domingo, 28 de octubre de 2012

en casa de Clara

"buen servicio" el de los ordenadores del Tea. Si antes lo digo, antes la cago. Ahora vas por allí y puedes mirar, abrir esto y lo otro entre lo permitido por la sociedad cultural sanitaria, pero no puedo poner un comentario en ningún blog ni hacer una nueva entrada en éste. (A lo mejor es una toque de narices transitorio, esporádico). Mi ascendencia oriental debió haberme advertido de que cantar lo bueno es llamar al diablo, a ese diablo burlón que anda por nuestras vidas como pedro por su casa. En fin, ahora en el ordenador de Clara no sé si me acordaré de las cosas que quería contar, por amor al arte. Cena con mi hermana, sobrina, novio de mi sobrina, cuñado Raimundo y gato Zape en la casa de San Andrés. Reencuentro con el pueblo. Los amigotes de allá saludándome por la calle, Montse diciéndome lo guapo que estoy, Lilia y Gara cariñosas, Carmita amable y simpática. Con un inicio de reencuentro con el pueblo donde se habló de los nombres que nos ponen en uno u otro lado y tiempos. De los nombres, la importancia del nombre, escribió José Rivero Vivas en una de sus novelas.
Ayer presentación en el Ateneo Miraflores de dos obras de este autor. La paradigmática La magua y Trova y furor. Antes de llegar allí, al Ateneo, una chica de la calle quiso acompañarme, adonde yo quisiera. Me acordé del señor Grey. Pero por mucho que Clara me llame ahora Jesús Grey, estoy en las antípodas de ese príncipe de las finanzas. Estoy más cerca de La venus de las pieles. Me gustan que sean ellas las que pongan las cláusulas del contrato, las cuatro novias que actualmente me castigan y la que tengo en reserva.
El presentador, un chico escritor (no recuerdo su nombre), discípulo de Pepe, dijo que las tres principales obras narrativas que se han escrito en Canarias son Crimen, Fetasa y La magua. En un tercio de esta aseveración del colega joven estoy de acuerdo. Crimen. Y de Isaac de Vega prefiero (si las emociones de la memoria no me mienten) la novela Antes de amanecer que Fetasa, también encomiable, un cuento de hadas con atmósfera dramática. Antes de amanecer es realismo punto cero. Y aquí, si me permiten mis gustos, donde el chico escritor presentador puso La Magua, yo pongo Cucarachas con Chanel.
La novela grande de José Rivero Vivas, a mi entender, que más bien es corto y acierta o se equivoca, está repartida en diversas páginas de su obra completa. Creo que José Rivero Vivas debió haber escrito menos. Pero esto también es algo que me digo a mi mismo. Y ya que hablaron de ranking (¿se escribe así?), de jerarquías, pondré aquí mi aportación, aunque sé que no debería aportar nada. En boca cerrada no entran moscas.
Por orden temporal. República Bananera, Crimen, Idolos de bruma, Retrato de Marlou Diésel, Ensalada de canónigos y Cucarachas con Chanel (olvidos aparte).
No olvido varios cuentos de Antonio Bermejo y de Ignacio Gaspar, e incluso el gancho de izquierda de Alberto Linares en Barandal Paraíso. De Ignacio Gaspar me maravilló también, in illo tempore, un libreto de poemas. Hoy ya Anghel Morales ha traído de Sevilla un nuevo libro de poemas de este autor de Charco del Pino. Lo espero como agua de mayo, mientras otros poetas que considero con valía (dos) todavía se mueven en las sombras.
Bueno, pos después de la cena en San Andrés (curiosamente me vi comulgando con pareceres de mi cuñado Raimundo como nunca imaginé, y admiré su visión de arquitecto). Sí, hay que creer en las jerarquías. A pesar de tener que aguantar a bobos que parecen haber perdido el norte, como... bueno, que le den... Después de San Andrés me vi con Sita en El Generador, viendo Los olvidados. Quién hubiera ido al sur. Sita tiene el Libro de Job en su biblioteca. Cosa que quiero releer.

Ánimos desde aquí a la gente del equipo Para. Tienen mi apoyo contra los chorizos rancios.    

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