Que recuerde empezó en una librería muy elegante, en La Cuesta, y yo sin achaques y con todos los dientes al completo Fuerte y flexible. Mientras miraba Belén los libros, yo con el cuerpo entero y brioso coordiné con la librera mayor (mujer estilizada, madura y atractiva) un romance superficial pero, por lo que sea, sentí que la librera, muy feminista, podía molestarse y puse cierta distancia. Belén, entre que hojeaba los libros, me propuso que la acompañara a ver una peli en el cine pero antes teníamos que pasar por mi casa y yo darme un baño y cambiarme de ropa. Antes de salir de la librería, la librera mayor me comprometió a que yo la cargara al hombro y acompañarnos. ¿Qué podía hacer? Cargarla al hombro y que nos acompañara. En un momento dado Belén se perdió de vista y yo me extravié, con la elegante mujer librera sobre mis hombros, que no pesaba nada, era una mujer liviana y elegante. A la altura de Vistabella me extravié y me metí, con la librera elegante al hombro, por un camino equivocado. Cuando volví a ver a Belén, ella estaba en la orilla contraria de un río. La única manera de alcanzarla era cruzar el río. La librera no sabía nadar. Tuve que alzarla lo más alto posible y me metí en las aguas y crucé el río. En la otra orilla estaba Belén con otra gente, entre ellas Ramallo. Era gente amiga. Pero peligrosa. Pertenecía a una banda de criminales. La librera desapareció del sueño. Luego me metí con R y B en un barrio elegante, de casas ajardinadas y lujosas (recuerdo una con verde claro y otra con azul encendido). El entramado urbanístico terminaba en un borde de un barranco seco, con pronunciada y prolongada caída. Apareció por allí un tío mal encarado, de una banda criminal contraria, que casi estuvo a punto de matar a Ramallo. Logré salvarlo. Tuve que matar al sujeto agresor y tirarlo al fondo del barranco. Y junto con B y R volvimos sobre nuestros pasos, y fuimos amparados, de otros nuevos agresores, por los criminales aliados; logramos salir de aquel laberinto. De la librera no supimos más. Desperté antes de llegar a casa, y de bañarme y cambiarme de ropa.
domingo, 30 de marzo de 2025
sábado, 29 de marzo de 2025
noticias
Ayer murió Ibrahim. Hoy fue el funeral. Dios lo tenga en su gloria. Desde que cerró el bar, quedó bastante tocada la animación del barrio, y él mismo se desanimó. Sin su dominio fue cayendo poco a poco, hasta que cayó del todo. En este tiempo, también se fueron Juanjo, el picoleto afable y generoso que muchas veces me invitó a su casa a tomar un piscolabis o íbamos por ahí a pillar tierras raras. Y también Luis, el que quiso hacer de los jardines de la calle un ejemplo mundial de jardinería elevada. También Teresita, que venía por mi casa, a pesar de estar mal visto que una mujer entre donde vive un hombre solo. El barrio se ha ido deshojando con una frecuencia sin pausa. Y se fue Hilario, el amigo que me arreglaba deterioros del hogar a un precio de amigo. Y más gente. La vecina que a veces me llamaba para regalarme unas manzanas. Etc.
En lo literario, sigo trabajando con una conciencia de fracaso que, si lo pienso bien, me dan ganas de dejarlo y que todo se lo lleve la trampa. Injertos se lo di a Pepe para que hiciese un prólogo. Hacer un prólogo cuando no tienes editor que le dé luz a la obra, es una insensatez. A Juan le propuse mandarle por correo Vertical blues, con el mismo propósito, hacer un prólogo. El hombre pone los números y Dios saca las cuentas. Eduardo me llamó por si yo quería tener un libro de Roger que encontró y quiere regalármelo porque está dedicado especialmente a mí. Le propuse a Ramón quedar para verlo y comer con él. Pero debe de estar muy ocupado con los espiques del Sur. Se comprende.
En esta primavera dejé de pensar cómo hacer posible los deseos del invierno. El idealismo no conduce a nada.
sábado, 22 de marzo de 2025
Viaje
Hoy me levanté pensando en el más célebre poema de Kavafis. El Magíster (Jesús Maestro) lo deplora. No me acuerdo por qué. Quizá porque presenta el camino de la vida como si todo el monte fuera orégano. Mi camino a Itaca lo puedo resumir en las veces que subo al carrito de Vicenta a comprar cigarros. Normalmente tengo pocas ganas. Hoy me lo quise tomar como si recorriese ese camino a Itaca. La primera alegría fue cruzarme con una mujer que barría, sonriente, frente a su casa, blanca, con paredes exteriores que parecen de mármol. El número 44. Tengo un vago recuerdo de ese número. Me remonto a la plaza de San Miguel, en Gijón. Frente al portal del edificio donde tenía su estudio Alberto Amez, de pintura.
De Licenciado Vidriera y de Avellaneda hablamos Juan y un servidor en el viaje a Santa Úrsula. Rumbo a la guarida de Zoroastro. Comida persa. Cordero prodigioso, berenjenas extraordinarias, buen vino. Juan es dado a los ejercicios espirituales. Le pregunté por Santa Úrsula. Nada sabe. Yo tampoco. La busco en la pantalla.
