada, el haber aportado un cuadrito que sin ser una maravilla, tiene su cosa.

Vertical la estoy dejando descansar. Me temo que esa novela necesita aún varias vueltas más. La lectura que hizo Belén a un antiguo borrador me ayudó a mejorarla. Tiene ahora mejor música y está mejor hilvanada. 

El barrio sigue con sus historias. Eso para otro jueves, si cuadra y si tengo ganas de contarlas. 

Mi hermana, aprovechando que el marido estaba fuera, me invitó ayer a comer. El puchero no estaba mal, pero ya podía haberlo calentado un poquito.

En fin, a ver si cuando me acueste sueño que bailo pegado. A falta de realidades, hay que conformarse con los sueños.

jueves, 8 de julio de 2021

jueves

 qué bonito es ganar

mil euros en la ruleta,

qué bonito es amar

a Endrina o a Enriqueta,

qué bonito es viajar

desde la Seca a La Meca,

qué bueno está el chocolate

con humo de azul turquesa,

qué bien está la vecina

cuando el marido se aleja,

qué bien el cuerpo me deja

las arvejas que cocina.


Cuando uno se obsesiona con un mercachifle charlarán de feria que te está jugando mal, mal vamos. La polla te dice que te obsesiones con mujeres de buen sentir, pero a veces la cabeza manda más que la polla. Se ha instalado en ella el charlatán. No se va ni poniendo el escobillón con los pelos parriba detrás de la puerta de la calle.

Llega Nicolás. Parlanchín. Se sienta en la silla de la entrada y se pone a quejarse de uno que no llega. Entre el palique, dos frases con sentido común.

--Tú lo que necesitas es mujer que limpie casa y escopeta. 

--La buena novela es la que empiezas a leer y te dan ganas de seguir leyendo.

Por fin conecta con el que está esperando. Queda con él en el Komo Komo. 

Bajo a Santa Cruz y en la rambla imprimo el reciente borrador de Vertical. O eso sube al cielo o memachaca y baja al infierno de cabeza.

Dicen que Pablo e Irene están separados. Qué cosas.

martes, 6 de julio de 2021

objetos encontrados

 Se me ocurre un argumento. Un escritor hace una monumental novela. 1000 páginas. La corrige. La deja en 500. La corrige. La deja en 100. La corrige. La deja en 5. La corrige. La deja en 0. No, en cero no. Deja la palabra FIN. Toda su obra queda reducida a esa palabra. No hay más.

Pero no. Sí hay más. Cambia FIN y pone THE END. Le complace la obra en inglés. Tiene mejor música.

*

Una acción dadaísta era la de objetos encontrados. Sales de tu casa y los objetos insólitos que encuentres en la calle los reúnes y haces con ello un cuadro o una escultura. O un cuento. Se puede actualizar el método. Hoy encontré un gato negro de ojos brillantes que estuvo mirándome un rato. Encontré a M en Ibrahim, con boina inglesa, desmejorado. Lleva cinco sesiones de quimio. Encontré al Loco sentado en la escalinata, con su panza al aire, enseñando el ombligo. Encontré al hombre que vende ciruelas. Encontré a la vecina que danza cuando se mueve. Barría la puerta de su casa. Me paré a hablar con ella. Me contó que no puede dormir. Le dije que podíamos caminar los dos de noche hasta el mar. El mar es un buen médico. No creo que al marido, el que me manda fotos porno al móvil, lo tome a bien. El hombre es celoso. Y con razón. 

5.30 de la madrugada. Voy a salir a dar una vuelta a ver qué encuentro.

*

Un cubo con herramientas de un vecino que está en obra. Una silla vieja y destartalada junto a unos contenedores. Un medio pan tirado en medio de una acerca.  Eso es todo. Fin del paseo. 

lunes, 5 de julio de 2021

sobre Vertical

 Prefiero hablar de la construcción que estar en la construcción (de la obra, la novela en este caso). En la construcción tienes que hacer lo que piensas. En el hablar de la construcción puedes pensar lo que haces. Levemente distinto pero con importante diferencia. En hacer y pensar hay una relación en la que el orden de los factores altera el producto.

Todo gira en torno a la obra. O la obra gira en torno de todo. Lo que aparece por ahí, cosas valiosas que están perdidas en la basura del mundo, te pueden servir. Hay que tener olfato para saber lo que sí y lo que no. Por ejemplo, la conversación en la barra hoy con Navarro no. Nada aporta a la obra que el alcohol o la droga sea un atenuante ante la ley. En la novela es importante el alcohol (en la primera parte se menciona mucho a Bajo el volcán,  se derrama como hierba en un bosque. La mención a la película, las citas y la referencia a esa novela forma parte de la atmósfera Vertical. El paño de la novela de Lowry está centrado en dos triángulos superpuestos, en la estrella de David. 

