martes, 27 de abril de 2021

la luna de los trogloditas

 El baile de los trogloditas en la escalinata de Ibrahim. Llego cuando Mary Cruz cierra la puerta. Uno de la tribu (no voy a poner nombres ni nombretes) baja y se pone a bailar con el culo al aire.

--Chúpame la polla,

--Ya chupé cuarenta hoy, ya me gané los 60 euros.

--Maricona, si están ahí todavía que me bajen...

--Maricón, lo que se hace en casa no se dice, y menos por teléfono

Vuelve la furgoneta que subió al barrio de Los Olvidados. Cargadita de arroz. Me invitan a la paella.

--Jesús, tienes que bajar a la cueva un día.

Quiere decir una noche. A ver como parte la carne, con un machete y un hacha, la que le dan en la recova, para los perros. No me disgusta la idea de bajar a la cueva, a hablar con los perros y con las cabras. 

La luna llena entre tiras de nubes negras forma con la luz letras y figuras. Todos se mueven (Isadora hubiera estado encantada de verlos) en torno a la furgoneta del arroz. Noche de primavera en la que solo faltan mujeres, las mujeres que me enseña otro en el blog, entre ellas la desconocida que la noche del sábado me advirtió que tuviera cuidado de no caerme por la escalinata, porque si me caía la obligaba a bajar a auxiliarme.

El rosal de Jely está más hermoso cada día. Rosas de un rosa amarillo que deslumbra. Incluso en la noche a la luz de la luna, ya caminando sobre la calle del Tanque. Hoy por el día había gorriones pequeños aún cuidados por su madre. Hacía tiempo que no veíamos gorriones. En noches como esta me acuerdo de la agradable mujer que quería casarse conmigo. Un día la llevaron al hospital y ya no volvió. Dios la tenga en su gloria. Me acuerdo de ella y de los años que viví en las cuevitas de la ya desaparecida playa de Los Trabucos. Recuerdo el almanaque del fraile, recuerdo los cacharros de leche condesada convertidos en vasos de vino, el caldero sobre dos piedras y la leña encendida, los peñascos de la playa donde mi prima Mary y yo cogíamos lapas y nos las comíamos crudas... Mis padres me contaron que solían sentarme en un saco sobre la arena y me pasaba tiempo y tiempo jugando con dos piedras. De eso no me acuerdo. Me acuerdo del miedo que en las noches me entraba viendo la montaña del ojo, animal que bebía el agua del mar, las fuentes de agua en Jáguar en los inviernos y el carrito que hizo mi tío José para irla a buscar a San Andrés en los veranos, los cuentos del fantasma de blanco que bajaba de la montaña en las noches y caminaba por la carretera...

El baile de los trogloditas. Me hice una idea de cómo vivían los hombres primitivos. Ellos son nuestros ancestros.

lunes, 26 de abril de 2021

Buzo

 En la acera frente a la plaza del mercado (hoy párking) una mujer riñe con el perro, que se echa al suelo y no quiere andar, un presa cachorro.

--¿Cómo se llama? --le pregunto.

--Buzo.

--Buzo, pórtate bien con quien te da de comer --le digo.

El perro afloja la tensión y se pone de pie a mirarme.

--Anda, vete con tu dueña.

Ya se están yendo, él sin dejar de mirarme, con la cabeza para atrás, y ella me dice.

--Te hizo caso. Se entendió bien contigo.

--Me suelo entender con los animales --dije.

Ya en mi calle, la vecina mujer del moro corrige a la hija pequeña:

--Se dice "yo no he sido", no "yo no fui".

Al rato llega el Petaco con chocolate negro. Mejor negro que blanco. El blanco no me sienta bien. Me pone bien pero luego me deja mal el triple de tiempo que bien. Nada, no me llevo bien con el blanco. Mejor dejarlo.

En el tranvía me había encontrado con Juan Carlos Tacoronte. Si no pienso lo que digo, hablo como un camaleón. Al gusto del remitente.

--Te iba a ver al Regia pero no pude porque me puse malo.

--El día 7 vuelvo a actuar allí.

Seguramente me pondré malo otra vez. Tacoronte es de Podemos.

--No tenemos responsabilidad individual. Vienen aquí en pateras porque no tienen modo de vivir en su tierra y aquí no somos capaces de asumir las normas.

