miércoles, 7 de julio de 2010

a Ramón

En la calle todo lo amigo que tu quieras, Ramón, y toda la verborrea o sabiduría que te dé la gana. Pero la radio, mal que bien, es una pieza teatral hablada (o por lo menos un intento), y muchas veces mi único cometido es ir dando la palabra o apagándola. Parece bobería, pero el exito de la obra o el fracaso a veces sólo depende de ese gesto. Si no lo entiendes, no te quitaré la palabra nunca más porque no pienso ni hablar contigo, porque además eres un cobarde más de la cuenta, que no te atreviste a poner el traperío que tenías que poner sino un remedo comunistoide. Te debo algunos favores y algo más, pero no te me subas a la espalda, porque soy ya viejo y no aguanto pesos pesados.

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