lunes, 7 de junio de 2010

dESDE cIBER sAN aNDRÉS

Toda ideología está ahíta de ideas. El facismo, el democratismo, el comunismo. La tiranía de las ideas es el soporte de las dictaduras y la bandera de los fanáticos. Abogo por el hombre sin ideas. El hombre de conocimiento.
Estas tonterías estoy pensando, loco la cabeza, con las diatribas y confirmaciones eucarísticas de mis amigos los hermanos judíos, pero no se me aclaran aún las ideas cuando una rubia, ojos acuosos, en la puerta de bar Castillo habla con el pequeño Segurití.
--¿Sabes que El Parra cambió de dueño? Hubo un traspaso, y ahora lo cogió uno de los jefes de la Unipol. ¿Adónde voy yo ahora en Santa Cruz a fumar los canutos?
--Gracias a los canutos --dijo Segurití-- mi mujer se ha salvado de que le escache la cabeza. Merece que se la corten, pero eso que lo haga el chulo. A mí los canutos me calman y me dejan sin ganas de hacer justicia con esa...
--Lo mejor es escribir como Vargas Choza, y como él hay montones --dijo Alberto.
--Escritor --interrumpe Cristo--, el otro día te vi meando en la venta de Francisca, ¡qué guarrada lo que yo ví! y en un hombre que fue periodista, que yo leí su libro, no se crean --Se refiere al pintor asesino, el libro que me hizo célebre con Anghel Morales, mi lector preferido. Pero Cristo tampoco es mal lector, y además hace sudokus, y Yúnior, protegido a sus pies, ya no me ladra. Se ha hecho al olor de Thor. Huelo a Thor cuando regreso a casa. Entro en la habitación y veo a Sigrid, la princesa vikinga, y juro que no era ningún corcho, vestida, dormida en la cama. Yo estoy sin afeitar, huelo a perro, y ahora sólo tengo ganas de ladrar rabioso y decir cosas impropias de este blog y de la princesa de Thule. Me escabullo por el reloj de cuco que tengo a la entrada de la habitación, a la izquierda de la puerta. Siempre que me escapo de una situación comprometida por ese reloj de cuco, no sé adónde iré a parar. Esta vez me vi en el bosque de Tijuana. El mago Lizundia ocultaba tras un zarzal de ideas el castillo de Belladurmiente, y el príncipe Herar ni vio el castillo ni oyó el suspiro dumierte de la bella y siguió de largo hacia las roads del Sur, y Hansel Royo Iranzo no fue a la programasao porque estaba prisionero en la casa de chocolate, y yo era el enanito Zorrocloco Infrahumano y ayudé a la madrastra para envenenar con una manzana a Blancanieves Hernández Roncero, porque me tenía reprimido, no me dejaba decir incorrecciones políticas y me recriminaba mi olor a perro y mi falta de afeitado. Lo siento, señoría, tuve que obrar así. Esa es mi naturaleza.

Para escabillirme de la Justicia me confundí con el gentío en la feria del libro, en el prosparque,
y me encontré con el inspector Leal, que, decía, ustedes disculpen pero yo del libro policial de mi amigo no voy a hablar mal, porque él es mi amigo y además inspector jefe como yo, pero si puedo decir que su libro es una basurilla al lado del mío, el mío sí que tiene documentación, tiene enjundia, no ese libro de mi amigo y también inspector de la Policía, pero él es ahora en estos tiempos, y yo en cambio lo fuí en los tiempos difíciles... No, no necesito corrector. Yo escribo bien, tengo un estilo azoriniano, y además cuento con la ayuda del doctor Laureano y de míster Lorenzo...

Al final encontré a Cándido, celebrado entre sus discípulos predilectos en el campo de la edicción canariense. El promotor de La Puerta me corrompió con un libro de más de 500 páginas. Canarias, con futuro.
--Pero Jesús, no lo corrijas, que ya la está corrigiendo el autor.

El autor es economista. Sabe de lo que habla. Habla de que Canary fue una colonia, lo es y lo será si los canarios no nos deshacemos de España. Marcelino el oyente, que colonizó el culo una noche a la camarera de El Parra, pero con educación, habla de los tamarindos. El parque huele a Rosa del Líbano. Anghel se ofrece a corrompernos pagando la cuenta, pero por si acaso esperó a que se marchase el escritor policía Miguel Leal.
Se está haciendo esperar su libro de historias intrapoliciales. Si no se da prisa, no tendremos que conformar con el de su amigo también inspector jefe. Un día lo vi en el bar S/C, y ... timidez, no lo invité a Tijuana. Porca timidez de los cojones. El que no tiene ninguna es Charlín. Mañana viene. Le dije que trajera a caperucita o a la abuelita por lo menos, pero el gallego es mileurista y no puede. En fin, ya puse Canarias, con futuro junto a Canarias diversos nacionalismos. Uno dice una cosa, otro dice otra, la contraria, parece que se van a devorar el uno al otro, pero todo es película. Se llevan bien y le hacen compañía a Thor.

Martes La Puerta
asunto innicial: CUENTOS UNIVERSALES PARA NIÑOS

1 comentario:

Azena dijo...

interesante tema... pena que no lo voy a poder escuchar... ya me contarás a qué conclusiones llegasteis...