jueves, 12 de junio de 2025

visiones

 Hasta los cuentos infantiles se están volviendo terroríficos. Video algunos que están, youtube, en Testigos del Horror. Espeluznante el de Hansel y Gretel. El de Caperucita no parece menos agobiante. Y ya casi prefiero no ver el de la Bella y la Bestia. Estética expresionista muy bien dibujadas y bien contadas. Busco en otros sitios versiones eróticas, explícitas, que se hicieron famosas en las revistas satíricas de los finales de los 70, versiones picaras y amables que eliminaban los símbolos y desnudaban la realidad. Las que he visto ahora son tan chabacanas que dan vergüenza ajena. Paso de ellas. 

El de Caperucita de Perrault es, de los que conozco, el más cercanos a esos terroríficos. La niña se come carne de la abuelita y bebe su sangre que el lobo le dice que es vino. El lobo la manda desnudarse y que se acueste con él, y se la come. El comerse a la niña, en cierta semántica, es follarla. Ahí se acaba el cuento de Perrault.

Lo que me interesa a mí, es el de madre e hijo que se comen. El primer amor de Genjis, de la antigua novela japonesa, es con la madre. Amor consentido. No consentido, en la religión yoruba, el de Oggún, orisha que abre los caminos, con su machete, cuando viola a Yemayá, su madre. Aquí en pantalla no he localizado contenido amplio de esos relatos.

Me manda Ramón, variando de tema, una intervención de Sánchez aplicando el discurso del espejo, el que contesta a otro que lo que le está diciendo, en realidad se lo esté diciendo a sí mismo. Un ejemplo, el que te insulta se está descubriendo a sí mismo, desnudándose. Ese espejo no sé si es el de la madre de Blancanieves o el del callejón del Gato. En el caso de Sánchez, cuando se decía limpio, el primero. Cuando se refiere a su partido, el segundo.  

lunes, 9 de junio de 2025

día soleado

 La necesidad del débil lo lanza al precipicio. Una vez en el vacío, o vuela o se estrella contra el fondo. 

*

No hay nadie que sea un fin. El fin de todo es la negación de lo que hemos sido.

*

Rechaza el elogio y elogia el rechazo. Llevar esta consigna a la práctica es de pollaboba. Digo en el mapa social, ya sea que quien te concede el elogio sea un zorro interesado por el queso que picoteas o sea un amigo sincero. Rechazar a uno o al otro es condenarte a ti mismo. Con el primero, como se dice, tienes que ser listo para saber hacerte pasar por tonto, y al segundo agradecerle sin más el cumplido. Con el rechazador, la estrategia es más sencilla. Al zorro responderle que él canta mejor y al amigo agradecerle que te baje de las nubes. Es del elogio o del rechazo que uno se hace a sí mismo de lo que quisiera hablar, pero en este momento no me aclaro a mí mismo del todo como es menester.

Tengo la superstición o la revelación (seguramente lo primero) de que cuando le paso una obra a un amigo, luego cuando la sigo trabajando no lo hago con la conciencia propia sino con la mirada del otro. Eso hice con Injertos, y que Pepe me perdone, me perdone esto y muchas cosas más --hay amigos que uno no quisiera nunca perder, los más inteligentes y los más acertados. En la revisión de ese Injertos aplico también la preceptiva del prólogo que le hizo Cervantes a su primer Quijote. Si Dios quiere, ya se verán los resultados. Por lo demás escribo desde hace un tiempo sin ninguna emoción, tolerancia cero a la emoción. Incluso me molesta tanta emocionalidad de sonajero que hace Jordi con su arte abandonado, labor que, por otra parte, sin tanta crítica o reseña emocionativa, tiene un valor nada despreciable.

Buen día de sol. Le pregunto a Nicolás cómo se hacen las habichuelas. No lo sabe, él las come tal como las prepara su suegra pero no conoce la receta. Pienso en Pamela, seguro que las hace muy ricas. 

 

sábado, 7 de junio de 2025

el sol...

 Nicolás tocó en la ventana. Le abrí la puerta. Le entendí:

--El sol ya se fue.

Miré al cielo y estuve de acuerdo. El sol, con el nublado cielo de la última hora de la tarde, ya se había ido.

Luego me aclaré lo que en realidad dijo:

--El suegro ya se fue.

Ya descansa en paz. Si es que no hay molestas reencarnaciones y cosas así. 

En plan masoquista abro, cuando me siento afuera en la calle, la pesada y algo larga novela pedagógica de Unamuno. Poco a poco, para poder aguantar la lectura. Cuando entro en casa, tengo abierto en la mesa el Quijote. Lo releo con gusto, fragmentos al azar, para respirar inspiración que me permita afinar la revisión de Injertos. Tiene Cervantes finura de estilos --lo prefiero a la prosa más pulida de Quevedo--, sabe decir lo que quiere y tiene sabiduría. Es un autor que no solo habla de su época, sino también de esta. Maestro --el ególatra narcisista y youtuvista-- tiene muchos aciertos en sus lecciones sobre ese libro. Cervantes hubiera reescrito la novela de Unamuno y la hubiera dejado placentera y amena a más no poder. De Maestro, cansa un poco su chiste repetido anti Borges y otros, pero tiene su valor literario, y casi convence cuando afirma que hay más brillo en la literatura sofisticada que en cualquier filosofía, no solo en la de su denostado Kant sino también en la de su apreciado Spinoza.

Es de noche. El Sol ya se ha ido.   

viernes, 6 de junio de 2025

de peso en peso

 Aquí esperando al vecino Carlos. Se ofreció a traerme cigarros del Komo Komo y llevo una hora y no aparece. Ayer sucedió cosa semejante con Petaco. Dijo que venía por la tarde y llegó a las once de la noche. Comprendí perfectamente lo que es Godot en esa obra de teatro. El poeta beat también debió intuirlo: ... en la calle de los negros esperando el pico imperioso.

Sigo picando Injertos. Podo las ramas secas y cuido los detalles. El diablo cuida los detalles, decía Nabokov. Y no sé quién decía que el diablo es el patrón de los escritores. No podía ser otro que un ángel caído. No sé si mandarle, cuando esté, el nuevo borrador a Pepe. Siempre me precipito o me quedo corto, ese ha sido mi estigma en esta existencia. Habrá que cargar con ese peso. Si lo tienes, tienes que cargarlo. Si fuera el único. En fin.


jueves, 5 de junio de 2025

 Escribí ayer otro sueño pero este lo dejo en borrador. Peleaba con un amigo que me robaba y me timaba, un amigo de otras latitudes que hoy en paz descanse. En la realidad me vaciló de lo lindo, con el timo y el robo. En el sueño le paré los pies en todos los aspectos. Y aquí, en la realidad de ahora mismo, comprendo bien el refrán de que recibes lo que da, y lo dejo aquí.

La realidad es que probablemente tengo que prepararme para los cuarenta días del desierto. De desierto a desierto y seguimos con el cuento. No sé si podré. Ojalá. Mi corazón funciona a medio gas. Tengo un corazón incompleto. Una voluntad en déficit. Cada vez que recuerdo el pasado, son los errores los que vienen. Esa es la pesadez. Una de ellas.

Otra son los miedos, los físicos y los metafísicos. Los vicios los dejo para otro capítulo.

Vicio masoquista es leer la novela, de las dos la más larga, de Unamuno. Un hombre que quiere tener un hijo genio. La materia es la mujer, dice, y el hombre la forma. Lo curioso es que la imagino en versión cine, por un Berlanga o alguien así, y la veo la mar de divertida. La materia que, por fallo de la forma, no funciona en un formato, puede funcionar en otro. 

martes, 3 de junio de 2025

Siguiendo con la cosa de Unamuno

 Mucho repite JMaestro el chiste de que Borges pasaba las noches con Virgilio, sugiriendo que hubiera sido más sensato, más sensible y más divertido pasarlas con Virgilia. Rechaza el cinismo de Borges y aplaude el de Cervantes. Cosas. Yo ayer y oí pasé el día y parte de la noche con Unamuno, en las dos novelas del librito que tengo, las más prescindibles que tiene Unamuno. Pero no desechables. De todo un hombre me quedó con la descripción de la oreja de la bella protagonista:

Entonces el conde de Bordaviella se le acercó aún más, y casi al oído, haciéndola sentir en la oreja, hermosísima dorada concha de carne entre zarcillos de pelo castaño refulgente, el cosquilleo de su aliento entrecortado, le susurró:

--Donde estoy entrando es en tu conciencia, Julia.

Creo que no hace falta decir qué significa conciencia en este contexto, es decir, en lo que realmente estaba entrando el conde. En una parte del prólogo, cita el autor que el peso del vacío es el tedio.

 El vacío es la ausencia de conciencia. Tengo conciencia donde entrar, luego existo; y si no tengo conciencia, no existo. Y yo, como no tengo conciencia, tengo tedio, es decir, una mala manera de existir. Lo cual es contradictorio. No lo dudo. 

domingo, 1 de junio de 2025

Berto, Unamuno y Nicolás

 Leo el cuento de Unamuno, o novela corta. La protagonista es la más bella del lugar. El autor no sabe hacer mujeres. Lo único que describe de ella es una oreja.

Berto me llama cuando estoy todavía dormido. Dice que me llama después. Contento me pongo, hay veces que te cansas de no hablar con nadie y te alegra que aparezca un berto que te cuenta los episodios y hazañas y quejumbres de su vida en tres tomos y un epílogo. Debió de arrepentirse y me deja jodido, otra vez hablando conmigo mismo, que soy incluso más pesado que él.

La novela de Unamuno tiene dos fases. Una en que el prota, un indiano rico y usurero, se casa con ella, se la compra al padre, y la trata dándole toda clase de lujos pero ni un gesto de amor. El amor es para los idiotas. Incluso la deja cortejar, sin llegar a los cuernos, con un conde idiota y cobarde. Ella le dice que sí llegó a los cuernos y el prota dice que no, porque él es el único hombre, y la mete en un manicomio. Cuando vuelve a la casa se pone mala y entonces al único hombre le entra un amor desmesurado. Incluso, se adivina, entre líneas, que hubo necrofilia. Novela leída.

Afuera, Nicolás está recogiendo pitangas.

viernes, 30 de mayo de 2025

novela encontrada

 Hallé anoche una novela de Unamuno, Nada menos que todo un hombre, con prólogo del autor. Jibarizo, con malas intenciones, parte de ese prólogo:

--... esta obra es una lamentable equivocación de su autor. El capricho o la impaciencia han debido originarle esta novela o lo que fuere. No se sabe bien lo que se ha propuesto el autor. Diríase que, perturbado tal vez por malas lecturas y obsesionado por ciertos deseos, se ha propuesto ser extravagante, decir cosas raras y desahogar bilis y malos humores. Su novela es una mezcla absurda de bufonadas, chocarrerías y disparates. Quiere demostrar que todo hombre de altura es, por debajo, tonto de capirote. En esta novela no se sabe lo que se propone su autor. Su obra es el más insípido manjar, un manjar frío que no piensa más que con el pensamiento de todo el mundo. Sus personajes son muñecos que el autor pasea por el escenario. Del de Marina más vale no hablar; el autor no sabe hacer mujeres, no lo ha sabido nunca. Y poco hemos de decir del estilo. El autor carece del sentido de la lengua. 

*

Si lo que está abajo está arriba y lo que está a la izquierda está a la derecha, entonces el rechazo está en el elogio y en el elogio está el rechazo. En la envidia está la soberbia y en la virtud está el vicio. Así hasta completar todas las cartas del tarot. El de Marsella. 

En los años adolescentes comencé a llevar la contraria al mundo. El idealismo hacía de mí lo que quería. Así fue como compré un libro de Lutero cuando me hicieron bibliotecario del Hogar Católico. Me quitaron del cargo. No comprendieron que hay que oír al enemigo, hasta darse cuenta que el enemigo dice las mismas tonterías que nosotros. Fenómeno del espejo.

En cuanto a la novela de Unamuno, se ve que la leí pero la olvidé. No sé de qué va. ¿Le hago una segunda lectura?   




jueves, 29 de mayo de 2025

cambio de bobina

 Cierro la versión concursante de Vertical blues. Voy a Injertos. A esta obra le pediría un repaso operativo de Dr. R. 

A Ramón no le digo nada porque vino por aquí, miró la tonga de viejas hojas de periódico y no le interesó porque en la batalla que quiere montar en el cuartel de Almeyda la guerra de Vietnam no entra. Pienso que esas hojas podrían nutrir el libro de cuentos. Entre ellas, acogería con complacencia el relato de una vietnamita inteligente, hábil y valiente. Del reportaje del periodista me acuerdo del traje que llevaba la muchacha, no sé cómo con ese vestido podía correr tan veloz.

En fin, entro en Injertos como un narrador poseído por la electricidad de Dr. R. y por el humor categórico de Juan Royo. A Marcelino no lo toco. Le dije que le iba a mandar una nueva versión de Agosta escribe, pero no lo veo con ganas de meterse en esas páginas. 

 

miércoles, 28 de mayo de 2025

más Vertical

Una de las cosas que eliminé de la Vertical simple (el título se lo debo al contertulio más radical de los tiempos de Radio Unión Tenerife) fueron las referencias a la guerra en Sarajevo. También eliminé los ecos de Bajo el volcán y de la historia de Maximiliano. Estas eliminaciones y otras las conservo en la versión barroca, y además busco otras alianzas. El nudo principal de la novela es el incesto Madre/hijo y el episodio de Abel y Caín. En este caso, es el personaje abelino el que mata a Caín, y finalmente se transforma en el asesinado. Abel es, en el desenlace, Caín. Deja de ser Abel. Otras alianzas que busco las encuentro por casualidad. Ayer descubrí una novela escrita en Japón, en el siglo XI, autora una ilustrada mujer. Los amores del príncipe Genji. Conozco desde hace un tiempo un cuento de Yourcenar sobre esos amores, pero no recoge el episodio del que fue el primero: el amor de Genji con su madre. Investigaré algo más.

 

martes, 27 de mayo de 2025

Decisión

 Hago completo caso a la poética de Dr. R. Hago una copia de la versión más sencilla de Vertical y la corrijo a fondo. Elimino muchísimos párrafos y capítulos sobrantes, retales molestos, y procuro en lo que puedo disimular las vulgaridades más notables. La intención por fin es enviarla al dichoso concurso. Si pienso en las ideologías en boga de los literatos dominantes, los que estarán en el jurado, me temo que no va a llegar a nada. Mejor no pensar en nada.



lunes, 26 de mayo de 2025

de sueño en sueño

 Saltando de sueño en sueño. Algunos los vives con tal sensación de realidad, que despertar es un alivio.

Consigo algo con alguien y ese alguien cae en una desgracia que lo tumba al suelo, en una calle en obras donde mi casa está descascarillada y lamentable de ver. Han colocado un perro guardián en la puerta para que nadie entre. Yo tengo que demostrar que es mi casa. Antes expulso de ella a S. L. Le digo lo que me hizo, lo que me ha derrumbado. Dejo el sueño sin contar. Lo iré olvidando a lo largo del día. 

Las cucarachas siguen apareciendo. En la realidad otras pocas. Ya menos, ya no son plaga las que barro por la mañana. El simbolismo de esos bichos no es nada agradable. En la pantalla encuentro dos referencias a las mismas:

Canarias, las islas de las cucarachas.

Una cucaracha puede sobrevivir a una guerra nuclear, pero muere con un periódico.

También aparece una entrevista a Dr. R. que no había leído. Tomo notas. Habla de un estilo que lleva a la limpieza, a eliminar las innecesarias y molestas intromisiones retóricas.


sábado, 24 de mayo de 2025

irrealidad onírica y cucarachas

 Soñé que llevaba a hombros a Siao Ling a la parte del mar que está a la izquierda del muellito, en San Andrés. Dos amigos de ella viejos estaban allí, metidos en el mar. Luego en el viejo bar El Castillo pretendía que yo la defendiera de algunos burladores. Le dije que bastaba con mi carácter para defenderla. Luego me llevó a casa de un artista finlandés, de hablar español sin acento extranjero. El hombre supo que yo también  era artista. Fueron el grupo del finlandés, mucha gente, a mi casa, la casa de mis padres. Yo no quería recibir a nadie pero S.L. los dejó pasar. El finlandé dijo que yo buscara en el ordenador cosas mías para verlas. Busqué en una página de Ramallo. Mientras, yo medio echado en la cama, una chica al lado se puso melosa conmigo. Qué suerte, pensé y me dejé querer. Quedamos que cuando estuviéramos solos haríamos el ñaca ñaca. Yo procuraba no abrir mucho la boca para que no me viera mellado. Si me ve desdentado se jodió el invento, pensé yo. No me vio la falta bucal y fue bien. Me despertó  la sensación de que tenía una cucaracha en el hombro. Me la sacudí para echarla de mi cama. Me volví a dormir. Ya amanecido el día, la misma sensación. No vi a esa cucaracha, la sentí pero no la vi. Pero como si estuviera, la sacudí y me la quité de encima ¿Me estaría atacando, vengativa?Imaginaciones, pensé. Cuando me levanté vi a una, frita, en el suelo. Al lado de la cabecera.

Fue porque por la noche estuve haciendo una limpia. Por el dormitorio, la cocina, el patio y e baño. Por el día, una purriada de ellas, todas fuera de combate. Las barrí y las saqué afuera, a la calle, a una bolsa que dejo fuera cuando barro por el frente de la casa. La culpa, el miedo y... dicen que son los motivos principales de nuestra infelicidad. Recordé lo que señala el doctor Pulido , religioso de Ifá, los motivos que provocan nuestra desaparición de la vida...

Pasé el día de ayer repasando una versión simple de Vertical. La última es una versión complicada y contradictoria, cargada, barroca, donde el narrador da por hecho real sus imaginaciones. A final no se sabe qué es verdad y que es ficción de todo lo que ha contado. Esa versión tiene cierta semejanza con el cuento Domingo Ladrillo, de Marcelino Marichal. No es que partiera del cuento de Marcelino sino que me di cuenta a la postre. En el argumento de la novela, en las dos versiones, hay una relación amorosa que tiene cierto contacto con un cuento de Ramallo en Ensalada y también con un poema de Orlando Cova:  ¿Qué hago yo aquí en esta barra...?¿Qué hago yo aquí en este mundo?, ¿con esa mujer: Siao Ling, llevándola al hombro al mar, a relacionarse con unos amigos que cultivan una huerta en la orilla del mar, en el mismo mar?



viernes, 23 de mayo de 2025

cucarachas

 Firma a favor de esto, firma en contra de lo otro. No firmo nada. Vivo en pecado. Y las cucarachas, a las que le tenía consideración, empiezan a molestar. Ya se han instalado incluso debajo de la cama. Que me perdone Yemayá, pero hasta aquí hemos llegado. También aparecen en ciertos escritos. En fb. veo la foto de un papel volandero, impreso en Sevilla, del que se dice, y es evidente, que sirvió de base al famoso corrido mexicano. Comienza:

La cucaracha / ya no puede caminar / porque no tiene / dinero para pagar.

Y en otra publicación vuelven a aparecer. En una entrevista. Una entrevista a una novelista relacionada con Hollywood. Habla de que su última novela está marcada por las cucarachas con Chanel. Da qué pensar. ¿Habrá leído esa escritora la novela de Ramallo? ¿Estará viajando una novela publicada en la insignificante Canarias hacia la literatura universal? Habría que contratar a un detective. 

 

miércoles, 21 de mayo de 2025

Sueño mal contado

 Baile con la hija de la dueña en la casa palacio. Joven muy agradable. Se ofrece a bailar conmigo y yo le digo que no sé bailar, ella insiste y bailamos pero a los pocos pasos comprueba sonriente que yo no sé bailar. La sala atestada de gente. La llevo, animado, por el pasillo hasta la entrada frente al río y la invito a bailar con Ramallo. Lo hacen maravillosamente.

Aun el padre de familia no ha llegado.

Salvador está en la puerta, sosteniendo el libro: Proserpina.

El padre de esa familia llega, compungido,  porque en otro tren en que ha llegado, río arriba, un juego que tenía con sus amigos se les volvió en contra y hubo problemas.

ANTES:

En un vagón del tren, en el que viajamos nosotros, se resguardaban un mono y un tigre.  Vimos que se acercaba a ese vagón una gigantesca serpiente, maligna, con intenciones de devorar al mono y al tigre. Tuvimos que articular una artimaña, poner una portalón grande en triangulo, para que entrara la serpiente y nosotros poder sacar y poner a salvo a los otros animales.

ANTES:

Belén le pega una foto o una nota escrita al cuadernillo Proserpina, y otros pegamos otras cosas en distintas paginas antes de salir en tren, praderas abajo, marchando sobre ríos encauzados, a distintos niveles y con aguas de distintos colores.

Al llegar a nuestro destino, en la puerta de la mansión, teníamos que poner una gota del último río en alguna parte de nuestra cara o nuestra frente.

ANTES:

Estábamos en guerra en un campamento con una casa en medio, cuadrada y grande, sin que hubiese  batalla y un muchacho menudo, soldado pequeño, tiene relaciones a escondidas en la casa con su tía, el casi un niño y ella una mujer ya mayor.

Lo descubre una criada intrusa. Este muchacho es arrestado y no sube al tren en el que luego nos alejamos de allí alguno de nosotros. Salvador el chatarrero, Ramallo y yo, entre otros.

Salvador custodiaba Proserpina durante el viaje, sobre diferentes ríos. 

Llegamos a nuestro destino. Una casa palacio. Cuando entramos estaba vacía, solo dos niños, callados y quietos, en un entrante en lo alto de una puerta que daba a otra habitación. Hasta que al final sale la señora de la casa por esa puerta, abierta, a donde nosotros estamos, y nos descubre, pero el libro Proserpina emite la música de un clásico y se solidariza con nosotros. 

Recuerdo que antes del viaje en tren, yo dejo de ser ese niño soldado y luego soy persona que entro en la historia como yo mismo. Recuerdo que la amante del niño quiere pegar también algo en el libro pero lo impido porque sé que lo que quiere es destruirlo.

Este sueño está mal contado pero cuesta trabajo ponerlo en orden. Todo el rato sentí que Proserpina era un libro profético. Por lo menos algunos poemas. Al final del sueño se lo pedí a Salvador, que era quien lo custodiaba. 


sábado, 17 de mayo de 2025

nada que hacer

 Me estoy volviendo platónico, no en el sentido amoroso tal como se entiende ahora. En este sentido ya lo soy desde hace tiempo, por imperativo de la naturaleza y no por voluntad propia. En lo que pienso, para asegurar que me vuelvo platónico --de cuyo pensamiento estoy todavía en párvulos--, es en el famoso y traído y llevado mito de la caverna. Estoy no más que viendo las sombras cambiantes que se proyectan en las paredes y ajeno a la claridad, vamos a llamarla real, que entra del exterior. Esto me hace recordar los primeros años de mi existencia humana, pues estuve esos primeros años viviendo en Las Cuevitas, que eran cuevas, casi justo enfrente de la desaparecida, ay qué dolor qué pena, playa de Los Trabucos. Aunque allí sí que veía no solo el interior de la montaña sino el patio de afuera y la arena y las rocas de la playa y todo eso. Cosas distintas al platonismo actual, propio de ciertos poetas y ciertos filósofos, que andan más en las nubes, en las sombras, que con los pies en la tierra. 

Pensé mandar algo a un concurso literario. Juan me envió las bases de uno que hay en Lanzarote. Lo desecho porque impide el uso de malaspalabras. Pensé también en el de Cajacanarias, pero pregunté a un amigo quiénes podían ser el jurado de ese premio. Me informó de que seguramente es un jurado adicto a una ideología política --de la que soy ajeno-- y de un feminismo que no tiene nada que ver con mi amor a las mujeres ni con mi afecto a los hombres. Un feminismo de feministes. Lo tengo claro. La obra que pensaba mandar no pone muy bien a ninguna de las personajes, y ni siquiera tendrían en cuenta que tampoco a ninguno de los personajes. Lo tengo claro, mi ilusa ilusión de que sonara la flauta y ganar un dinero extra se esfuma apenas se hizo visible. 

