sábado, 2 de octubre de 2021

sueños y realidades

 El dormir es curativo, me parece a mí, en ciertos casos. Sueños sucesivos, tranquilos. En uno estaban Ramón y Sita sentados en un cine, a oscura, sólo el resplandor de la pantalla. Sita dormía sin mascarilla y Ramón intentaba ponérsela, removiendo su cabeza y perturbándole el sueño. Al final desistió y su cara, la de Ramón, se puso verde.

En otro me encontraba a Ana en La Laguna y cogimos juntos el tranvía. Conversación amable, afectuosa. El interés del sueño  es que ella, por arte de birlibirloque, cambió varias veces de vestido, a cual más elegante, y yo cada vez me ponía más desastrado.  Normal.

*

El sueño con Ana es consecuencia de la visita ayer, con Nguyen y Alejandro, a su firma de libros en una librería de La Laguna. El encuentro tuvo emoción. A pesar de que fue un día bajo para mí, no sé si porque por la mañana me bañé con agua caliente. Últimamente suelo hacerme el baño curativo de un antiguo doctor boliviano: agua fría de los pies hasta  el cuello. Me deja nuevo, dentro de lo que la palabra "nuevo" a mí me alcanza. Pero ayer no, agua caliente y  mal cuerpo todo el día. No pude quedar con Agustín. Por mensaje me dice que no le pregunte por La Laguna. Como la entrevista es escrita, supongo que no podré transcribir lo que piensa y lo que siente de su ciudad. Lo echarían a escobazos. 

Cuando volvimos a Santa Cruz, Nguyen, Alejandro y yo fuimos a comer a La Hierbita. Nunca más. Lo único que estaba bueno fueron los mojos rojo y verde. Lo demás no. Ni la ropa vieja ni los pescados. La mesa se llenó de mosquitos menudos. Enjambre de mosquitos. Y el precio de la comida, bien salado. Me acuerdo ahora de uno de los cuentos de Injertos donde una plaga de mosquitos irrumpe en el parlamento autónomo y todos los políticos allí reunidos tienen que  desalojar la sala. La realidad, a su manera, imita a la ficción.

¿Qué está sucediendo con los alimentos? El otro día compré en la Recova un trozo de cherne salado. Lo puse en remojo y al día siguiente olía mal. 

Malos tiempos. Espero que el refrán "no hay mal que por bien no venga" sea cierto. Por lo menos en parte. 

 

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