martes, 27 de octubre de 2015

Semana caliente

lunes.

Buena noticia. Sergio Barreto gana el Premio de Novela Benito Pérez Armas. 12.000 pulgas no es hacerse millonario pero da pa tapar algunos agujeros. A Sergio Barreto, pinta de romántico alemán, y más que pinta, dibujante excelente, poeta del conocimiento, exhaustivo, incisivo, le tengo aprecio desde que lo conocí ha tiempo y lo he tratado. El otro día fui a oírlo al Ateneo de La Laguna. Su conferencia era sobre la literatura canaria actual. No me nombró, tampoco a Agustín Pacheco, que estábamos allí. Se quejó de no sé qué condiciones que nos tienen arrinconados. Nos arrinconamos nosotros porque somos pollabovas. No me digan que la culpa es del godo. Eso dijo, si no le entendí mal, el otro día arriba en La Laguna. Seguro lo entendí mal. La sordera acompaña ahora al diente flojo. 
También habló de otro poeta muerto en tristes notoriedades. Le pregunté si el pobre poeta era algo más que un poeta menor. Sergio demostró que no, que no es un poeta menor. En todo caso, es la obra la que importa. Lo demás es necrofilia. Necrofilia platónica, sombras en la pared de la caverna. La caverna que es estas islas.

Colección Animal espera, con ansias carnívoras, que salga pronto a la luz la novela de Sergio Barreto. Letras Arias afila los dientes. (El flojo también.)

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