viernes, 2 de julio de 2021

 Toda la noche con Vertical. Nunca me había pasado esto: la obra me está convirtiendo en su esclavo. Ya no depende de mi sino yo de ella. Sabe que aún no es una obra de arte y quiere serlo. Se sirve de mí para lograrlo, para intentar lograrlo. Le crecen nuevos brotes que le dan claridad a la trama y desaparecen párrafos y frases que son estorbos o innecesaria retórica. El caso es que sabe que aún no es una obra de arte y hasta que no lo sea no me va a dejar en libertad. Dios mío, nunca pensé que me iba a convertir en negro de mi propia criatura. De ser su dueño pasar a ser su vasallo. Le importa un carajo mi salud. Sólo le importa que me mantenga en pie hasta que decida que no la toque más. Cuándo será eso. Si mañana mismo me facilita el editor (que ya no sé si me va facilitar algo o no) la publicación inmediata, sería un golpe de aire para mí. Se la doy tal cual está, y si no es todavía la obra de arte que quiere ser, que se joda.

Amanece. No sé si esperar a que abra Ibrahim y luego bajar a la farmacia a buscar las inyecciones o echarme en el sillón y esperar un sueño que no sea una pesadilla. Últimamente no lo son. Son sueños sin grandes aventuras. Me permiten descansar. Pero lo que quiero es ir a la playa. Darme un baño de agua salada. No me deja esa puta.  


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