martes, 13 de mayo de 2014

Sólo sé...

De pintura creo que necesito todavía cien mil lecciones, pero de pasar fotos de la cámara a esta página, con dos más son suficientes. Ya he recibido quince, pero necesitaba dos más. En fin, me dejaron solo y no pudo ser. No aprendí a tiempo. A ver quién me enseña ahora. Soy un pedigüeño, un necesitado, ¿qué puedo hacer?
Quería poner aquí fotos de los últimos cuadros, especialmente los retratos de mi amigo y mi amiga... y el paisaje comenzado ayer, que me quedé indocumentado, y terminado hoy. También hay uno del parque que me despierta otra vez el símbolo X, las esquinas como puntos de fuerza: en el Laberinto dos flores rojas, en el Jardín el viento bajo las nubes...
Por lo demás lo que necesito es un camino. Y una amiga que no me quiera comer no viene mal. Y un amigo tampoco. Pero lo que necesito de verdad es aprender. Aprender adónde hay que ir para renovar el DNI. Soy más torpe que Lepe. Pero ya sé. El espacio ya sé, el tiempo menos. 
Un día tuve una maestra que no me enseñó ortografía. En las redacciones yo escribía cosas que pasaban en el pueblo. Se enteraba de todo. Me convirtió en espía. Hasta que llegó un tiempo en que hubo que elegir a los alumnos quién representaba al colegio en el concurso de redacción, Quedamos finalistas mi amigo Enrique Bencomo y yo. Él sabía ortografía de sobra. Era el que más sabía escribir correcto de la clase.  Yo, entre los peores.
Me enfadé con Enrique, porque ganó él, y con la señorita de Literatura, porque no me enseñó ortografía. 
Tuve que cumplir más de veinte años para aprender, más o menos. 
Ahora no hay más ortografía que esto. 
Y dentro de poco la Radio.
¿De qué hablamos hoy? No sé. Yo no sé nada.  

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