martes, 16 de junio de 2015

aquí

Debe de ser que me faltan aminoacidos en el cuerpo. Mi alma sufrió anoche una alucinación. Me vi al mismo tiempo muriendo y en la cuna, con cero años de edad. Morir fue regresar al principio de la vida. La misma vida. Los mismos padre, el mismo año de nacimiento. Recordaba todo lo que había vivido, lo mismo que iba a vivir. Hacía intención de, en su momento, corregir rumbos para no ocasionar baldíos torbellinos. Sabía que no valía la pena hacer propósito de enmienda. Llegaría un momento en que algo me haría olvidar todo lo que recordaba. Mi pensamiento se pondría en cero. Y la misma vida otra vez.
El que moría no pensaba nada. Se dejaba ir. 
*

A ciertas mujeres les ha dado por hablar de mi padre. A una se le apareció en sueños para pedirle perdón, por no sé qué, y hacerle una sombría profecía.
Mi padre era como yo. Poca cosa. pero tenía humor. Humor no reñido con la belleza.
Otra cuenta que mi padre estuvo cobrando seis meses la pensión de mi madre, en lugar de la paga de viudedad. Puede ser. Su relación con el dinero era elemental: más es mejor que menos.
La última historia que me contó, fueron sus años de cuartel. Historia de época. En toda el cuento no hubo mujeres, ni formales ni informales. Era una estricta historia militar. Recuerdo un cartero que robaba el gofio que madres o novias enviaban a los soldados. Poco más.
*
Entedimiento --o no-- Padre hijo... bueno, iba a hablar de literatura. Otro día.

Leí el domingo dos entrevistas. Una a Juan Manuel García-Ramos y otra a Boadella. Hay preguntas y respuesta que se pueden poner unas al lado de otras, como contrapuntos. Boadella habla con mucho respeto de Esperanza Aguirre. García-ramos le ha perdido el respeto a un colego, con pedigrí, que se metió a hablar de su familia. La familia es intocale. La Independencia se puede discutir. Boadella se pregunta si, con tanto independestismo ya cansino, el catalán no se habrá convertido en una maldición. García-Ramos, que hay que enseñar de vez en cuando la uña independentista para que en Madrid nos hagan caso. 
Primero tendría que hacernos caso aquí. Antes de llevar... 
Basta de críticas. Ahora están perdiendo consideración los críticos que en dos días destrozan la obra de un autor que la ha sudado diez años. Pobrecito. 
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Dia 20. Diez de la noche.

RessurreAcción.

En el cine de Los Realejos.

Buena compañía. 




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