martes, 3 de julio de 2012

cuatro punto cero

Ya varia gente lo ha repetido. "Jesús es buena persona". Incluso alguno y alguna (los babiecas de la corrección sexista genérico se están saliendo con la suya, aprovechando que Rajoy tiene sueño por la tarde) que ha añadido "Muy", muy buena persona. Bueno, pos si, últimamente me llevan los demonios y me convierto en un míster hyde o en licántropo solitario, pero el resto del tiempo soy buena persona. Qué remedio.
A ver si me voy pal Sur y comparto un vino con mi amiga especial sin derecho a roce, si me da el santo y seña, o pa La Gomera con Berto y nos dejamos de tonterías que no puedo escribir aquí (cuando hay brujerías por medio, échate a correr) y nos entramos en Valle Gran Rey, donde hay materia creativa, o le digo a mi cuarta novia que crezca y se haga entera. Ayer dejé esto a la mitad porque sonó el movil y era ella pero ya estaba lejos. Hay noches en que uno no quiere cuarta sino entera, pero pobre mujer canaria que me tenga a mí por entero. Mejor semidesnatado. Adonde no voy es a Las Palmas, a menos que Capitán M. me contrate de cocinero en el Sagitario Star. ¿Dónde estará ahora nuestro viejo hacedor de cuentos cortos? Seguramente que Anghel en los no-G21 saque pronto el Marlou Diésel, espero con una portada potable y un recuerdo de la primera edición que me valió sufrir un viaje a Santo Domingo (República Dominicana, cuarto país del extranjero que he visitado, junto con Francia, Italia y Portugal), adonde no quise ir pero fui y no me arrepiento. Adonde también fui, hoy, fue a Icod. Allí recompongo mi alma. Allí tengo escritos antiguos y demás tesoros. Y una rata de ultratumba acechando a los rateros, íntimos o lejanos. A mediodía dormía como un cosaco. Amaro Pargo me recíbía y me dio lecciones de Martes y Venus, de Religión y de Soledad Cósmica, y de acordarme de Santa Bárbara, digna de un guión de cine gore, y nos emborrachamos y me eché a domir. Me despertó el móvil. Lo agradecí. Por la voz que oí al otro lado, cuarto creciente, y porque me despertó de una pesadilla. Soñaba que mi padre tocó a la puerta de mi casa en el barrio de La Maldad y me dijo que me fuera a vivir a otro lado porque en la casa de La Maldad quería ir ahora a vivir "ése con cara de muñeco". El resto del sueño he querido olvidarlo. Salgo de la casa de Icod y cojo el micro Santa Bárbara-Icod. En el micro por la mañana en la subida tocó un chófer dicharachero. "Hoy vengo retrasado porque encontré a un amigo y me invitó a un vaso vino... y a un bocadillo de chorizo de perro". En la bajada ahora el chófer era una rubia sonriente. No le pregunté si tenía novio, o cuarto novio, o amigo especial con derecho. Tenía sonrisa de tener las tres cosas. Echo de menos a Karisma. No sé si el marido la sigue vigilando. Su insinuante voz, sus sabios consejos. La luz del patio de La Maldad tuve que cortarla y cambiar de sitio la tele de los gitanos. Se me han quitado las ganas de encenderla. Sólo puedo ver ahora tres canales y ninguno el del malhablado Gabriel, ni el de la inteligente y sensual Karisma, ni La que se avecina, con el jardinero Coco endulzando a la vecina presidente y el presidente pescadero haciendo el oso.
En la estación de Icod, trasbordo a la directa a S/C. Leo el Anonimus semanal (TODO PASA) y completo el sueño. Esta vez sin sueños raros. No despierto sino cuando estoy en la estación de S/C, y bajo la escalera mecánica a esperar la 106, recordando el viaje antier noche Trinidad-Intercambiador después del Partido. Iglesas, francesas, brasileñas, canarias, negras, blancas, todas riendo sin rubor, todas guapísimas, gordas y flacas, alegrando el tranvía. Los primeros quince minuto fui italiano, el resto español. Pero me jodió ver tanta bandera española. Había uno que tenía la española alrededor de los hombros, y la canaria de las 7 verdes en la mano, sujeta a un palo. No sé si un contrasentido o un aviso. Dicen que Silva y Pedro enarbolaron la bandera canaria, pero como aquí hay tres banderas no sé cuál enseñaron nuestro héroes. A ver lo que dice Anghel cuando vaya a hablar al Tea con Antonio Cubillo. Y aquí lo dejo, que esta buena persona tiene otras cosas que hacer. Por ejemplo pensar. Sí, eso también. Me traje de un Icod un libro sobre dialectica marixista, por si tengo que discutir con el ex marxista Chorizo de Perro. Pensar en la dialéctica, el pasado discutiendo con el presente, el capitalismo del carbón y el capitalismo cibernético, virtual. Como la voz en el móvil. Virtual. lejos. A la altura del HUC. No es la maltratadita. Ningún motivo para volverme malo. En La Maldad me espera 1280 almas. Thompson. La historia de la fría y contudente venganza de un comisario cornudo. Histoire otélica donde el amor no es requerido, ni Yasgo; todo está a la luz, gran hermano lector (y lectora).

3 comentarios:

quico dijo...

Uno de sopetón me dijo, "tú eres tipo cojonudo." Al momento deduje "¡como me habrán puesto!, ¿que habrá oído de mi este tío?" Si alguien te dice que eres buena persona es porque te han estado poniendo no como un zapato, sino como una chola de plástico reseco al sol en el más inmundo de los vertederos, menudo insulto, al que me vuelva a decir que soy buena persona lo mando a la mierda, aunque con aquel quedé paralizado, no me esperaba tamaña declaración "bienintencionada", no digo que no, que intentaba desmentir las verdaderas opiniones, que sabe dios y su puta madre, sobre mi habían estado, y todavía están supongo, circulando entre ciertos elementos del pueblo, habladurías que no tengo ningún interés en saber, como te oí decir una vez, "que hablen de uno aunque sea bien". "¿Que le digo al nota este?", pensé, "tú también, tú también" se me ocurrió y me dio un abrazo.

Jesús Castellano dijo...

Amigo Quico:
Yo creo que depende de quién lo diga. Hay quien de verdad está diciendo que no robas a los amigos ni engañas a las amigas, y que si hobiese haberes monedados, el Bueno sería Grande (como Las Palmas). Pasaríamos de Guzmán el Bueno a Pedro el Grande. Supongo. Otras veces "buena persona" es sinónimo de "buena pieza" (epíteto más acertado en mi caso)o de pollaboba (espero que eso no, como demostré hoy con Fernando en La Maldad. Pero este cuento es largo, ya lo contaré en otra entrada. Bueno, y ya sabes que "que hablen aunque sea bien" es de la época de Dali, y "quien habla mal de mí a mis espaldas, mi culo lo contempla", es de W Curchill, leido en un sobre de azúcar, filosofía para viajar ligero, como pienso cuando hable con el humo y vea que es hora de ir al Sur. Nos tomaremos un vino de Chasna, Mencey o Flor, el que tú eligas. Un abrazo.

quico dijo...

Que así sea, un abrazo Jesús.