Todavía en fase camaleón no le digo nada de lo que pienso sobre las absurdas normas de los que te la meten doblada y te riñen si votas al coco y no a ellos. En fin. Hoy día camaleónico, menos con el perro de la mujer de la calle de abajo. Me gustó Buzo. Si no fuera por las normas, tendría un perro así. Que sepa morder a conciencia, no como yo que ya me quedo con las ganas.

Gracias a que Tito iluminó la escalera, he vuelto a subir a dormir al cuarto de arriba, libre de humo de tabaco. Algo es algo.

sábado, 24 de abril de 2021

balas y fogueos

 agárrate a la bala que viene la escopeta

*

Mary Cruz me da un caldo y luego me llama bailarín

--pareces un bailarín, y sin mascarilla

y afuera en la escalinata, una desconocida, la primera vez que la veo, me dice

--Cuidado no vayas a caerte (escalinata abajo) porque luego tengo que ir a recogerte.

Me voy.

Aquí leo la nueva entrada de Martín. Cuenta que estuvo con Juaristi en Oviedo.

--Tú, Martín, eres un caso. Toda la vida llamándome facha y ahora no sólo quieres que Ayuso mande en Madrid sino en toda España.

Buen poeta este Juaristi. No sé si sigue ejerciendo o perdió el oficio.

En la tertulia virtual. Martín recuerda que leyó unos deleznables poemas míos (in illo tempore) y me dio unos consejos, pero que seguramente no le hice ningún caso.

--Al contrario, te hice caso totalmente y gracias a que te hice caso luego escribí poemas más deleznables todavía.

Esto hizo reír a la gente. Todavía tengo la gracia de hacer reír. No todo está perdido.


viernes, 23 de abril de 2021

y llueve ahora

 Llegó Tito y se hizo la luz. En el baño de arriba, en el dormitorio, en la escalera y en el patio. Dani y yo de ayudantes. Él bajando y subiendo la palanca y yo sosteniendo la linterna. 

Lo peor fue el queso.

--A lo mejor con pan --dijo Tito.

Pan duro es lo único que me quedaba. Ni modo. No compro más esa clase de queso.

Menos mal que Jely me dio para hacer café, con la vigilancia de Nicolás a ver qué me estaba dando su mujer.

No, todavía no me está dando la prenda dorada, Nico, no te preocupes.

Luego, ya de noche, en Ibrahim hay conversa de episodios del pasado.

--El Virginiano yo la vi hasta en versión porno.

--Yo estaba en Las Teresitas esa noche mirando al cielo y el cometa no lo vi, pero alrededor mío no había sino parejas follando. Muchos hijos dio el cometa esa noche.

--Casi quemamos a un italiano esa noche en Chamorga.

Y hoy por la mañana Ibrahim en fuera de combate. Mary Cruz y el nieto atendían los pedidos en la escalinata. 

--El bulto que tenía en el muslo se le pasó a la pantorrilla y no aguanta los dolores... Le dieron hora para octubre...

Comienza a llover. Dice Thuy que es una lluvia triste de primavera como cien canciones de cuna.

Cuatro rosas en su apogeo en el rosal de Jely.

 

lunes, 19 de abril de 2021

apuntes hipocráticos

 A la autocompasión sigue el resentimiento y al resentimiento sigue el miedo.

A la autoimportancia sigue la soberbia y a la soberbia sigue la ignorancia. La ignorancia del sabelotodo.

A la no importancia sigue el poder y al poder el conocimiento.

La suerte cambia cuando dejas de compadecerte. 

En fin, pensamientos. Basura cognitiva.

Respirar hondo, como las tortugas, comer despacio y follar sin prisas es medicina para una vida sana.

Galeno recomendaba que la cura de un sanguíneo era quitándole exceso de sangre. La de un melancólico, exceso de bilis negra. La de un colérico, exceso de bilis amarilla. La de un flemático, exceso de flema.

De esto me estoy informando ahora. Y ya estoy jugando a los médicos. A mí a veces me entra la sospecha de que tengo dotes de médico. Así que me pongo a suponer remedios.

En cada persona se da la combinación de dos humores. Un sanguíneo colérico es una persona dominante y arrolladora. Un sanguíneo melancólico o flemático, persona equilibrada. Etc.

El modo de templarse un colérico sanguíneo es follar de vez en cuando (no siempre) con un flemático melancólico. Etc.

