jueves, 14 de abril de 2011

gadafi

Lo que sé de Oriente Medio lo debo a Tijuana, territorio donde incluyo a Anghel Morales y ahora a Jesús Manuel Pérez Triana, con una mirada menos parcial sobre ese tablero, donde al conocimiento de fichas (blancas y negras) se añade la visión de conjunto: por dónde van los tiros, los movimientos civiles y las estrategias militares.
Si ya Tijuana depertó deseos de amplitud a mi devoción mundana por los universos de La Cábala y Las Mil y Una Noche, la incorporación de Jesús Manuel fue como esa agua fresca que despierta del todo a la curiosidad. No aspiro a la longitud métrica de Lizundia, a la profundidad de Anghel o al volumen de Pérez Triana, pero mi interés está ahí, y aquí.
Hacia Gadafi me contagió la simpatía (in illo témpore, segundo lustro de los setenta)el amigo PJC, el independentista orador. Si mi amigo lo elogiaba, entonces el personaje era digno de elogio. Sin más reflexión. Incluso lo incluí como héroe en la fallida novela Telarañas (la intervención del entonces director editorial y mis juveniles deseos de publicar una novela, hizo que en lugar de un concreto Gadafi obre hoy en esa telarañas un genérico Rey de Africa. Un tiempo atrás, acuciado espiritualmente por Anghel, me convertí en negro de mí mismo y re-trabajé esa novela. Llegué hasta el final del segundo capítulo y desistí. El marasmo venció sobre mi capacidad artesana).
Desde entonces, Gadafi pasó al telón de fondo en el cuadro de preocupaciones cognitivas. Hasta hoy.

Blog NACIÓN CANARIA publica una carta que el libio escribió como despedida por si lo matasen o muriese (es la segunda carta de esta naturaleza que leo en este mes de abril). Dice que está dispuesto a morir. Honra a quien no ha pestañeado en disparar. Dice también que casi todo se lo ha dado a su pueblo, y que él se ha reservado para sí sólo un poco. No explicita longitud, profundidad ni volumen de ese poco.
(Menos interés es ver cómo ayer se reunía con Zapatero (aunque la foto merece un poema). Regla de la política es que presidente de un Estado dé la mano a presidente de otro Estado, y al día de mañana esas manos sean puños. Eso no sorprende a nadie.
Otra cosa que llama la atención, es que Gadafi nombre como oponente protagonista a Obama, y no al francés Sarkozy.

¿Que dirá la ¿futura presidente? Carme Chacón, ministra de Defensa de España?

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