miércoles, 3 de febrero de 2021

mítico animal

--Mi amigo es un lagarto con cabeza de pájaro --escribió mi amiga P.

Imagen memorable. Merece ser pintada en un jarrón chino. Ni Kafka ni Homero (cada uno en su estilo) la hubiesen dejado de lado. Un lagarto con cabeza de cernícalo que se alimenta de sí mismo, animal que se devora la cola y luego ayuna, hasta que le vuelve a crecer.

Aristófanes, más burdo, sólo la hubiese usado como principio de un diálogo en una de sus comedias.

--Mi amigo es un lagarto con cabeza de pájaro.

--Y tú, un pájaro con cabeza de lagarto.

Y luego hubiese echado mano de la historia (real) del discípulo que escribe un libro sobre su maestro (éxito mundial) y lo lleva como gran regalo a la cabaña donde vive el maestro. Este ni lo abre. Dice que primero hay que comer. Prepara la comida y en el plato del discípulo, añade un condimento que produce diarrea. El discípulo escritor, nada más acabar de comer, sale disparado al retrete, un receptáculo que está fuera de la cabaña. Cuando ya ha descargado, se da cuenta que el papel higiénico que tiene a mano es el ejemplar del libro que le ha regalado al maestro. Supongo que tuvo que arrancarle unas cuantas hojas,

--Desagradecido.

--Eso si que sí.

--Vete a cagar.

--Déjame el libro. 

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