En fin, no sigo, que si peco de ignorancia, es mejor pecar poco. 




domingo, 18 de abril de 2021

bajando del burro

 Estoy cayendo en la autocompasión y en el resentimiento. Mala cosa. Y si añado que las papas y los huevos fritos me sentaron fatal, peor cosa. Feliz quien pueda comer huevos de gallinas y kíkaras sueltas. Pollos de caleya (camino de tierra), dirían en Asturias. Además empieza uno a recordar errores que doblaron el destino para peor, y ya casi tienes el póker del desgraciado. El pensamiento puede ofrecer remedios, pero la sangre se mueve al margen del pensamiento.

En fin, respirar hondo y seguir la batalla, como se pueda.

Encuentro el libro Carta de la Corte de Madrid, del Vizconde de Buen Paso. Lo primero que leo, al abrirlo al azar, es

--Mientras que iguales fuimos, conservaste conmigo una amistad firme y amable, pero al verme infeliz me abandonaste. ¡Costumbre vil!

Sí, es la costumbre. ¿No contó Pamela cómo las gallinas le sacan los ojos al gallo cuando deja de funcionar y se vuelve infeliz? Costumbres sociales de las que me entero por mi amiga virtual de Charco del Pino. También desconocía que a veces el pato macho mata a las cría para seguir folgando con la pata hembra. Si observáramos más a los animales, nos asombraríamos menos de las costumbres humanas, que cuando son de parte nuestra las vemos aceptables y cuando las ejercen otros ponemos el grito en el cielo. En fin, dicen que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. Así debe ser y así hay que aceptarlo. A ver si la sangre se entera.  

Si me abajo de este burro

donde nos creemos algo

desaparecen los oros

y aparecen los fangos,

las ilusiones se acaban

de contigo bailar tango

y más remedio no queda

que ir a llorar al barranco.

Desde que no cuento el mundo sino que me cuento a mí, voy descarriado. Amanece. Hora de salir al fresco, respirar hondo y parar en seco el póker de picas.


sábado, 17 de abril de 2021

sábado sin luna

 Tal como está no me entusiasma El don de Vorace. En general. Tiene partes que sí. Otras no. Sadismo imaginativo, surrealismo de oropel, sin sustancia o con una sustancia falsa, facilona. No siempre, pero algo de tedio me provoca la lectura. 

Con Félix coincidí en un curso de la universidad de La Laguna. Fue el año en que murió. Se fue demasiado pronto. Su obra tiene valor pero aún le faltaba madurar. Creo. La novela contiene un cuento bueno. Hay que quitarle la paja. Digo yo.

Le estoy perdiendo el sabor a las palabras. Hay días así.

Tito me acaba de mandar un cuadro muy bueno, de un compañero de trabajo. Un muelle, un trasatlántico, un remolcador, una camioneta... el mar con brillos de aurora, y el cielo. Es de un tiempo antiguo. De cuando yo tenía no más de 10 años. Despierta la nostalgia. Sábado nostálgico. ¿Qué santo es hoy? San Roberto. En el cuadro también hay un noray. Me acuerdo de Aquel Viejo Noray, una de las revistas que hizo Roberto Cabrera. ¿Es ahí donde hay varios poemas de Elena del Castillo? Ay, Chito, qué desordenado eres, no sabes dónde tienes nada.

Pamela dice que me sigue leyendo, "como tantos muchos lectores". No creo que sean muchos. ¿Me seguirá leyendo Pepe? Perder a un lector es peor que perder a un amigo (bueno, frase ingeniosa, no más). Me gustó la foto del post de Pamela. Una copa que invita al amor. ¿Qué será eso? 

Fumando espero...

 


viernes, 16 de abril de 2021

pasando los días

 El hideputa ilumina

lo que no alumbran los santos,

te señala los defectos

y las hormas del zapato.

Te llama bola billar

si eres un poco calvo

y te pone de greñudo

si tienes el pelo largo,

la enseñanza que te da

es señalarte el futuro

sin haberlo barajado.

*

Falleció doña Olga. Siempre me llevé bien con ella, pero no volví a verla desde que Roberto, su yerno, puso distancia en una antigua amistad. Supuesto motivo: una frase de El pintor asesino en relación con Gato Gótico. El tal pintor regresa a la isla después de mucho tiempo fuera, ve una actuación de Gato Gótico y percibe lo que "hemos envejecido". Antes me había acusado de que en mis tiempos en Asturias no hice nada para que Gato Gótico fuese a Gijón a actuar en la Semana Negra. Sí hice, le di una cinta a Paco el Loco, responsable musical de la Semana, y este me dio la disculpa de que pagar un viaje desde Canarias le salía muy caro a la organización. Luego, ya distanciados, hubo algo que me molestó un poco. En tiempos de sangre caliente, entre los dos escribimos un manifiesto: manifiesto sensualista. Me molestó un escrito de Arroyo Silva donde la autoría de esa cosa decía que era de Roberto y Olga Luis. Me molestó pero no demasiado. La república de las letras está llena de historias así (El Quijote tiene algunas) pero valen como decorado, no como argumento principal. Y además, ¿qué más da de que una cosa olvidada digan que la hizo uno u otro?

Y aunque no fuese olvidada. Tenía razón el brujo: la importancia personal sólo sirve para volvernos idiotas.

Ahora con Vertical estoy en punto muerto. La obra tenía tres partes. Me di cuenta que necesitaba otra. Un relato distendido, de humor blanco a ser posible. Que funcione como la caricia que se le hacía al conejo antes del golpe de gracia. Empecé a desarrollar esa parte pero no sé cómo seguir. Espero que las musas o el Azar, esa música, me visiten.

Mientras tanto tengo que bajar a la Cruz del Señor a comprar trementina. Y a la ferretería a comprar cola de carpintero. 

La primavera me altera la sangre pero me aguanto. Además he cambiado el día por la noche, sueño cambiado. No muy recomendable para la salud. Cuídate, Jesús, que ya no eres un chaval.

Mary Cruz, la mujer de Ibrahim, me dice que ya pudo conectar con reumatología. A Ibrahim le dieron cita para el martes que viene. Me da pereza pero también yo tengo que llamar.  

Sigo Leyendo El don de Vorace. Después de la muerte del literato impotente, el viejo que besa la svástica y adora a Hitler, Dévora (la novia boba de Bernardo Vorace) le da el pésame "por la muerte de su querido maestro" y lo lleva a la cama. En la cama es más soportable, habla poco. Luego, sin más testigo que los árboles y la luna, están los dos paseando por un puente y él decide callarla para siempre, la lanza a las aguas de un río... Me queda por leer un tercio de páginas.

jueves, 15 de abril de 2021

 Dejo de lado la pantomima del delator. ¿Qué me importa a mí lo que haya hecho o no, bueno o malo? Nada. 

*

Murió la ninfa del verso,

yo nunca la conocí

aunque me ofreció sus pechos

en una tarde de abril.

Si va derecha al infierno

o al cielo ha de subir

tal cosa la dirá el tiempo

que es el que sabe escribir.

Lloran con falsos lamentos

los acordes del atril

y todo llanto es cuento

de una noche entre las mil.

Me dejan oler las flores

y no entrar en el jardín,

es como tener la llave

y no la puerta que abrir.

Murió la ninfa del verso

que nadaba en aquel río

a la mar, hacia el morir.

*

Y ahora yo aquí hago

una raya en la arena

y que la mar se la lleve

se la lleve con ella.

Que la gallina le arranque el ojo

al gallo que ya no sirve

eso me causa el enojo

cuando de gallo me vistes,

me dejas hablando solo

sin millo y sin alpiste.

Esto yo lo conozco

por la del Charco del Pino

que de gallinas y patos

sabe dos huevos fritos.

Como duermo por el día

soñando con mi suegra

por la noche me despiertan

estas tristes folías.

Que no me llamé un amigo

lo comprendo, según Kant,

pues el enfado es fatal

el que él cogió conmigo.

Pero que no llame Juan

para un asunto tenorio

eso me sabe más mal

que no tener medio pollo.

Lo mismo pasa a Ramon

que me invitó a unas arepas

y aún estoy esperando

a que en la boca me sepan.

Y ya esto se va alargando

así que cierro el tintero,

cada loco tiene un canto

y cada vivo un entierro.






martes, 13 de abril de 2021

dos autores

 El río de la liberación desemboca en el mar de la esclavitud.

Puede ser. Ejemplos hay. En fin, ahora, a raíz de la crítica de Cecilia Domínguez Luis, me ha entrado interés por El Delator. No tanto por la novela como por  el personaje. Ya la piedra está tirada al agua, ya se expande la sombra de la sospecha. Así tituló Cecicilia su crítica sobre la novela de Juan-Manuel: la sombra de la sospecha. Eleva, o baja, a Pérez Minik a la altura de Elia Kazan, y más aún a la de aquel rey a quien Rodrigo Díaz de Vivar hizo jurar que no había tenido parte en la muerte de su hermano. La sombra de la sospecha ha caído sobre una persona honorable e intelectualmente elevada al altar en estas islas.

