lunes, 20 de enero de 2014

calcetines nuevos

Me pongo calcetines limpios, de nylon. Color zumo de papayas. El color de la papaya con Carmen en San Andrés. Pobre mujer. Merece más alegre compaña. Los calcetines los pillé por la noche, en casa de Marcelino.
--No vayas a decir que te di calcetines en el blog, porque ya tu blog está pareciendo...
--No te preocupes, diré que fueron cuatro.
--Cuatro pares.
--Sí, y uno (un par) de algodón cien por ciento.
A falta de Dios, buenos son calcetines limpios. Mañana estreno los de algodón. Para recibir a Víctor Alamo de la Rosa en La Puerta. Los dos libros que tengo del autor, uno en casa y otro aquí (en la bolsa canela del Che, a la que Carmen pasó una aguja y la dejó de nuevo utilizable). En casa, una prosa poética con alas de Ícaro. El equilibrista y los jardines. Aparece una reina que todas las noches buscaba una amante. No se ve lo que hacía con los amantes. Y en la bolsa del Che: Isla nada. Comienza con un burro borracho y, dicen, acaba con otro, otro burro. En medio, la historia de un zoológico. A veces prosa corriente, como el barranco. Se agradece, el barranco y la prosa corriente. Juan Royo no creo que agradezca haber destrozado su autómovil por culpa de Isla nada.
--La metafísica está en bolsa de pan --dijo Marcelino, apretando una bolsa de plástico, ya sin pan dentro.
Él pidió una pizza. Se la comió entera. Yo pedí espaguetis a la napolitana. Me los comí entero. Con vino tinto. y una camarera que sólo le faltó decirnos que esperara a que acabase su turno. No esperamos. Nos fuimos a acostar. Cada uno con su cuento. Un cuento para la antología de Pacheco, la última, si no lo zancadillean, si llegamos a tiempo, y si no llegamos, que no salga la antología. Ya está bien de zancadillas. País canario. Su cuento Marcelino lo construye con la ayuda de Rubem Fonseca. El mío lo construyo --ya lo terminé-- con la ayuda de JRamallo. Avales de sobra para no desmerecer. En mi caso, honor que comparto con Valdecillo. JRamallo en su época de negro. Es bueno probar de todo.
--Y dos sopas de pollo, no te olvides de nombrar las sopas de pollo.
La noche promete un local en la calle G. Otro día. Estamos convalecientes. Hay que recuperarse.


Y YA SALIó Lúnula, don Anghel, grato amigo

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