lunes, 24 de noviembre de 2014

crónica averiada

El fin de semana, huyendo del frío y de la lluvia, me fui al Sur con Ramón. Disculpa principal: fiesta por el 30 aniversario en la librería Santa Bárbara. Gestión alemana. Hay algo italiano en las alemanas delgadas.
 No sé si es delgada o no el nuevo amor del novelista Antonio Charlín. Nueva novela y nuevo amor. Protagonista que compra el amor, como si se pudiese comprar. Ese es el drama de sus novelas. Sabe que un hombre como él, si quiere amor tiene que pagarlo. Pero nunca hay dinero suficiente. No es premio Nobel todavía. Antonio se fue antes de que llegásemos. Al filo de salir a la luz su última novela. Nagasaki. La hojeé en pdf. Sale JRamallo, sale Juan Royo, etc. No sé si toda la novela se puede medir por la muestra conocida, que recuerda la más célebre obra de Cain: el escritor siempre folla dos veces. Nuevamente el autor protagonista intenta comprar amor. Termina con muerte. A los cinco días de aparecer la novela, el autor y la mujer amante cometerán acto de suicidio. Se matarán, se irán de este mundo que perdió el rumbo de la lógica. Los ilógicos presumen de racionales, y los nazis de cuño blando ven nazis duros por todos lados. Ahora le toca al independentismo catalán. No sé si el anterior rey también tiene rasgos nazis. Nada de reconocer a bastardos que no dan la talla aristocrática. El pueblo tiene sabor, sus mujeres, pero no tienen sangre azul. Que carguen con sus hijos. No sé qué podrá decir el pequeño Nicolás en relación con los polvos (¿comprados?) del ex Rey. 
En fin, vino bueno, cantor más que aceptable y pinchos alimenticios en la fiesta. Luego dormir en casa de Sita. La vi poco. Como a Cruci. Dormí solo, qué novedad. Pero al calor del Sur, al lado de la casa de un viejo que aloja un número considerable de gatos. Por el día los gatos recorren el pueblo, y por la noche van a dormir a la casa del hombre acogedor. 
Paco: un narrador oral de los que no se ven todos los días. Comenzó por un elogio del franquismo, siguió con aventuras de su militancia en el MPIAC, continuó con una visita memorable a una asistente social, una secretaria de juzgado y una psiquiatra. Las violó a todas con el entendimiento. Paga de loco. Sólo un cuerdo genial puede hacer el papel de loco. A lo mejor es que está loco de verdad, locos de los que no pierden el hilo.
Con Ramón, nuevas investigaciones sobre Cabeza de Perro. Un trabajo de Cirilo Leal, sin desperdicios, me pone en contacto con Toledo y Joaquín Ramallo, y con un crimen por la lengua. Dos que buscaban el tesoro del pirata y se fueron de la lengua. En esta isla si no hablas revientas, y si hablas te revientan. 
Volví al hogar frío con Ramón entre historias de brujerías. Las brujería quedó afectada cuando llegó la electricidad, pero no ha muerto. Sigue ahí, al acecho. 
Un sacrificio de sangre humana exige el tesoro del pirata. ¿A quién sacrificamos? Derecho a decidir. Autodeterminación. 
Mejor que el tesoro siga escondido. ¿Para qué queremos riqueza?   

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