miércoles, 3 de marzo de 2010

Lunula

Amigos y amigas que colaboran en el último número de la revista Lunula, mándenme la dirección postal a mi correo para remitirla a la nueva directora, Sibisse Rodríguez Sánchez, y que les envíen a cada cual algunos ejemplares que el Ateneo Obrero de Gijón, entidad editorial, entrega a cada colaborador. Para otros menesteres, comunicarmelo a mí, redactor en las islas de la revista, o a Sibisse.
Estoy teniendo problemas en la conexión a Internet. A veces quien te da por saco, encima pide que le rías las gracias. En fin. No quiero hacer más cuentos de magos.
La dama negra sigue en sus trece. Tendré que atenderla más en serio o me defenestra. Gracias a los dioses, no todas las damas son como esa. Hoy una buena amiga surgió y encendió mi correo particular, pero de ella no puedo decir nada porque me pidió que mantuviese en secreto nuestra relación. Así que no pregunten.
Buenas nuevas a todo el mundo conocido y que la Lunula sirva para algo. Esta revista "peninsular" no sólo ha entrado en Canarias, desde el inicio, con colaboraciones de autores canarios, sino que uno de sus múmero fue dedicado enteramente a la literatura y arte en las islas. Y en otro número enteramente se publicó Fetasa, en una edición que recupera al bilbaíno que había desaparecido en la tercera edición canaria de esa novela de Isaac de Vega.
Salud y suerte.

3 comentarios:

Jesús Castellano dijo...

Tres cartas, si llego...
Primera carta

Señora H.

Mi proceso no es el de Kafka. No hay ninguna laguna mental, sólo se debe a mi mala cabeza. Una obstinación mía meterme a poeta. En Gijón, con Roger Wolfe al lado, era una insensatez hacerle sombra. O escribía como él o como Bukowski o echaba flis a la putos poemas que querían anidarse cerca de mí. Así que decidí cultivar la novela. Cuando regresé de España a la casa de mi padre, fui nuevamente asaltado por un engambre de mosquitos poéticos, pero Ramón el fugao sabe cómo los espanté con un palo que encontramos en las benditas ruinas del muelle de San Andrés. En esta isla, con una república poética demasiado poblada, y con autoridades solventes (un ejemplo: Andrés Sánchez Robayna, poeta con mayúscula)era un error darle voluntad a ese engambre que precipitase al Presidio de los poetas, porque en isla la cárcel de la poesía estaba habitada, sobre sus límites, tan llena de poetas, que no tuve otro remedio sensato sino renunciar nuevamente a ese oficio que convierte a las cucarachas en libélulas de la luna. Porque realmente lo son, la capacidad medicinal de la cucaracha es soberbia. Son animales medicinales. Pero nada, en eso estaban ocupados en la isla ya muchos magos, demasiados. Así que me dio por meterme a novelista, y me apunté en el Paro como novelista, pero no me contrató nadie y tuve que alistarme de mí mismo, ejercer el canibalismo literario. Me fue un poco mejor pero no gané un euro. Sigo en ello. Las novelas que el loco lector puede hoy conseguir son "Telarañas" (SOCAEM, en realidad un intento de novela, estropeé una borrador que encendió a Isaac de Vega y la jodí), "El negro" (Ateneo Obrero de Gijón)y "Agosta escribe" (editorial IDEA). Siento publicitarme de esta manera tan soez, pero la señora H, el señor B y la señorita F: Hacienda, Banca y Financiera, y algunas hasta don Seguro, el puto seguro del coche... En fin, todos esos Deudores me asedian, y empiezo a sentir que HBF quieren "envolcarme" y el teléfono suena y gracias a mi padre hay veces que me podido esconder de los perreros. Ya sólo me falta que venga de nuevo la señora J, doña Justicia. A perro flaco todo son pulgas. Ya no sé si ponerme a pedir en la iglesia del pueblo, pero no tengo huevos. Y los que tengo procuro que sean para la sartén. A nadie puedo echar la culpa de mis pesares sino a mi mala cabeza, y merezco a los que me persiguen. Punto.

Jesús Castellano dijo...

Estimado Anghel,

como fuiste el primero en mandar la dirección junto con tu ofrecimiento a dar consejos gratis, empiezo por pedirte uno, porque ahora no sé si usar la soga o la pistola. Tú ya me conoces. Quiero casarme y el señor escritor está bajo mínimos, incluso soy yo la que le pago los cafés. Todas las noches busco consuelo en las frases y los poemas de tu blog. Soy una adicta, ya no puedo vivir sin visitarte todas las noches. Pero por otro lado, ya no sé qué hacer con este hombre,que por lo menos me escribe esta carta, que por algo es el que sabe escribir, y yo todas las noches aquí dándole cuerda y él escribiendo lo que yo digo y cuando le reclamo el sueldo me dice que este oficio es lento, y que le siga contando esto y lo otro. Estoy segura que contigo no tendría que hablar tanto, y sé que eres un buen fajador. Nunca dejas en la estacada a una chica guapa. Por favor, contrátame, quiero irme contigo, ¿Puedes?

Tuya, duj

Jesús Castellano dijo...

Ramón:

Juan Royo sí, pero tú ya no tienes excusas para fugarte. Wagner sigue estando en el horizonte, pero un poco más lejos, seguarmente el martes después de este martes. Porque el tema pal próximo tijuanazo, lo que dije a los cuatro oyentes antes de los versos de "podéis ir en paz", es decir, el tema asunto cosa de "la creación", literaria, pero extendida a otras artes, incluso las perseguidas por la justicia. Bueno, la verdad es que me quito un peso de encima, porque el más que sabe de Wagner, aparte de los hermanos, es Juan. Y Juan no puede estar. El Médano y la Montaña Roja son suficientes motivos para comprenderlo.
Hoy pensaba ir a Icod con mi padre, pero al final resultó que quedó en compra en La Orotava de una nueva nevera. Dice mi padre que esta nevera me la dejará a mí, para que meta cucarachas en el congelador. Cucarachas, moscas, hormigas y toda clase de bichos. Congelados hasta que lleguen los malos tiempos de verdad, porque lo que está sucediendo ahora no es más que el disparate de la señora Hacienda, las pretensiones de doña Financiera y el dictador don Seguro. Perros de presa, pero ya lidié una vez con ese tipo de canes... creo que ya te hice el cuento. En fin, que ahora me ha dado por la poesía, ese arte caduco, así que te agradezco tu labor de impresor. A Duj estoy intentando encasquetársela a Anghel, pero sé que Anghel no va a morder el anzuelo. Sin embargo, a ti si te vendría bien. Piénsalo. Nos vemos mañana... (?)