lunes, 31 de mayo de 2021

 El Topín (yo lo llamaría el Sarantontón pero lo llaman el Topin) se acerca calle arriba mientras Nicolás corta las margaritas mustias de la maceta que me regaló Jely, su mujer. 

--Nicolás, saca el machete.

El Topín empieza a hacer gestos que me recuerda la expresión "dar toletazos". Pregunto que significaba esa expresión pero no caen, y yo tampoco.

--¿A ti no te cansa tener a este molestándote todo el día?

--Ten cuidado --le digo-- que ahora a Nicolás lo llaman el último romántico.

--¿Quién lo llama así?

--Una amiga del Sur que tiene una finca.

--A ver si te la ligas y te lleva pallí a plantar papas, y vas a tener que llamar a Nicolás para que te saque de allí.

(Me refiero a uno de los post en fb de Pamela, la amiga escritora de Charco del Pino.)

Cuando se va el Topín, calle arriba, le pregunto a Nico si conoce a una mujer teñida de rojo y si tiene marido, porque el otro día me entretuvo diciéndome lo bien que me encuentra, cosa que me suena fatal porque basta que te digan lo bien que estás para que te pongas mal. Pero bueno, sí está casada. Nada que hacer.

--Tú lo que tienes que preguntar primero es si tiene dinero.

--Nicolás, me parece que vas a perder el título de último romántico.

Y me acuerdo de lo que significaba dar el toletazo. Ya no se dice, o por lo menos no lo he oído. No parece muy católico decir de alguien que se muere "dio el toletazo". ¿De dónde vendrá el dicho?  

La RAE dice que es de procedencia cubana y significa dar un golpe con el tolete (palo corto). Nada que ver con la versión canaria. El tolete aquí, aparte de lo que todos sabemos, era el palo donde se metía el agujero del remo para sujetarlo y bogar. En fin, nos haría falta un diccionario etimológico que diera cuenta de cómo una palabra nace y lleva con el tiempo a un significado distinto al original. Haría falta tantas cosas.

Descubro a Victoria Cirlot (hija del autor del espléndido diccionario de símbolos) y me vuelvo adicto. Está en sintonía conmigo, reivindica el mundo medieval. Yo lo hacía en cuanto a la lengua; la lengua comenzó a deteriorarse, a llenarse de vanidad, con el barroco. Ella va mucho más allá. Su conferencia sobre el grial no tiene desperdicios. Me ayudó a comprender mejor "El cuento del grial", de Chrétien de Troyes, que da un giro de 180 grados a la novela de caballería, y intuyo (es una conjetura) que es la madre de la novela picaresca, donde ya el "héroe" no tiene otro grial que sobrevivir. 

Fetasa, pienso, es la novela medieval de Canarias, en la línea del cuento de grial. No hay duda. La próxima jornada sobre  Isaac de Vega será en Igueste. La cosa es que es pocos días antes del pago mensual y no voy a poder avisar, si tengo todavía honor, a... Bueno, que sea lo que dios quiera.

domingo, 30 de mayo de 2021

 Beso a Belladurmiente para templar el cuerpo. Destemplado todo el día. Y dolor de pecho. Fumo demasiado. Es el segundo aviso. O aminoro el cigarro o adiós pampa mía. No me molesta morir, es algo que he asumido, pero dejar tinglados atrás, cosas sin resolver y basuras sin tirar, me incomoda. 

Leo lo que publicó Juan Cruz sobre el acto de Granadilla. Sólo una pequeña crítica . No es de recibo que te quejes de la poca difusión de Fetasa cuando tú tuviste poder editorial en Madrid y no le diste difusión a esa novela. Vale que la vida cambia y los pensamientos, pero no reproches a otros lo que tú también hiciste. 

El templo de la escritura a veces se llena de demasiados mercaderes y de vanidades que estropean el arte. Está bien que el autor pretenda que su arte sea conocido, y también que dé rendimiento económico, pero cuando eso se convierte en lo principal, la obra --salvo excepciones-- se resiente. 

Quizá digo esto porque nunca fui buen comerciante. Puede que sea por eso que me pongo espiritual. En fin.

¿Qué es lo que hago yo ahora? Escribir para sentir que la noche esté menos vacía. No porque tenga nada qué decir sino porque las palabras me ayudan a pasar las horas. Otro bobo dando lecciones.

sábado, 29 de mayo de 2021

Sábado y la luna bajando

 Si lo dijese yo sería una tontería, pero lo dijo Pascal: sólo hay dos pasiones que valen la pena, el amor y la ambición. El francés añadió que, sin embargo, son incompatibles; y aconseja servir al amor mientras dura dura y a la ambición cuando ya afloja la herramienta del amor. Es decir, amor en la juventud y ambición en la madurez. Salvo gente superior, que sabe lidiar con carretas y carretones. Como mi amigo Juan. Me lee y me manda un wasap:

Pon que pagaste las copas, y que yo no pagué nada.

Vamos a ver, la verdad nos condena pero hay que decirla. Ignacio pagó el pescado, el blanco y el moreno, el escaldón de gofio, el litro de vino, las cañas iniciales y el tiramisú del postre. Y luego en el Tip Top, frente a la casa Elder, el editor --que es quien debe siempre pagar-- se fue, y se fue la bella, y como la ninfa surgida a última hora no tenía ojos sino para Juan, me fui yo. Y no sé si pagó él o ella. 

Ayer le dije a Nicolás que los personajes tenían que tener un nombre y un apellido. Como en las novelas de Ignacio. Abrí Baile de Tapados para robarle el nombre y apellido de un personaje y que llamara así a su escribidor de cartas que no llegan:

En la carrera de mujeres ... en el tanque de la Jurada, cada una para sí ... se preguntaron ... quién ... había hecho el encargo a Milagro Guillén de arrimar el bracero encendido a la esquina de la sala de Antonio Alonso ...

--No, nada de copiar. El nombre lo tenemos que poner nosotros --dijo Nicolás.

No sé qué más va a pasar con Pablo Mendoza porque hoy Nicolás se emborrachó y está durmiendo la mona. Bueno, total, para lo que vamos a ganar con la novela del emigrante escritor de cartas... 

Hoy sale una crítica, sobre El delator, en El Día. Insiste en la falta de ética del autor. Una persona honorable convertida en personaje villano no ha sido plato de gusto en algunos círculos. ¿Qué pudo haber delatado Domingo Pérez Minik? Por lo que se ve, nada. Ni el autor lo sabe. Aunque fuese ficción, tenía que haber delatado algo decisivo, importante. Y a Óscar Domínguez lo pone como un loquinario exaltado. Cita a Ernesto Sábato, que habla de Domínguez en Informe sobre ciego. No cita lo que ahí cuenta Sábato: que el pintor acudía con una de sus modelos a follar delante del marido de ella, paralítico. García Ramos divaga, vaguedades. E incluso a López Torres parece estar salvándolo porque no era un estudiado con títulos académicos. En fin, hay delator para rato. Este mérito tiene esa mediana novela, que no ha tenido en cuenta la visión, sobre el delator como arquetipo, ni de Borges ni de Thomas de Quincey. 

--Me gustan los jardines donde no se nota la mano del jardinero, los jardines y los poemas --dice Martín.

