miércoles, 23 de diciembre de 2015

almanimal

soy un animal





*

Esta bestia mal hallada
te desea lo mejor:
conserves arte mayor
y que seas bien hollada
como en el bosque las hadas
con el sátiro elegido.
No seré yo el escogido
pues me agradan las plebeyas
que no fingen ser doncellas
cuando llega la ocasión.

*

El garbanzo te molesta
que ponen en tu colchón,
es un garbanzo cabrón,
no te deja echar la siesta
cuando a soñar se acuesta
tu figura embelesada.
Pobre alma equivocada
la que Dios me ha dado,
plantadora de garbanzos
en tus torres elevadas.

(cuadro: Pepe.
décimas: Chito.)


Pepe

antes venía por el puente Zurita, pensando en ese fenómeno filosófico que es el amor. Me acordaba de Pascal, que creía que el hombre es superior al universo porque piensa y el universo no. Eso es lo que creía él. Que el universo no pensaba. Decía también, o aconsejaba, que el animal humano se dedicase al amor en su juventud y a los negocios en su madurez. Esto me recuerda que el otro día hablaste de recuperar el club de los negocios raros. Por lo pronto borramos a quien perdió la sonrisa. Por mi parte, que pase un guarecido invierno y cuando llegue la primavera, si Dios quiere, nos veamos y comprenda ya de una vez por yo la amo y yo comprenda ya de una vez porque no he dejado de amarla.
(Sólo Morgan echando las cartas pueden dar respuesta al enigma.)
Bueno, en cuanto a Pascal, parte de razón. Primordiar el amor en la juventud (yo puedo hacerlo, porque soy joven) y primordiar los negocios en la vejez, viejo.
También me vino a la cabeza Ovidio Nariz, el poeta latino. No sólo escribió un arte de amar, lo más conocido, sino también un arte de desamar. Recuerdo que aconseja abrir un bujero en la pared del retrete y mirar por la abertura cómo el amor de su vida da del cuerpo. Eso no nos vale a nosotros. El amor es el cuerpo.
Y mañana nochebuena. Encender un fuego pal invierno.

(El vino esta vez aristocrático. Tenemos que aprender cortesía.)

Chito 


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