viernes, 2 de abril de 2021

literatura

 He pasado a la continuación de Vertical, con temores. A veces temo que la novela afloje, como aflojó El libro del cuervo, que tenía que haberlo dejado a la mitad en vez de seguir cuando ya el tema principal se había resuelto. En fin, si Juan resuella y arreglamos con el editor, está Barrio Chino, que no desfallece y llega con nobleza al final. 

Martín me invitó a su tertulia virtual. Lo que más me gusta de Martín es que lo menos que hace es elogiarme. Ya cuando nos veíamos en persona, en Oviedo o en Gijón, me calificaba de poeta surrealista, y entre esos poetas de la experiencia, el surrealismo no valía dos duros. Era, y lo sigue siendo, un crítico temido. El personaje de Merlín en Vertical tiene mucho de él. Lo literario. La vida real ni asomo. En la realidad, es un caballero de buenas costumbres; ataca más que al anterior rey, a los gobiernos que permitieron sus tropelías, según la constitución responsables de las mismas.

 Juan Carlos I sólo es nombrado en Vertical de pasada, con el episodio de cuando mató a su hermano con una pistola, en Estoril. Gracias a esa muerte la discusión entre Franco y don Juan --don Juan quería que su hijo Alfonso fuese el fututo rey y Franco prefería a Juan Carlos-- cesó. Como Vertical narra cómo un hermano mata a un hermano, ese episodio de Estoril hace juego con el tema principal. Mejor incluso que el episodio bíblico de Caín y Abel, pues en el caso de Vertical es un hermano oprimido quien mata a un hermano opresor. 

Afuera en la tomatera ya están madurando los tomates. Era hora. Los lagartos han vuelto a salir y la calle la visitan pájaros pequeños, no sé cómo se llaman. Se lo preguntaré a Nicolás. Hoy me trajo pescado salado con papas negras. Comí y me tiré en el sillón a echar la siesta. Cuando desperté los niños jugaban en la calle. Ya no es frecuente, ver a los niños jugando en la calle. Entré en la tertulia virtual. Lo más interesante, un pique entre Piquero y Martín. Piquero es el discípulo que quiere matar al maestro, pero no tiene armas. Martín le da cuatro vueltas. Las más calladas en la tertulia, las mujeres. Hablan poco. 



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