Ayer en youtube oí una conferencia de Victoria Cirlot sobre Hildegard de Binge (religiosa visionaria del siglo XII) y el surrealismo. Destacaba a Óscar Domínguez, el más grande de los surrealistas, que con sus decalcomanías recuperó la lección de Leonardo  da Vinci. Los muros hablan.


viernes, 28 de mayo de 2021

el palero

Ellos son siete hermanos. Vivían en una finca todos juntos. Antes de irse él, cinco hermanos ya se habían casado. Quedaba el más pequeño soltero y él que ya tenía novia. A ellos todos los conocían por la familia de los Paleros. Como la cosa iba mal él decidió emigrar para ayudar a toda la familia. Ahora tienes tú que ejercer tu imaginación y poner cómo lo pasaba la familia. Aquí hay dos novelas, esa... bueno, pasándolo mal pero no tan mal, viviendo cómo se puede. Hasta que llega él de regreso. Resulta que habría que contar  como se fue él y cómo se hizo con dinero. Puedes poner algo ilegal para que no sea tan chungo. Después el rollo de las cartas, que él le mandaba cartas a su novia, y a su familia pero no tenía contestación de nadie porque no le llegaban.

Él se llamaba ... 

Pablo Mendoza alias el Palero. Ella, Jana.

El dejó embarazada a la novia sin saberlo.

¿Cómo se hizo rico? Se casó con una viuda rica y...

--No, eso no.

Desechado que conoció a una viuda rica y le dejó una herencia.

*

Hasta aquí los apuntes de la novela que Nicolás tiene en la cabeza. Me contó el argumento para que yo la escribiera. Le dije que él me la contaba y yo copiaba. Le dije que se estrujara la cabeza. El nombre de la protagonista lo dijo sin pensarlo. El del protagonista le costó un poco más. Mañana, si cuadra, seguimos.

jueves, 27 de mayo de 2021

a trancas y barrancas

 Qué más da si el gran poeta le dijo a la poeta menor que a él le gustaban las poetas menores que eran putas. Como si se quiere meter el dedo en el culo. Lo de ser invitado para que luego digan que tú no pagas nada, no es grato, no mucho por lo menos. Evito maldecir, porque si maldigo se cumple la maldición. Me temo que estoy cayendo de nuevo en el surrealismo juvenil, después de desterrarlo a galeras. Pos bueno, es lo que hay. Y decir idioteces. Qué le importa a nadie a quién tú amas o dejas de amar. ¿Lo dijiste? Pues jódete si ahora lo dicen. Tú también dices tonterías. En vez de escupirlas, las dices. Pues jódete o rómpete la cabeza contra la platanera. Perro mundo. Es hora de ir borrando. Borrarlo todo. Y deja de leer a nadie. Ya nadie vale la pena. O babean o se repiten. En la calle los tórtolos llaman a las tórtolas. 

Y la casa sin barrer. Mayo se va con su eclipse a cuestas. Junio será lo mismo. Quizá más calor. 

*

Si la palabra perro

ni ladra ni muerde

ni corre por la tierra

hurgando en los cardones,

¿para qué la quiero?

*

--¿Te traigo eso?

Las palabras son como las pollas. Cuando desfallecen, sólo las levanta la química. Si no está adulterada ni caducada. Y mejor no leas las contraindicaciones.

Nguyen me dice que un poeta vietnamita me va a escribir una carta. Tengo aquí un libro suyo traducido por ella. Algo similar dice esa obra: si las palabras pierden la vibración esencial, se derrumban, quedan en sonidos vacíos. Quizá sean el cepo ideal para envenenar ratas de alcantarilla. Enviárles esas palabras mojadas para que se las coman y revienten. Es la manera de cazar al ladrón o matar al asesino. Sale en las películas. El anzuelo que cubre a la sabrosa lombriz, acaba con el pez. Ahora no son anzuelos. No dejan pescar. Ahora son rebaños y manadas de plásticos. Nos entretenemos sobre qué oficio es menos degradante o más honroso, y perdemos de vista lo que nos está amenazando, destruyendo. Llevamos tiempo en ello. En destruir la tierra con veneno. Pero ya el veneno es demasiado. Los vendedores de veneno y basura serán los más ricos. A la rica basura envuelta en papel de celofán. O peor aún, mezclada con pasteles. La mitad porquería y la mitad crema. Como lo que traerá ahora el tocayo que tocó a la ventana. 

Nicolás orgulloso esta tarde porque el corte que le hizo al rosal ha dado cuatro retoños. Tan mal me veo que ni siquiera disfruté del rosal. A Nguyen le dije que me estaba haciendo falta un baño en el mar. El otro día con Juan e Ignacio estuve al lado, un mar vivo, intenso (las cabrillas no tanto) pero no pudo ser. 

Me llama mi hermana para avisarme que hacen dentro de unos días una tertulia para hablar de Panza de burro, pequeña gran novela de Blanca Andreu. Va una que conoce Juan y otro que es un colega con apellido de altos vuelos, alta burguesía. Ya lo dijo Gauguin, la lucha obrera está bien pero quienes enriquecen a los artistas son los poderosos. No hay más fortuna, A no ser la espiritual, pero esta prefiero que se vaya un rato, que me deje vivir con mejor tino. Supongo.

--Si tienes que tirar a tu madre por un balcón para escribir algo bueno, eso es lo que tienes que hacer, esa es la moral del escritor --dijo no sé si fue Faulkner. Si tienes que contar lo que dijo Ignacio en Don Olegario, hazlo. Merece la pena. Pero en fin, tendrá sus velos. Y se pondrá a danzar hasta quedar desnudo. El escrito. 

*

Armas Marcelo escribe sobre el libro de cuentos de Agustín Díaz Pacheco. Dice que es un buen escritor porque sus frases son largas.   


miércoles, 26 de mayo de 2021

 Que costumbre está tan extraña.

por no decir tan idiota, de escribir unas líneas

para hacer un poco de tiempo antes 

de la hora de dormir, si el insomnio

no vuelve está noche, como otras,

a despertarme de no haber dormido.


Una poeta que sigo en fb, escribe que está en el infierno, porque ella lo ha querido. Dios le habla pero ella ya no quiere escuchar a Dios. Imposible no pensar en el final de la Gesta, esa novela aún no leída.

El eclipse está haciendo sus efecto. Hay que dejar que quien no quiera nada contigo se marche, y no molestarlo. La sensación de triste desengaño es el chirrido de una puerta que hay que cerrar, y seguir. ¿A dónde? A donde Dios quiera. 



martes, 25 de mayo de 2021

tal vez

 --Estamos en familia, así que mira a ver lo que escribes.

El cuento iba de la visita de José Hierro al Ateneo de La Laguna. Pero no puedo contar el cuento porque es cosa de familia. Sería un delator si lo hiciera. Sí podría contar la visita de Roger Wolfe y García Martín al Ateneo de La Laguna. La noche. Y el día en Santa Cruz. Otro día, si dios quiere.

El mar de Candelaria, picado. Lleno de trazos blancos. Como la plaza Weyler después por la tarde, después del encuentro en el Tip Top, con otros cuentos... familiares. 

--Nunca le voy a dar a Jesús lo que quiere...

Dejadme llorar, olas del mar.

Los eunucos contaron las aventuras del harén. La fuerza de la lengua. El traductor de los cuentos de Marrakech dice que no se pueden publicar porque son machistas, pero las mujeres árabes y bereberes reían cuando los oían de viva voz en los ojos inflados de hachís. 

En Granadilla mañana o pasado Ignacio Gaspar y Eduardo García Rojas, y Juan Cruz, hablarán de Isaac de Vega.

De él hablamos en Candelaria. Ese hombre que se retiraba a Ijuana y en aquellas soledades hablaba con los dioses antiguos y escribió sus conjuros. Y Fetasa. Ese cuento de hadas, ese cuento maravilloso que también, como los de Marrakech, es una continuación de Las Mil y Una Noche. El cuento de un hombre rechazado por las ninfas (el pobre no tenía piernas de sátiro) y obligado por las Parcas tejedoras a volver a la vida.

--No, otra vez a la vida no, no quiero. Ya me he acostumbrado a la muerte.

--Pues desengáñate porque vas a volver.

Y ahí se acaba el cuento. ¿Cómo acabará Juan Royo el cuento de la Gesta? Don Juan (un marqués) habla con el diablo. 

--Te arrepientes y vas al cielo.

Imagino a Juan una noche sombría en Taganana. 

Allí está Yemayá y el judas de la noche de San Juan. Y el batallón que descubrió los barcos invasores de Nelson. ¿Allí está la respuesta?

Tal vez Ramón Herar descubrió, en el fondo del barranco de Los Infiernos, el final del cuento de la Gesta contada por el traductor de los cuentos de Marrakech. Tal vez.


sábado, 22 de mayo de 2021

el viaje

 De no ser porque tengo el sueño trastocado, hubiese gozado un poco mejor del cambio de aire. La noticia de una isla de plásticos y el fuego importuno no son realidades que animen. Pero a pesar de estas cosas, me vino bien el viaje y la velada en Los Cristianos. Muy buena y aclaradora la conferencia de Ramón en el Centro Cultural. Además me interesó porque me aportó algo, detalles valiosos, para iluminar un poco más Vertical blues. La visión como espejo negativo de lo que debe ser un hombre, dijo, en cuanto a las peripecias del judas de Taganana, y lo que  contó sobre una anguila peluda en el barranco de Los Infiernos (Taganana). 

Antes de ir para allá con Ramón, encontré una carta a Marcelino (que se extravió y no la puse al correo) del año la pera. Me ripió el estilo, pedante, de literato con sahumerios. Menos mal que no la mandé. Ni siquiera creo que se la dé a él si se repone, espero que sí, y lo celebramos. La carta, para la noche de San Juan. Ejemplo de cómo no se debe escribir una carta.

A veces uno se obsesiona con los errores del pasado, las omisiones o acciones, lo que fue y mejor no hubiese sido o lo que puso haber sido y no fue. Todo eso se refleja en la escritura. Los errores de la escritura, escribir al sabor de la lengua, al sabor de la bobería o del engreimiento (hablo del estilo).

Adagio de Martín: Lo difícil no es hacer lo que se debe, sino saber lo que se debe hacer.

Y otro de Mila Fuentes, en fb: Amarse a sí mismo es el principio de una historia de amor eterna.

Más de acuerdo con el de Mila, más realista. En respuesta al de Martín, uno sabe muchas veces lo que debe hacer pero no lo hace, y el obstáculo no es precisamente la palabra "difícil".

Me estoy saliendo del cuento.

Era el viaje a Los Cristianos. La conferencia de Ramón. La preciosa compañía de Sita, Isa y Conchi. La cena. Incluso el charlatán empresario. 

Conchi se presentó ella misma:

--Yo soy Junio. --Habla de una agenda en la que colaboré con textos para cada mes del año, junto a una foto de mujer por cada mes. Junio: "En el claro del cuerpo / está la belleza, / la alegría, / las puertas abiertas". (El último verso tenía que haber sido "la puerta de jade". Claramente. La foto es preciosa. La realidad, aún más. Y sabe contar historias de El Cabezo, la semilla patria del lagarto Berto. Y su alegría dan ganas de navegar al pairo. Me pidió un poema en la cena. El que recordé no me convenció ("El enamorado de la estanquera / escoge cinco minutos de paz / en su día de locura / y se acerca quedo a mirar / el rostro apetecido. / Ella, ajena a la visita, / es devorada por sueños imposibles.") y no dije ninguno. El empresario dicharachero se lució diciendo uno escatológico, y dio pie a Sita para hacerle publicidad a Agosta escribe

No me acordé tampoco que Isa es Mayo en la agenda. Ni lo que le recitó Esenin a Isadora la noche de su encuentro con la bailarina. Danza de ensueño es Isa. Isla que alegra a un náufrago. 

Al día siguiente, almuerzo con Ramón en Las Galletas. Me templó el cuerpo. Por la noche había soñado... bueno. Una pesadilla. Un sueño intranquilo del que desperté descarriado. Un sueño con personas de ayer. ¿Agua pasada no mueve molinos? Sí los mueve.

 

miércoles, 19 de mayo de 2021

 variación del epitafio que hizo don Francisco de Urbina a Miguel de Cervantes


Tú, caminante, peregrino,

mi cuerpo aquí se encierra,

mi cuerpo cubre la tierra,

no mi nombre, que es divino.

A su fin llevó el camino

pero mi fama no está muerta

ni mi obra, prenda cierta

que dejé en la partida

y quedó en la eterna vida

con la cara descubierta.


Oí una conferencia de Andrés Trapiello en la que nombró el prólogo de Cervantes a su novela Perfiles y Segismunda. Lo busqué en pantalla y ahí está la espinela original de Francisco de Urbina, a quien por lo pronto no conozco de nada. Ni la vida de Cervantes la conocía del todo, sólo algún detalle. La conferencia la ilustró bastante bien. El tema principal, sin embargo, era su versión en español actual del Quijote. La justificó diciendo que el original era poco inteligible. Lejano al español que hablamos ahora. Quizá la lengua que hablamos en Canarias esté más cercana (por lo menos hasta ahora) al español del siglo de Cervantes que al español actual. A mí no me costó leerlo en una edición de Aguilar casi sin pie de notas. "Es un libro mal escrito", dijo Trapiello (Martín hubiese dicho que es un libro escrito como se habla, y que Quevedo lo hubiese escrito con un mejor estilo (lo que llaman lenguaje literario)). Trapiello no se dio cuenta que el estilo "a la pata la llana" del Quijote es lo que le da vida, a la historia, a los personajes, a los lugares.

Lo poco que he leído del manco vive como si fuese parte de mi realidad, como Bajo el Volcan o Mejor cuando improvisas (que cito no porque el autor me tenga reservado un microondas) o Ensalada de canónigos (que cito no porque el autor haya colaborado en reservarme un deshumificador). Se me fue el hilo. Dejo a Trapiello atrás.

Hoy amaneció cortada una de las dos plataneras de la vecina de enfrente. Alguien la tajó y está caída sobre el muro de atrás. Qué cosas, escribo aquí el cuento de un vecino al que la mujer le corta la cabeza y hoy amanece cortada de un tajo la platanera de la vecina. ¿Qué relación puede haber entre una cabeza humana y el tronco de una platanera?

cu cu cu cu se oía en la calle, Voz de pájaro. Nicolás dijo que es una...

Se me fue el nombre de la cabeza y salí afuera y llamé, ¡Nico!, a su alta ventana de vigía. Suele camuflarse en lo oscuro para acechar, sin ser visto. No contestó. Me iba a meter para dentro, a resguardarme del ventarrón que está haciendo, y sale Jely a la puerta. Una aparición. La real figura de uno de los personajes de Vertical blues. Mary Luz. Es la vecina del narrador. Su vestimenta en toda la novela es una bata. Pero llega hasta las rodillas. La de Jely llegaba hasta los tobillos. Felpa blanca y falso blanco de dormir. La tenía abierta, con el cinturón al aire. Su voz es deliciosa. No cómo ese cu cu cu...

