viernes, 28 de julio de 2017

retales de un día boda

boda de Famara, con Salvador, hotel botánico. Cinco cuadros de Aguiar. Emociones encontradas. Ver los cuadros del gomero, bien. Quién pintara así. La otra emoción, negativa: cuadros encerrados en un hotel, sentimiento de que la pintura, especialmente la pintura, es un negocio cagado. Como todo. Sentir que vivimos en un mundo de mierda no es agradable.
Amplios jardines. Se agradece la sombra en días de solajero pero no iría a pintar nada al hotel botánico. Aquí la vegetación, muy cuidada, nada entre el rencor hacia lo humano y la tristeza. Bueno, descubres q las plantas no necesitan alegría ni armonía para vivir.

Boda al aire libre. Concejal del Puerto ejerciendo de cura. Inicia con una frase categórica de Paulo Coelho. Era la boda de mi sobrina, no le tiré un par de tomates podridos al concejal.
Siguió con un poema de Gustavo Adolfo, no pornográfico. Bien, nada q objetar. Siguió con una leyenda japonesa: el emperador mata a la madre, que tenía a su hija en brazos, y después de años se casa el emperador, con la hija de la mujer asesinada.
Dura un poco más la ceremonia.
 Del lenguaje poético a los tecnicismo de la ley.
Observo a las invitadas. Los vestidos. La novia, guapísima.

Dijo un pensador que el amor es la trampa que la especie tiende a los individuos. (A ver si algún día me olvido de esta dichosa frase.)
Pero también el individuo se defiende de la voracidad de la especie.
Rato agradable con algunos individuos, es más, descubro que algo está cambiando en mi personalidad. De introvertido a extrovertido. Me place hablar con los prójimos. Con Teresa, con Leo, con Gara, con Carmen, con Dulce... y incluso con los maridos de todas ellas. Menos con el marido de Carmen, que no fue a la boda porque no estaba invitado porque ella hace tiempo q le dio el pasaporte.
Ganas de quedarme, con los demás, a pernoctar en el hotel, pero no llevé DNI y sin el documento no te alquilan nada. Le propuse a Carmen quedarme en su habitación, pero me dijo que no.
Regreso a La Maldad con Leo y Manolo. Leo se queda en La Laguna, a una charla espiritual. Le digo a Manolo que me deje en la rambla. Tal vez estuviese por allí Intuición, pero no. Basta que busques para no encontrar. En fin, tiempo al tiempo. Si es que hay tiempo. Jordi Solsona dice que no hay tiempo, q el tiempo no existe.

En casa observo que la gaveta de la mesa noche donde guardaba una china, está limpia. Joder, eso por dejar la china entre la basura. Lección a aprender.
No fumo nada pero le doy otro toque, pensando en José Aguiar, al cuadrito  de las dos fotos. Me interesa el posible diálogo entre las dos imágenes recogidas. 1, una mujer desolada (en la foto; en el cuadro no salió el asco q siente por sí misma y su belleza) se mira al espejo. 2, un fotógrafo enfoca a la modelo colocada delante de un paisaje falso. Bucólico. Lo que rodea al paisaje fingido es la ruina de la guerra.

No me acordé de comentar con Leo la espiral del Teide.

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