lunes, 29 de enero de 2018

Alma desnuda


Soy un alma desnuda en estos versos
Alma desnuda que angustiada y sola
va dejando sus pétalos dispersos

Alma que puede ser una amapola,
que puede ser un lirio, una violeta,
un peñasco, una selva y una ola

Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
y duerme dulcemente en una grieta


Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares

Alma que fuera fácil dominarla
con sólo un corazón que se partiera
para su sangre cálida regarla

Alma que cuando está en la primavera
dice al invierno que demora: vuelve,
caiga tu nieve sobre la pradera


Alma que cuando nieva se disuelve
en tristezas, clamando por las rosas
con que la primavera nos envuelve

Alma que a ratos suelta mariposas
a campo abierto, sin fijar distancia,
y les dice libad sobre las cosas

Alma que ha de morir de una fragancia,
de un suspiro, de un verso en que se ruega,
sin perder, a poderlo, su elegancia


Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega

Alma que suele haber como delicia
palpar las almas, despreciar la huella,
y sentir en la mano una caricia

Alma que siempre disconforme con ella,
como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
por ser el buque en marcha de la estrella

Alfonsina Storni




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