Unos dicen que fue una doncella cristiana y otros que fue hija de un rey, martirizada en Colonia con otras jóvenes y relacionada con el rey de los hunos, Atilas. Ursula quiere ser virgen y se hace cristiana. Es pretendida por un príncipe y la condición es que la deje hacer un viaje a Roma. La acompañan diez vírgenes (un mal copista las convirtió en once mil vírgenes, cosa que me recuerda las Once mil vergas de Apolinaire, cosa que también hay que buscar). En Roma la recibe y la bendijo el papa Silicio. Al regresar a Alemania, es atacada por los hunos en Colonia y Atila se enamora de ella. Pero junto con las otras jóvenes se negaron a que los bárbaros les comieran el membrillo. Supongo que se los comieron antes de matarlas. Hay más cosas en su historia. Su día es el 21 de octubre y en algunos lugares es conocida como la santa del sombrero.
De la guarida de Zoroatro, pasamos a un café en la Casa del Vino. Regalo de Juan, un licor de higos de Fasnia. La botella se va acercando a la mitad.
lunes, 17 de marzo de 2025
varios
Convertir el movimiento woke en ideología de izquierdas ha sido el arte de birlibirloque de una de las ramas del Capitalismo. La realidad ha sido sindicatos comprados y medios de comunicación. Chiste para El Jueves.
Nguyen sacó varios libritos, tiradas casi para regalar unos pocos y vender otros pocos. El más interesante es uno que cuenta parte de su vida. Su comunión con la belleza de la naturaleza es extraordinaria. Sus historias reflejan los patakíes de la religión yoruba.
De esas historias procedentes de Africa y arraigadas en Brasil, Cuba... la que más me importa, por motivos literarios, mueve la acción en Vertical blues, es la violación de Oggún a su madre. En el patakí, él es el primero que se arrepiente, y abandona su trabajo y se esconde en la selva. Oggún es el orisha que abre los caminos. Sin él, los caminos se cerraban. Le rogaron que volviera. Tuvo amores fuertes con Oyá, la diosa de la guerra y el baile, hasta que Oyá, harta del trabajador Oggún, se fue con Changó, pero esto es otra historia.
Vi cómo lo pusieron a caer de un burro los filósofos de la Fundación Gustavo Bueno, a Jesús G. Maestro. El mejor discípulo, a mi ver, que tiene Gustavo Bueno. Los otros buenistas le tiraron piedras, drones explosivos. Baratura. Entre otras cosas, lo atacaron por su interpretación del mito de Narciso. Narciso es el enamorado de ssí mismo, le objetaron. Le dieron explosivos a Maestro. Acabo de oírle decir, en una charla sobre un poema de Miguel Hernández, que también hay un narcisismo gremial, el que origina las religiones, las filosofías, las ideologías y los libros de autoayuda, y va el hombre y escribe el mejor libro de autoayuda que se ha escrito en este siglo: Una filosofía para sobrevivir en el siglo XXI. Tiene más cinismo que Cervantes. Lo que Maestro no aguanta es el cinismo de Borges, un cinismo de engañabobos. Es el mejor comentarista de la literatura de Borges que conozco.
domingo, 9 de marzo de 2025
Siguen los amigos y los ex amigos averiados. No doy nombres. Sospecho que esta primavera hará su limpieza en nosotros e iremos a comer, sabiendo que la Letra yoruba aconseja no alimentarse de cochino negro. Habrá que guardar los cochinos en el goro hasta el año que viene, año Caballo de Fuego. La Serpiente anima a la cautela y al cambio de piel. Celebremos la llegada del calor como la rata de agua y el topo en la novela inglesa (la literatura anglosajona también tiene sus aciertos) El viento en los sauces. Yo sigo mis letras. Afino un poco más los injertos, malas hiervas y otras vegetaciones (tradicional literatura pornográfica), sé que el Viejo sabrá regar ese jardín.
martes, 4 de marzo de 2025
8 _ 1
8 poemas. Invitación, Ana María Beltrán
1
Si no sabes ganar una pelea
no te metas en camisas,
no digas nada si no tienes dientes
para morder la presa,
sí, ya sé que es grande el deseo,
incluso te veo cara de enamorado,
cara de feroz cuando sueñas
que la encuentras en el aire,
en la tierra y en el mar, y te canta de corrido
abrázame esta noche hasta el amanecer,
pero despierta, no vas a ganar este combate,
el amor es más complicado que la guerra.
domingo, 2 de marzo de 2025
Pepe
Viene Pepe a la calle del Tanque. Trae cardo verde. Y Mencey del Norte. Le doy los injertos y él hará la cosecha. Hablamos de Jordi y su arte abandonado, recogido en su guarida, en Los Realejos, en la tierra del guanche con la cuca al aire. Un guanche que no se tira al vacío sino que se lanza a lo alto y vuela sobre nosotros. Hablamos de Ramón. El texto de Berto pendiente en el mural de los espiques, la literatura de Alberto Linares, el barandal del paraíso y una rumba. Se lleva con él el libro de relatos de Nguyen. Hablamos del teatro del mundo. Con el libro de mi amiga va también mi infancia. San Andrés de baños en el muellito, pedradas en el barranco, hogueras en San Juan... El viejo regresa a la infancia. Las coplas en la plazoleta, la ropa tendida en las piedras del barranco... San Andrés que se perdió en la historia pero sigue viviendo en la leyenda.