Nada que hacer.  

jueves, 15 de mayo de 2025

dormir, tal vez soñar

 Nada, me pongo a escribir porque son las cinco de la mañana, y tres minutos, y no me duermo ni a la de tres. Todo porque ayer me mandan un wasap, bien escrito, con todas las comas en su sitio. Me dice que quiere hacerme una entrevista. No estoy yo para entrevistas, pero sigo leyendo. Dice que es para un libro que no se va a publicar. Empiezo a interesarme. Sigo leyendo, dice que no me va a pedir dinero. Estupendo. Ahora solo falta que me diga que es una entrevista donde no me va a preguntar nada, pero no me cae esa breva. Seguro que me hace preguntas. ¿Podré contestar con monosílabos? Es una mujer la entrevistadora. Acepto. No le pregunto si va a ser de madrugada y solos los dos. No todo se puede saber.

Y tampoco duermo porque tengo hambre. Y no creo que Juan me llame a estas horas para invitarme a comer. Tengo en remojo un pescado salado, pero tiene más espinas que carne. Si me pongo a sacar lo que se puede comer, a lo mejor me corto un dedo. Y si me corto y sangro, me llevan al hospital otra vez o me muero. Si me llevan al hospital volvería a ver a la doctora que me cogió simpatía porque le regalé el Barrio Chino y a cada momento se sentaba a un lado de la cama y me preguntaba cosas del libro. Menos preguntona era una ayudante de enfermería que me ayudaba a bañarme por la mañana y yo le decía piropos. Luego cuando me visitaba en el cuarto me decía que yo era el mejor enfermo que había tenido nunca y me pedía que le repitiera lo que le había dicho en el baño. Y yo la mandaba al carajo porque, me daban pastillas para dormir, lo menos ganas que tenía era repetir piropos. 

La médico actual de cabecera me dice que no tome pastillas para dormir. No sé yo. Llevo dos noches haciéndole caso pero ya son las cinco y veinticuatro, y hoy a mediodía viene Elen. Quiero que me coja bañado. Por lo menos eso. ¿Dónde tengo la pastilla de dormir?  

días...

 Hay días que parecen hechos para el enemigo

Esto anterior es un verso que escribió en el año 76, más o menos, un peninsular que vino a Tenerife y se matriculó en Filología, en la Universidad de La Laguna. Superficialmente, nos acercó el oficio de la poesía. Lo primero que me preguntó es quiénes mandaban en la isla en el gremio de los poetas. No creo que le haya contestado, pues yo entonces estaba ajeno a ese gremio. Sé que a veces nos reuníamos con Fëlix Francisco Casanova, que a lo largo de ese curso tuvo el accidente en el baño y se fue de este mundo. Antes, el peninsular por su parte y yo por la mía, participamos en el Concurso de Poesía Matías Real, convocado por el periódico La Tarde. Él ganó el segundo premio y yo el tercero. Mi colaboración se titulaba Andrógino Invisible. De lo que presentó el colega solo recuerdo ese verso, nada más. De lo mío recuerdo que Félix se interesó por una pieza que hablaba de una guitarra rota. Murió poco después. Las obras ganadoras fueron publicadas, junto con entrevistas que nos hicieron, en aquel periódico hoy desaparecido. Sé que me puse contento y presumí con los amigos como un niño con zapatos nuevos. Sé que me abonaron, en mano, cinco mil pesetas y que, al salir del acto de la entrega del dinero, una amiga que luego fue asesora del Gobierno de Canarias me pidió esas cinco mil y se las dí, íntegras. Nunca me las devolvió, aunque ella era hija de gente poderosa de Las Palmas y yo un simple hijo de obrero. La relación de amistad con esa joven tuvo episodios contables, pero no es ahora el momento de sacarlos a la luz.

Al curso siguiente conocí a mi amigo Berto, junto con un lumbreras que gracias a él sacamos buenas notas en el examen de Latin. Con Berto hablé ayer. Grato es hablar un rato con un amigo cuando uno está aislado del mundo, no por propia voluntad sino por imperativos categoriales. Me alegró que se haya restablecido bastante de sus limitaciones de salud. Y más en un día que parecía hecho para el enemigo. No entro en detalles. No soy proclive a contar tristezas de esos momentos en que el alimento son duelos y quebrantos.  

martes, 13 de mayo de 2025

puñaladas

 --El crimen es un acto sórdido y despreciable si no tienes un buen abogado, se lo dice uno que tiene instintos homicidas, a menos que la víctima sea uno mismo --filosofía de andar por casa de Alfred Hitchcock, en la presentación de uno de sus cortos televisivos. 

En esos cortos predominan los casos en que el asesino sale bien librado, después de hacerle la cama a quien es asesinado o a quien acusan de asesinato y es inocente. Los hay que están muy bien hechos y otros que son de andar por casa, no del todo bien llevados o bien resueltos. Hay que comer y la inspiración no está siempre a punto. 

Uno de los mensajes de Ábalos a Sánchez está en sintonía con esos cortos del mago del suspense. Cita a Quevedo: --Puede haber puñalada sin lisonja, pero pocas veces hay lisonja sin puñalada.  

El enemigo de Góngora se refería a Bruto y los demás que apuñalaron a Julio César, anteriormente adulado por esos mismos amigos. Cosas de la política. Y de la no política.

lunes, 12 de mayo de 2025

Final agradable

 El grifo de chorro moruno que instaló el albañil en el baño me ayuda a desalojar lo que queda dentro. Queda uno más aliviado, y permite también uno de los métodos curativos de un recordado médico boliviano: rociar los huevos con agua fría y avivar la circulación de la sangre. El calor de la primavera, poco a poco creciente, también ayuda a no darlo todo por perdido en cuanto a las pulsiones eróticas. Lástima que la mujer que tengo más cerca, dos días a la semana, esté casada y sea temerosa de Dios. A su marido no puedo llamarlo prójimo porque no lo conozco, pero seducirla para hacerla pecar me lo pide el cuerpo pero no el alma. Mi alma no quiere perjudicar a nadie, suele suceder cuando sabes que la ley de la vida va quedando atrás y te envuelve la ley del acabamiento. 

Hojeo un viejo número de Taramela. No termino de leer un largo trabajo sobre la literatura oral. Mucho humo posmoderno. Nada de una literatura oral ligada a la religión yoruba, madre de numerosos relatos. Literatura, aunque el materialista diga lo contrario, que está también en la Biblia, en el Corán y en los patakíes de Nigeria. Los que quedaron en África y los que viajaron a Cuba y Brasil. La santería y el candomblé. 

Con los amigos poca relación física. Algunos mensajes de Juan, asombrado por lo mucho que hay en su novela aquí comentada que él ya tenía en el olvido. Pepe pendiente de una visita que será cuando Dios quiera. A Marcelino lo llamo pero comprendo que ahora no está para coger el teléfono. El que tampoco lo coge, pero por otros motivos, es Berto. En fin, en lo alto del árbol canta la loca cuando le toca. Pequeña locura, en mi caso, es a veces tanto aislamiento, pero habrá que adaptarse. A la fuerza ahorcan.

Escribo lo anterior y, sorpresa, llama Ramón. Está en Santa Cruz. Subimos a una arepera de La Cuesta. Entretenida conversación. Un drama y varias comedias. Día soleado.  

sábado, 10 de mayo de 2025

puerto santo, y 3.

 Curiosa coincidencia, en lo que cabe. La situación de Puerto Santo es la misma que hoy tiene Europa, el convencimiento de que será atacada por un enemigo hegemónico. Mágica coincidencia sería que lo que va a suceder en una muy despoblada ciudad, suceda en lo sucesivo en el muy poblado continente, de donde los habitantes no huyen pero procuran tener preparado el kit de supervivencia. 

Cuatro personas sobresalientes en la trama de la novela, se quedan en Puerto Santo. El peninsular con sombrero de copa, el general que entra a mandar en el castillo de San Cristóbal, la alegre Flor y el preocupado Sebastián. Al general lo vemos poco pero sabemos que está allí, en su castillo con las garitas vacías, las almenas desiertas y las barbacanas solitarias. Y en el ayuntamiento, la única vida que queda en su interior son flores marchitas en jarrones malolientes y, suponemos, bichos invertebrados que se alimentan en aguas estancadas. También la Iglesia ha quedado sola; el sacristán y el párroco se han marchado, cargando en el carro los cálices de oro, los candelabros de plata y las botellas de vino. Los que se van, con personajes añadidos, es la otra rama del relato en la que, por ahora, no me voy a posar. Me centro en los que se quedan. Otro es Teófilo, guardián y sepulturero del cementerio, con unas reflexiones y acciones que me recuerdan mucho a otro enterrador, el de Lela, novela corta de Candelaria Quintero. Paralelismos literarios. 

La novela sigue, con nuevas estampas y acontecimientos. He entrado en la primera de las tres partes. Dicho en número de páginas. Ahora me retiro. Mi cabeza quiere descanso, silencio.

puerto santo, 2

 La novela va ampliando la visión de Santa Cruz --templo masónico, un mal defendido castillo de San Cristóbal, el camino hacia arriba con caravanas de carros huyentes, el Ayuntamiento...--y la aparición de nuevos personajes, esporádicos o permanentes. La hipocresía política se hace visible y la anónima sinceridad popular también. Dos carreteros que se atrabancan en la huida intentan resolver un desacuerdo con una pelea armada, con cuchillos, y la lid queda en empate, se matan entre sí y se restablece la marcha hacia las montañas. En el ayuntamiento hay reunión de políticos. Idean un bando tranquilizador. La ciudad, en ese momento llena de mierda y destrozos, según el comunicado oficial no corre ningún peligro, y los rumores de invasión americana son bulos sin pies ni cabeza. Sin embargo el alcalde decide pasar una temporada en la lejana ciudad del obispado, no por nada, simplemente porque su mujer necesita una limpieza espiritual. Diálogos más sinceros tenemos en criadas, sirvientes y humildes trabajadores. Nutritiva la casa del cónsul francés, aquí trabaja la Triste, la retorcida mujer del pescador. Sebastián va allí a visitarla, a recordarle que le debe obediencia matrimonial y exigirle que no lo deje solo. Nanai de la China. En esta visita el primer plano es una mujer de grandes tetas que rezuma goterones de leche, esté dando de mamar o no. Esta escena la podemos ver como alegoría del estilo del narrador. Sigo: volvemos a ver al peninsular, instalado en el palacio del Cartaya, junto a un criado bastante torpe que el marqués ha dejado a su servicio. Antes nos habíamos fijado en su cabeza, calva y apollabobada, a la que este hombre abriga con un peculiar y ahora arrugado sombrero de copa. En esta ocasión lo que quiere abrigar son sus pies. En el interior del palacio vemos a ese huevón con la mente entregada a su peculiar cuento de la lechera, hasta que echa de menos sus zapatos. Otra con un similar cuento, es la puta Flor. Le dice adiós a sus huidoras compañeras y se queda sola en el burdel, ensoñando tropas de americanos rubios, guapos y ricos, todos haciendo fila en la puerta de su picadero, dispuestos a pagar generosamente un agradable tiempo de amor. El amor platónico que nos has despertado la ideal y blanca inglesa, la que paga bien a su criada y adorna la cocina de su mansión con un inusual espejo, ha quedado atrás. La heroína y tangible Flor apaga el brillo fatuo de la inalcanzable británica, que no es, ni lo parece, lady Chatterley. 