Que yo haya vivido en la calle General Goded, siendo Minik vecino también de la misma calle, es parte de la gasolina que mueve el interés morboso. Yo sé que a su casa iban jóvenes, algunos amigos míos, a recibir la bendición (hablando en metáfora), pero que su casa estaba en General Goded, ahora del Perdón, lo supe más tarde. En esa calle, también en la misma casa que mi mujer y yo, vivieron Juan Cruz y su mujer. (Las dos mujeres eran colegas y una facilitó a la otra el alquiler de esa casa.) De Juan Cruz no he leído aún nada que me haya hecho exclamar qué divino cantor.  De él leí La crónica de la nada (tal como la recuerdo, ni fu ni fa),y luego con el tiempo leí una novela encargada por una institución y que lo único que tenía de verdad era el último párrafo: "No sé por qué la institución ... me ha dado dinero para escribir esta novela". Todo lo demás es tedio y verborrea. Y leí un libro que escribió sobre Pérez Minik, este más entretenido, más grato de leer. (Este libro me lo prestó Sole, aún no se lo he devuelto.) Belén, por su parte, me regaló una publicación, tamaño mayor que el folio, donde reproduce en facsímil todos los números de Gaceta del Arte. En ese momento la hojeé pero no le puse demasiada atención. Hoy sí la tiene, tengo que buscarla.

Combustible residual, por ahora, es que la sala donde nos reuníamos el Grupo de Lectura en el edificio del parque La Granja (hasta que llegó el cóvid) se llama Domingo Pérez Minik y allí están los cientos de libros que él tenía en su biblioteca. 

Menos residual es el edificio que fue de Las Dominicas (el edificio que, corrígeme si me equivocó, gestionó Juan Royo hasta que se lo apropió Dulce Xerach). Ese edificio, El río fantasioso (libro que Thuy Huong ha editado en Amazón) lo señala como la Casa de Dios (inevitable no pensar en la carta del tarot La Maison Dieu, XVI). El teatro de la Casa de Dios tenía el nombre (hoy teatro en ruinas) de don Domingo Pérez Minik. Me entero ahora que él también escribió teatro y fue actor de teatro. Me entero que estuvo tres meses prisionero en Fyffes. 

Allí el destino final de López Torres fue el mar. Me entero que López Torres abandonó Gaceta del Arte cuando el triunvirato en el poder de la revista, con Minik entre ellos, se negó a darle a la Gaceta un giro totalmente surrealista, como Bretón hubiese querido. 

También, al parecer, hubo entre López Torres y Pérez Minik diferencias políticas. Comunista uno y socialista el otro. 

El poeta estando prisionero escribió Lo imprevisto. Encuentro aquí estos versos:

El filo más agudo del deseo, / de mi sangriento amor, mi ruin coraje, / te arrancaba la piel entre mis dedos, / y los gritos, lamentos y suspiros / se perdieron sin eco entre mis manos / de asesino inexperto, / Cuando tu cuerpo blanco, mutilado / cayó sobre las aguas de tu cielo, / el gris estaño de tu desventura, / se partió en mil pedazos.

(del poema "La patata") 


domingo, 11 de abril de 2021

lilith

 Por diversos lados se me aparece Lilith, de quien dicen que fue la primera mujer de Adán, y que se aburrió de Adán y se fue fuera del paraíso a follar con los demonios. Un reportaje dice que cuando Adán se quedó sin  Lilith, descargaba con los animales hembras de todo el Edén. Y que Yahvé para remediar esa bestialidad, hizo a Eva. Eva, según el reportaje, cometió adulterio con el demonio. El demonio le enseñó lo sabroso que era el conocimiento, y luego Eva se lo enseñó a Adán. Yahvé entonces los expulsó del Edén. Que Caín fue hijo de Eva y el Diablo, es cosa de otro reportaje.