1. El Cónsul

2. Hugh, el hermano del Cónsul

3. Ivonne, la mujer de Cónsul

uno, y el otro:

A. El dóctor Vigil, el amigo mexicano del Cónsul

B.  Mister Larruelle, el hombre de la torres, el que se acostó con Invonne y ese es el camino principal de la novela. Es el contratema. El tema es el Borracho (el Ermitaño, la carta XIIII)... pero la obsesión del borracho (el Cónsul) es borrar de la memoria esa "traición".

C. El señor Elefante, el dueño de El Farolito, que lo incita a estar con una de las chicas...

1 y A van parejos. El amigo sobrio y sensato, y el perfectamente ebrio.

2 y B. Representan el poder sexual que el Cónsul no tiene. Los dos son vividores idealistas que tienen buen corazón. Lo más fastidioso es que tengan buen corazón.

3 y B. El enano y contrahecho don Elefante e Ivonne, ¿por qué? En El Farolito, incitado por el dueño, el Cónsul se mete en un receptáculo a follar con una desconocida, un polvo lamentable. Mientras, Ivonne es matada por un caballo desbocado, con el número 7 en la silla. 

La relación o influencia de Bajo el Volcán con Vertical no es poca. En Vertical también el eje lo marcan  dos hermanos, en contradicción el uno con el otro. En el Volcán la oposición Joven idealista/Viejo amargado. En Vertical, Amo/Sirviente. El papel de Ivonne es parejo al de la madre de los dos hermanos Vertical. La relación del Cónsul y Hugh con Yvonne es pareja a la de los hermanos de Vertical con su madre. 

Hoy comencé a releer el capítulo VII del Volcán. Ya estuve ayer penando si mencionar, aunque sea como cita inicial, el poema que oí el otro día. Hay que meditarlo. Poner eso ahí es como poner una bomba. 

El capítulo VII del Volcán está marcado por la Rueda de la Fortuna. Todo lo que sucede es señal de la suerte o mala suerte del Cónsul... Ahí se menciona a la madre en relación con Ivonne:

... cuánto había sufrido, sufrido, sufrido, sin ella; ciertamente que nunca en su vida --salvo cuando murió su madre-- había conocido semejante desolación y tan desesperado sentimiento de abandono, de despojo, como durante este último año sin Yvonne.

Ese sentimiento está en el hermano sirviente en Vertical. La muerte de la madre fue un sufrimiento para él y una liberación para el otro hermano (una vez que la obligó a cambiar el testamento a su favor, ya no le servía para nada.)

Esto y lo otro me hizo pensar en el otro lado del complejo de Edipo. Podría llamarse el complejo de Yocasta. Cuando la inclinación sexual con el hijo la busca la madre. 

El hijo sirviente mata al hermano provocado por un comentario negativo que el otro le hace sobre la madre común, ya muerta. El débil piensa que el acto siguiente, el acto criminal, fue iluminado por su madre muerta. Pero una duda le cruza el pensamiento. Tiene que ver con el cuento dominicano donde una mujer mata a su defensor y defiende a su maltratador. Pero mencionar ese cuento no vale, queda pobre. Tiene que ser algo semejante al cartel de la película Las manos de Orlac, en el Volcán. 

domingo, 4 de julio de 2021

 Esto ya parece el juego de la oca. De la novela al fb y del fb a aquí. De pantalla en pantalla y tiro porque no falla. En fb aparte de lo que leo, estoy oyendo buenos poemas de gente desconocida. De aquí, de Tenerife. Hay uno de una madre que está en el cuarto de su hijo muerto que es estremecedor. La almohada desnuda es la primera imagen que evoca. Hay otro que es de una crudeza espantosa. Es la vida de un hombre que se levanta de la cama, va al trabajo, vuelve a casa, duerme, se despierta, se levanta de la cama... Y un episodio de Pamela me recordó una novela de Dostoievski, una en que un invitado a quedarse unos días en una casa, se va apoderando de la casa y haciéndose dueño de sus habitantes. La novela ya no la tengo. Sé que no la leí entera. En ocasiones el ruso, agobiado por la necesidad de entregar a tiempo los capítulos, escribía párrafos y páginas de relleno. Algunas de sus obras ganarían con una poda, ¿Quién la hace sin correr el riesgo de ir a por lana y salir trasquilado?

Los días siguen siendo de Ermitaño. El arcano VIIII. El ermitaño camina hacia atrás, mirando lo que ha vivido hasta ese momento de retiro. El Loco ha sido transformado por el juego del trilero, la sobriedad del emperador, el libro de la papisa, etc. La rueda de la fortuna está a su espalda. A ver qué depara.

