Casa del Cuervo, poco antes de romper a viajar a Icod, a buscar no sé qué ancestrales mensajes en El Amparo, y luego a Santa Bárbara, de la que nos acordamos cuando hay tormentas. Nos acordamos algunos. Otros prefieren hablar de política y el uso cansino de palabras cada día más malolientes, no ya por mentirosas sino por vacías, por falta de contenido real, huecas como la boca que las repite una vez y otra, hasta que por fortuna dejamos de oírlas, de enajenarnos en la apariencia de la ética y la moral.
Pero lo que ahora voy meditando (mientras buscamos la novela de Hosmán) es cómo los personajes ya no buscan a un autor sino que se rebelan contra el autor. Sobre todo los que no salen favorecidos en la foto. Eso me pasaba a mí con las de Laureano, que siempre me dejaba feo...
--Vamos, Jesús --grazna el Cuervo.
Pos nada, vamos. En otro momento, seguiremos con la tesis de los personajes en contra del autor.
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