--Jesús, Nicolás salió a llevar al hermano. Cuando venga lo aviso. ¿Estás bien?

--Era para preguntarle una tontería. A lo mejor tú lo sabes. ¿Cómo se llaman esos pájaros que se parecen a las palomas pero no son palomas?

--Tórtolas...

Sí, son las que dice Nico que hace el cu cu cu... Pero yo creo que no.  No (lo busqué en youtube). La tórtola tiene más armonía. Algo así como rrro  rrro rrru... con erre prolongada y cortada en seco por la vocal. Algo así.

Me perdí. ¿Tiene la tórtola un significado cabalístico? Pues sí. Es símbolo de amor y fidelidad. (En lo que leí, se dice que el canto del macho cambia de sonido cuando corteja. Se vuelve más seco; a lo mejor tiene razón...). 

Aquí en las islas la palabra "tortolín" poco tiene que ver con tórtolo enamorado. Un tortolín es un zoquete que se las da, que cree ser más que lo que es.

Foto guapa puso hoy Ana en su muro. Entre las flores. Qué mujer bella. Qué bellas mujeres, una en foto, iluminada de flores, y otra en la realidad, entre el marco de una puerta.

Ya escribí mucho. Hasta otra si dios quiere.

martes, 18 de mayo de 2021

Hay a quienes uno quiere en lo profundo, hay a quien uno quiere en lo superficial, y otros a quienes uno quiere ver lo más lejos mejor. 

A quien quieres ver lejos es porque es dueño de ti; no sólo es tu reflejo sino que te domina, porque en lo que tú has fracasado el otro ha tenido éxito. El odio es la arena con que se apaga a la envidia. El envidioso se hace daño a sí mismo, provoca su mala salud (los pecados capitales debían llamarse pecados que ocasionan mala salud). El odio no es un pecado capital (ni tiene que ver con la ira; es padre de la venganza, cocina en frío). No ocasiona mala salud si se aprende el arte de la paciencia. No importa que quien me molesta esté cerca o no. No pocas veces, es peor tenerlo lejos, al individuo. Su acción odiosa trasciende la solidez de los cuerpos. Su odio no cesa, ni el tuyo. La regla, la estrategia para vencer a quien te odia es que dejes de odiarlo. No para amarlo, por dios, eso tampoco. A menos que seas masoquista espiritual y te deleite que te den por saco continuamente.

La última entrega de José Luis García Martín comienza con estas palabras: El daño que pueden hacernos los enemigos es insignificante comparado con el que puede hacernos la gente que amamos. ... El odio de los enemigos no deja cicatrices. El fuego amigo me ha hundido estos días en la miseria y cualquier día puede llevarme por delante. 

Él puede decir que sus adversarios no le han dejado cicatrices porque sus enemigos son poetillas de cuyos versos se ha burlado, o peor aún, a los que nunca ha tenido en cuenta, o colegas a los que ha puesto reparos.

(Uno de esos colegas es Gamoneda. Su crítica está recogida en Vertical, en la voz del personaje Merlín.)

Sí, con enemigos así, peor daño es el que te hacen los amigos. O el que tú le haces a ellos; no te des por libre de culpa. 

*

Toca en la puerta el Buho. Siempre toca para ofrecerme algo. Como sabe que pinto, me trae cosas de artistas, que no sé de dónde saca. Afuera habla Nico con el cuñado, de historias pasadas en el antiguo Balneario. Cómo se colaban. Cómo algunos se ahogaron. Pedro cuenta cómo se encontró una cadena y una medalla de la Virgen de Candelaria, oro macizo, y Jely sale por su puerta y me dice que se están secando las margaritas. Le dijo que no, que se secan unas flores para que salgan otras nuevas. Hay que quitar las secas con unas tijeras. Lo hago. Nico en la ventana, asomando medio cuerpo. Me dan ganas de preguntarle qué hace ahí, cuando debería estar con la cabeza entre los rosales. Anochece.

Thuy me llama. Hablamos. Quiere traducir al vietnamita la novela de José Ramallo, una de Juan Royo y otra mía. No estaría mal. Tiempo al tiempo. Igual que el odio, la ilusión debe caminar con pies de plomo. El libro de Belén está al llegar. Ojalá no tarde. 


lunes, 17 de mayo de 2021

 Observo maravillado pinturas de campesinos de Julio Pestano. No conocía a este pintor ni su obra. Me fijo en las campesinas, una joven, otra de mediana edad y otra en edad avanzada. La joven espera el beso de un hombre. La de mediana edad lo ha perdido y la de avanzada edad lo ha recuperado. Las tres son la misma mujer. Imaginaciones mías.

Nicolás me cuenta que una vez con su familia estaba viendo una película de samuráis rodada en el Teide, ambientada en tiempos antiguos, y que de pronto por lo alto de la pantalla pasa un avión.

--Cualquier día te veo a ti de samurái --me dice.

--Sí, dándole patadas a todos los hombres que pasen por la calle y nalgadas a las mujeres aunque estén casadas, y si los maridos protestan los callo a trompadas.

Palabrería de día vacío, en que uno se despierta tarde y pierde el día.

Me pregunta si encontré alguna película de un cómico argentino que se rodea de mujeres que quitan el hipo. Gandulas.

--Creí que a ti te gustaban las mujeres pequeñas. --Jely es mujer pequeña, tipo ánfora y rostro de ojos que brillan como si esperaran el beso de un hombre.

--A mí me gustan todas, pequeñas, normales y gandulas... si cojo aquí a una gandula, sentado en esta banqueta, la arrimo y... bueno, me gustan casi todas.

Está frito porque lleva días esperando al Nano. Parece un personaje de Esperando a Godot.

--Ahora me dice que viene mañana a las ocho. Mañana a las ocho será las ocho de la mañana. A ver cómo me despierto yo antes de las ocho.

Consecuencia de un post de Pamela sobre Juan Bautista, imagino a Jely cortándole la cabeza, y luego avisándome para que la ayude a enterrarla entre los dos rosales de afuera. 

--¿Y el cuerpo, Jely?

--Jesús, pareces bobo. Voy a enseñarte cómo se corta la carne.

Espléndida lección. No la olvidaré.

--Esa planta ya la tienes que meter para dentro. Cuando el hijo de... la vea, ese se la lleva.

Se refiere Nico a una cannabis plantada en una maceta, camuflada detrás de una platanera a medio crecer. Ahí está al aire libre, le da el sol necesario y nada de meterla para dentro.

--Qué matraquillero eres, Nicolás --le digo, porque todo los días está con lo mismo, que la planta hay que meterla para adentro. No le digo: Mereces que tu mujer te corte la cabeza y contigo hacer abono para que se alimente la planta, hasta que se la lleve el hijo de...

Ya llegó la noche.


La alta luna en el cielo

me dice no juegues más

que todo vas a perder

por el vicio de jugar.

Juego conmigo mismo

y me traiciona el azar.

domingo, 16 de mayo de 2021

 ALEF es la primera letra del alfabeto hebreo. FELA al revés. Fela era una puta de la calle Miraflores. Incluso a los niños que entrábamos en su bar, con puertas de saloom, nos hacía insinuaciones obscenas que hoy recuerdo con gratitud. Fela como mujer no me ponía rojo pero tenía su gracia. El bar donde ella estaba lo regentaba un compañero de clase en el colegio Tinerfeño Balear. Hoy desaparecido el edificio, después de muchos años cerrado, sin habitantes ni actividad docente.

Alef es la letra madre, su elemento es el aire y su cualidad el soplo. En el cuerpo, es la parte del pecho. Abundante era el pecho de Fela y abundante su lengua serpentina.

BET es la segunda letra. Su cualidad es la sabiduría. Su planeta, Saturno. Si día es el sábado y en el cuerpo es el ojo derecho, el que el santero Jubiabá identificaba con la bondad. El ojo de la bondad. Bárbara se llamaba la puta francesa de la que me enamoré. Su forma de transitar la calle Miraflores era el de una diosa que había bajado del cielo a alegrar los corazones de los pobres mortales. Varios meses tardé en reunir las quinientas pesetas que costaba su servicio.

GUÍMEL. Su cualidad es la riqueza. Su día es el jueves, su planeta es Júpiter, y es la oreja derecha en el cuerpo. La primera palabra que ahora me sugiere es GUITARRA. Dos episodios con guitarra guardan mi memoria. Una es la que cambié a HH por una zamarra, que cuando la saqué de la bolsa estaba vilmente sucia. Otra es la que la ex de HH pidió prestaba a Berto, y nunca se la devolvió. Los errores cierran con varias vueltas de llave la puerta de la riqueza. Dar y agradecer a quien das que reciba tu ofrenda es un designio de Guímel.

DALET es la que activa en uno la sabiduría de recibir. Su cualidad es la semilla, Marte su planeta, y en el cuerpo es la fosa nasal derecha. Me lleva a la novela de JMGR. No es una novela ejemplar pero tiene ingredientes de buena cosecha. Buenas semillas. Hay quienes dicen que es injusta la mala fama.de quien revela (para provecho propio) lo que un aliado oculta.  


Hasta aquí por hoy el acercamiento a las letras hebreas.

sábado, 15 de mayo de 2021

historias

 Ya entré en el segundo capítulo de Tragedia de flor de vidrio. Lástima las frases que sobran. Frases que estorban, que estarían bien en otro lado pero no aquí. En fin, las tacho en el ejemplar de mi propiedad, regalo del autor en una grata tarde en Candelaria, y el oro brilla en todo su esplendor. Le quito las impurezas. Venancio Tarifa, agazapado en el hueco de una zanja, columbra el brillo de la luz chiquita que tiene Hortensia Évora sujeta a uno de sus muslos; ella levitando a dos palmos del suelo. A Tafira le entran ganas de mear y levanta una pierna un poco más que la otra. Hortensia, en su levitación, simulando que dormía mientras oye el rumor de la meada del hombre, nota que el peso del cuerpo la tumba sobre los reflejos de cristales de las flores de vidrio, y queda extendida en el suelo, sintiéndose vacía de la virtud que la había mantenido en el aire.

Sin desperdicio. Creo no equivocarme cuando relaciono esta literatura con la mitología griega y con mitologías africanas trasladadas a las Antillas. 

No menor peso narrativo tiene la Biblia. Pillé dos en la librería de segunda mano. En ninguna de las dos aparece El cantar de los cantares. Lo escamotearon. 

Al azar, le leo a Nicolás el episodio en que dos putas se presentan a Salomón reclamando cada una la maternidad de un niño. Episodio muy conocido. Nicolás me cuenta una cosa que antiguamente le intrigaba. Los hijos de Adán y Eva tuvieron que unirse entre sí para tener descendencia. Es decir, unión entre hermanos. Así está la humanidad, pensé pero no lo dije. Me contó de cuando él estaba en el cuartel, cerca de Los Rodeos, y cuando el gran accidente mandaron a los soldados a recoger cadáveres. Recuerda el de una mujer sin ropa, con la cabeza vacía, y cabezas cortadas y miembros con los huesos salidos. Horrible ese trabajo. Dice que en uno de los bolsillos de uno encontró un fajo de billetes de mil y otro fajo de libras esterlinas, que un familiar cambió por pesetas en el cambullón. 

De un recuerdo salta a otro. Un cura que pillaba coca en Cuesta Piedra y guardaba los medios gramos debajo de la sotana. Mañana si me acuerdo le pregunto más sobre ese cura.



jueves, 13 de mayo de 2021

romance del huevo frito

 Para freír bien un huevo

hay que saber tocarlo

si lo pone la gallina

de Valentín el gallo.

Con dos pisquitos de sal

después del sartén sacarlo

y ponerlo en plato limpio

que sucio sería escándalo.

Para darle un alivio

hay que saber rodearlo,

con ramitas de romero

y con gajitos de mango.

Con tenedor y cuchillo

comer la clara te mando,

a mí me dejas la yema

para comerla en tus labios.


Y en acabando la cena

al mantel le hacemos foto

y las sábanas pintamos

con un aroma de loto.

La foto se la dejamos

al santo de los cabreros,

la foto, un rezado

y la cáscara del huevo.

miércoles, 12 de mayo de 2021

en el mundo

Por Ramón me entero de un artículo de Eduardo en que escribe sobre una nueva publicación de Charlín. Dice bien Eduardo: el protagonista de la narrativa de Charlín es Charlín. Charlín en medio de su mundo de hotel, putas y amigos que "le fallaron". Lizundia lo sacó de quicio en un célebre programa de La Puerta. A partir de ahí, me tenía loco con Lizundia. Más pesado que mi cuñado con "¿ya te pusiste la vacuna"? Una vez en el Sur, harto de aguantarle el lizundeo, le pregunté si él era maricón y si estaba enamorado de... Para qué fue eso. Lo saqué de quicio. Viejo refrán el Dime por dónde te enfadas y te diré por dónde cojeas. Bueno, yo me enfado con la matraquilla de mi cuñado. ¿De qué pie cojeo? Debería importarme un pito y sin embargo me jode. ¿Por algo será? Sé por qué, pero eso mejor que lo deje para Vertical Blues. Caigo en que el hermano del narrador (hermano de madre), el hermano tirano, el abusador, el godo arrasador,  es un personaje que le debe rasgos importantes a ese mago. Un ser que te ofrece un arquetipo real, un símbolo universal, es digno de agradecimiento, no de repulsa. El autor que soy se lo agradece. Pero el autor es el hombre hasta cierto punto, y el hombre no agradece que le estén tocando los huevos. Huevos frescos había en casa de mi hermana hoy. De la Orotava. Me acordé de las gallinas de Charco del Pino. La amiga de Valentín recoge huevos que espero que no ponga fotos. Las fotos de taller mecánico, vale, pero fotos de comida que no has de comer, es un poco sádico. Los alimentos son sagrados. Hay que verlos en la realidad. No hacer imágenes de ellos. El Cristianismo se deterioró con su fervor por las imágenes. No tanto las imágenes de animales como las de comidas. El cuadro de la última cena es un buen ejemplo. Hay más. 

En fin, estaba hablando de Charlín. A ver si Ramón pilla la novela y la discutimos. vemos qué hay en ella y si ya sabe cernir la arena y controlar la cantidad de cemento. Eso pienso yo y es lo que le critico, aparte de que haya sido un pesado egocéntrico. Pero tiene razón quien dijo: cultiva lo que te critican porque eso eres tú.

