martes, 16 de noviembre de 2010

un cuento corto

Para no pensar ni en la Urgencia del hospital de madrugada, ni en la sangre sobre la alfombra, ni en la rata que es la primera en meter el hocico y luego desentenderse, ni en nada, escribí, sin que nada especial signifique:

Olvidar y ser olvidado
Morir sin ser morido
Ni perseguidor ni perseguido
Ni mentiroso ni mentido
Ni noble ni villano
Ni poseedor ni poseído
Ni creer ni ser creído
Ni perdonar ni perdonado
Devolver lo que te han dado
Ni recibir ni recibido

Tierra en la tierra
Mar en el mar
Aire en el Aire
Fuego en el fuego

Dejar ya este juego

Ni cantar ni ser cantado

Noche en la noche
Día en el día
Adiós en el adiós
Nadie en la nada.

Y luego sali al patio a cargar la carretilla y... Césareo en el suelo, víctima de un repentido ataque de corazón, en la venta de Francisca. Las noveleras rodeándolo, quitándole el aire, y más tarde, la vieja Julita:
--Y de repente yo estaba fregando los vasos...
Un purista hubiesen dicho: Yo estaba fregando y de repente...
Esta tarde radio y luego presentación en la Casa Elder... y después la noche, y después... Hoy llevaré Ensalada de canónigos. Si voy. Un cuento corto.

4 comentarios:

Azena dijo...

Me gusta.

Pepe/ JRamallo dijo...

Me gustó mucho escuchar y sentir así La ciudad esta noche. Gracias.
¿Es posible tener el audio de la lectura?

Jesús Castellano dijo...

A J Ramallo: puede que sí, lo intentaremos. Si hay suerte, te llamré dentro de una semana o dos por si quieres estar allí... Gracias.

Pepe/ JRamallo dijo...

A ti