Amanece. Ya pronto abre Ibrahim.   



viernes, 2 de julio de 2021

 Toda la noche con Vertical. Nunca me había pasado esto: la obra me está convirtiendo en su esclavo. Ya no depende de mi sino yo de ella. Sabe que aún no es una obra de arte y quiere serlo. Se sirve de mí para lograrlo, para intentar lograrlo. Le crecen nuevos brotes que le dan claridad a la trama y desaparecen párrafos y frases que son estorbos o innecesaria retórica. El caso es que sabe que aún no es una obra de arte y hasta que no lo sea no me va a dejar en libertad. Dios mío, nunca pensé que me iba a convertir en negro de mi propia criatura. De ser su dueño pasar a ser su vasallo. Le importa un carajo mi salud. Sólo le importa que me mantenga en pie hasta que decida que no la toque más. Cuándo será eso. Si mañana mismo me facilita el editor (que ya no sé si me va facilitar algo o no) la publicación inmediata, sería un golpe de aire para mí. Se la doy tal cual está, y si no es todavía la obra de arte que quiere ser, que se joda.

Amanece. No sé si esperar a que abra Ibrahim y luego bajar a la farmacia a buscar las inyecciones o echarme en el sillón y esperar un sueño que no sea una pesadilla. Últimamente no lo son. Son sueños sin grandes aventuras. Me permiten descansar. Pero lo que quiero es ir a la playa. Darme un baño de agua salada. No me deja esa puta.  


jueves, 1 de julio de 2021

intrigas

 Rubem Fonseca en uno de sus cuentos dijo que él no disfrutaba escribiendo. No creía que nadie disfrutara escribiendo. Depende. Hay quien no y hay quien sí. Antonio Bermejo no. Dejó de escribir porque la escritura lo hacía sufrir. Fue un narrador que se sumergía en una tristeza sin retorno. Pero su vida de no escritor fue uno de sus cuentos. Algo en parte lo redimió, sin embargo, la publicación de La huida, a cargo de Víctor Ramírez.

Sufrir o no sufrir. Prefiero la indiferencia y el desapego. Prefiero pero no tengo. El ingrato trabajo con la escritura me tiene encarcelado. Casi el único respiro es ir al bar de Ibrahim. Ir y volver.  Menos hoy que bajé a Santa Cruz. Para nada. Nada funciona. Sólo la alegría de encontrarme con Trini. Algo es algo.

Termino de leer la hagiografía de Juan Cruz sobre Pérez Minik. Podía haber ahorrado páginas. En fin. Aparte de la imagen del santo, tres detalles a tener en cuenta. El episodio con el tipógrafo Ascanio, las menciones a Nijota (primo de Pérez Minik), y una confesión de don Domingo que hace comentar a Juan Cruz:

--Los que estuvimos cerca de él nunca indagamos en esta circunstancia personal y no sería bueno que ahora desatáramos especulación alguna.

La cosa  que comenta Juan Cruz (y que yo prefiero callar) es una vuelta de tuerca al dilema de si fue delator o no. El sambenito que le ha puesto García-Ramos en su novela (no resuelto, o peor aún, mal resuelto) ya está plantado y bien regado. Lo otro es inédito. 

Otra estampa liga, de un modo bastante azaroso, mi historia personal con la de Juan Cruz y Minik. El periodista vivió en la casa, en General Goded, donde yo después de él viví. La mujer de JC y mi mujer se conocían y fue quien le facilitó que alquilara esa casa cuando ellos la abandonaron. Una casa que mientras la vivió su amigo, Minik la visitó con frecuencia y la conocía bien. Que le tenía cariño lo expresa en una carta donde cuenta que suele subir hasta allí, con ganas de entrar, pero no puede porque ya la viven otros. Esos otros eran mi mujer y yo. Nunca lo vi, y si lo vi, como si no lo viera. A quien si vi una vez fue a Muguerza, que cuando Carmina vivía sola, en otra casa, un piso de la calle 18 de Julio, mandaba allí a alojarse a militantes que se estaban escondiendo de la policía. 

La frase célebre (por lo menos en ese tiempo) que dejó el filósofo en Canarias fue: "Más vale godo rojo que canario amarillo".

También habla de la estancia en Tenerife del escritor Aldecoa, el autor de la novela Parte de una historia, que trascurre en La Graciosa. De Aldecoa decían amigos de juventud que había estado bailando con Bermejo en la calle Miraflores. Tal vez leyenda. 

Todos son leyendas. Y las leyendas crean historias. La fantasía y la realidad tienen una fusión inevitable. Unos fabrican la realidad y otros la enriquecen o la dañan con la fantasía. Y al revés.