domingo, 4 de enero de 2015

Isaac

¡Isaac de Vega! ¿Qué digo yo de Isaac de Vega? ¿Hablo de recuerdos, de enseñanzas?... Si hablo de recuerdos tendría que hablar de mí, del día que leyó en su casa de Igueste Telarañas, que entonces tenía 80 páginas. El hombre me animó a sacar adelante esa novela, así que la guardé. Cuando, años más tarde, tuve oportunidad de publicarla, la mareé añadiéndole más de cien páginas. La jodí. Hoy sólo un mago de la escritura, pienso en Dr R, podría devolver esa novela a sus antiguas 80 páginas. Dr R está ahora dando fuerza a mi amigo Pepe, y vaya fuerza. El blog de JRamallo augura una exposición crucial en la calle La Marina a mediados de Enero (Cuando pienso en estos meses del año 2015, los escribo con mayúscula porque pienso en el almanaque de Nguyen; el gato Lucas quiso establecer sobre él su acción animal. Si su hada madrina lo consiente, el hada madrina de Lucas, tendría que ir ese felino a la Colección Animal a mediados de Enero, a que aprenda).
 En fin, ahora de inmediato  me interesa Isaac, por Venezuela y su casa en Tenerife. Hablar allí sobre Isaac de Vega, o mejor dicho, su obra, es un reto. La metáfisica, el existencialismo, etc, creo que es lo menos en su obra. Importa cómo entra ella la fantasía. la Fantasía. El autor se alimenta del relato de aventuras y de los cuentos de hada. La maravillas de las Mil y Una Noche iluminan el Cielo, la Vida. En Fetasa --la releo--  iluminan el Infierno, la Muerte. La naturaleza en los cuentos moros es procaz y expansiva. No hay placer si no hay dinero, y no hay gozo si no hay amor. En Fetasa, y en El Cafetín , el gozo es un raro fragmento de vida en el Viaje por la Muerte. Los estudios que he leído insisten en la metafísica. Aún no he oído a nadie hablar de parasicología, el cuerpo astral, espiritual, etc. Yo hablaría, si tuviese capacidad filosófica, de la comunión del autor y narrador con lo físico del mundo, hablaría del animismo y de la civilización como parte de la naturaleza. Devorada por la naturaleza.
Pero no me meto en esas camisas. Me quedan grande.

Localizo en Fetasa las cuatro estaciones. Es una novela que comienza en Otoño y pone fin en verano. Pero indagar en esto requiere un tiempo que no tengo. 
Elijo un tema que puede ser novedoso y novelero. Mañana tengo que mandar a buenas mano, por lo menos un resumen, cómo está pintado el mundillo literario en la obra de Isaac de Vega.
Fantasía y Magia la pone, en esta ocasión, Ignacio Gaspar.   

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