viernes, 11 de julio de 2014

En recuerdo de Jubiabá; dijo que no debemos cerrar el ojo de bondad porque entonces nos volvemos crueles. Pero tampoco hay que cerrar el ojo de maldad, porque entonces nos volvemos idiotas.


No sólo mires con el lado oscuro
porque todo se vuelve nada.
El día es tinieblas, y voraces
hienas ríen en el triste corazón.

No sólo mires con el lado luminoso
porque desaparece toda sombra,
y sin sombras no sabemos
orientarnos en el mundo.

*
Al folio de hoy de Andrés Chaves. Hoy se me adelantó. Yo iba a escribir del gato Lucas. Fue recogido de un solar con una soga al cuello y una pata destrozada. Lo llevaron al veterinario. Lo operaron. Ahora ya camina, un poco amariconado, pero no sólo camina, corre como un gamo. Me lo trajeron a casa ayer.
Mi relación con los perros es vieja. Me acuerdo de Toby, de Voltaire, del catalán Abraxas, de la jauría de Colloto, de Thor. Y de Ofelia. Con los gatos la amistad ha sido más distante. Pero creo que Lucas tiene algo de perro.

Dios es la inmensa sencillez
que hace broma todos los misterios.
Dios es el animal que somos.
Satán, cruel con nuestra larga miseria,
es lo que de humanos tenemos.
Es imperfecto el mundo, Dios
y Satán en Santa Pus
piden un vino en 18 de Julio,
en el día, en el bar y en la hora 18.
Satán es señor de la persona y el verbo.
Dios, en su infinito silencio,
es señor del gato, del perro
y de un rebaño de arroz.

*

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