El libro de Belén está al llegar. Yo parezco padrino de ese libro. Hasta tres veces me hizo escribir el prólogo. Y con razón. Sólo a la tercera vez aquello salió con algo de verdad. Y cuatro cuadros me hizo hacer. Si yo supiera pintar flores, me pasaría el día pintando flores. Lo intenté con la rosa azul y con otro, y lo sigo intentando. Al final me salió un cuadrito que tiene su déjame mirar. No está mal. El trabajo tiene su recompensa. Acompaña poemas que me dicen claves de todo lo que hay en los subterráneos de las ciudades y de nosotros; no ocurre todos los días.

*** 

Y que con piojos y mierda de diarrea, sean fritas las lenguas envidiosas (verso de François Villon, poeta que en verdad no sólo supo a que olía el coño de ... y de ... y de ... sino también, más desafortunado, la sombra de una cuerda en su cuello.)  

Soñé con un pescador que tiraba las redes y se enredaba a si mismo. Un hombre de mar pescándose a sí mismo. No me acuerdo de más.

  

martes, 11 de mayo de 2021

Madre, ¿Por qué me diste a luz?

Más te hubiera valido parir un cochino negro

y celebrarlo en la matanza después de la cosecha,

adobado con tomillo, orégano y romero,

asado en leña de brezo.

Hubiera alegrado corazones,

fortalecido cuerpos que engendraran

otros cochinos y perdices.

Tal vez un libertador, un tirano

que supiese poner las cosas en sus sitio,

a los cantores en jaulas y a los silenciosos en conventos,

a las mujeres fértiles en manos de soldados

que enseñasen a los hijos el arte de la guerra,

a cazar las morenas en la costa de Igueste

y a adiestrar los hurones en los barrancos de Anaga.

Todo lo hiciste bien, fuiste valerosa, diestra y astuta,

supiste dar a los pobres y robar a los ricos,

hiciste a los hombres besar tus pies antes de amarte

y a las mujeres que se pusieron a tu sombra

enseñaste el arte de tejer la vida.

Todo lo hiciste bien, todo menos esto.

Este hijo. Dios te lo haya perdonado.

A mí me cuesta, pero debo hacerlo.

Pagar con el perdón tu delito,

esa falsa moneda de los miserables.

 

lunes, 10 de mayo de 2021

El tiempo seguirá

su marcha interminable.

Olvídate de mí.

No soy mi disfraz

y ya estorba llevarlo sin decoro. 

Olvídate de mí.

No puedo más

fingir que hay oro donde hay barro.

Fue efímera la flor de loto.

Olvídate de mí.

Mostrarme entero estando roto

fue el teatro que ejercí.

La función acaba.

Olvídate de mí.

El tiempo seguirá

su marcha interminable.

domingo, 9 de mayo de 2021

palabras para un cuadro

 No hay libro malo que no contenga algo bueno. Hay críticos que van a lo bueno y otros que se recrean en lo malo. Bueno y malo (desde Einstein) son fenómenos relativos. El don de Vorace contiene un buen cuento, un cuento sin piedad. Una lluvia torrencial.  

Limado de frases, incluso de párrafos, ese cuento brillaría como una estrella vista desde una cumbre. Me gustaría demostrarlo, hacer esa labor, pero no tengo tiempo. Si trabajo esto no trabajo lo mío. Pero siempre me atrajo ser editor como el de Raymond Carver, refinado por el editor, que le podó frases y párrafos. (Luego se publicaron los originales de Carver, y lo que hizo fue demostrar que el editor hizo bien. El escritor le llevó la materia y el editor la limpió de sobrantes.) 

Me quedan dos cigarros. Me tiene embrujado el barrio escondido. Dije que Orson Weles hubiese encontrado ahí uno de sus espacios cinematográficos. Es magnifico, uno de esos lugares de los que las novelas baratas dicen que allí no entra la policía. Intentaré pintarlo de memoria. El tubo colgante, el callejón entre rocas y casas encima y abajo, la ventana del negro, el Sombra llamando y el negro asomando... qué haces aquí, maricón. El topo dándole la vuelta a la berlingo en la pendiente de la explanada... Óleos: violeta y blanco perla. Y un lienzo. Mañana bajo si cuadra a la Cruz del Señor. 

Me faltan por leer algunos capítulos de El delator. Pero no sé. Más intrigado estoy por saber qué va a pasar con Hortensia y Tafira en Flor de vidrio, la tercera novela de Ignacio Gaspar. En la anterior, según la recuerdo, el paisaje es inmenso, de grandes extensiones, de enormes fuerzas semejantes a dioses del Olimpo. Quizá un estudio detenido de esa novela puede ver sus enlaces con la santería y la mitología griega; a la tierra la mueve el universo entero y la tierra mueve a los hombres. ¿Hay animales en esa novela? (Baile de tapados). Tengo que mirarlo.

La voy a abrir por cinco páginas.

27

--Este anillo de tres piedras azules no es un regalo, sino  ... el efecto de una mordida.

77

Sin atreverse a asomar la cabeza por encima de los cortes de las piedras, tímida como flor de calabacera ...

139

Agarrándose a los apoyos de la oscuridad y a los márgenes del aire y a la entrega definitiva ...

207

... evitó por los pelos que el costado derecho de la carrocería chocara contra la pared, ...

297

¿Había sido una casualidad o por el intento del vientito?

+
Por lo demás, aturde tanta batallita política. Unos haciendo leña y otros haciendo santos. Leña podrida y santos de vela gastada. Termitas de opiniones publicitarias a favor o en contra, y la casa sin barrer. 


sábado, 8 de mayo de 2021

 Si te enrabietas contra quien te tendió la trampa, te es más complicado salir de ella. Tienes el pensamiento en la rabia y no en descubrir el fallo del artilugio y salir de él. Sin embargo la peor trampa es la que uno se tiende a sí mismo. Entonces la rabia va contra tu propia idiotez y no te deja vivir.

Mi cabeza sabe que tengo que dejar a Cenicienta y a Blancanieves. Son tóxicas, por lo menos para mí. 

Yo también soy tóxico. Me hundo en la tristeza y no espabilo. 

Ganas de dejarlo todo. Dejar de pensar, dejar de leer... y mirar más el cielo, respirar hondo, limpiar la casa de todo lo que no me sirve sino que se amontona, y una vez sacado todo, sacarme a mí también y salir de aquí. 

La obra que he escrito, publicada o inédita, también me perturba. No me aporta sino peso y zozobra.

Mal vamos cuando sabes que el peor enemigo es uno mismo, y en vez de poner remedio, retirarte de las guerras que has organizado, te ves atrapado en ellas, y encima de la parte del vencido. Lamentando la derrota y compadeciéndote.

Noche de walpurgis. El baile es tétrico. Me quedan dos cigarrillos y la blanca novia se desvanece. La aparente belleza se diluye y sus huesos se pudren en mis huesos. Hace tiempo que no toco el mar. Mucho tiempo.

Bueno, Chito, enciende el desumificador, ponte un vaso de buen vino y cuenta la vida, que es lo único que mal o bien sabes hacer. Ya amanecerá. Siempre amanece. 

El sábado por la mañana bajé a la librería de libros viejos y usados que está cerca de la recova. Cerrada. Pensaba pillar allí una Biblia que hojeé el otro día. Una atractiva traducción y más manejable que la que tengo, un tocho que me regaló Carmen, vaticano, lleno de notas y cursivas. 

La literatura que me interesa tiene dos fuentes. La Biblia y el Libro de las noches. Los cuentos que libraron a Sherezade  de morir después de que el califa la gozase. Pienso en la traducción de cuentos de la plaza de Marrakech que hizo Juan Royos. Llevan inéditos demasiados años.

