lunes, 30 de agosto de 2010

viento a favor

Sádico diario, en primer lugar decirte que X*** me devolvió los 200 euros. Es bueno comprobar que el chiste del padre y el niño tiene su fallos. "Tírate de la silla que yo te cojo", dice el padre. "No, no me vas a coger", dice el niño. "No digas eso que soy tu padre. Y si no confías en tu padre...", dijo el padre. y el niño se tiró, y el padre se apartó y cayó al suelo y se hizo daño, no sé si grave o leve. "Esto, para que no te fíes ni de tu padre". Por ejemplo confiar que estás con una gente, en igualdad de condiciones, haciendo un programa, y luego te enteras que... en fin, confianza restablecida.
Y a perro flaco todo son pulgas, pero cuando un problema se soluciona, todos los demás en cadena también. Ni siquiera me acordaba ya de que una novela mía, El bufón bocacosida --antes llamada El tonto, título que no le gustó a mi entonces amigo Ignacio Gaspar-- estaba en una editorial de esas que llaman fuerte. En un principio recibí una nota de que la novelita estaba en estudio, supongo que en mano de los lectores de la editorial, pero pasó el tiempo y supuse que el examen final fue suspenso. Pero no, al parecer no. No es que la nota sea alta, a juzgar por la fecha de publicación que me proponen (mejor es no decirla). En fin, creía perdida esa novela, que trata sobre aventuras, ciertas pero noveladas, de los poetas realistas de Gijón, con Roger Wolfe como protagonista, llamado Gordon en la novela. Aventuras en las noches de Gijón, con Semana Negra y Festival de Cine incluidos, y algunas actrices y directoras de películas... En fin, tenía buen recuerdo de esa novela pero ya la consideraba perdida: en el disco duro del portatil que cambié a Famara por el ordenador fijo que le compró el padre. Espero que esté todavía en ese disco duro. Porque el portátil ya se murió. Ahora mi sobrina tiene, en La Palma, un apple de 900 euros. Que no les mande una copia por internet, a la editorial, es un handicap pero solucionable. Picarán ellos la novela. Pero antes me van a mandar un propuesta de correcciones y cambios en algunos capítulos. En fin, El bufón no es Bajo el Volcán, una novela de relojería. Seguramente alguno de esos cambios mejorarán el original... La copia que conservo es un primer borrador, de quinientas páginas. La copia que ellos tienen, tendrá unas doscientas páginas.
Ahora, mientras tanto, a golpe de alfiler, corrigo el informe. E ideo otra novela, con cuatro episodios relevantes: la muerte del el Consul Firmin en la barranca, un cádaver sin nombre encontrado recientemente en Santa Cruz, unas bragas en la "nómina" de una concejal del Ayuntamiento, y la muerte de un poeta en La Punta... Una novela ya auténticamente negra. Y en medio, la radio. Sigue la radio, ya no sé con qué tripulantes. Espero que el viento sople de proa.

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