miércoles, 27 de diciembre de 2017

en Baile de Tapados

Pepe, casi estoy por decirte que tantas como preguntas en la novela de Ignacio Gaspar. Esa novela es el libro de las preguntas. La incertidumbre de una nación de desconfiados, de gente perdida en un pueblo que obedece un designio mágico, una orden que no tiene palabras, la inteligencia son las preguntas; el instinto es el que responde. No sólo las preguntas que hierven en la cabeza de sus personajes, sino las que provoca en el lector. ¿Me traerá algún día la botella de vino el autor? ¿Me invitará a cenar sopa de cordero y cochino frito si va bien la cosa y le presento la novela? ¿Qué será de María Cahína con los siete vestidos de un color distinto cada uno, puestos unos encima de otro, después de bañarse sus pechos y sus partes para ir... a dónde?
Es lunes de Carnaval. No hay religión en la novela. Ni un cristo ni una virgen. Pero toda ella es una continua misa, un ritual misterioso. A ver si lo aclaro.
Y de sonido, una vez que entras en él, como María Cahina en la casa de..., es otro personaje. El sonido como personaje. Aquí está el misterio.
Y si tuviera que emparentarla con otra novela, sería La casa de las bellas durmientes, de Kawabata.

Seguimos, Pepe.
 Feliz año.

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