La librería estaba cerrada. Sábados cerrado. No pasé por la recova. Bajé la escalera del puente Serrador y volví al barrio en la 909.

y... bah, hay días en que uno no aprecia casi nada. Tal vez que no haya frío ni humedad. Es suficiente.

viernes, 7 de mayo de 2021

movimientos del día

 --Qué labios tan bellos y tan desperdiciados.

--Déjate de ponerte poético, don Jesús.

--Sí, mejor me dejo, porque total, para lo que me sirve.

De lejos me saluda la bailarina, esposa del hombre de los montes. Se va H calle arriba, con sus bellos labios, y de abajo viene Jely con su mascarilla.

--¿Qué tal Nicolás?

--Bien, ahora se está portando muy bien. Me tiene asombrada.

--¿Que se está portando bien? Eso es que está tramando algo.

Asoma Nicolás por la ventana de arriba.

--Jesús, cómo no metas la planta pa dentro se la van a llevar.

Es una sátiva, disimulada entre la platanera, el aloe, una tabaiba y el hibisco, en una maceta. Ya me tiene harto con la misma caterva todos los días. Si se la llevan que se la lleven. No la metro para mi casa a menos que empiece a florecer y sea hembra.

El que no se puso poético fue Venancio Tarifa (Tragedia de flor de vidrio...) cuando se bebió la leche de cabra en la que Hortensia Évora estrujó la pimienta quemona. Esto en el patio de la novela de Ignacio Gaspar. En el patio real (para mí, virtual) de Charco del Pino, el animal destacado es un gallo: Valentín lo bautizo Pamela Álvarez, su dueña. Gallo al que ninguna gallina le canta:

--Con palo no vale, Valentín...

sino todo lo contrario: --Dame tu pico, Valentín...

En fin, vuelvo a la literatura en letra impresa. Los primeros capítulos de El delator flojean de una pata, y a veces de dos. Narra el cuento dramático un sobrino del poeta Domingo López Torres, y a veces se escora hacia el sentimentalismo innecesario, e inverosímil. Varios detalles sin embargo llaman la atención. Primero, que se llame García Martín el falangista que mandaba en Fyffes, y se jactaba de dejar a mujeres de presos visitar a sus maridos a cambio de favores sexuales. Qué extraño paralelismo con lo que Armas Marcelo dijo del autor, su colega; que como profesor universitario favorecía a alumnas a cambio de similares servicios extraescolares. En fin, a veces el azar es un hijoputa. 

Por lo pronto no se ha dicho cuál fue el contenido de aquella delación. Supongo que los falangistas que encarcelaron a Domingo López Torres ya sabían sus actividades comunistas. ¿De qué otro delito lo delató el delator? Un detalle cabalístico es que las iniciales DLT, a falta de la R, forman las consonantes de DELATOR.

En esto estoy cuando tocan a la puerta el Sombra, el Topo y el Cuevas. Vienen con Blacanieves, bella que despierta. 

...

--Yo soy Sombra, hermano del Cuero y de Salvatore hermano de Cecilia y de Mary Nieve...

--¿De que estás hablando?

--De la quedada del libro, el libro que está haciendo Jesús.

--Ocho salen aquí... --ocho líneas blancas en la portada del libro de la flor de vidrio.

--A Cuevita dale poquito.

--Yo ya me la mandé.
...

--¿Por qué lo llaman el Banana?

--El banana es porque siempre está aplatanado...

--Apunta ahí, Jesús --me dice el Topo--: Una frente al nacer con una flor es la marca de una cebolla... ahora ya puedes inspirarte... 

--Es como Sombrita... --por la sombra de Sombra en la frente, al lado derecho.

--Mírame... 

--Te voy a llamar Sombra el Mírame --por lo mucho que repite "mírame".

--¿Me dejas hablar?... porque tu no dejas hablar.

--¿Cómo se llama el sitio al que fuimos antes --pregunto, un sitio que hubiera maravillado a Orson Weles.

--El barrio escondido.

--Ali Babá y el Topo en todos los herrores... con ache.

--No me importa que me juzguen porque yo soy el propio juez de mi propia conciencia.

--Un contraste es un liquido de este color... y me metieron un cable con un resorte    la vena la tenía así --hace un círculo con los dedos índice y pulgar--... la sangre mía es puro agua...

--Agueda es un nombre bíblico, y significa casa del cazador...

--Tres mujeres y un camino... 

Comienzan las historias con mujeres. Hasta que el Topo señala:

--Bueno, vámonos que Jesús tiene que escribir.

La noche tranquila. Ya madrugada del sábado. Luna menguante.


miércoles, 5 de mayo de 2021

arte en la calle

 El nombre MAU suena como campana de plata en algunos oídos. Me acuerdo de sus cuadros, había tres en la exposición de Robayna et al. Utilizaba piedras de verdad, piedras de colores. Formaban preciosas aves, Aves del paraíso.

No sé más de Mau, sólo que Koliac la conoció. Pero en los encuentros que he tenido con Koliac nunca hemos hablado de ella. Por lenguas antiguas, tengo entendido que fue mujer del poeta Eluart 

Libertad, por detrás de los retretes

escribo tu nombre,

en el gajo de limón que sorbe la cucaracha en el pollo

escribo tu nombre,

en mis ganas de follar y no tener hembra

escribo tu nombre

y etc, y que me perdone Eluard esta versión escatológica. Después del poeta, Mau se casó con Westerdalh, crítico y persona importante en el mundo del arte... 

Al leer El don de Vorace, imaginé a Minik en el personaje del literato indeseable al que asesina Bernardo Vorace. Imaginación influida por la polémica sobre El delator Seguro que el autor no pensó ni en Minik ni en Westerdalh para fabricar ese personaje indeseable. Pero ahora, puta imaginación, empiezo a ver en Marta (la joven mujer del viejo literato, y amante de Vorace) a MAU.

Casualidad es que Sol de Flores, amiga que encuentra objetos valiosos dejados junto a los contenedores, me haya regalado lo que encontró sobre Gaceta de arte en la basura. También me regaló otra cosa de la misma procedencia: un cuadro de Maribel Nazco.

¿Qué será de Hortensia Évora en la Tragedia de flor de vidrio? Mira que poner pimienta en la leche recién ordeñada para joder al hombre que entró sin permiso en su patio. Qué maldad, dios. Veo ese patio en Charco del Pino, la tierra (la inolvidable sombra de un almendro) del autor de la novela.

lunes, 3 de mayo de 2021

el vigilante

Todo se encadena, como en las cuentas de un rosario. Me pongo a comentar la novela de Ignacio, que es magia en estado puro, como toda su literatura, y por la noche aperece el Topo y me invita a la danza de los velos de Blancanieves. Me pregunta qué estoy escribiendo. Él es vigilante nocturno. Le digo parte del argumento, en el que un vigilante nocturno es engañado por su mujer con el narrador de la historia.  

--A mí me enseñó mi padre que redactar es escribir, criticar y narrar.

--Es la primera vez que lo oigo explicado así --le digo, y le digo que me cuente cómo es su trabajo de vigilante nocturno.