A mí me recuerdan estas historias las que contaba la gente, en mi infancia, en el pueblo cuando hablaban de la Iglesia y de los curas. Las historia religiosas no era como la decía el sacerdote en el púlpito, sino como luego se la contaba al monaguillo en la sacristía. Y la que limpiaba la iglesia oía detrás de la puerta y luego le contaba la verdadera historia a su amiga y su amiga a... hasta que llegaba a mis oídos. Cuando leí El Decamerón, nada de lo que se cuenta ahí me cogió de sorpresa. El cuento de Boccaccio que mejor recuerdo es el de un putero de niños y ladrón que cuando muere lo suben a los altares. La gente cree lo que no es. Si es negro di blanco y se lo creen.  El caso es que lo que es no es y lo que no es es. ¿No es así?

Lilith es símbolo de la mujer libre que no acepta el dominio masculino. El hombre está para servirla y no ella para servir al hombre. La Venus de las Pieles. Si no te dejas pegar  no eres de los suyos, no eres lo que ella quiere que seas. La mujer dominante. Me recuerda un episodio de una novela, de un francés. Cleopatra, aún niña, le dice a su titubeante prima o hermana mayor que la va a enseñar cómo debe amar un hombre a una mujer. La lleva a un calabozo y ordena al prisionero: ¡Bésame los pies y luego haz lo que quieras! 

Si algo aparece es porque algo está cerca. Habrá que estar atento. Lilith. 

sábado, 10 de abril de 2021

notas

 Gallo Fuego me sugiere de venir hoy también a mi casa a pasar la noche en blanco. Le digo que no, que hasta dentro de un mes no quiero saber nada de noches blancas. Y es una pena, su historia es vulgar pero el sabe decirla. La que fue su mujer lo engañaba con su mejor amigo. Fue a la casa de su amigo y lo amenazó. Cumplió su amenaza en el puente de los locos. Una juez lo condenó a pagar daños a la víctima. Cinco años dice que estuvo pagado mensualidades. De su mujer se divorció y ella se quedó con la casa y al cuidado de la hija que tienen en común. Ahora se llevan bien, aunque él dice que la odia. Ya no lo deja tener intimidades de vez en cuando. Ahora está con otro, un pibe del norte más chico que ella y no quiere saber de Gallo Fuego sino que le pase la mensualidad, lo que le corresponde por la hija.

--Yo lo único que le pido es que esté con quien quiera estar pero que no lo meta en mi casa. --La casa es de su propiedad--. Mi hija no tiene por qué estar viendo malos ejemplos.

--Tu hija es consciente de lo que hay, y tú no puedes decir eso. A ti lo que debe importante es que el tío que esté con ella se lleve bien con tu hija --le dijo Serpiente.

Gallo con la cabeza comprende eso. Con lo demás, no lo comprende bien.

La próxima vez que venga, abro esto y que me cuente la historia y la escribo con sus palabras. Palabras que saben encender la leña y darle movimiento y espacio a un cuento común. Recuerdo la tarde que su ex mujer vino a pelarme y él sentado en una silla, mirando. No me dejó solo con ella ni un segundo. Pero esto es otra historia.

*

Comienzo con Tragedia de flor de vidrio. El cuento es de un hombre que acecha a una mujer, y la mujer se complace en martirizar al hombre hasta que deja de martirizarlo y lo ama, como sólo saben amar los personajes de Ignacio Gaspar, con la cabeza fría, la intuición tibia como la leche recién ordeñada, y el instinto caliente. En el comienzo de la novela ella ordeña una cabra en una taza y se la ofrece al hombre. Sólo que antes había disuelto en la leche una pimienta de la puta la madre. La madre que la parió. Tendría que contarlo con las palabras de Ignacio en el libro. Pero le quitaría algunas frases que estorban, que te impiden entrar atrapado total en la novela. No sé. Quitando esas frases (con adjetivos metafísicos, cuando es el cuerpo lo que importa) la novela tendría aún más energía, más imán.

