sábado, 27 de enero de 2018

Houdini (I)

Descalabro, Pepe. Económico, sentimental y de salud. Espero que sea cuestión de días. Hoy estuve leyendo una cosa sobre los deportados, en tiempos de Isabel II, a Fernando Poo, y esa gente sí que pasó miseria. Pero bueno, cada cual cuenta las suyas. Eso sí, no hay que creerse uno nunca una víctima --es lo que aprendí de Juan Matus-- sino ponerle valor, mucho o poco, a lo que sea. Aprender de los que han sufrido más que uno y sobrevivieron. Lo intentaremos.
A Houdini lo pillé hoy en el water. El grito que le pegué no lo dejó escapar. Salía pero dio la vuelta y se escondió detrás del bidet. Le cerré la puerta. Lo tengo acorralado. La puerta cerrada. Sin resquicio por donde pueda salir. Mañana aviso al vecino Nicolás, que es cazador de ratas experimentado. No creo que tú y Jabalí se acerquen por aquí y lo cacemos. Así que aviso al vecino. Y que sea lo que Dios quiera. Si lo pillamos vivo, lo desterramos a la calle. Si no, habrá que hacerle un entierro con miramientos. El ratón se lo merece. Y si escapa, hacerle un monumento.
Bueno, esto es lo que hay. Voy a terminar de seguir con el libro que nos dieron en el club de lectura: La abadía de Northanger, de Jane Austen. Tiene su sabor.
Con Houdini preso, aprovecharé para volver a dormir en el piso de arriba, donde hay otro baño. Así a lo mejor escapo de la humedad insana donde estoy durmiendo,
Estamos en contacto.

Chito

1 comentario:

Jesús Castellano dijo...

Le abrí la puerta.No me sentaba el estar comiendo y el otro animal pasando hambre y fatiga. Volvemos al plan de Atico 13.