domingo, 7 de febrero de 2021

hoy, coplas mirleras

 Yo ya tengo mi sombra

pegada como una lapa,

no necesito más cosas,

ni moscas ni garrapatas.


Como en aquel Atahualpa

los ejes de mi carreta

ya no los quiero engrasar,

pues su ruido me consuela.


Rueda la luna en el cielo

y la rueda en el camino

y ruedan los pensamientos

para tenernos cautivos.


No hagas más fechorías

ni enciendas más velas negras

que se te seca la cara

y no da frutos la tierra.


Te quedaste con el anillo

que por querencia te di,

lo guardaste en el joyero

y dijiste sal de aquí.


Te quedaste con el bastón

y lo pusiste al fuego

para jugar con las llamas,

ay qué triste fue ese juego.


Me dejaste por ser pobre

por otro con más dinero

y cuando te viste sola

tú me llamaste de nuevo.


Son las cumbres borrascosas

páginas de una novela,

por querer tenerlo todo

te quedastes a dos velas.


Eso es lo que me faltaba,

que coño que yo no tengo

me esté dando la tabarra

cada vez que voy y vengo.


Arrállate cuatro millos

con la malilla de bastos

y si pones bien la sota

el envite habrás ganado.


Me dejaste con veneno

en la charca de los sapos,

así son todas las ranas

de estos cuentos baratos.


Qué bien te pones bien puesta

cuando miras al espejo

mas lo rompes si te dice

que eres un fuerte pendejo.


Celos tienes de esa niña

que está con siete enanitos,

ella gozando en el bosque

y tú sola en el castillo.


Por hablar con la María

quitóme el habla la Juana,

así son las tonterías

de las costumbres humanas.


Hay en Güímar cristo negro

y en Adeje virgen rubia,

en Icod está el siervito

y la monja en La Laguna.


Ya se fue Amaro Pargo

y se fue Cabeza Perro,

éste dejó cuento amargo

y al otro ni lo recuerdo.


Ya aquel buen hermano Pedro

se nos quedó sin ovejas,

ya no se escuchan balidos

en esas cumbres bermejas.


Ya se va para el barranco

el mirlo que esto cantaba,

queda la noche en silencio

y mañana otra jornada.

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