pepe, vino como vino a la copa tu mensaje. si sigo tu enseñanza, acertaré. si me ando por las ramas, haré un papel decoroso, si dios me ayuda, pero nada más
anoche soñé que visitaba una casa, de cara a unas montañas, una casa pobre, y acompañaba a un repartidor de algo que no recuerdo. Vimos bajar de la montaña a un ser que juan puede contarte si te cuenta a ti también una visita que hizo a una casa de taganana. el ser descendía una vereda con intención de visitar a una inválida acostada en una cornisa que rodeaba la casa, sin barandillas, porque estaba enamorada de ella, con ternera, no con ternura, y la ternera era la verdad, frente al dueño de la casa, el padre de la tullida, que negaba al amador porque carecía de ternura. esa casa, a lo largo del sueño, era mi casa, y allí llevé a mi familia canaria, mi hermana y mi cuñado, y no solo no tuve vértigo al caminar a pie por la cornisa sino que puse en ridículo a mi cuñado, con mi total complacencia. luego la visité con mi hermana y mi sobrina mayor, mi hermana con intención de enseñarle a su hija una casa que iba a ser suya, pero a la joven no le gustó, la miró con desprecio. en un episodio anterior la tullida no lo era, era una mujer con todas las facultades e incluso bella, y era ella la que observaba al ser que bajaba la ladera, enamorada hasta los huesos. quería su ternera
los sueños cambian las cosas. un descalabrado como yo es un ágil corredor y vigoroso e inteligente. en ese sueño no era mi sobrina mayor la realidad, la vida, porque si hubiera sido la menor, la que desea mi casa, el sueño hubiese sido más real. el sueño es como un espejo, pone a la izquierda lo que está a la derecha y al revés, pero sigue estando arriba lo que está arriba y abajo lo que está abajo
desperté con la sensación, aún sin amanecer, que para ser un buen escritor o un buen barrendero el primer paso es ser un mago, saber los poderes que tienes y saber los poderes que tienen los demás
en fin, contar un sueño le derrumba el poder, ¿o no? en cualquier caso, si hago un papel decente entre la literatura, jordi, y la vida, ana beltrán, habré salido airoso. tus deseos me acompañan, hombre que te fuiste para la gomera...
un abrazo fuerte
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