sábado, 19 de septiembre de 2015

antes de comprar el gesso

Hoy no tengo nada que decirte.
Hoy mi amor está más mudo
que un ancla en el fondo del mar
con peces emborrachándose de fango
y más luna sobre las aguas
que silencios en mi cabeza.

Hoy no me importa la víbora enemiga
inoculando su veneno en los oídos de un amante,
sacándole los ojos, cegando su codicia.

Ayer cumplí el baño nueve,
me llevó a la playa mi secretaria,
mi cuadros --toda una semana
pariendo cuadritos como una coneja
preñada de tres conejos-- y esta mujer
amada ni mira pal amarillo, ni ve el azul
ni el color tierra con que pinto
cuando me acuerdo que amor 
es una palabra que se planta en secano.
Pero me lleva a la playa.
Vemos a Chani, olvido el bastón.
Necesito otro bastón. Otro palo.

En la puerta de arriba el Sefirad
está incompleto. No sé dónde está
la Sabiduría, pero ya tengo la Fuerza
y Yavé está conmigo. No tengo más
nada que decir. Sólo sé que te amo. 

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