miércoles, 17 de marzo de 2010

Puerta de Sión

Bueno, por fin puedo entrar por la entrada principal. Me sentía como cuando olvido la llave de la casa de mi padre y tengo que llamarlo por teléfono para que me abra. Llaves, cartera y móvil ya forman parte de las extremidades humanas, por lo menos en esta parte del mundo, "civilizada". Civilizando están los boozers (?) de la construcción lo que Diego, amigo del bar Castillo, llamaba el parque jurásico. Lo primero que han hecho los civilizadores es mandar a tomar por saco el manguero de Diego. Quien mata la tierra salvaje, sin respeto ni consideración, ¿qué es? Los buenos gobernantes les dan al caos lo que es el del caos y al orden lo que es del orden. Anghel Morales sería un buen gobernante. Le da a La Puerta (Bosque de Tijuana) lo que tiene que darle. Me enternece la ruda manera (soy defensor de lo rudo, de lo vulgar, de lo verdulero...) con que Ánghel (tripulante fantasma del programa) nos acaricia. Intuyo fuertemente que hay un vínculo secreto entre la crítica de Anghel y la salud y fuerza del Bosque de Tijuana (que todos los martes navega por ese océano que es Radio Unión Tenerife). Cuando Anghel dice:

"LA PUERTA PERMANECE CERRADA A NUEVAS IDEAS... TODAVÍA ESTÁN EN EL MONTE SIÓN... LA PUERTA ESTÁ BLOQUEADA CON IDEAS CADUCADAS..."

o me dedica su menester coplero:

"La clase de Castellano
me parece cosa cierta,
mas desprecian su talento
en el programa La Puerta"

yo lo que oigo es:

"LA PUERTA SE INUNDA DE BRIOSAS IDEAS... ES BARCO CON LA BANDERA DE JILLY ROGER QUE NAVEGA HACIA LA ISLA DEL TESORO...

Yo, Anghel Morales,
guía de curanderos,
a Chito el primero
le doy los corales"

de saber hacer un buen programa, gracias a sus lecciones y a las de Antonio Curbelo. Y elegir la tripulación es la primera regla para una buena derrota. Los dos Gatos, el Mono y el Dragón sólo fallan por las fugas de los dos últimos, que cuando no es uno son los dos a la vez. Este martes, sin embargo, un pasajero de lujo: Eduardo Roncero. Alguien para volver a embarcar y hablar de poesía, y de pintura, y de música mejor no, porque si no, se queda hablando él solo, a menos que uno haga maullar al Gato de Agua, que si no, el hermano Víctor no dice ni mu. Pero cuando dice, habla oro. José María dijo que había sido el mejor programa... ¡hombre!, el mejor siempre debe ser el que ha de venir, el próximo, con Juan Royo aún en el Médano pero, lo más seguro, con la vuelta de Ramón y el invitado: Antonio Lorenzo Gómez Charlín. Un novelista gallego escondido hace años en el Sur de Tenerife. Sus novelas casi son ediciones secretas. La última publicada:

Las bellezas de Kyoto

a juntar con las anteriores: El sueño de la noche azul, El camarero está triste y Hay putas que tienen algo de santas.

La vez que nos vimos, en Los Cristianos, hablamos de santidad y de devoción a las santas. Y ahora leo su última novela, que me la prestó Ramón. A juntar con los mis autores, los lejanos y los del lugar... y algún día se verá la narrativa que estos años ha estado brotando en Tenerife, isla de narradores y filósofos y músicos y...

Después del programa, viaje en guagua de regreso a San Andrés, con José Rivero Vivas. Conoce el alemán, el inglés, el francés y también un poco el español. Y la noche antes del programa nos cruzamos por fuera de la La Torre (lugar del pueblo) y me estuvo hablando de Wagner. Esta vez me habló, en la guagua, de una fábrica de galletas en Alemania...

4 comentarios:

Ramón Herar dijo...

De camino a San Andrés, el paisaje de grandes barcos anclados en la distancia me lo recuerda. Alguna vez te he hablado de eso a propósito de esta película, “Entre dos mares”, con esa banda sonora de Wim Mertens que no deja de decirme cosas nuevas cada vez que la oigo. En la peli, un barco mercante griego desentraña las semanas y los meses en la bahía de Hong Kong, a la espera de resoluciones de su naviera. En el mercante, un operador de radio (Nikos), melancólico, solitario y fumador de opio para olvidar amarguras y desgastes de la vida. El barco en stand by en medio del bullicio de esa multitudinaria ciudad-puerto, y con un marinero también en stand by existencial. Y una niña china de unos 10 años (Li), que aparece por el barco porque sobrevive limpiando cubiertas a cambio de comida. Nikos, tras conocer a Li y entablar con ella una especial amistad, encontrará un hilo de esperanza vital a través de ella y su sentido de la vida. Una historia de Nikos Kavvadias, y un film imprescindible para el sentido melancólico de la vida, con el piano y la voz personalísima e intensa de Mertens. Una delicia para los sentidos y para la búsqueda del existir. No sé por qué, pero esas moles de hierro ancladas en el mar calmo hacia San Andrés, tienen la gracia del gigante dormido y se me antojan tremendamente seductoras. No imagino la vida allí, sino el estatus de atemporalidad que representan, el lugar inefable de su presencia a la espera de nuevos rumbos y tempestades.

quico dijo...

ñooooooooss Ramón estás hecho un poeta y tar, y tú sin darte cuenta o sí no sé.

Jesús Castellano dijo...

"Esas moles de hierro ancladas en el mar calmo hacia San Andrés"... Eso es lo primero que veo cuando regreso de noche al pueblo... lo otro no son más que historias humanas, ancladas en su declive rutinario. Sí, Quico. Ramón es el poeta que necesitamos. Lo demás son palabras que se lleva el viento.

quico dijo...

Exacto Jesús, el doctor Hernández Armas ha dado en el clavo con esa expresión, el poeta del acero y de la calma, como él mismo es, usted es el poeta en el "centro de la piedra", ¡que imagen!, el pintor asesino también es poeta, le tengo el libro prestado a Antonio Nuñez, espero que no se pegue mucho para devolvérmelo porque quiero que el autor le escriba una dedicatoria al menda.