*

El libro de Pepe Varos lo he dejado a la mitad, pendiente. Su música es cristalina pero su contenido es espeso. Libro ideal para leer en una isla desierta después de un naufragio. Y aún no he ido a Oria. Cuando vaya a Oria y vuelva, volveré a abrir el libro de Pepe. El prólogo, que no era tal cual el prologo indicado --el prologuista, Alberto Linares Brito, protestó, hay errores--, es por ahora lo que más me interesa. Mi sospecha es que ahí se coló una verdad incómoda. En fin, la literatura tiene sus buhardillas y sus sótanos. Ley de vida.

viernes, 9 de abril de 2021

carbócillo

 Tuve un sueño con Cintura de Bronce. Recuerdo bien el final. Ella cortaba con un cacique con quien estaba comprometida, y el cacique, rabioso por el adiós de ella, la perseguía a caballo, a un galope enfurecido, por el centro de La Rambla (ex) General Franco, desde el Colegio de Arquitecto, territorio del cacique, hasta el Cuartel de Almeida. Yo corría al lado derecho del caballo intentando detenerlo. El jinete hizo que el animal embistiera contra Cintura de Bronce, que lo esperaba de frente, quieta y valiente, y la pequeña mujer quedó asida al cuello del caballo, con el cuerpo tapando la cabeza del caballo y las piernas colgando. Aproveché el despiste del animal para detenerlo. El cacique desmontó con furia y blandiendo una barra de hierro plateado, para golpearnos a mí y a ella. "Ya estamos perdidos, se acabó", me dije, cuando me vi con el tipo amenazándome con la barra de hierro, pero en vez de golpearme a mí en la cabeza, se golpeó a sí mismo en la cara, una y otra vez, hasta destrozársela y caer desmayado al suelo.

--Qué alivio --nos dijimos ella y yo, ya libre del cacique tirano que se mató a sí mismo.

Y ahí desperté. 

Eso fue antier. Hoy día de H. Trajo una fiambrera con paella que había hecho con sus manos. Todo en su punto. Buena compañía con vino blanco. "Hoy no te quejarás, te dejé el fregadero lleno de loza". La tonga de platos y tres calderos en el fregadero. Siempre me pregunta cómo estoy, qué he hecho, qué le cuento. Qué quieres que te cuente, le digo yo. Esperando a Godot, como siempre. (No, no le digo esperando a godot, pero la próxima vez se lo voy a decir. La pregunta que me hizo un día sobre si yo sé cazar liebres, la tengo fijada como si fuese el primer número de una caja fuerte. Juan entendería lo que quiero decir, y Dani, y Pepe, y Tito... Ramón no. Marcelino a medias.

Imaginar al autor de Retrato de Marlou Diesel en su estado actual, paciente de hospital, no anima. Anima que esté rescatando el poemario que una  vez entregó a una editorial y, por h o por b, quedó archivado y no editado. A mí me gusta ese libro. Pienso en los poetas que hoy en Canarias --lo que conozco-- están diciendo algo que suena a verdad y con una voz peculiar cada uno. Candelaria la voz de un remolino, Belén la voz de una fuente, Pepe un aleh que concentra todas las voces, Marcelino la confesión cotidiana que resume la historia de la humanidad. No estaría mál ejercer de antólogo y formar un libro de poetas canarios de hoy. Titularía la antología El harén de Chito. 

Llega la noche y tocan a la puerta. Es Gallo de Fuego con otro. Serpiente de Fuego. Las historias del barrio son un gran teatro del mundo. El amor inconmensurable que sufre --el caso es que el Gallo no lo dice claramente, ahí está la virtud de su relato: lo que importa va apareciendo con cuentagotas. Le recrimino que se enrede en detalles. "Si no te cuento los detalles, no vas a comprender la historia."

Me hace pensar en el Diablo. Creo que fue Nabokov quien dijo que el consejo del Diablo es que cuidemos los detalles. Gallo los cuida y sabe contar. Serpiente ejerce de consejero, aunque es más joven y más atlético, un hombre perla. "Una ley del barrio es robar fuera, a los guiris, y no dentro, entre nosotros."

--Odio a esa mujer --suspira el Gallo.

--Estás enamorado --digo.

--Tú no puedes ir a la casa de nadie, tienes que llamarlo y citarlo fuera, en la calle --le dice Serpiente de Fuego.

Y las nubes pueblan el cielo y dos horas más tarde los dos tienen que irse.

--Y ahora te pones a escribir?

--Me temo que sí.

Luna menguante. Hoy leí  que la luna es un artefacto de metal hueco por dentro, y que está puesto ahí, en esa órbita, para tener controlados a los humanos. Cualquiera sabe. Gallo dice que suele oír a su padre. A Serpiente, hombre práctico, que no perdona una, el tema misterioso le desagrada. Nos desagrada todo lo que tememos. Se van y dejan aquí un dibujo que les hice, al carboncillo, y con la loza fregada, el pollo ordenado y la inspiración que llega del bosque de flores de aloe, ahí fuera.  


jueves, 8 de abril de 2021

 --Jesus, ya sé que tengo una deuda contigo...

