jueves, 11 de junio de 2015

señora de la noche

A:  Secretos de Cuba
B:  Cucarachas con Chanel
C:  Es mejor improvisar
D:  Quién como yo

No sé por qué, no hay de antemano una razón lógica (la lógica viene después) he elgido estas cuatro novelas como preocupación universal literaria. Mi pensamiento intelectual está ahora reducido a estas cuatro novelas. Están entre las más importantes de la novelística canaria. Eso es evidente. Si no han ido a Madrid es porque aquí la política es bésame el culo y te doy el pastelito. Bueno, no todo es mediocridad. Incluso en la luz social hay elementos valiosos. Como Víctor Roncero, que el día 18 dará su conferencia sobre Wagner en el Casino de los Caballeros. No creo que vaya. Movimiento limitado, mi Santa Cruz es la línea más corta entre el barrio, concretamente el bar de Ibrahim, y la Rambla. Utopía artística: gestionar la ruinas, reconvertirlas. Digo Utopía porque ni Jose ni yo tenemos a favor el poder político ni financiero. A lo más que podemos llegar es a un periplo por la ciudad y tomar como modelo zonas escogidas. Nada nuevo si no lo hiciéramos nosotros. Todo se andará.

La pelea del gallo (Andrés Chaves) y el pollo (Francisco Pomares) sigue en pie. El otro día, en El Día, Pomares habla irónicamente de Chaves. Lo llama santo. No creo, Andrés Chaves es muy cuco, aunque ahora creo que el golpe le puede fallar. Hoy, en su digital periódico, escribe una carta abierta a Mercedes, la actual directora de El Día. Le habla de Pomares como enemigo de su padre. Lo fueron, las hemerotecas cantan. Ahora el pollo es colaborador de cabecera en El Día. Última página.
Chaves se lo reprocha a Mercedes, que haya metido en su casa al enemigo de su padre. Olvida (no creo que lo olvide) que otro enemigo de don José era Paulino Rivero, actualmente amigo de Chaves. Un lío. Un lío con la política en Canarias como telón de fondo. Dicen que Bermúdez, alcalde de Santa Cruz y seguirá, es pieza de una estrategia. Obligar a Abreu en La Laguna a compartir emporio con Coalición Canaria. En fin, doctores tiene la iglesia. Pero yo soy público. Por ahora no me da por silbar. Y menos a Piqué. Aunque le tenga envidia. Envidia y mentitra son las palabras clave de esta guerra. Sin razonarlo acepté. El alacrán de patas blancas es símbolo de la envidia, y la cucaracha de antenas fluorecentes lo es de la mentira. Andrés Chaves, contento de ir ad amorem (¿será verdad tanto amor al arte?) a hacer un programa en la Tv de Artiles, clama que se jodan los envidiosos y mentirosos. Hombre por Dios, quien esté libre de envidias, que tire piedras, como yo. Que tiro las piedras que me da la gana porque estoy con lo mejor, en calidad, y no tengo lugar para los alacranes. Pero mentiroso sí soy. A veces por devoción y otra por necesidad. Mala cosa. El patrón de la narrativa es el Diablo, y el Diablo odia la mentira. 

Gran arte:
Día 13: inaugaración de una exposición colectiva (con un montaje de JRamallo que conozco) en la calle Fleming, Punta Brava, Puerto de la Cruz...
Día 20, en Los Realejos, en el cine: ResurreAcción.
Día 21, pintores callejeros en la calle Fleming.

En San Andrés este sábado presentación del último libro de poemas de Armando Rivero. Oí algunos poemas cuando recitó en Librería del Cabildo. Me quedé con ganas de indagar. En esa audicción, me parecieron buenos. Cosa con la que tengo cuidado. Muchas veces lo que es bueno es la voz del poeta. Como el hombre que sabe contar chistes. Hace que te rías con un chiste malo. No creo que sean malos o efímeros los poemas de Armando. Habrá que verlo. 

Cecilia se queja de que Luis Feria está olvidado. Creo que fue Borges quien escribió el epitafio del poeta menor:

La meta es el olvido.
Yo he llegado antes.

De Luis Feria recuerdo que llamaba a la cucaracha "señora de la noche". No lo he olvidado. 

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