domingo, 17 de octubre de 2010

naderías para entretener la hora del perro

La siguiente pelea de Quico podría ser ser en un pozo. El pozo de los mineros, el pozo del Tenerife, el pozo negro adonde, aún mediado del siglo XX, iban a parar los residuos de la ingesta humana. Oí decir in illo tempore que los chinos los aprovechaban para recolectar gas. En el juego de la oca, el pozo marca a la casilla donde tiene que permanecer el jugador que cae hasta que cae otro. Y en los barcos, dice Marichal, el pozo es la distancia desde la borda a la cubierta (?). Un pozo es también ese recinto subterráneo donde desembocan el tubo de la taza del wáter y del fregadero de la loza, en esta casa. El pozo sugiere la presencia de animales extraños, desconocidos o temibles. La rata, la cucaracha...

Del trabajo de ayer en ese pozo aprendí que el jabón tupe. Cuidado con el detergén de fregar los platos. La próxima vez compraré uno que anuncie que no obstruye las tuberías.

y ahora, los sms en el pozo del móvil. Roxana`Popelka (socióloga, y escritora, con dos libros publicados en Baile del Sol), después de un tiempo de silencio, me sorprende con un mensaje enigmático:

Sabias ancianas negras d dulce voz se ocuparon d ti entre los bejucos y paulonias con sus manchones d flores.

Pos muy bien. Ya me enteraré algún día qué fue eso. Más comprensible el del cuervo Ramón Herar:

Dile a tu pajaro q de eso nada, mas bien todo lo contrario, va sobre la pujanza de lo narrativo en lo visual. Saludos al pio pio.

y el último, porque con esto cierro el tonto capítulo de hoy, me recuerda que este

martes q viene Antonio Nuñez y el lema benneditiano El sur también existe.

Y mientras tanto, la vieja pantalla de este ordenador, amenaza con hundirse en un pozo oscuro. Y del libro de Malonowski, la voz de un nativo:

--Nosotros, los Tabalu de Omarakana, te permitimos que permanecieses aquí para vivir entre nosotros. En Omarakana tú tenías comida abundante, comiste nuestra comida, participaste de los cerdos y del pescado. Tú navegaste en nuestra canoa. Construiste una choza en nuestra tierra. y ahora nos has hecho daño. Tú has mentido. No te queremos más aquí. ¡Este poblado es nuestro! Tú eres un forastero aquí. ¡Vete! ¡Marchate!

Si pudiera manipular el capítulo del libro, diría que la ofensa fue que el forastero gri´to al nativo que se mandara a mudar, que rompiera el carnet y bajara al muelle a coger un barco... Pero no, el cuento de maliwski no tiene que ver con el cuento del cosmopolita y el mago. Ahul.

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