--No importa, ya prescribió.

--Estoy tirado en la calle, estoy pensando en suicidarme.

Un hombre atletico, bien parecido, se ha dejado llevar por el boliche --¿quién no se deja llevar por algo?--, buscado por la policía, con orden de alejamiento de la casa de su madre.

No le digo que si quiere suicidarse, ahora tiene la ley a su favor. No sé si la letra de la ley llega a tanto.

Llega la guagua, y me despido del Papa.

Marisa, mi farmacéutica, se ha cortado el pelo. Su cara brilla más. Me tiene reservada cuatro jeringas. Me acuerdo de una peli, de Sacristán, en el hombre roba dosis de morfina y escapa del hospital. Viaja a morir en un lugar despoblado.

En youtube veo la historia de Jezabel y el profeta Elías. Perros que lamen la sangre del rey esclavo de su mujer, adoradora de Baal. Yahvé y Baal juegan a ver quién es más poderoso y gana Yahvé. Mata a los ochocientos profetas de Baal, mata a cien soldados del rey y, cuando la apuesta del cordero degollado en el asador al aire libre, dice Elías a los intentos de los profetas de Baal por encender el fuego del asador: --Vuestro Dios seguramente estará cagando --frase literal en la Biblia hebrea, dice el reportero.

En la escalinata de Ibrahim, ahora con dos mesas en la puerta grande a modo de mostrador, el Tocayo habla de cómo los pescadores furtivos están acabando con los peces que mantienen a raya a los erizos.

--Cada vez me gusta más tu estilo --me dice Nicolás, ya en mi casa, por fuera--. No pintas de día sino de noche, cuando no hay luz. --Pinto una ventana que desecharon unos de una casa en obras, un poco más arriba. Sí, la calle está oscura. Hoy no se han encendido las farolas.

Y yo escribo para borrar el anterior escrito. Ya me desentendí de las tertulias en Oviedo. Mucho tiempo en pantalla. Este desierto tan lleno, a veces, de espejismos. 


viernes, 2 de abril de 2021

literatura

 He pasado a la continuación de Vertical, con temores. A veces temo que la novela afloje, como aflojó El libro del cuervo, que tenía que haberlo dejado a la mitad en vez de seguir cuando ya el tema principal se había resuelto. En fin, si Juan resuella y arreglamos con el editor, está Barrio Chino, que no desfallece y llega con nobleza al final. 

Martín me invitó a su tertulia virtual. Lo que más me gusta de Martín es que lo menos que hace es elogiarme. Ya cuando nos veíamos en persona, en Oviedo o en Gijón, me calificaba de poeta surrealista, y entre esos poetas de la experiencia, el surrealismo no valía dos duros. Era, y lo sigue siendo, un crítico temido. El personaje de Merlín en Vertical tiene mucho de él. Lo literario. La vida real ni asomo. En la realidad, es un caballero de buenas costumbres; ataca más que al anterior rey, a los gobiernos que permitieron sus tropelías, según la constitución responsables de las mismas.

 Juan Carlos I sólo es nombrado en Vertical de pasada, con el episodio de cuando mató a su hermano con una pistola, en Estoril. Gracias a esa muerte la discusión entre Franco y don Juan --don Juan quería que su hijo Alfonso fuese el fututo rey y Franco prefería a Juan Carlos-- cesó. Como Vertical narra cómo un hermano mata a un hermano, ese episodio de Estoril hace juego con el tema principal. Mejor incluso que el episodio bíblico de Caín y Abel, pues en el caso de Vertical es un hermano oprimido quien mata a un hermano opresor. 

Afuera en la tomatera ya están madurando los tomates. Era hora. Los lagartos han vuelto a salir y la calle la visitan pájaros pequeños, no sé cómo se llaman. Se lo preguntaré a Nicolás. Hoy me trajo pescado salado con papas negras. Comí y me tiré en el sillón a echar la siesta. Cuando desperté los niños jugaban en la calle. Ya no es frecuente, ver a los niños jugando en la calle. Entré en la tertulia virtual. Lo más interesante, un pique entre Piquero y Martín. Piquero es el discípulo que quiere matar al maestro, pero no tiene armas. Martín le da cuatro vueltas. Las más calladas en la tertulia, las mujeres. Hablan poco.