sábado, 5 de enero de 2013

jugando a perder

Tanta escritura y tanta pintura y descuidé lo importante. El amor a las cosas importantes. Amor no es contrario de odio, que es la otra parte de la misma moneda.Amor es contrario de desamor. Desamor a la casa donde uno vive. Mira que Marcelino me vuelve loco la cabeza. No me la toca como Ramón Herar, pero me la vuelve loca con las gotas del patio. Por dios, ya sé que a veces eso es la gota china.
No sé si algún día haré que sean bolas chinas, pero déjame que yo me entienda con ellas. A lo mejor esas gotas intermitentes (de vez en cuando, menos mal que de vez en cuando) algún día se convierten en bolas chinas, idóneas para todos los gustos: caperucitas, belladurmientes, campanillas, rizitos de oros, etc etc, y los príncipes y los enanos y los ogros a lo mejor también disfrutan con las bolas chinas. Nunca se sabe. El dicho Marcelino tiene un cuento con bolas chinas en Y fumar puede matar. Quien lo haya leído, sabe de lo que hablo.
Y ya que hablo del Capitán (no sé si sigue militando en el CNR), el aviso de Rubén Díaz en feibo nos ha puesto en órbita. Recitaremos el próximo jueves (dm) en la Vida Mala, calle del clavelito, donde el jueves anterior Alejandro en la barra mostró ya sus poemas concluidos. Eso se cree nuestro amigo. ESos poemas tienen aire y agua suficiente; pero piden fuego y tierra. Quitar de la tierra a mal consejo y quemarlo. Marcelino y yo tenemos fuego y tierra, pero nos falta agua y aire. FELIZ AÑO NUEVO va a llamarse la cosa si la cosa prospera. (homenaje a Rubén Fonseca, o mejor, FELIZ AÑO NUEVO, CUCARACHAS.
 En este recital falta uno. Pero el dos es el número del arquero, ya los sabes. Y ahora al laboro. Lo demás es meterse a poeta que va a combatir esa noche con el no poeta Marcelino Marichal.

Quien gana, pierde.

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