miércoles, 12 de octubre de 2022

sueño y realidad

 Bella me envía dos dibujos elementales, que son semillas que si las cuida germinarán y crecerán y darán frutos. En uno ella observa desde una alta ventana un mundo que le agrada, la serenidad salvaje de un patio o un jardín más allá de líneas ondulantes que sugieren un río, sin puente de acceso, y cerrada la puerta de la casa. El otro dibujo muestra una mujer árbol cuyas raíces le impiden avanzar pero puede danzar, sus brazos y manos son ramas que bailan con la música de sus pensamientos.

--Soy valiente, luchadora, ... inteligente y apasionada.

Cierto, nada más cierto. 

El Emperador sobre el Instinto indica, pienso, un dominio tranquilo sobre sus pasiones. El Juicio sobre la Inteligencia, un propósito consciente de poner las cosas en en sus sitios, las cosas del alma, con su voluntad y su memoria.  El Diablo sobre la Intuición me es más complicado leerlo. En una intuitiva lectura, pienso que está diciendo que ahora ella, ser andrógino, no debe dejarse encadenar por las martingalas de los demás, sino ser ella la que encadene a sus prójimos. Afán de poder, de dominio sobre quienes la rodean. 

El Mago, consultando si se aleja o no de un lugar humano, tiene dos lecturas encontradas. El Mago es la Intuición en estado puro, alimentada por el Instinto y la Inteligencia, pero también puede ser el trilero que hace trampas para obtener beneficio. Puede ser el sabio que sabe sin saber que sabe o el trilero que sabe manejar la mentira y hacerla parecer verdad.

Soñé con ella ayer. En un largo paseo por la ciudad, entre apasionado y romántico, pasamos por la calle Miraflores. Ela se sorprendió de la habilidad y dominio con que yo me movía en ese ambiente. Tanto que sin dificultad ninguna abrí una puerta por donde se salía de esa calle y nos permitía seguir subiendo. ¿Sueño premonitorio? No lo sé. 

De la calle Miraflores escribió hace unos días Eduardo en su blog, El Escobillón. No pude evitar escribir un comentario con mis recuerdos de esa calle, en la adolescencia y en la juventud. Fue como dos eslabones de una larga cadena: primero el sueño con Bella y luego el relato del Escobillón, despertar y leer fue seguido. Eduardo me agradeció el texto y dijo que era un potosí. No lo niego.

 Ahora miraré el libro del anónimo cristiano sobre los arcanos mayores. Luego, si cuadra, copiaré algo en comentarios.

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