--Vigilante de noche no es lo mismo que vigilante de día, que controla las entradas y salidas... Es la profesión donde mas separados y divorciados hay... Te voy a contar un chiste que contamos los vigilantes de noche:

Llega el jefe y le dice "mañana me voy de viaje", y el vigilante le contesta: " Señor jefe, el otro día soñé que usted se iba de viaje y el avión tuvo un accidente sin supervivientes". "Okey, gracias", le contesta el jefe. Al día siguiente el jefe no cogió su vuelo, lo anuló. Efectivamente el avión tuvo ese accidente, y nadie sobrevivió. Se presenta el jefe  por la noche al puesto del vigilante dándole las gracias y dándole un sobre. Y el vigilante le preguntó por qué le daba el sobre. Y él le contestó: "Si usted esa noche soñó que había un accidente quiere decir que usted duerme de noche en horas de trabajo". El sobre contenía la carta de despido.

--Apunta la posdata: 

Un vigilante de noche si se echa una cabezada, siempre tiene que dejar medio cigarro partido a la mitad. La explicación es que si te viene alguien de noche y estás durmiendo, antes de recibirlo, abrirle la puerta, enciendes el medio cigarro, por lo que el jefe se fijará que el cigarro está encendido a la mitad. Es decir, que estás fumando, que estás despierto.

--¿Sabes quién me enseñó eso? No te lo vas ni a creer. Juamma el guardia civil... Cada empresa tiene sus normas.

Echa la conversación sobre vigilantes nocturnos, pasamos a historias más personales. La hermana de la mujer (sigue siendo su mujer, está separado, no divorciado) le hizo brujería.

--... Yo nunca había ido de putas y un día me llevó mi cuñado y después le dijo a mi mujer que yo era el que lo había llevado a él de putas y entonces preferí ser yo el malo y no hablarlo nunca, ¿me entiendes? Yo era una persona igual que mi padre, y yo el dinero se lo daba a mi mujer, y si hoy yo me saco un dinero le digo a mi mujer adminístrame eso... Mi cuñada me hizo brujería... Mi concuño me llevó a uno del Sobradillo, que me metió en una cacerola con huesos de muertos... ¿No has oído hablar de las siete potencias africanas?... es una brujería muy fuerte... Me sacó adelante y le devolvió a ella el mal que me hizo...  Me echó un líquido por la cabeza y estuve una hora echando espumarajos por la boca... ¿No has oído hablar de la palillera gitana?      

--No, Otra noche vienes por aquí y me cuentas toda la historia con detalles. Tú hablas y yo copio. Yo seré el copista y tú el autor. Luego haces con ello lo que quieras.

Acabamos los cigarros y me invita a acercarme a su casa para darme una cajetilla. Qué diferencia su casa con la mía. Gracias a su hermana que vive con él, allí reina el orden, la armonía y la limpieza. 

La noche serena. No se mueven las flores. Los pájaros duermen. Abro al azar Tragedia de flor de vidrio:

Hortensia Évora adivinó que Ambrosio Hernández había terminado de valorar el silencio que lo rodeaba.

Tragedia de flor de vidrio

 Llegó el momento de entrar en Tragedia de flor de vidrio o destrucción del paredón de Alejandría

Thánatos dominó El don de Vorace. Eros domina en la flor de vidrio.

Bien abrigado y oculto en el orgullo de la cresta de la higuera frondosa de Benjamín Trujillo, que colgaba para dentro del patio de Hortensia Évora, Venancio Tarifa vio que la mujer había tendido no hacía mucho rato, fuera de hora, un baño de ropa húmeda en la liña y que se mantenía despierta dentro del  cuarto, alumbrada con un hilo de luz disimulada, a la espera de una sorpresa.

Este es el pórtico, la entrada, el primer párrafo de la novela de Ignacio Gaspar. 

Me hace recordar la primera escena de La Regenta (la novela de Clarín). El sacerdote, desde lo alto del campanario, viendo con un catalejo la ventana del dormitorio de Ana Ozores. Sospecho que Venancio Tarifa está en las antípodas de aquel magistral taimado, impotente y comido por su madre.

En el segundo párrafo observo que Venancio Tarifa no pierde el tiempo en la higuera sino que se desliza hacia el patio de Hortensia Évora. El ruido del gajo de la higuera despierta a la mujer, que se pregunta quién ha podido entrar en el patio, y con qué pretexto.

Cierro esto y sigo leyendo. Son 103 páginas. Otra vez el arcano de las transformaciones. En lengua vulgar, borrón y cuenta nueva. Hay que caminar despacio, como despacio y seguro se acercó Venancio Tarifa a la orilla del poyo donde había quedado olvidada  y servida la taza de leche fresca, en la página 13.   


sábado, 1 de mayo de 2021

después de la lectura

de El don de Vorace, de Félix Francisco Casanova

La novela de un asesino en serie contada por él mismo: Bernardo Vorace.

La  primera víctima es su maestro literario, un viejo enamorado de Hitler, un escritor soporífero que quiere donar a la humanidad sus escritos pestilentes (según Bernardo). Lo único valioso que tiene este impotente viejo es Marta, su joven mujer y amante de Bernardo hasta que el marido muere y ella desaparece con la herencia y no quiere saber nada más nunca de su amante, atroz asesino. Bernardo sufre la ausencia de Marta mientras que Débora, que se proclama su novia con una pesadez insoportable, se le pega como una lapa. Bernardo sólo la medio soporta cuando están en faena sexual. Cuando calla, cuando no habla, es más soportable. El narrador decide callarla para siempre. Una noche de niebla la manda al sueño eterno tirándola por un puente, contra las aguas de un río torrencial. En el funeral consuela a la señora Beltrán, la desconsolada madre de Débora. El consuelo se convierte en una sinceridad que corta como un cuchillo afilado. El corazón de la mujer no puede soportarlo y muere, un infarto.

El siguiente es un crimen en masa. Bernardo no puede soportar vivir en la cabeza de los otros. A todos sus amigos y conocidos los invita a una fiesta de disfraces. Cada invitado tiene que ir con un disfraz de animal. La fiesta es en una gran casa, de su propiedad, y en los sótanos pone en marcha una bomba de relojería. Él escapa por una ventana segundos antes de que explote y todos allí dentro quedan triturado y carbonizados. Un juez lo condena a  varias penas de muerte. En capilla, en la cárcel, conoce a un viejo que le regala una biblia escrita por el diablo, el libro de la Verdad.

A un sacerdote que quiere redimirlo, que presume de redentor especializado en almas descarriadas, está a punto de asfixiarlo con el rosario, apretando el cuello del cura, pero las cuentas se deshacen y no lo consigue. El cura sale de la celda echando maldiciones.

Haberse tirado a la calle desde un sexto piso o pegarse un tiro en la sien, a Bernardo no le ha servido de nada porque está condenado a la inmortalidad, a vivir eternamente. El garrote vil tampoco le facilita lo que más desea: morir.

Hasta aquí grosso modo el esqueleto de la novela, su contenido dramático. Todo esto arropado por un decorado verbal que parece fluir de los cuadros del infierno de El Bosco. 

La lectura no ha sido fluida. He tenido que hacer un esfuerzo. Me falta el penúltimo y último capítulo. Tal vez en una siguiente entrada, copie aquí algún fragmento de la obra y diga algo más. 

*

Egaranda, se me quedó en la cabeza ese perro egipcio guardián de los hippies. Intrigado. Yo creo que ya conté lo que me pasó con dos perros furiosos una noche en la dársena. Me atacaron y cuando ya los tenía encima me puse a bailar a la pata coja y cantar rebujinas. Se quedaron quietos, mudos, mirándose uno al otro, perplejos. Menos mal que en ese momento me acordé de lo que dijo un cazador: cuando un animal te ataque, haz algo que lo descoloque. Eso hice.