lunes, 19 de agosto de 2013

antes de llegar al corazón

Et couldre jambous et andoulles,
Tant que le let en monté aux tectes
Et le sang en devalle aux coulles!

(Y cose jamones y morcillas
hasta que la leche suba a las tetas
y baje la sangre  los cojones.)

--Fronçois Villon, traducción: José María Alvárez.

El sábado estuve con Rata. Me invitó a comer. Le lije una enciclopedia de poemas que va a publicar con Anghel Morales, que piensa abrir pronto la colección de poesía G-21. Si comienza por el libro de Rata y por el de Marcelino Marichal, muy bien va a empezar la cosa. Si no, pues a tener paciencia, como buenas vacas.
Rata me cuenta que la vacuna la descubrió un médico rural ruso. Le da la razón a Chaucer cuando afirma, en uno de sus cuentos, que la enfermedad se ataca con la enfermedad contraria. La enfermedad mortal con la pasajera. Bueno, no soy médico. 
Con Rata comparto afinidades. La devoción por la obra de JRamallo es una. Buen lugar el japonés de la calle Ramón y Cajal.
--No es pijo como el que ibas con Juan Royo, pero...
Pero está muy bien. Y aunque él es ya un viejo, la gentil camarera le sonríe con gracia, y una rubia en la mesa de al lado lo miraba cada vez que podía. Su noche de hembra. Luego lo comprobé en el Malavida. Llegamos. Local vacío. Ni una triste viuda negra. Todas pasaban de largo. Hasta que le clavaron la vista y llenaron el local. Magia en Las Vegas. También apareció el cristalino poeta Sergio Barreto, y seguimos hablando de Cucarachas.
--Cucarachas con Chanel, ¡gran novela! --dijo Sergio.
--Ahora leo todo lo que sale sobre Santa Cruz. Hoy salió en El Día el crónista oficial hablando del templo masónico y del cementerio. 
--Como Puerto Santo. El cementerio está al final de la novela. El templo, al inicio. El camino más corto es el Ayuntamiento.
La fascinación con que Cucarachas ha encendido Santa Cruz, me lleva a registrar los que regala Antonio, o no sé si los regala, pero yo me llevé el libro: 

Rétablo tenerifeño. Juan del Castillo. Idea, 2011.

Lo hojeo. Me detengo en el capítulo "El camarada Orvaneja", ("matón falangista, mitad cerdo, mitad asesino, el godo más hediondo que ha pisado las islas"). Pág. 259:
"... curioso es el melodrama de Don Ramón González de Mesa y Suárez Madan (La Laguna, 1895-1983), patricio lagunero que tildaba a Santa Cruz de pueblo polvoriento y cucarachero, diputado de la CEDA en 1936. ..."
Pág. 260:
"Le sucedio (a Orvaneja) Javier Saldaña Sanmartín, cuya llegada, en las fiestas de Mayo de 1940, fue inmortalizada, póeticamente, por otro Miguel Zerolo, también alcalde de Santa Cruz:

Si el camarada Saldaña
viene a repetir la hazaña
del camarada Orbaneja,
que la Virgen nos proteja.
¡Viva Franco! ¡Viva España!

 Lee a Aldana  (sms de Berto Linares)

quién es ese

maestro de gongora, amigo de Lizundia

¿Lizundia? Hoy pasé por librería dEl Cabildo y no vi su Línea Líquida, quebrada novela de un santacrucero viajado, ilustrado y altivo. Es para lectores masoquistas pero no es desechable. Su autor es un aval. 
Sí vi Llorad las damas. Dos poemas, antes del viaje a La´ Palmas, leí de este librito en la misma librería. El libro está al lado de otro de Balbina Rivero. Balbina no leyó. Sí leyó EH. Un poema que hablaba que el alma no se la daba a nadie. Menos mal, así puede uno seguir aspirando al alma del poema. Fue entonces cuando se me hizo carne en la memoria la chica que quiere ser poeta en el capítulo incial de Cucarachas: "Taxi driver".

respuesta equivocada. no te enteras, chito.

no me entero. dimelo con verso de aldana

¿Berto está kemado? Seguro. Porque no he citdo todavía su libro Barandal paraíso. Pecado mío no haberlo hecho todavía. Su cuento de Isabel (la belga que hizo la película La isla donde se perdió "La edad de oro" ) describe la casa, a la luz de Cirlot, con la misma elegancia y apostura con que Cucarachas con Chanel entra en Santa Pus.

--Eduardo (García Rojas) acertó con el corazón de las Cucarachas   --dice Rata. 
--El capitán Orvajena. Ahora recuerdo.
--¿No has llamado a Clara?
--No. Temo que saldré de nuevo de la isla dentro de poco...
--¿Te vas a llevar los libros de Santa Pus? 
Puede, y en el barco con algunos alimento el mar, que todo lo devora.

Continuará, porque ya se me venció la hora en el parque La Granja.

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