lunes, 7 de mayo de 2012

Viaje a La Palma (IIII. Noches de Tenerife)

Noche memorable la de Cucarachas con Chanel. Luna llena, explotando de luz y tamaño. Ya la cuenta Eduardo García Rojas en El Escobillón. Él se perdió la parte más orgiástica, con cine sustituyendo a la literatura y Juan Royo sufriendo un espejismo. Yo tuve el honor y la gracia de acompañarlo a Eduardo, al autor (Dr R) y al editor (Anghel Morales) en la mesa del acogedor local del Ateneo Miraflores. No fue en el Santa Cruz de esa calle con esplendor de otros tiempos, cosmogonía y cosmopolita, lugar de encuentro de pueblos diversos (interiores y exteriores) y mujeres que conocen la vida. Yo me enamoré de Bárbara, francesa. Tres meses estuve reuniendo lo que valía un rato junto a Bárbara. Cuando lo reuní, lo necesitó un amigo y renuncié al amor. Quien quiera destruir algo, antes debe levantarlo. Tres meses procurando la abundancia, y en cinco minutos quedé desprovisto de todo. En fin, no eran aquellos tiempos de Santa Cruz del Gallito a la madrugada, sino estos de Santa Pus. Santa Pus dice JRamallo que no es Santa Cruz y que Gabriel no es él. Dr R, el autor de la novela, sí es él. Un hombre es su obra. Lo demás son personas y personajes. Perros de paja. Como los escritores. En el pueblo de los escritores no hay más que perros de paja. Cuando uno quiere divertir a los perros de paja, hay que dejar los sentimientos en casa, y la ropa demasiado elegante. Recuerdo en los años ochenta, principios. Un amigo me invitó a presentar su libro. En el salón del Cabildo. Yo viaje de Asturias a Tenerife con gastos pagados. Papá Cabildo me pagó el viaje y el hotel. ME QUEDÉ EN CASA DE MIS PADRES. Vivían en el barrio de Salamanca. En el ameno territorio del colegio José Antonio. Mi madre me preparó una ropa demasiado de alcurnia. No soy hombre de alcurnia y me gusta vestir como lo que soy. No sé si fue la ropa o mi cara bonita. Sánchez Robayna me felicitó por mi discurso sobre el libro de Roberto Cabrera Amor Mora Roma. Soy el hombre a quien felicitó Andrés Sánchez Robayna. (Tenía que habérselo recordado una tarde que fui con Mr Cuervo a no sé qué cosa en La Laguna y nuestro poeta apadrinaba aquello.) El que no me felicitó hoy, sino todo lo contrario, fue Anghel. Lo vi en las mesitas de la calle El Castillo. Estaba con Víctor Álamo y otro novelista y le dije que me invitara a un café. El otro novelista critícó la entrevista de Eduardo García Rojas a JRamallo en El último Perseguidor, las respuestas de Dr R.
--... y no nombra a ningún autor canario.
--¿Cómo que no? Claro que nombra...
Bueno, el hombre se refiere a los G21. Eso sí es verdad. No nombró a ninguno, que yo recuerde. Sólo al patriarca de todos ellos, a Anghel, con quien no estuve de acuerdo en nada sobre la noche del sábado, pero sí en el vino. Un vino que merece un abrazo. Como merecieron varias mujeres. Mi amiga del Sur, Sit, y otras que conocí esa noche, especialmente una dama de azul... Faltó la principal, la que me pidió que fuese bien vestido...
Y ¿qué tiene que ver la noche del sábado con La Palma? Todo tiene que ver ahora con La Palma, pero lo concreto de La Palma esa noche lo sabe Juan Royo, con otra novela a punto de llegar, también con ahínco, pundonor y buena pegada. Puerto Santo.
Pegada la que no ejercí con un amigo que no tuvo el olfato de respetar un sombrero. No sé si me quedé corto (responder con un cate en la mandíbula, pero pa eso hay que tener reflejos y darlo a tiempo) o me pasé (expresar con palabras lo que tenía que haber expresado sin decir nada). El caso es que se fue sin pedir disculpas. Dinero ya no me debe (la deuda prescribió) pero sí una disculpa. ¿O es que se cree superior? Tal vez lo sea. Tal vez el destino me lo ponga enfrente (si tengo suerte y entro en ese ciclo que prepara Baile del Sol y El Perseguidor) y demuestre que sí, que es superior. Entonces no me deberá una disculpa. Pero por lo pronto, quien te toca el sombrero te toca las orejas. Yo no tengo corbata (no necesito por ahora esconder mis errores) pero sí sombrero. Me lo regaló mi hija Sibisse. Ahí, en ocasiones clave, no sólo escondo mi cabeza sino también mi alma. Lo demás es comedia.
Como la noche que cuenta Ramón Herar en El Bosque Quemado, de la que escabulle parte de la historia y su humor corrosivo. Esa noche sí tiene que ver más directamente con La Palma. Era la presentación que cuenta Ramón en su Bosque. El Valle de los Bandidos.  Aquí, su autora, Berta R. Ríos, hace danzar a personajes foráneos en un valle de isla suizo-canario-cubana que aún no he visitado. Con túneles y cascadas que no son sólo lugares sino metarrelatos de la trama interior de la novela. De aventuras normales, sin más, con gente toda (malas, buenas y animalitos) por los que podemos sentir, si no somos insensibles, una fugaz alianza. Pero la historia cobra profundidad cuando aperece un isleño, que es inglés...
Creo que Los Llanos queda cerca de ese valle, no sé si en los altos del Barranco de las Angustias, de donde hace poco tiempo, junto a Tazacorte, la autoridad municipal (me contó mi sobrina Famara) desalojó de unas cuevas jippis y piojos.
En uno de los ratos de Los Llanos, entré en un cíber. Allí supe que un tarotista húngaro habló de mi persona. "Esa persona es muy indecisa en las relaciones --quiere y no quiere responsabilidades, y por eso no tiene reparos en aprovecharse de las mujeres. No sabe querer, y no consigue tener a nadie a su lado por mucho tiempo". Eso mismo me dice Clara, de quien hoy me aproveché de su hospitalidad, etc.
No sé. Creo que llamaré a Gabriel (el de Canal 6) para que me diga que llame a Estrella y me mande el sortilegio número 8. El número que hoy me dijo Anghel.

1 comentario:

campanilla dijo...

La gente que se cree superior a los demás, son generalmente personas acomplejadas que creen que humillando a los demás ellos crecen.
Sabes muy bien lo que pienso al respecto, no me voy a alargar en discursitos, pero a nadie le quitan la dignidad si uno no no se deja.
TODOS tenemos nuestra importancia personal.(¿te suena?)

Y de otro tipo de importancia es el cambio de una preposición por una conjunción en una frase.
Lo que el tarotista húngaro dijo exactamente hablando de tus relaciones fue: quiere, "PERO" no quiere responsabilidades.
No como lo pones tú: quiere "Y" no quiere responsabilidades, cambia mucho la frase...

Esto para Ramón. El vasco afincado en San Adrés se llama URKO, al menos, así se me presentó él.

Y para terminar (por fin, jajaja) imposible llevar a Tene los libros, pues no me pusiste en la carta ni dirección ni teléfono. Lo siento por ella, le hubieran gustado...Ya embarco, hasta la vuelta, saludos.

SALUD Y SUERTE.