No, no es miss Hamilton una lady Chatterley ni, mucho menos, una Mesalina. No la vemos abriendo su perfumado encanto a la naturaleza marina de Sebastián. Este no folla ni con la cocinera, orgullosa de servir en una casa con hermosos jardines y rectas ventanas, y que no quiere comprarle los sargos al pescador, peces vulgares e indignos de su aristocrática señora. Sebastián es la figura opuesta del don juan que veremos en la gesta. La puta Flor sí está más ligada a la sacrificada costurera de La gesta, más materialista esta en contrate con el idealismo de aquella.

Y aquí, por cambio de bobina, hago una nueva pausa y dejo al peninsular preocupado por sus zapatos de charol, a Flor poniendo un pañuelo de reclamo en su ventana, al general que estuvo en la reunión del ayuntamiento caminando hacia el castillo de San Cristóbal, a comandar a los cuatro lisiados que lo defienden, y a Sebastián asumiendo que su mujer, una araña negra, lo va a dejar solo, cerca del nicho que ha podido comprar para descansar en paz el día de mañana. 

viernes, 9 de mayo de 2025

puerto santo, 1

 Juan Royo, autor de Puerto Santo, me corrige un aspecto importante sobre (me atrevo a decirlo así) la etiología en la construcción de la obra:

--En 1898, perdida de guerra de Cuba, los Estados Unidos amenazaron con invadir Canarias. Eso fue real. En Las Palmas la gente oyó a Teror por miedo a ser bombardeados antes de la invasión. También está documentado. En Tenerife no fue tan notorio, pero se vivieron momentos de pánico. Así que Puerto Santo no fue pura imaginación.

Añade:

--La llamé Puerto Santo porque me dio que pudiesen decirme que lo que yo atribuía a Santa Cruz había sucedido en realidad en Las Palmas. 

Dice que su novela no es pura imaginación, sino solo a medias.

No hay, sin embargo --pienso--, solo una mediana sino importante imaginación, una ficción narrativa devora los componentes históricos, lo que ocurre también en Fulgor del barranco y La gesta. No así en Carnaval amargo, donde la historia real es la principal fuente en el esqueleto y los detalles de la obra.

El primer personaje, visualmente ridículo y narcisista categórico, es el peninsular.  Lo vemos desembarcando en el puerto y dirigiéndose pomposamente al palacio del marqués de Cartaya. Hay una conversación privada que no conocemos pero intuimos. A raíz de ese encuentro el marqués decide abandonar la ciudad en cuatro carros. Es el inicio de una gran escapada. La segunda la vemos en los ricos y colonizadores ingleses que todos los domingos acuden a la elegante iglesia anglicana, iglesia vallada para para que sus feligreses no sean presa de curiosidades ajenas. La aparición del pescador Sebastián, héroe de la trama, nos introduce en la interioridad de una casa habitada por ingleses.  Allí el pescador vende pescado, hechizado por la dama británica... encantado con el perfume que fluye de esa blanca mujer. En el ladio contrario, en la simbología y en la realidad, está la humilde casa del pescador, con una esposa a la que Sebastián no mira con buenos ojos. Esta mujer también decide huir y deja solo a su marido. Otros que huyen, cargando con las rotativas, son los del periódico de la ciudad, después de un editorial que canta, de cien años antes, las hazañas bélicas contra el almirante Nelson. 


miércoles, 7 de mayo de 2025

4 novelas

 Desembarco de regreso a La Maldad. El penúltimo rayo de sol alumbra la fachada del chozo, azul y verde. Juan me dejó en La Maldad y regresó a La Laguna, a su casa, a preparar la mochila para viajar al Médano en alfombra voladora y después volar a La Graciosa, a practicar caminatas, antes de embarcarse en el camino de Santiago. 

Mi error fue salir de casa con zapatos de boda, y non con tenis. El viaje de ida en el omnibus me dejó sensación de vértigo. El lugar elegido estaba marcado por el imperio de la valla. Una valla que quizá hubiesen ideado, en comandita, un sádico y un masoquista. La valla impide a los lagartos acceder a los pies de los comensales. Lagartos fuera. En una mesa de al lado se asentó el alemán como idioma dominante. A veces aparece una venus en el escenario, se deja ver y luego se aleja. La comida bien, el vino también. Hablé de cuatro estampas de Santa Cruz que tienen que ver con la literatura canaria. Las cuatro las ofrecen cuatro novelas de Juan Royo. Fulgor en el barranco y  Carnaval amargo por un lado, y Puerto Santo y La gesta por otro. En las de un lado un realismo estricto y en las de otro la animación de la fábula, un cherne que habla, en Puerto Santo, y una bestia que no habla, en La gesta. En estas dos, Santa Cruz está disfrazado con un carnaval grotesco. Y son dos novelas enfrentadas, en una domina la racionalidad pública y en la otra la valentía privada de la bestia que llegó del mar . En Puerto Santo todo el que puede huye a La Laguna, en La gesta la ciudad, mal que bien, es defendida de las amenazas de Nelson.. En Puerto Santo el autor inventa la historia, el argumento es totalmente imaginativo, ficción pura. En La gesta el esqueleto de la historia está extraído de una realidad histórica, lo que cambia el autor son las vísceras. Una novela --la de fuente irreal-- supura el amargor de la realidad y la otra la dulzura de un cuento de hadas contado por un místico, un Berceo narrando con clara prosa, acertada y sencilla, una de sus vidas de santos. En el caso de Juan Royo, fabricando un cuento de hadas. Una reconstrucción renovadora del cuento La Bella y La Bestia. Le bella de Royo está pescada, sospecho, del cuento La cenicienta. Y la bestia no es un rico potentado sino todo lo contrario. El ambiente del clásico La Bella y la Bestia es burgués y aristocrático, una aristocracia con poder y una burguesía necesitada. La bestia de Juan Royo el poder que tiene es salvaje, irreflexivo, instintivo; todo el rato vemos lo que hace pero nunca lo que piensa.  

La gesta, novela a repasar. La busco pero la que encuentro es la otra. La que comienza: "Mal iba la guerra en Cuba". Estamos a finales del siglo XIX. Puerto Santo está despoblada de hombres jóvenes, mandados a la guerra de Cuba. A Puerto Santo  arriba un personaje, un godo, un godo jediondo al que el narrador pinta con epítetos menos degradantes, epítetos que lo ponen como un zapato pero con elegancia lingüística.  

Ahora tengo que reponerme del vértigo que me ocasionó la carretera. Ida y vuelta. Una larga vida imaginando que podía encerrar en jaulas a los demás, a mi antojo. Ilusa fantasía. Ilusionismo kantiano. La realidad es que soy yo mismo el que está metido en la jaula. Todavía me queda un colmillo.      

lunes, 5 de mayo de 2025

más cosas

Si te quieres ir vete y si quieres venir vente. No hay más ciencia del movimiento en este mundo de gente. Jordi insiste mucho en que el arte lo hace sentir. Lo dice tanto que al final no te lo crees. Sentir con calor y pensar con sequedad son vasos comunicantes. El peligro es sentir con frialdad y tener el pensamiento húmedo. Mal clima para ser habitable. En fin, todos tenemos dentro las cuatro estaciones, unas se van y otras vienen. A mí me vino la concluyente, la del invierno. Sentimientos melancólicos y pensamientos estancados. Recuerdo con nostalgia el pulpo que comí con Ramón en Taganana. Ramón no apreció el sabor de aquel pulpo, su filosofía se ha quedado en el sonajero y no ha sido capaz de subir al campanario y, con el catalejo, mirar el dormitorio lejano donde Ana Ozores se desnuda antes de meterse en la cama y apagar la luz.

 Y ayer me vino también el sabor de la pella de gofio que Cristian me llevó al hospital cuando estuve allí metido. Me visitó ayer, alegría verlo. Esta vez no hubo pella.

 El exilio de las musas, que son las que se han ido a putear en otras mentes, más solventes y más primaverales, es la marca principal de este invierno mental y sentimental. Los bastos se marchitaron, los oros dejaron de brillar, las espadas se oxidaron y las copas se vaciaron. Fuerte panorama.

Casualmente veo una conferencia de Maestro y de su discípulo predilecto. Este último despotrica contra la teorías literarias de Javier Cercas, meras ocurrencias según él, frente al racionalismo inapelable del cierre categorial de Bueno que fructifica, en la literatura, en la teoría literaria de Maestro, autor hoy denostado por los popes de la Fundación Gustavo Bueno. Los buenos buenistas poniendo por los suelos al que pretende ser el continuador más acertado del maestro Bueno: Jesús G. Maestro. A continuación asisto a otra conferencia sobre la literatura, esta del mismísimo Javier Cercas, a quien desconozco totalmente. Este autor ofrece una cita de otro que, trasladada a la pintura, podría muy bien aplicar a lo que yo hago en los libros de arte: "El lector vampiro lee para sobrevivir. El lector vampiro, más que leer, apalea el libro, lo acuchilla, le arranca las entrañas, le chupa la sangre, le roba el alma. Esta atroz carnicería parece ser un espectáculo aterrador...".

Trasladado a la pintura que hago en los libros de arte, mis precedentes son, entre otros, Duchamp poniéndole un bigote a la Gioconda y, más categórico, la célebre restauradora que restauró un ya célebre ecce homo.


sábado, 3 de mayo de 2025

novelas ejemplares

 Hablo con  Marcelino. Rezamos el rosario a dúo. Yo no puedo ir a Tacoronte y él no puede venir a La Maldad. El que puede venir pero no va a venir es Ramón. Que yo lo hubiese puesto aquí de poco democrático, de necesidad de que a su mente se una el desapego, y si tiene que elegir al más feo, pues al más feo es al que hay que elegir y sacarlo a bailar. Seguramente en otro tiempo le fastidió que un ex admirado lo quisiese adoptar de bufón, como Crusoe a Viernes, algo así. A nadie le agrada que lo traten rebajándolo. La dialéctica Crusoe/Viernes o Byron/Polidoro.

De La gesta, el hilo que tengo más nublado en la cabeza es el que protagonizan los niños Ramón y Chito.

Podía darle el autor continuación a las andanzas de esos dos niños, el cojo y el sibarita, ya restablecida la paz en Santa Cruz, ya idos al mar la bella y la bestia. Con los cañones callados. Curiosidad por saber la relación con Hansel y Gretel en esas dos criaturas royescas. Más encajes de bolillos habría que hacer para emparentar La gesta con Fetasa.  Ramón es el héroe de Fetasa. Un héroe que cuando llega a su gloria, las Parcas le dicen que todo fue una equivocación y que tiene que volver al mundo real. El que seguramente volvió al mundo real fue el furriel (?) del 25 de julio cuando los ingleses se fueron y los franceses se llevaron el opio. De ser un recadero adiestrado, se hizo poeta; pero en vano, la bella costurera prefirió la poesía de la bestia. 

Otra cosa. Leo a Martín en su Café Arcadia de hoy, sobre un libro de uno que fue muy amigo de Borges: Primer cuaderno Borges (Roberto Alifano), y que hace que al crítico de Oviedo, al admirador de Borges, se le caiga el alma a los pies:

--Menos mal que yo no soporto a los negros ...

--Y de los negros de EE.UU. ¿usted que opina; Borges?

--No me gustan para nada. Son pendencieros. ... Viven en los guetos donde los blancos no pueden estar, en cambio los negros sí pueden entrar en los barrios blancos y los blancos tienen que respetarlos.

--Ahí disiento con usted, Borges. Recuerdo a un pobre negro que intentó entrar en un club nocturno y un grupo de blancos le pegaron una paliza.

--... Todos negros --dice Borges, y añade con una sonrisa--: Negros de mierda, por supuesto.

Parece mentira.




Ya estoy mejor de la rodilla, pero poco. Poco a poco.


viernes, 2 de mayo de 2025

2 de mayo

 Oigo hablar del trastorno de la conducta. Casi toda mi vida la he vivido trastornado. Cuando fui bibliotecario del Hogar Católico (un cuarto pequeño con un feo aparador con tres filas de libros. Ni los miré). Lo primero que hice, con el dinero del Hogar, fui a la librería de la calle 18 de Julio y compré un libro que elogiaba a Lutero. Me cesaron. Iba a contar lo de otro que hice para los anarquistas de Gijón, pero lo dejo para otro momento. 

