martes, 9 de julio de 2013

Voy a ver a Sita y me encuentro con Quico. Dice que ser crítico es difícil, pues todos quieren ser amigos del crítico. No lo creo. Depende. El mal crítico que pone bien a todo el mundo, que te engaña miserablemente, termina por cabar su propia tumba.
Al rato llegó Argelia. Se interesó por Ejemplar único, colección Animal. Le cuento lo que sé. En este oficio sólo conservo amigos a los que puedo admirar. La admiración va unida al afecto. Y JRamallo no sólo es admirable, sino un hito en la ficción narrativa, que paradojicamente es realismo punto cero. Una pardoja, como otras muchas. El fenómeno "Ejemplar único" trae consigo no sólo una visión de la escritura, sino de la vida, un modo de vivir. Ayer me sugirieron que convenciera a don Tigre para acceder a un sitio con ejemplares del motón. Ni quién lo dijo conoce a don Tigre ni me conoce a mí. Puedo sufrir o gozar bromas, pero los chistes de ejemplares del montón (machos que discuten de política, repitriendo las mismas ideas hasta dejarlas sin sabor, insípidas, y sus mujeres convirtiéndose en juezas de la humanidad) no sólo me tedian el alma (para eso conmigo mismo me sobra) sino que me dan asco. No, ese sitio no tiene nada que ver con el nuestro. Podemos morder con rabia nuestra propia soledad, pero más nunca volver a estar con esos mamones engreidos, esos impresentables filosóficos que leen negro y dicen blanco, si es que saben lo que dicen. En fin, como si se mueren ellos y a ellas les remiendan las bocas con agujas al rojo vivo: pestilencia engreída. Curiosidad que pronto se colma y adiós y si te vi no me acuerdo.
Nuestra aventura no tiene nada que ver con sitios así y gente de esa calaña. Quizás nos estrellemos, pero no en esas arenas fangosas.
Y Sita, que se recupere pronto.

No hay comentarios: