lunes, 11 de mayo de 2015

el equipo

María Teresa reprochó a su autor que en Los ojos del puente se diga que los amigos dejaron solo a Antonio Bermejo.
Antonio Bermejo decidió cambiar de mundo. Nadie deja solo a nadie. Pero todo esto ya quedó atrás. Ya se fue Bermejo y sus amigos. Ya cambiaron de estado. Lo que hacen ahora o no hacen, no se sabe.
Ahora el misterio es la novela de Juan, que no pasa inadvertida.
--Me asombra, Juanito --le dijo una mujer-- cómo haces creíble que el gigante se meta en el catre de la enanita suave y dulce.
Nabokov cortó en seco cualquier relación del autor con Lolita. Él inventó Lolita, una figura literaria. Nada que ver con la realidad. A Nabokov no le agradaban los lectores que se identifican con los personajes. La novela es una máquina, y cómo tal hay que verla. Lo demás es miopía o imbecilidad. Crudo, sin embargo, lo tiene Juan Royo, para liberarse de haber cometido una novela en un mundo donde ser pederasta es peor que haber sido luterarno en tiempos de la inquisición. Él se defiende. Valle Inclán escribió una novela de un pederasta. La última de García Márquez es también del mismo cariz. Etc. Se olvidó de Lewis Carroll. De la pintura, en eso ni entró. El gran Balthus sigue ahí. A pesar de las prohibiciones.
--Eran otros tiempos, tiempo dominados por el machismo --le corrigió María Teresa.
Al final optó, de perdidos al río, por una lección filológica sobre el español en Bolivia, y en español más universal, sobre la incorrección de la forma "presidenta". Presidente es el modo participio del verbo presidir. Presidenta es tan error, según Juan, como amanta. Olvida las forma sirvienta. Todo lo que se convierte en sustantivo, se amolda a la declinación. "Miembra" es un error porque no está en la norma, pero lo admite el sistema. Y lo que admite el sistema, puede estar mañana en la norma. 
Oigo con cierto interés todo lo que se refiere a los mecanismos del lenguaje. Bueno, todo no. 
María Teresa se olvidó, en su presentación, de que en la novela de Juan --ausente de hombres, salvo el protagonista narrador-- no sólo aparecen, en su mundo, las tres brujas ya conocidas (la fiscal, la ex mujer y la compañera de buefete), que según María Teresa, si no entendí mal, son calificadas así, como brujas, no porque en realidad lo sean (son mujeres con poder) sino porque la deficiencia mental del narrador y su resentimiento pintan el cuadro a su medida. 
En fin, novela para rato. A lo mejor fructifica mi intención, seguramente resentida y mentalmente deficiente, de realcionar Fetasa, Cucarachas con Chanel (historia de Gabriel) y Mejor cuando improvisas como tres logros del cuento de hadas en este país.  

Hoy en el círculo de Bellas Artes se inaugura un exposición "surrealista". El cuadro de Oscar Dominguez ya es suficiente reclamo. Conozco, por ahora, relacionado con esta exposición, un cuadro rechazado. El cuadro es valioso. Cuando rechazan algo así (Crimen en estado de imagen) es que lo que hay es tan maravilloso que no se podía escoger todo, o puede que lo que hay... Está el cuadro de Oscar Domínguez... 

Hoy estoy mejor de cuerpo. Ayer vi a Eduardo. Hablamos de diversas materias. Me cohibió porque me pone guapo. Es como cuando jugaba al futbol. Era un buen defensa central hasta que empezaban a decirme qué bien estás jugando. Jugaba bien porque no era un individuo, sino una pieza del equipo. En cuanto me destacaban como individuo, no daba pie con bola. Aún sigo en lo mismo. La individualidad es perjudicial. Por lo menos en mi caso.

Vídeo de la acción impulsada por JRamallo en Cafésiete. Se puede ver en el blog de mi amigo y en la página realismo punto cero en fc. 

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