Me tomo un ibuprofeno después de que milagrosamente la rodilla haya mejorado y temo que es peor.

Si algo sana por sí mismo no hay que acentuar el remedio. Puede que esto quiera decir que si una vela te alumbra no hay que buscar una bombilla. Se puede decir que sí, si quieres ver lo que la vela no alumbra. Se puede. Todo esto es un lío mental. La mente es un laberinto. Hay que volver a la tierra, a lo tangible, a los caminos conocidos: tu calle, tu entorno y tu gente. 

Mis calles han sido varias. Agradables unas, amorfas otras. La de ahora no está mal. Le falta un poco de calor. Comienza mayo. Con el calor me conformo. A veces la casa es un refugio y a veces una encerrona. Que mayo no me coja como al triste prisionero ni como al certero ballestero matando al pájaro. Hay que dejarlo vivir. Vida sin pájaros es mal sin remedio. El pájaro es lo primero que buscó la bestia de La gesta cuando accedió a Santa Cruz. Santa Cruz aún no ha querido asimilar esa novela donde la Historia se come a su hijo, el gran general. Ya hablaré más de La gesta, si el azar es favorable y los espiqueros del Sur invitan por fin a Juan a una charla histórica en el cuartel de Almeyda.

De otro episodio distinto me habla Ramón. El de Hernán Cortés y la Melinche. Dice que los mexicanos consideran a la india una traidora a su pueblo. No sé a qué pueblo se refiere, si a los naturales aliados con el español o a los incas que se enfrentaron al conquistador y a las tribus que se unieron a Hernán Cortés. Veo un reportaje sobre el caso. La esclava que se convirtió en mujer principal, la mata hari de Hernán Cortés. Como Rasputín en Rusia.

 El emperador Maximiliano quiso hacerse principal, pero Juárez no lo consideró necesario, y las lágrimas de Carlota fueron vanas en Roma y en París.

Y lo dejo aquí. 

jueves, 1 de mayo de 2025

guerras

 Me  cuenta que en el cuartel de Almeyda va a haber unas charlas históricas sobre algunas guerras, entre ellas las del Sáhara. Sobre esta le digo que puede invitar a...

--¿Ese? Ese que vaya de público, si quiere.

Bueno, el público por lo menos no está vetado. Público libre, pueblo ilustrado.

Tengo periódicos viejos en una gaveta. La curiosidad bélica me lleva a hojearlos. Sí, hay noticias sobre algunas guerras. Una que quizá, recompuesta, podría haber estado en Un americano tranquilo:

"Una bella survietnamita sacó de su bolso una pistola y disparó contra un jefe de policía. Se dio a la fuga después de despejar el camino tirando una bomba de mano."

No llevaba maquillaje alguno sobre su cara. Vestía de azul y negro, cortado a lo largo de las piernas. Fue en una villa a treinta millas de Saigón. Por la manera de comportarse, parecía una chica de vida fácil, fruto de una prolongada situación bélica. Sacó una pistola del bolso y disparó. El policía expiró en el acto con un vaso de cerveza entre las manos. Ella huyó y la persiguieron. Ella sacó una bomba de su bolso y detuvo a sus perseguidores. Parecía una gacela corriendo. Alcanzó el río y subió a una barca donde la esperaban guerrilleros comunistas.

Noticia publicada en El Día el 8 de noviembre de 1966.


miércoles, 30 de abril de 2025

  Me desperté con un sueño en que yo dibujaba al papa ideal, al papa de Roma. 

Recordé Ensalada de canónigos. Dos cuentos de los que uno podría estar en Injertos.  

Berto me manda un vídeo con Sita bailando en el centro de un corro de libélulas. Un espejismo volante rodeando el realismo categórico. Berto me habló de los libros de Juan. Quieren invitarlo a un espique.  No ha leído aún La gesta, pero recuerda que Eduardo no la cantó demasiado alto. Me dice que le gustó Puerto Santo, pero que el cherne tenía que haber seguido hablando. Si le gustó del todo Mejor cuando improvisas.  

Me vienen a buscar. Sin silla. Está la cosa media descontrolada, me dice el de la ambulancia. Menos mal que la rodilla se mejoró bastante y bastó con el bastón para ir caminando hasta la salida de la calle. En La Candelaria espero tres horas. Alegre espera y buena hambre. Al final se dan cuenta que no estoy registrado para la visita. Me registran y me pasan a la camilla. Me auscultan. Me veo por dentro en la pantalla. Eso soy yo. No espero que me regrese la ambulancia. Pido un taxi. Vuelvo a tener capacidad andante. Gracias a Dios.

Me recibe cantando uno de los mirlos que tienen el nido en el pitanguero de Nicolás.


lunes, 28 de abril de 2025

 Paso de contar sueños, pesadillas y malas noches. El viernes subí dos muletas que tenía en el patio al cuartito de lavadora. El sábado amanezco con la rodilla hinchada, imposibilitado para caminar. Qué película más graciosa. 

Veo la entrevista que me manda Javier Hernández, esta vez a Juan Cruz. Entrevista con azúcar o sacarina. Me acuerdo de la novela El delator. En un párrafo que dedicó Juan Cruz en su libro sobre Pérez Minik, hay un párrafo en que un anarquista rechaza el saludo de Minik. El autor sospecha que fue por cosas que hubo en la guerra. Problemas que no se explican y que conducen a potenciar las sospechas de El delator. De esto no se habló nada en la entrevista. 

Me he quedado mentalmente vacío. Ya he detenido cualquier trabajo en la obra inédita. Le pedí a Pepe un prólogo para una de esas obras, pero ahora pienso que tal vez no lo quiera hacer. Y me parecería bien. Ya no tengo ánimos para nada.  

viernes, 25 de abril de 2025

meditaciones novelescas

 Inicio a ver el corto de Hitchcock Odio fraternal. Ese odio es el nudo principal de Vertical blues. La novela hace directa referencia  al emperador Maximiliano, tiene resonancias en esa novela. Su hermano lo obligó, al aceptar ser emperador de México, a renunciar al trono del imperio austriaco. En la historia de España son conocidos varios enfrentamientos entre hermanos hijos de reyes, pero hasta ahora no he usado ninguno. Lo de Juan Carlos matando involuntariamente a su hermano, si lo uso hay que ponerle vaselina. Vaselina con hiel. Trasladarlo al primer crimen de la humanidad, según la Biblia. También sé que en la literatura universal hay respetables versiones de ese familiar crimen, pero aún no las conozco. En la historia reciente de San Andrés también hay un crimen fraternal, el motivo cuadra exactamente con el de la novela. Las semillas del crimen son de la misma especie. Este suceso no lo añadí a la novela. Las supersticiones, y yo las tengo, son los más convincentes censores.

La peli de Hitchcock empieza con unos estudiantes celebrando sus orgías. Un frasco con las cenizas de una muerta en una llamada casa del laberinto, en manos curiosas de la que será nueva visitante a esa casa, visita voluntariamente aceptada, un mujer Teseo en esa historia. Muchos rayos y truenos. Substancioso el thriller pero no le veo ningún acoplamiento con la novela. Extraordiaria la casa del laberinto, un piso te conduce por un tubo al piso de abajo y así sucesivamente, y cada nuevo piso es más inquietante que el anterior. Me acuerdo de otro corto del rey del suspense que sí tiene más relación con Vertical: es de un hermano que se hace la cirugía estética para parecerse al otro y así poder matarlo tranquilamente y hacerse pasar por él, es decir, hacerse rico y poderoso. En Vertical ocurre también esa transformación pero sin una estética argumental seria. La transformación de un hermano que se convierte en el otro ocurre de un modo inverosímil y algo chabacano. Y así tiene que ser. Muchos cuentos de las mil y una noches son inverosímiles y chabacanos. De ahí viene su apego, como pasa también con las historietas de Condorito. Humor caribeño, de tígueres acechando presas, siempre bellas y bien formadas.

 Del libro de la noches recuerdo ahora el relato del moro califa y el moro pordiosero. Dos moros parecidos uno con el otro como dos gotas de agua. Tengo que volver a leerlo. A ver si lo encuentro.


jueves, 24 de abril de 2025

 Procuro adaptarme con toda el alma a mi deteriorada carrocería, mis positrones procuran aceptable coordinación con los electrones. (Estoy leyendo un cuento de Asimov.)

En uno de los párrafos un personaje alude a la posibilidad de coger la mente de alguien y ponerla en el cerebro de otra persona. "No le gustaría a usted que cogieran la suya y la trasladaran al cuerpo de un joven atlético". 

El cuento señala la importancia del sentido de la intimidad. La intimidad yo la veo bajo la tierra, dominada por las raíces de las plantas y los bichos subterráneos. A veces sale a la superficie. En la novela de Dr. R. el episodio de la cucaracha rociada con Chanel puede ser un símbolo, entre otros, de la destreza política. Pedro Sánchez podría ser el personaje, todas las cucarachas cazadas por los jueces enemigos son dejadas a su destino pero las que permanecen con él las rocía con Chanel. A veces no puedo evitar, el cielo me perdone, ver a una cucaracha en la figura parlante de la ministra Moreno. Ella es la dominadora de la ínsula. Menos importante en el Gobierno es la señora Díaz, errejonada por un lado y próxima al papa Francisco por el otro. Cuento de cucarachas con Chanel en el velatorio de Roma. Yo observo a las salvajes y reales cucarachas que tengo en casa, de día no se ven pero salen de noche. Las pequeñas me despiertan afecto y las grandes me producen rechazo. Una de las grandes suele subirse al pollo de noche. Doy un golpe para asustarla y se esconde detrás de la bolsa de gofio o bajo el plato por lavar en el fregadero. Hay otra, menos molesta, que se pasea por el piso. A esta la espanto y se esconde bajo la cocinilla. No son plaga y eliminan bichos malos. Esta es la razón científica de dejarlas que hagan su vida. La razón mágica --que no me oiga el Maestro- es que la cucaracha es uno de los animales protegidos de Yemayá. 

"La risa es la mejor arma contra la muerte", dice Rosario Ferré en youtube.

 "El material del arte es el desperdicio", dice el tarotista Jodorowsky en otro youtube, y cuenta la anécdota de la bailarina que, en un lugar de París, se desvestía de su uniforme nazi, y ya desnuda, resplandecía una cruz gamada en su coño alemán. Cuenta el Jodorowsky. Dice que la cultua es una cretinada. Y tiene razón, darle valor especial a la cultura es como dárselo a las cucarachas, aunque sean animales preferidos de Yemayá.

A la bailarina tengo que llevarla a Vertical blues. Alli pega como anillo al dedo. En un episodio un nazi lleva a su casa particular a los héroes de la novela y les enseña fotos de su mujer, fotos pornográficas bien encuadradas. El héroe principal, en su vida de niño, conoce a un alemán, cliente de su madre, que de una manera esotérica anuncia el nazismo operativo en el tiempo de esa historia.  

miércoles, 23 de abril de 2025

 Ahora me identifico con Condorito. Geniales viñetas. Ajeno al afán castrador, Condorito es un ejemplo ejemplar de la sexualidad auxiliadora. Entre los aspirantes a Papa hay uno que defiende el casorio de los curas; yo votaría por éste si ahora estuviese en Roma con el título de cardenal. Erase una vez en que los curas tenían derecho a la barraganía. Decidieron en no sé qué Concilio la castidad porque (teoría oída) la barragana que enviudaba se quedaba con la casa del cura.

Otro asunto, el de la colonización española, lo hablo con Ramón. Él, más que en la diferencia entre colonización generadora frente a la depredadora, señaló un antes y un después de Darwin. Si no entendí mal. Conciliadora antes y racista después, si no entendí mal. No me dio tiempo de preguntarle sobre el intento de colonización francesa en México, con el emperador Maximiliano.

