martes, 16 de enero de 2018

La novela de Ignacio la he llevado a la cuadra. Es una novela que no puede leerse de un tirón. Hay que irla digiriendo, poco a poco. Es carne cruda, de jabalí. La tensión que hay en la novela es la misma que el lector tiene con el estilo, con la forma de fabricar el cuento, con adornos o sin adornos. Ignacio peca de adornos. La novela pide, como un niño hambriento, un estilo más seco. Pero es la novela que faltaba para completar las tres patas del banco en la literatura canaria del siglo XXI.

Como me meto a veces en páginas entretenidas, tarot o monjas follando, me aturden el correo. Tarotistas y sexo por un tubo. A veces lo leo, todo es literatura, la corriente "papeles encontrados" en Cucarachas con Chanel. La novela de la idea.

Hoy carta de Amalia Rey:

--Yo estoy basada en el Tarot Kabala a través del triángulo Espíritu Alma Cuerpo...

Ya empieza a equivocarse, a confundirse, a no saber dónde pone las cosas, en lugar de decir llanamente... bueno, ya me lío yo. Desde que el domingo cumple de Tito, Dani habló de la posverdad, estoy qué no sé para dónde ir.

Estamos es la brecha, Pepe.

Escribe.

Chito

No hay comentarios: