sábado, 19 de noviembre de 2011

otros aromas

El otro está harto de ponerle cascabeles a los gatos. Les pone el cascabel y maullan que da gusto. Se les cura la afonía, el escozor y el cacareo estilísticos. El gran leído que no sabía explicar sus estudios y conocimientos políticos, ahora escribe más claro que el agua. El poeta mediano que no alcazaba a ver la esencia de las cosas, ahora levanta el vuelo, lejos de los patanes que no aprecian su arte. Y hasta a los filósofos, los curó de sus hermetismos. ¿Alguno lo agradece)
En fin, el otro y sus neuras.
Yo quedé después del TEA con mi amiga rubia del Sur, y fuimos a comer caballa asada a Tacoronte. Una ejecutiva, una mujer en pie de guerra. Su inteligencia y gracia verbal es iluminadora, no sólo para resolver sus negocios mediante el manos libres del 4x4, sino para discernir y moverse por los vericuetos humanoides más allá de los estresantes negocios. El roce hace el cariño. Y la buena cocina y el buen vino. Con ella, con sus recuerdos, viajé a lugares insólitos de la santería venezolana, a las favelas de Río de Janeiro, a las mafias del Sur, a la realidad, no a la ficción, sino a ese momento donde la palabra transmite la imagen. Ese momento impagable. Y ella pagó el almuerzo. Eso sí que me molesta, me gusta pagar yo si estoy con una amiga. Pero lo di por bueno cuando, de vez en cuando, la oía susurrar,
--Oh, cuervo mío.

Me alegra, me comunica Anghel, que ya el cuervo voló a Sevilla. Y hoy publicaron, en El Perseguidor, del Diario de Avisos, los escritos sobre Orlando. Está muy bien. El próximo miércoles hablaremos de su libro Isabel de los bares en la MAC, de Santa Cruz, ciudad que comienza a salir del marasmo existencial. Maravillosa cuando regresamos Sita y yo de Tacoronte, bajando por la autopista. Sánta Cruz mágica. Aromas de lo que fue.

1 comentario:

Anghel Morales García dijo...

NO LE CAMBIES EL TRITULO, EL LIBRO DE ORLANDO COVA SE LLAMA "LOS BARES DE ISABEL"ri