Con Berto hablo de la cruz de San Andrés y su significado político, en relación con el espique sobre la hispanidad. Él acudió, fue prudente y no abrió la boca por culpa de la cruz de San Andrés, símobolo de los convocados a la mesa. Recordó la novela plagiada de Cela que ganó El Planeta. Yo leí en su tiempo esa novela, pero me pareció mala y ya no me acuerdo de nada. No me parece que tuviera que ver con el uso político de esa cruz; sí tal vez con el dicho gallego de que si no vas de vivo a San Andrés, irás de muerto. Me interesa la cosa por pura sentimentalidad, por cosas de la infancia en el pueblo de San Andrés. En fin, múltiples curiosidades, crucigramas sin resolver.

Me avisa Eduardo para la presentación de su libro esta tarde en el Museo de la Ciencia. Me disculpo. No se me arregla subir. 

lunes, 21 de abril de 2025

variedades

 Me retiro de la escritura pública, por ahora, (léase fb, a la única a la que tengo en este tiempo acceso público) pero también a la escritura privada (Vertical blues, Injertos y una nueva versión de la novela de Agosta). Injertos está ahora en manos, con ruego de un prólogo, de Dr. R., un autor que reinventó la estructura de la novela (Cucarachas con chanel), como hizo Cervantes en su día y Rulfo en su momento, y también, según el vigoroso Jesús G. Maestro, García Márquez. Hoy Maestro estrena en youtube su visión de Mario Vargas Llosa. Dice que es un buen novelista, incluso excelente, pero no es un genio, como fueron Cervantes, Rulfo y García Márquez... 

En cuanto a estilo, en la literatura canariavasca, mestizaje nada reprochable, el autor a señalar como cambista, como autor genial, no simplemente excelente, es el exabogado Nokia, el amigo de... bueno... borrar al borrado es diente por diente. La no identidad es la entidad suprema. No nombrar a quien te borra es prudencia espartana. Me acuerdo cuando un examigo ilustrado ponía por las nubes a otro autor con el que yo no he podido lidiar a gusto, no le pude hincar el diente. El ilustrado, más tarde, se desembarcó de los elogios y confesó que in illo tempore lo había maravillado aquel autor porque leyó tres páginas de su novela y no entendió nada. No entender nada es entenderlo todo, supongo que diría Sócrates, en las nubes, cavilando tonterías. 

El que me tiene borrado también es Berto. Pero este, con amistad infatigable y perdurable. No me llama. Yo tampoco lo llamo. Ramón otro, comunicación vía wasap. Valioso lo de los Espiques de Los Cristianos. Jordi estuvo en uno sobre Arte y volvió a su museo Abandonado en Los Realejos con poco entusiasmo. Luego decidió borrar de su muro en fb. lo que escribió. Contaba la historia con el alma del que va a una fiesta y no encuentra ninguna fiesta. Gregorio Samsa en Los Cristianos, podría haberse titulado. Borró el relato. Me maravilló su relato borrado. Vi (que no me oiga Gustavo Bueno, inquisidor de visionarios) vi que después de más de lo mismo se abre el telón y comienza la fiesta. No sé si esa fiesta la hubo en el más reciente Espique, el dedicado a la Hispanidad. Ramón me invitó (si me invitan me tienen que recoger, porque yo solo, sin recogedor, sólo voy al carrito de Vicenta y, menos a menudo, al Komo Komo). Hoy me recogieron y me llevaron a la médico principal. Ya llevo conocidas tres reumatólogas, de las tres me he enamorado. La primera era una sargenta de Valladolid. Muchas visitas. Soberbia mujer. "O haces lo que yo te digo o te vas al carajo", me decía, me ordenaba, pero con un habla más expositiva, más de Valladolid, y yo obedecía encantado. Fue quien me habló del Fairy, una vez ya enamorada y dándome buenos consejos. Fairy, remedio Rasputín. Hoy se lo conté a la nueva doctora y me miró como si estuviese oyendo al licenciado Vidriera. Le dije quién me dijo eso y puso cara de asombro. La vi una mujer eficaz. Todo al grano y sin consejos ni órdenes. Le digo que fumo 15 cigarrillos y sin decir nada me lo dice todo. Esa mujer me habló con el cuerpo. Tengo que fumar menos.  A ver.        

domingo, 20 de abril de 2025

realidad

 El sueño a veces vaticina la realidad, a su manera. Ayer por la tarde abro un corto que habla de Sagitario, curiosidad por saber cómo me va a ir en el amor estancado, el dinero y la salud. La salud la tenía como Cristo en el calvario, el cuerpo y peor el alma, por los suelos. Con el dinero, gracias a Dios, no hago quejas, tengo para comer y para comprarme un jugo de membrillo, esperando esa exquisita comilona que me ha prometido Juan gracias a los elogios que hago a su obra. No todos los elogios son tan falsos como los de Rufián el catalán criticando a los parlamentarios que cobran buenos sueldos y no defienden a los pobres. El amor, en fase prolongada de ayuno, es más preocupante. Medito oyendo lo que una bruja de muchas cartas dice mirando varios Tarot, todos menos el auténtico, el de Marsella. Cuando la bruja va a hablar del amor, el ordenador se para en seco, el ratón no se mueve y se pone a meter un ruido desagradable. No hay manera de apagarlo, de detenerlo. Lo llevo al patio, desenchufado, para que a lo largo de la noche se le descargue la batería y se apague solo. Lo llevo a donde apenas lo oigo si me acuesto a dormir. En esto llega Ayara, la que saca al podenco Rafael esta semana alojado en casa. Saca a Rafael y vuelve. Le digo lo del ordenador, el ruido delata su avería. Al final, espabilada juventud, la muchacha logra apagarlo. Menos mal. Por la mañana, hoy, lo enciendo otra vez y funciona normal, como si no le hubiera pasado nada. Se abre ese callejón. Sigo andando. Pantalla libre. Carretera abierta.

sábado, 19 de abril de 2025

otro sueño

 Me levanto temprano, antes de amanecer, ágil como un mandril. Ma visto normal, cojeo hasta el carrito de Vicenta, compro el tabaco, un rosquete lagunero y cocacola sabor original. Vuelvo a casa, por el trayecto de las tres escaleras que tiene la calle; siempre me acuerdo de T cuando paso justo por la que está más arriba, la escalera doblada (las otras dos son rectas) y llego a casa. Abro, veo un par de youtube y fumo un par de cigarrillos. Me derroto y me acuesto. Sueño con una doblez inaudita. A veces soy un personaje, a veces otro y otras veces un testigo omnisciente. Una dama de buen ver me lleva en su coche, tipo cucaracha, de dos plazas, a un recinto elevado. Voy en cholas, me cuesta subir la escalera, pegada a una pared. En lo alto no hay ñaca ñaca sino tertulia. Allí un famoso crítico literario nos recibe. No me acuerdo de que hablamos. Creo que de los viejos cortos de Hitchcock en la televisión. "Está muy bien ser un genio como yo, que ha hecho grandes películas, pero también tengo que comer y me veo obligado a hacer estas basuritas que tanto os entretiene, al servicio de un productor que parece que no rompe un plato pero es un gran delincuente". Comenté con el críttico esa frase, más o menos, del cineasta. Lo demás no me acuerdo. La dama está dándose el lote con otro pero me hace señales de que me prefiere a mí. Yo contento, soy el escogido. O soy la dama, matando al bobo y eligiendo al más guapo. El crítico no sé que hace; desaparece, se escabulle. Bajamos la escalera la dama y yo y nos subimos en su coche. Me dice que conduzca yo. De pronto, en plena marcha, percibo que del coche han desaparecido los mandos de los pies, el freno, el acelerador y el embrague.. Entro en la ciudad conduciendo a ciegas pero por suerte no hay ningún percance. Le grito a unos transeuntes, pasando por una avenida rente al mar, que paren el coche. Lo hacen, a la fuerza bruta. La dama se pone al volante. Esta vez con acelerador y freno en su sitio, y yo al lado. Aliviado, contento de que sea ella la que maneje. Es su coche cucaracha y lo conoce. Me habla de que pronto hará un viaje a Nápoles. me habla maravillas de Nápoles. Llegamos a un calle toda en obra, con zanjas abiertas. En la puerta, de cristal, de un edificio, nos espera el marido. Un chino calvo y cabreado. Sabe artes marciales y tiene instrumentos de ataque. Estoy perdido. Eludo los primeros golpes pero sé que estoy perdido. No sé cómo, alguien me ayuda, una aparición angelical, y le da con una piedra en la cabeza al temible chino. Lo deja tumbado en el suelo. La dama llama a la policía, pide ayuda porque han matado a su marido. Salgo por patas. Más tranquilo, deambulo por la ciudad intentando encontrar mi casa. La ciudad es totalmente desconocida. No mee oriento y pido ayuda. Alguien me indica que tengo que ir por tal sitio, y ese sitio me lleva a una comisaría subterránea. Me detienen porque sospechan que yo soy el asesino. Les pido que me dejen hacer una llamada de teléfono. De pronto una poli deduce que yo vivo en Gijón y me dejan libre. Me sueltan en un callejón sin salida. Otra vez perdido. Despierto. Rafael el podenco me titó de la mesita al suelo varias cosas que estoy dibujando. Esto ya es la realidad. El sueño quedó atrás. Me caliento un café y enciendo un cigarrillo. 

miércoles, 16 de abril de 2025

 --Lo que quiero es comer y saborear su membrillo, señora.

Me da vueltas en la cabeza esta frase no dicha. No diré el nombre de la señora, señora sin nombre. Lo de membrillo está en El licenciado vidriera. La enamorada le da a comer su membrillo y el hombre se vuelve loco. El contenido del membrillo le desbarató el alma. No le gustó nada. 

En fb, una amiga me recomienda que lea La tía Julia y el escribidor. En la pantalla, en youtube, me entero del argumento y de fragmentos de esa novela. Tiene una estructura semejante a El negro. Interesante coincidencia.  

lunes, 14 de abril de 2025

Hitchcock

 Me entretengo viendo cortos de Hitchcock. El último me encantó especialmente. Es de una vieja madre que le dice a su hija que deje de estudiar tanto y que vaya unos días al pueblo de una amiga a divertirse. Cuando la señora está sola, la visita un agente de policía. Le dice que su hija ha estado carteándose con un delincuente muy peligroso que se ha escapado de la cárcel. El policía sale de la escena y entra el ladrón, en la casa de la solitaria mujer. Pistola en mano. Larga conversación de lo mucho que ama a su hija y la mujer lo consuela, le acaricia los brazos, le pasa una mano por el hombro. Soy yo el ladrón y me olvido de la hija y me acuesto con la madre. Mujer atractiva y peculiar. El ladrón enamorado ve una foto de la hija con otro joven y se pone diabólicamente celoso. La vieja atractiva logra quitarle la pistola y lo amenaza. Él se pone bobo y ella dispara, una herida en un costado, nada mortal. El tío cae al suelo y la policía acude en masa. Lo devolverán a la cárcel. Pasa el tiempo. La hija le dice a la madre que se va a dar un baño a la playa. La mujer mayor escribe una carta. Una carta de amor al ladrón, otra más, convenientemente perfumada. Hitchcock se disculpa de que en esta pequeña película no haya habido ningún crimen.

domingo, 13 de abril de 2025

la viuda negra

 Las viudas negras. Podía ser el título de una novela. Me acuerdo de Ramón cuando le hizo una foto a esa araña vagabundeando por la pared desconchada de un, en otro tiempo, noble edificio, en la calle El Clavel, paralela a la Nokia ahora frecuentada por un autor canario-alemán, mezcla de Cervantes y Goethe, tal la novela suya que se titula La gesta. Días de cañonazos en Santa Cruz. Empezando por dos niños, un cojo y un intelectual, y terminando con un donjuán tirándole los tejos a la señora y atractiva Muerte. La figura de este don Juan no es de la egregia fábrica de Tirso de Molina ni de la romántica farsa de Zorrilla. Este don Juan no engaña ni se burla. Es un poco moroso pero no es culpable de más nada. La santa Muerte no le quita la polla tiesa sino que se la aviva. Y en medio de esa gesta, el amor más auténtico que se puede dar en este mundo, el de una sensible bestia que salió del mar y una costurera. Y un furriel enamorado,   desgraciado en amores que por lo menos, gracias al opio, logra ser poeta. Es el personaje más real en esa novela fabricada sobre un esqueleto histórico. 

