lunes, 17 de mayo de 2021

 Observo maravillado pinturas de campesinos de Julio Pestano. No conocía a este pintor ni su obra. Me fijo en las campesinas, una joven, otra de mediana edad y otra en edad avanzada. La joven espera el beso de un hombre. La de mediana edad lo ha perdido y la de avanzada edad lo ha recuperado. Las tres son la misma mujer. Imaginaciones mías.

Nicolás me cuenta que una vez con su familia estaba viendo una película de samuráis rodada en el Teide, ambientada en tiempos antiguos, y que de pronto por lo alto de la pantalla pasa un avión.

--Cualquier día te veo a ti de samurái --me dice.

--Sí, dándole patadas a todos los hombres que pasen por la calle y nalgadas a las mujeres aunque estén casadas, y si los maridos protestan los callo a trompadas.

Palabrería de día vacío, en que uno se despierta tarde y pierde el día.

Me pregunta si encontré alguna película de un cómico argentino que se rodea de mujeres que quitan el hipo. Gandulas.

--Creí que a ti te gustaban las mujeres pequeñas. --Jely es mujer pequeña, tipo ánfora y rostro de ojos que brillan como si esperaran el beso de un hombre.

--A mí me gustan todas, pequeñas, normales y gandulas... si cojo aquí a una gandula, sentado en esta banqueta, la arrimo y... bueno, me gustan casi todas.

Está frito porque lleva días esperando al Nano. Parece un personaje de Esperando a Godot.

--Ahora me dice que viene mañana a las ocho. Mañana a las ocho será las ocho de la mañana. A ver cómo me despierto yo antes de las ocho.

Consecuencia de un post de Pamela sobre Juan Bautista, imagino a Jely cortándole la cabeza, y luego avisándome para que la ayude a enterrarla entre los dos rosales de afuera. 

--¿Y el cuerpo, Jely?

--Jesús, pareces bobo. Voy a enseñarte cómo se corta la carne.

Espléndida lección. No la olvidaré.

--Esa planta ya la tienes que meter para dentro. Cuando el hijo de... la vea, ese se la lleva.

Se refiere Nico a una cannabis plantada en una maceta, camuflada detrás de una platanera a medio crecer. Ahí está al aire libre, le da el sol necesario y nada de meterla para dentro.

--Qué matraquillero eres, Nicolás --le digo, porque todo los días está con lo mismo, que la planta hay que meterla para adentro. No le digo: Mereces que tu mujer te corte la cabeza y contigo hacer abono para que se alimente la planta, hasta que se la lleve el hijo de...

Ya llegó la noche.


La alta luna en el cielo

me dice no juegues más

que todo vas a perder

por el vicio de jugar.

Juego conmigo mismo

y me traiciona el azar.

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