Ramón perdió la foto de la viuda negra. Mala suerte. La mejor foto que hizo en su carrera de fotógrafo. Me la trajo a la memoria el caso del poeta García Montero y Susana Rivera, la viuda del poeta Ángel González. Aquí hay pollo. Quien está al tanto lo sabe. La historia tiene enredos misteriosos. Yo imagino, la imaginación es libre, una misteriosa relación con otro caso, menos mediático, el caso del hermano y la musulmana.  

miércoles, 9 de abril de 2025

 La polla ya no acude a la trinchera,

no puede penetrar, como piedra de catapulta,

la fortaleza asediada.

No son despiadados los dioses,

aún puedo acariciar 

y ponerme de rodillas y posar los labios

en el cubil de la paloma.


Eso si el cuerpo no está desabrido

o se ha excedido en digerir la sal,

convertido en estatua, con la mirada

en la ciudad lejana.


Viene la tormenta, hay que guarecerse.

martes, 8 de abril de 2025

 Hablo con Ramón. Me dice que el próximo espique va a ser sobre la hispanidad y la leyenda negra. Le digo, sobre esa etapa histórica, lo que le oí al ya viral Maestro: La colonización española fue generadora y la inglesa fue depredadora. Me invita a ir a Los Cristianos y ver a Berto y que me cuente todos sus achaques y destrozos e ir yo preparado, haciendo poemas --como quiere Ramallo-- con los prospectos de las pastillas que me mandaron los médicos. Exceso de médicos tengo: reumatóloga, cardiólogos, neumatólogo. Me falta una psiquiatra que sepa pasar de las palabras a los hechos. Platos exquisitos pruebo de vez en cuando. Los amigos ven mi necesidad sibarita y me atienden bien. Mis amigas en unos casos sí y en otros no. La única que me visita en Nguyen. A veces hablamos del hermano del judío marroquí. De Angel poco ultimamente. Y también de Juan. Creo que admira a Juan incluso más allá de su admirable literatura.

Hablando de literatura. oigo a Maestro escachar con un zapato el discurso de Cercas en la Academia. En criterio de Maestro, es un discurso de mono. Por Martín supe que el tal Cerca le hizo un libro al Papa. En fin, el lejano Cerca se me acerca, pero todavía sin mucho sabor. Sabor a hamburguesa. Más curiosidad tengo por Rasputín. Lo relaciono con Maximiliano, figuras contrapuestas. Ambos fueron matados, uno de una manera estatal y otro de una manera bestial.     

domingo, 30 de marzo de 2025

Un sueño

 Que recuerde empezó en una librería muy elegante, en La Cuesta, y yo sin achaques y con todos los dientes al completo Fuerte y flexible. Mientras miraba Belén los libros, yo con el cuerpo entero y brioso coordiné con la librera mayor (mujer estilizada, madura y atractiva) un romance superficial pero, por lo que sea, sentí que la librera, muy feminista, podía molestarse y puse cierta distancia. Belén, entre que hojeaba los libros, me propuso que la acompañara a ver una peli en el cine pero antes teníamos que pasar por mi casa y yo darme un baño y cambiarme de ropa. Antes de salir de la librería, la librera mayor me comprometió a que yo la cargara al hombro y acompañarnos. ¿Qué podía hacer? Cargarla al hombro y que nos acompañara. En un momento dado Belén se perdió de vista y yo me extravié, con la elegante mujer librera sobre mis hombros, que no pesaba nada, era una mujer liviana y elegante. A la altura de Vistabella me extravié y me metí, con la librera elegante al hombro, por un camino equivocado. Cuando volví a ver a Belén,  ella estaba en la orilla contraria de un río. La única manera de alcanzarla era cruzar el río. La librera no sabía nadar. Tuve que alzarla lo más alto posible y me metí en las aguas y crucé el río. En la otra orilla estaba Belén con otra gente, entre ellas Ramallo. Era gente amiga. Pero peligrosa. Pertenecía a una banda de criminales. La librera desapareció del sueño. Luego me metí con R y B en un barrio elegante, de casas ajardinadas y lujosas (recuerdo una con verde claro y otra con azul encendido). El entramado urbanístico terminaba en un borde de un barranco seco, con pronunciada y prolongada caída. Apareció por allí un tío mal encarado, de una banda criminal contraria, que casi estuvo a punto de matar a Ramallo. Logré salvarlo. Tuve que matar al sujeto agresor y tirarlo al fondo del barranco. Y junto con B y R volvimos sobre nuestros pasos, y fuimos amparados, de otros nuevos agresores, por los criminales aliados; logramos salir de aquel laberinto. De la librera no supimos más. Desperté antes de llegar a casa, y de bañarme y cambiarme de ropa.



sábado, 29 de marzo de 2025

noticias

 Ayer murió Ibrahim. Hoy fue el funeral. Dios lo tenga en su gloria. Desde que cerró el bar, quedó bastante tocada la animación del barrio, y él mismo se desanimó. Sin su dominio fue cayendo poco a poco, hasta que cayó del todo. En este tiempo, también se fueron Juanjo, el picoleto afable y generoso que muchas veces me invitó a su casa a tomar un piscolabis o íbamos por ahí a pillar tierras raras. Y también Luis, el que quiso hacer de los jardines de la calle un ejemplo mundial de jardinería elevada. También Teresita, que venía por mi casa, a pesar de estar mal visto que una mujer entre donde vive un hombre solo. El barrio se ha ido deshojando con una frecuencia sin pausa. Y se fue Hilario, el amigo que me arreglaba deterioros del hogar a un precio de amigo. Y más gente. La vecina que a veces me llamaba para regalarme unas manzanas. Etc.

En lo literario, sigo trabajando con una conciencia de fracaso que, si lo pienso bien, me dan ganas de dejarlo y que todo se lo lleve la trampa. Injertos se lo di a Pepe para que hiciese un prólogo. Hacer un prólogo cuando no tienes editor que le dé luz a la obra, es una insensatez. A Juan le propuse mandarle por correo Vertical blues, con el mismo propósito, hacer un prólogo. El hombre pone los números y Dios saca las cuentas. Eduardo me llamó por si yo quería tener un libro de Roger que encontró y quiere regalármelo porque está dedicado especialmente a mí. Le propuse a Ramón quedar para verlo y comer con él. Pero debe de estar muy ocupado con los espiques del Sur. Se comprende.

En esta primavera dejé de pensar cómo hacer posible los deseos del invierno. El idealismo no conduce a nada.

sábado, 22 de marzo de 2025

Viaje

Hoy me levanté pensando en el más célebre poema de Kavafis. El Magíster (Jesús Maestro)  lo deplora. No me acuerdo por qué. Quizá porque presenta el camino de la vida como si todo el monte fuera orégano. Mi camino a Itaca lo puedo resumir en las veces que subo al carrito de Vicenta a comprar cigarros. Normalmente tengo  pocas ganas. Hoy me lo quise tomar como si recorriese ese camino a Itaca. La primera alegría fue cruzarme con una mujer que barría, sonriente, frente a su casa, blanca, con paredes exteriores que parecen de mármol. El número 44. Tengo un vago recuerdo de ese número. Me remonto a la plaza de San Miguel, en Gijón. Frente al portal del edificio donde tenía su estudio Alberto Amez, de pintura.

De Licenciado Vidriera y de Avellaneda hablamos Juan y un servidor en el viaje a Santa Úrsula. Rumbo a la guarida de Zoroastro. Comida persa. Cordero prodigioso, berenjenas extraordinarias, buen vino. Juan es dado a los ejercicios espirituales. Le pregunté por Santa Úrsula. Nada sabe. Yo tampoco. La busco en la pantalla.

Unos dicen que fue una doncella cristiana y otros que fue hija de un rey, martirizada en Colonia con otras jóvenes y relacionada con el rey de los hunos, Atilas. Ursula quiere ser virgen y se hace cristiana. Es pretendida por un príncipe y la condición es que la deje hacer un viaje a Roma. La acompañan diez vírgenes (un mal copista las convirtió en once mil vírgenes, cosa que me recuerda las Once mil vergas de Apolinaire, cosa que también hay que buscar). En Roma la recibe y la bendijo el papa Silicio. Al regresar a Alemania, es atacada por los hunos en Colonia y Atila se enamora de ella.  Pero junto con las otras jóvenes se negaron a que los bárbaros les comieran el membrillo. Supongo que se los comieron antes de matarlas. Hay más cosas en su historia. Su día es el 21 de octubre y en algunos lugares es conocida como la santa del sombrero.

De la guarida de Zoroatro, pasamos a un café en la Casa del Vino. Regalo de Juan, un licor de higos de Fasnia. La botella se va acercando a la mitad.

lunes, 17 de marzo de 2025

varios

 Convertir el movimiento woke en ideología de izquierdas ha sido el arte de birlibirloque de una de las ramas del Capitalismo. La realidad ha sido sindicatos comprados y medios de comunicación. Chiste para El Jueves.

Nguyen sacó varios libritos, tiradas casi para regalar unos pocos y vender otros pocos. El más interesante es uno que cuenta parte de su vida. Su comunión con la belleza de la naturaleza es extraordinaria. Sus historias reflejan los patakíes de la religión yoruba.

De esas historias procedentes de Africa y arraigadas en Brasil, Cuba... la que más me importa, por motivos literarios, mueve la acción en Vertical blues, es la violación de Oggún a su madre. En el patakí, él es el primero que se arrepiente, y abandona su trabajo y se esconde en la selva. Oggún es el orisha que abre los caminos. Sin él, los caminos se cerraban. Le rogaron que volviera. Tuvo amores fuertes con Oyá, la diosa de la guerra y el baile, hasta que Oyá, harta del trabajador Oggún, se fue con Changó, pero esto es otra historia.

Vi cómo lo pusieron a caer de un burro los filósofos de la Fundación Gustavo Bueno, a Jesús G. Maestro. El mejor discípulo, a mi ver, que tiene Gustavo Bueno. Los otros buenistas le tiraron piedras, drones explosivos. Baratura. Entre otras cosas, lo atacaron por su interpretación del mito de Narciso. Narciso es el enamorado de ssí mismo, le objetaron. Le dieron explosivos a Maestro. Acabo de oírle decir, en una charla sobre un poema de Miguel Hernández, que también hay un narcisismo gremial, el que origina las religiones, las filosofías, las ideologías y los libros de autoayuda, y va el hombre y escribe el mejor libro de autoayuda que se ha escrito en este siglo: Una filosofía para sobrevivir en el siglo XXI. Tiene más cinismo que Cervantes. Lo que Maestro no aguanta es el cinismo de Borges, un cinismo de engañabobos. Es el mejor comentarista de la literatura de Borges que conozco.   

 

domingo, 9 de marzo de 2025

 Siguen los amigos y los ex amigos averiados. No doy nombres. Sospecho que esta primavera hará su limpieza en nosotros e iremos a comer, sabiendo que la Letra yoruba aconseja no alimentarse de cochino negro.  Habrá que guardar los cochinos en el goro hasta el año que viene, año Caballo de Fuego. La Serpiente anima a la cautela y al cambio de piel. Celebremos la llegada del calor como la rata de agua y el topo en la novela inglesa (la literatura anglosajona también tiene sus aciertos) El viento en los sauces. Yo sigo mis letras. Afino un poco más los injertos, malas hiervas y otras vegetaciones (tradicional literatura pornográfica), sé que el Viejo sabrá regar ese jardín. 

martes, 4 de marzo de 2025

8 _ 1

 8 poemas. Invitación, Ana María Beltrán

1

Si no sabes ganar una pelea

no te metas en camisas,

no digas nada si no tienes dientes

para morder la presa,

sí, ya sé que es grande el deseo, 

incluso te veo cara de enamorado,

cara de feroz cuando sueñas

que la encuentras en el aire,

en la tierra y en el mar, y te canta de corrido

abrázame esta noche hasta el amanecer,

pero despierta, no vas a ganar este combate,

el amor es más complicado que la guerra.

domingo, 2 de marzo de 2025

Pepe

 Viene Pepe a la calle del Tanque. Trae cardo verde. Y Mencey del Norte. Le doy los injertos y él hará la cosecha. Hablamos de Jordi y su arte abandonado, recogido en su guarida, en Los Realejos, en la tierra del guanche con la cuca al aire. Un guanche que no se tira al vacío sino que se lanza a lo alto y vuela sobre nosotros. Hablamos de Ramón. El texto de Berto pendiente en el mural de los espiques, la literatura de Alberto Linares, el barandal del paraíso y una rumba. Se lleva con él el libro de relatos de Nguyen. Hablamos del teatro del mundo. Con el libro de mi amiga va también mi infancia. San Andrés de baños en el muellito, pedradas en el barranco, hogueras en San Juan... El viejo regresa a la infancia. Las coplas en la plazoleta, la ropa tendida en las piedras del barranco... San Andrés que se perdió en la historia pero sigue viviendo en la leyenda.

sábado, 1 de marzo de 2025

 La letra del año de la santería cubana se está cumpliendo, por lo menos en parte. Afecta a mis amigos. Habla de que hay que cuidarse de las enfermedades, o sea, que vamos a estar malos y recuperarse es la única solución. Yo ya vengo malo, en trilogía con Berto y Marcelino. La entrada en la vejez nos cogió con el pie cambiado. Se acostumbra uno a estar como está. Las novedades son otros amigos. Juan se puso malo y no pude ir a comer. No sé si ya estará mejor. Jose iba a venir por casa y no pudo ser porque también cayó en la bancarrota de la salud. A mi vecino Nicolás lo llevaron al hospital. Volvió raquítico, pero gracias a dios ya se está recuperando. De Anghel no digo nada. Desaparecido en combate. De mi familia isleña poco sé. La última hazaña que me hicieron no la recibí con desprendimiento. Birlarme los papeles de la casa, y encima hacerse los tontos si les pregunto, fue la guinda del pastel. Es un duelo para mí pero ya no les guardo rencor. La experiencia ha dado por buena cosas que antes pensaba pero casi en un nivel metafísico. Ahora son reales. La culpabilidad de la víctima. Si te roban es porque uno lo ha permitido. Echar la culpa al ladrón es una manera idiota de no aceptar la propia responsabilidad.


miércoles, 26 de febrero de 2025

 En Injertos, obra de cuentos inédita, qué vamos a hacer, se configura con fuentes encontradas. Los colorines de vidas de santos y los relatos e imágenes de revistas y colorines pornográficos. En la obra diluí la corriente culta, algunos cuentos de san Borges, en la corriente vulgar, de autores que son diablos cojuelos y escriben de lo que esconden las paredes. Los primeros son hijos de la inteligencia y los otros lo son del instinto. Me acordé de Samaniego, el que tuvo un pleito literario con Iriarte. Con la mano derecha hacía fábulas morales y con la izquierdas estampas pornográficas. De estas encuentro una ahora:

Tenía cierta vieja la costumbre, / al meterse en la cama, /arrimarse en cuclillas a la lumbre, / en camisa, las manos a la llama. / En este breve rato / le hacía un manso gato / dos mil caricias tiernas: / pasaba y repasaba entre sus piernas. / Y como en tales casos la enarbola, / tocaba en cierta parte con la cola. / Y la vieja muy cuitada, / muy contenta decía/ Peor es nada.

De este poema zoofólico dice el comentarista que es uno de los menos subidos de tono.

En la polémica con Iriarte, el vasco le dijo al canario que sus obras no tendrían estimación aunque las prohibiera la Santa Inquisición.

La Santa Inquisición sobre quien puso su vista fue contra las versos humanos de Samaniego. Se libró de que lo encarcelaran porque era un aristócrata con muchos amigos influyentes.

lunes, 10 de febrero de 2025

 San Valentín



Toda vida es un trabajo

y todo premio un castigo.

no hice barca sin madera,

no haré gofio si no hay trigo..



El cantar de los Cantares

ya es mazorca sin millo.

Se secaron los oasis

y sólo veo espejismos


son vanas banalidades,

que nos llevan al abismo.

Unos vestidos de gloria,

otros de amor vestidos.


Aleja todas las banderas

que izaste hasta ahora,

aleja todos los ropajes

de las fiestas engañosas.

Tíralos a la basura

y que nadie los recoja.

Camina al final desnudo

como la luna a las olas,

no pidas ayuda a nadie

usa tu propia escoba.


Deja atrás toda la miel

si está llena de moscas

lo dulce se vuelve hiel

tocado por la carroña.


Limpia todo pensamiento

si la fuerza no abandona

y no hagas más palabras

con las babas de tu boca.


Hay que decir adiós

como se dijo Hola,

con la misma voz

y la misma trola.


si me ven riendo

por dentro lloro,

si me ven llorando

cocodrilo evoco.


Cuento verdades

pa decir mentiras,

carbón y diamante

son misma familia


si tienes gallinas

vienen los zorros,

si hay ovejas

llegan los lobos.


Es una ecuación

simple y sencilla.

somos comelones

y somos comidilla.


Adiós, amor, adiós,

me voy sin conocerte,

esa ofrenda me llevo

de la mala suerte.

sábado, 18 de enero de 2025

santería 4

 

Picoteo en una plática que hizo, desde Miami, un tal David, y hablador algo histriónico que despotrica contra la santería cubana, la verdad la tiene él, y a veces su mujer se le acerca y aclara con propiedad lo que su marido pretende enseñar:    

Aggayú Shola el misterioso. Dicen que es el dios del volcán y del desiertos. Habla del sincretismo con San Crístobal de la Habana, que no era ni santo ni de Habana. El santo se llamaba Oferu, o algo así, y lo rebautizaron Cristobal; transportaba a las personas de un lado al otro de un río. Habla de la historia de un niño y un bastón. Dice que Cristobal es patrón de los viajeros. Un emperador lo mandó decapitar. Aggayú se sincretiza también con san José y con San Miguel Arcángel. Dice que el verdadero Aggayu no tiene nada que ver con esos personajes. Va más allá. Es un dios que permite a los humanos atravesar la grandes dificultades, intelectuales y emocionales. Es el dueño de las termitas. Habita en la cumbre de las termitas. Es padre de Orungán, que significa el Sol del mediodía. Aggayú es el barquero por excelencia. Tema polémico: los investigadores cuentan que su primera hija llegó a Cuba como esclava. Dice que Obatalá, al padre de este dios, fue el primero en usar la tela blanca en el cielo y Aggatayú lo fue en la Tierra. Está asociado con el amanecer del día. Es el momento de tocarle maracas. Es decir, está asociado con el sol naciente. En Nigeria lo relacionancon el hipopótamo. Un escritor dice que es tan fuerte como el elefante dd agua, el qué mas deja huella de su paso sobre la tierra. Fue condenado a llevar sobre sus hombros la tierra y los cielos. Su madre es la temible Ouriña (?), la lava que se solidifica. Aggayú ayuda a su madre a mantener el poder que ella tiene. Ouriña vive bajo las aguas del mar. En Oyó, donde fue un rey, se dice que es el que lleva las alma de la materia al espíritu. De la tierra al cielo. Supera este rey ermitaño los grandes obstáculo. La oscuridad alimenta más que la luz.

*

Interesante el directo de David, pero son cuatro horas de darle a la lengua y yo lo dejo cuando ha llegado a los cuarenta minutos. Tinglado complicado la cosmología Yoruba. Habría que tener un veraz erudición si se quiere entrar en detalles. Mucho camino para un cojo estropeado. Creo que voy a volver a las lecciones espectaculares de Maestro, el que dice que la metafísica de Kant llevó a Alemania al desastre y que Shakespeare no le llega a Cervantes ni a los tobillos.

  

lunes, 13 de enero de 2025

santería 3

 Uno de los santos que en Cuba sincretizaron con Oggún, es San Juan Bautista, muy relacionado con las historias que cuenta Nguyen. Oggún es el orisha de las guerras, la tecnología, de los herreros, de los cirujanos... y posee un carácter irascible y violento contra sus enemigos. Su símbolo principal es el machete (embelebobo), con el que abre los caminos en la selva. Es el abridor de caminos. En esto de los caminos está relacionado con Elegguá. Tiene varios amores, y el más reconocido es con Oyá, la diosa que lo traicionó, yéndose con Changó, porque Oggún, enfrascado en sus trabajos, no la atendía. Su saludo es "¡Oké Oggún! ¡Oké Oggún Kobú Kobú Aguanilé!. Su número es el 3 (otros dicen que el 7) y su día el martes. Sus colores, el morado o el verde negro, y su día el 23 de abril. Es hijo de Obatalá y Yemayá y hermano de Changó, entre otros. Forma una trilogía con sus hermanos Elegguá y Ochosi. Sus hijos espirituales tienen variadas relaciones con las mujeres, van de flor en flor. Me interesa especialmente, como reflejo de Vertical blues, que violó a Yemayá, su madre. En el caso de este dios hubo propio arrepentimiento, antes de que Obatalá lo condenara, y su penitencia fue abandonar el mundo y esconderse en el monte. Mala cosa para el mundo que se fuera de él quien abría los caminos. Otra cosa que me interesa, es la relación con Oyá, quien lo abandona y se va con Changó. Recuerdo la historia de que, enfurecido, Oggún andaba buscando a los nuevos amantes. El dios de la danza y la belleza masculina, Changó, para ocultarse se introduce con Oyá en el fondo de un río. Ella, por falta de aire, se está asfixiando y el dios del rayo la besa y llena de aire sus pulmones.

El doctor Luciano Pulido, experto en salud holística y babalawo (sacerdote de la religión yoruba), hace un análisis espectacular de Oggún. Me fío más de este hombre que de wikipendia, de donde saqué algunos datos en el párrafo anterior. Don Luciano, explicando la acción y la función de Oggún en el cuerpo humano, dice que sin él la vida no es posible. Para él el número del dios es el 7, el único número que no entra en el teorema llamado godeliano. Cuenta cuando una diosa amante le unta la boca con miel. Y cuenta cuando Obatalá (el cerebro) quiso prescindir de Oggún y cuando vio las consecuencias, lo volvió a llamar. Dice que es el descubridor del fuego. Dice que su actividad lleva el oxígeno (Yemayá) a todas partes del cuerpo. Etc. 

domingo, 12 de enero de 2025

santería 2

 Sigo con la curiosidad puesta en las creencias yorubas. Los esclavos cubanos y brasileños disfrazaron con la santería o el candoblé esas creencias. Así disfrazaron a Changó con Santa Bárbara o a Babalú con San Lorenzo. Yo ahora imagino otro sincretismo, con las antiguas creencias griegas. Imagino a Yemayá relacionada con Neptuno o a Ochum con Venus. Elecuá con Mercurio... En fin, erudita labor que no está a mi alcance.

Mientras tanto tomo notas al azar. Veo a Oyá bailando y Babalú, escondido tras una puerta, enfermo, mirándola por el ojo de la cerradura. Oggún, el que abre los caminos, le pregunta a Babalú por qué no sale a bailar,, y lo llena de paja y palma seca y lo empuja a bailar con Oyá. Sopló un ventarrón y la paja y las palmas volaron y lo dejaron desnudo. Oyá así lo vio, enllagado de pústulas, y lo invitó a bailar con ella y le dio la noche de su vida.

Otra historia dice que Yemayá vivía con sus hermanas (Oyá y Ochum) y les enseña el arte de la pesca. Sucede que un rey se enamora de Ochún, pero lo que logra es raptar a Oyá, su hermana. La coge de rehén y pide un rescate. Mientras Yemayá se pone frenética, Ochum reúne moneditas de cobre y va al palacio de rey a pactar el rescate. --No me interesa el dinero sino tu virginidad --le dijo el rey. Y así Ochún  entregó su inocencia para rescatar a su hermana.